Nuestra pasión por el Cine Fantastico – cómo calificamos las películas

Volver al Indice – artículos sobre Cine Fantástico / un artículo de Alejandro Franco

Ya algo habíamos anticipado en nuestra sección de SSSM sobre cómo nos habíamos conectados con el mundo de 007. Pero quedaba pendiente decir algo acerca de nuestra pasión sobre el cine fantástico y el séptimo arte en general. No es que pretenda de que exista una legión de fanáticos de uno, pero puede haber a quién le interesa conocer un poco más sobre la persona que redacta las líneas de este portal.

Cuando era chico y vivía en Uruguay, solía ir a la librería Ruben que estaba (y todavía creo que está) en mitad de Tristán Narvaja, la calle donde se hace la feria popular uruguaya más conocida a nivel Internacional. Como era una librería de canje, había libros y revistas por toneladas, que provenían de México, Argentina y España… pero también había revistas yanquis, y una de las que más me llamaba la atención era Famous Monsters of Filmland (sí, la de Forrest J. Ackerman, el creador de Vampirella). Recuerdo haber visto en esas páginas las fotografías de filmes como Octaman y It´s Alive (la del bebé mutante), e inmediatamente quedé fascinado.

A esto se sumaron otros factores. En mi casa se hablaba mucho de cine, y tanto mi madre como mi tío se acordaban de las tardes de vermut (el programa doble de las tardes de los cines de antes) de su juventud, en donde proyectaban películas como El Hombre de los Ojos de Rayos X, Robinson Crusoe en Marte y El Monstruo de la Laguna Negra entre otra parva de títulos. Por suerte parte de esos filmes pude verlos en mi infancia, gracias a que la TV uruguaya solía pasar películas de la década del 60 como parte de su programación corriente. Allí ví Kolchak, el Cazador Nocturno, Trilogía del Terror y No Tengas Miedo a la Oscuridad (que me dieron montones de pesadillas y terminé durmiendo con mi abuela).

Cuando me vine a vivir a la Argentina llegué justo en la época de la euforia del video hogareño. El problema era que los títulos que a mí me interesaban (del 60 y 70) no aparecían en las estanterías de los videoclubes. Me debo haber anotado en decenas de ellos hasta que descubrí un día un video especializado – Mondo Macabro, en la galería cerca de Corrientes y Talcahuano en Buenos Aires – y allí me hice una panzada de películas. Imaginen mi fervor para alquilar (y ver) cosas como Godzilla, Rey de los Monstruos en japonés y sin traducción!.

Mientras tanto, mi esposa y yo veníamos transitando por un período difícil. Por suerte su Cáncer desapareció tan rápido como surgió, pero venía la etapa complicada de las quimioterapias. Para que Cris no quedara aislada dentro del departamento tantos meses, se me ocurrió instalar Internet, y allí ella comenzó a socializar a través del chat, como una especie de terapia. Mientras tanto yo iba haciendo mis primeros pininos con el diseño web, y se me ocurrió armar la primera página de cine que fué The M Files, dedicada exclusivamente a James Bond.

Los años pasaron, nos volcamos cada vez más a Internet como forma de trabajo, y los sitios fueron creciendo. Fue entonces cuando decidí formalizar el portal de James Bond, alojándolo en un dominio propio. Así fue como nació SSSM hasta el día de hoy, evolucionando del material escrito de The M Files.

Pero una vez que pulí los contenidos y el diseño, vi de que había mucho margen de maniobra en el portal. Tener un sitio sólo para publicar la review de los filmes de 007 cada dos años no tenía sentido, y sinceramente odiaba la idea de transformarlo en algo parecido a Mi6.co.uk, en donde publican diariamente trivialidades como si Sean Connery se torció un tobillo jugando al golf. Decidí abrir Arlequin en el 2005, y creció a ritmos agigantados en estos años.

Bueno, esa es la historia… pero ¿qué tiene de fascinante el cine fantástico?. En un principio es cine completamente escapista, porque crea universos diferentes al que vivimos actualmente. Hay cine fantástico de acción y hay cine fantástico eminentemente intelectual. En todos los casos hay una construcción elaborada de ideas que puede resultar más o menos satisfactoria. Hay gente que inventa cosas desde cero y otras que se dedican a reciclar conceptos ya creados – los vampiros, las invasiones alienígenas, etc -.

Podría seguir durante horas y horas analizando sobre qué es cine fantástico, pero he llegado a la conclusión de que la definición no es lo que le importa a nuestros visitantes. El 90% de la gente que lee este portal lo hace porque quiere reencontrarse con un recuerdo de su infancia o adolescencia. Así como yo tardé años para conseguir y ver El Monstruo Está Vivo (It´s Alive) – cuya fotografía había visto en la librería Ruben hace más de 30 años -, a otra gente le sucede lo mismo. Internet brinda unas posibilidades invaluables de conseguir esas películas raras que uno siempre quiso ver o que ya había visto y quería revisitar. En el fondo, el cine fantástico no es más que una excusa para revisitar al niño de imaginación salvaje que llevamos adentro.

Cómo calificamos las películas

Odio las críticas tradicionales seudo intelectualoides. Primero, creo que hay que hablarle a la gente en un lenguaje que se entienda. Segundo, porque soy enemigo de los críticos omniscientes. No hay nadie que haya podido ver todos los filmes que existen (y se producen continuamente) desde que los hermanos Lumiere inventaron el cinematógrafo. Eso de calificar en términos absolutos – si Citizen Kane es el 100%, el resto de los filmes nunca puede equipararlo – es una completa idiotez.

En primer lugar no soy crítico de carrera; en todo caso, soy un conocedor medianamente experto. En segundo lugar, pienso que debe haber críticos por género y no críticos multipropósito. Eso da cierta especialización y una modesta autoridad sobre el tema. Y en tercer lugar, soy un enemigo acérrimo de los criticos pagos que hacen panfletos publicitarios sobre bazofias cinematográficas a cuyos estudios no pueden ofender para no perder sponsors. Lo de nuestro portal es crítica independiente y medianamente razonable. Vemos los árboles del bosque aún en los filmes más baratos y patéticos, siempre y cuando tengan ideas potables.

Por ello es que aquí calificamos de acuerdo a las expectativas que genera cada película. Es como una especie de orgasmómetro, de acuerdo a si fue entretenida, estuvo bien hecha y si tuvo ideas para discutir. Calificamos en “atómicos” porque esta página se basa en la revisión de material radiactivo. Cuando a un filme de Godzilla le damos cinco atómicos no estamos diciendo que sea mejor que Citizen Kane; simplemente decimos que, comparado con el resto de la saga de Godzilla y otros filmes de monstruos gigantes, esa película es excelente para sus propios standares.

Si tiene cuatro o tres atómicos significa que hay algunas fallas importantes que arruinan la experiencia. Y un atómico o dos se traduce en un filme indigerible. Aún así, no somos los reyes de la formalidad. Plan 9 del Espacio Exterior puede tener cinco atómicos perfectamente, ya que es tan bizarra que resulta superdivertida.

Aquí pretendemos dar un plus a las críticas, citando historias del rodaje, del personaje y de la obra adaptada a la pantalla grande. Y cuando emitimos nuestra opinión, termina resultando sólo eso: un punto de vista. Aquí no llevamos de las narices a nadie, simplemente tiramos una soga para que la gente pueda razonar con nosotros sobre los valores de una película. A veces hay subtextos que no todos ven, y que sirven para enriquecer la experiencia. Y, cuando la película es mala, le hundimos el cuchillo sin piedad.

El cine es para disfrutar. Y el cine fantástico fue hecho para liberar la imaginación. Hay un enorme porcentaje de él que es descartable; pero basta encontrar una joyita escondida para amigarse nuevamente con el género y transformar a la experiencia de ver cine en una formidable.