Crítica: Varan The Unbelievable (1962)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Japon, 1962: Myron Healey (comandante James Bradley), Tsuruko Kobayashi (Anna), Clifford Kawada (capitan Kishi), Derick Shimatsu (Matsu)

Director: Jerry A. Baerwitz, Guión: Sid Harris, sobre el montaje de Daikaiju Baran (1958) dirigido por Ishiro Honda y escrito por Ken Kuronuma y Shinichi Sekizawa

Trama: Un poblado cerca del río Kitakami es destruído por una gigantesca criatura. Los pobladores locales creen que se trata de Obaki, un dios demonio que habita en las profundidades del lago. El comandante James Bradley del ejército americano es enviado a supervisar la reconstrucción del poblado así como coordinar la investigación acerca de la existencia de la criatura. Las fuerzas militares japonesas rodean al lago y lanzan químicos destinados a envenenar el agua; pero en vez de matar al monstruo, sólo consiguen provocarlo. Ahora Obaki se dirige hacia Tokio, ya que su habitat ha quedado inhabitable; y todos los esfuerzos para detenerlo resultan en vano.

Varan the Unbelievable (1962) Hablemos de la historia del kaiju eiga o cine japonés de monstruos. Al contrario de lo que popularmente se cree, Godzilla (1954) no fue el primer film del género sino que el mérito le corresponde a King Kong Appears on Edo (1938). Esta es una película que ha vivido en la leyenda, ya que el celuloide original se ha perdido posiblemente en los bombardeos americanos durante la Segunda Guerra Mundial. Era una producción independiente del estudio Zenkatsu, presumiblemente sin la licencia oficial de King Kong de la RKO. La curiosidad es que entre sus rubros técnicos figura Fuminori Ohashi, quien fuera ayudante de efectos especiales en el primer film de Godzilla.

Pero después de King Kong Appears on Edo, vendría la Segunda Guerra Mundial, la bomba atómica, y la reconstrucción del Japón. Los americanos tomaron el concepto de la Guerra Fría y el terror atómico y lo remixaron en un cóctel de alegoría y cine exploitation con The Beast From 20.000 Fathoms (1953). Había nacido el género de los monstruos gigantes. Y en Japón la Toho – que comenzaba a clonar películas americanas de género fantástico – generaría su propia versión con Godzilla (1954). Era la piedra fundacional del kaiju eiga moderno.

Ahora bien: es indudable que Godzilla es un clásico, tanto por la ferocidad de sus secuencias de destrucción, así como por el trasfondo dramático de sus personajes y por las resonancias del horror atómico en la población japonesa. La Toho había descubierto una mina de oro pero no sabía muy bien cómo explotarla. Sin dudas el estudio japonés recién daría pie con bola con King Kong vs Godzilla en 1962, llevando el género hacia la vena del entretenimiento y transformándola en el match de wrestling de monstruos gigantes que conocemos hoy en día. Pero, en el medio, los intentos de generar nuevos caminos a partir de Godzilla 1954 obtuvieron tibios resultados. El problema pasaba por la estatura que había tomado el film de Ishiro Honda con el correr del tiempo; los siguientes filmes de la TohoGodzilla Rides Again (1955), Rodan (1956), Daikaju Baran (1958) – nunca tendrían el impacto de Godzilla, simplemente porque carecían del trasfondo de la pesadilla atómica. A su vez Godzilla se transformó en una marca y en un producto legendario intocable. Recién en los 60 la Toho empezaría a marcar nuevos rumbos, especialmente a partir de Mothra (1961) – comenzando a crear un panteón propio de criaturas, con historias realmente originales -.

El film que ahora comentamos – Varan The Unbelevable – es un refrito norteamericano de 1962, creado a partir de Daikaju Baran de Ishiro Honda de 1958. Era el último kaiju eiga de la Toho rodado en blanco y negro. Y tal como sucedió con Godzilla y Godzilla King of Monsters, un estudio americano (la Crown International Pictures, especialista en cine exploitation) compraría el original, la reeditaría violentamente – adicionando escenas con actores americanos como Myron Healey, tal como King of Monsters había hecho al incluír a Raymond Burr en el original de Ishiro Honda – y la relanzaría como propia. Un auténtico robo, donde se omiten olímpicamente a los autores de la película japonesa original.

Sin embargo el atributo de méritos ajenos no es el único pecado de Varan The Unbelevable. Es un film molestamente mediocre. El problema no pasa por el monstruo sino por las escenas que incluyó la Crown International Pictures y que son una tortura genital. El diseño de la criatura es realmente bueno – hasta uno asume que el traje es mejor que el de Godzilla versión 1954 -, las secuencias de efectos especiales están ok, y la trama es pasable aunque rutinaria. El tema es que la historia ha sido rearmada para incluír a un actor americano en un par de decorados ridículos y con el mismo presupuesto que un pocillo de café. Cuando el imbécil del director Jerry A. Baerwitz destapa un poco de las escenas originales de Daikaju Baran, la película resulta entretenida; pero cada vez que aparece Myron Healey en pantalla, la platea entra en coma hasta que las imágenes del filme de Ishiro Honda reaparecen y resucitan el filme. Aquí Healey es un comandante americano que está en el centro de reconstrucción del poblado destruído por el monstruo (que resulta ser una cabañita llena de cajas), tiene una esposa japonesa con la cual vive unos dramas existenciales que no le importan a nadie, hay un chico japonés con máscara del dios demonio que vive haciendo gamberradas, y hay un oficial japonés (con uniforme de campo americano!) que hace de enlace para que Healey dirija (!?) la operación militar en contra de Varan. Ni siquiera el monstruo conserva el nombre (se le llama Obaki), y todo el decorado se reduce a la cabañita antes mencionada, una carpita militar y un jeep con el cual deambulan todo el tiempo. Ni siquiera la fotografía blanco y negro es coincidente, ya que las imágenes de la película de Ishiro Honda tienen un enorme contraste con lo rodado por la CIP y anulan toda posible creencia de que se trata de un solo filme.

Varan The Unbelevable es un engendro detestable. Esquívela, e intente conseguir el original Daikaju Baran que debe ser notablemente superior. Las secuencias rodadas por Ishiro Honda redimen un poco la cinta, pero incluso las escenas con la criatura volando han sido amputadas. Y la mayor parte del tiempo vemos a un americano imbécil dando ordenes al aire, en una postura eminentemente racista.

EL CINE FANTASTICO JAPONES DE INOSHIRO HONDA

Godzilla, King of the Monsters! (1954) – Half Human (1955) – Rodan (1956) – The Mysterians (1957) – The H-Man (1958) – Varan the Unbelievable (1958) – Battle in Outer Space (1959) – The Human Vapor (1960) – Mothra (1961) – Gorath (1962) – King Kong vs. Godzilla (1962) – Matango (1963) – Atragon (1963) – Mothra vs. Godzilla (1964) – Dogora (1964) – Ghidorah, the Three-Headed Monster (1964) – Frankenstein Conquers the World (1965) – Invasion of Astro-Monster (1965) – War of the Gargantuas (1966) – King Kong Escapes (1967) – Destroy All Monsters (1968) – Latitude Zero (1969) – Godzilla´s Revenge (1969) – Yog, The Space Amoeba (1970) – Terror of Mechagodzilla (1975)