Top Ten: las 10 mejores películas de asesinos seriales (Parte I)

Volver al Indice – listados Top Ten / un artículo de Alejandro Franco

Si hay un misterio para mí, es el por qué a la gente le gusta los rankings. Cuando hicimos nuestro Top Ten de las mejores películas del cine fantástico y de culto, obtuvimos estadísticas notables, mayor cantidad de visitantes que incluso en nuestras críticas mas populares o exclusivas. Yo creo que entra a funcionar un mecanismo interno, en donde uno ya tiene alguna especie de ranking pre-hecho y desea competir con el editor, por si los criterios coinciden y avalan semejante selección, está en desacuerdo con él o termina de descubrir algún dato nuevo que se le había pasado. Pero que la gente adora las listas, vaya que si las adora.

Este es un ranking provisorio de las que consideramos las mejores películas sobre asesinos seriales (y sicópatas) de la historia del cine. Claro, no es que la industria cinematográfica bajó la persiana después de que hiciéramos nuestra lista así que es posible que haya durmiendo otra excelente película que integre el ranking a la vuelta de la esquina y desplace a alguna de las elegidas. Pero, al día de hoy, ésta es la que consideramos una excelente selección de homicidas y sicópatas que te estremecen desde lo mas profundo de la pantalla plateada.

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Mención especial: Tres Rostros Para el Miedo (Peeping Tom) (1960)

Mención especial: Tres Rostros Para el Miedo (Peeping Tom) (1960)

¿Cuál va a ser nuestro criterio?. Pues elegiremos entre las películas que se dedican a explorar en profundidad la mente de un asesino serial. Por ello quedan afuera clásicos como Harry el Sucioque es mas de acción y donde el sicópata de turno es en realidad la fuerza de la naturaleza que sirve para ilustrar la naturaleza justiciera del violento policía vigilante Harry Callaham – y ¿Quién Puede Matar a un Niño?donde un fenómeno fantástico ha convertido a los niños de todo el mundo en homicidas compulsivos de cuanto adulto se ponga a su alcance -, y nos dedicaremos a thrillers sicológicos e inquietantes, esos filmes en donde uno no sólo ve al asesino en acción sino que cree develar cuáles son sus motivos. Halloween es simplemente un loco matando gente, haciendo del shock y el suspenso su carta de presentación, pero no sondea en los abismos de una mente atormentada. Y antes que lleguemos a nuestro Top One (con un título cantado si los hay), tenemos que poner en subrayado el filme de 1960 de Michael Powell Peeping Tom. Powell – director supremo y exquisito artesano de la fotografía que tenía un prestigio impecable por obras de gran vuelo artístico como Narciso Negro, Las Zapatillas Rojas y Los Cuentos de Hoffman – decide salir de su zona de confort y se despacha con la historia de este fotógrafo pervertido al que le gusta acosar y asesinar mujeres frente a la cámara. Que algunas de las víctimas fueran prostitutas – y que estuviera implícito el voyeurismo y otros gustos sexuales del asesino – hizo que la conservadora prensa británica pusiera el grito en el cielo, prohibiera la película y enviara a Powell al ostracismo artístico hasta el fin de sus días. En realidad Peeping Tom no es una obra explícita sino mas bien un análisis forense de la vida de un perturbado, en donde el énfasis está en el descubrimiento de su mundo secreto antes que en las muertes, el shock o el suspenso. Estrenada tres meses antes de Psicosis, Hitchcock – que venía incubando su propia aventura escabrosa con Norman Bates, luchando contra viento y marea contra productores y estudios para poder concretar su proyecto – tomó nota de la suerte del filme y decidió estrenarlo sin previews para la prensa, los que sólo hablarían pestes del filme (mas por lo ofendidos por el desaire que por la calidad de la cinta) y haciendo que el arrollador éxito de público tapara las opiniones disonantes. Si Powell hubiera seguido el mismo camino hoy estaríamos hablando de Peeping Tom en vez de Psycho como la película fundadora del género moderno de asesinos seriales, pero tuvo que esperar casi dos décadas a ser redescubierta (y revalorizada) gracias a una campaña incesante de Martin Scorsese, quien la restauró y promovió la cinta y dándole a Powell el reconocimiento tardío que merecía… aunque esto ocurriera apenas unos pocos años antes de su muerte en 1990.

Puesto 10: Asesinos por Naturaleza (1994)

Puesto 10: Asesinos por Naturaleza (1994)

Aunque en su momento tuvo una recepción dispar, resulta innegable la influencia del filme de Oliver Stone en el género. Tomando notas de Bonnie & Clyde, Stone reimagina a un par de renegados y sangrientos asesinos seriales devenidos estrellas mediáticas y objeto de culto por las masas. El mensaje antisistema es claro, y todo está condimentado con mucha sicodelia y planos rápidos. Como el relato no puede ser tomado de manera lineal – a Stone no le interesa el baño de sangre sino la crítica a la cultura popular y a los medios -, Stone toma otra nota – esta vez de Stanley Kubrick y Dr. Strangelove – y decide convertir un tema serio y amargo en una feroz comedia negra que carece de límites. Parodiar los abusos paternales de Juliette Lewis como si fuera una sitcom, o poner a Robert Downey Jr. como un amoral periodista que quiere hacerse famoso a toda costa cubriendo el caso (y que se les pliega a los sicópatas como compañero de ruta, terminando incluso por participar en algunos de sus crímenes) tiene su toque de genialidad, aún cuando la mitad del elenco cae en la sobreactuación y la farsa casi de caricatura. Violenta, excesiva pero igual de adictiva, sigue siendo un título de importancia innegable en la historia del cine moderno.

Puesto 9: La Noche del Cazador (1955)

Puesto 9: La Noche del Cazador (1955)

Antes de Max Cady estuvo Harry Powell (no es casualidad que Robert Mitchum haya hecho ambos papeles), otro sicópata con nudillos tatuados (aunque esa es una idea de Scorsese para la remake de Cabo de Miedo). En su debut y despedida como director, el talentoso Charles Laughton decide montar esta relato sobre el choque entre las fuerzas de la luz y la oscuridad, las cuales utilizan a la religión como fuente de poder moral… o camuflaje para embaucar (y asesinar) a los mas inocentes. Quizás Laughton no explore con detalle la psiquis de Powell como lo haría Hitchcock, Fincher o Lars Von Trier, pero lo suyo pasa por un duelo de alegorías e imágenes, de excentricidades inquietantes y de fuerzas morales que se debaten entre la corrupción y la justicia. Mitchum es un falso faro de esperanza para mujeres solas y desesperadas pero se topa con un par de testigos accidentales – los hijos de su última víctima -, a los cuales perseguirá con una saña despiadada. Cualquier filme violento que involucre niños en el cine previo a los 70s es pionero y temerario – vean sino M, el Vampiro de Dusseldorf -, y acá Laughton lo condimenta con una fotografía que es de otro planeta, como la magnífica secuencia del escape en bote por un río fantasmal e inquietante. Pero si toda fuerza imparable y despiadada merece encontrarse un objeto inmóvil y persistente que la detenga – parafraseando a Heath Ledger en Batman, el Caballero de la Noche -, el asesino frío y despiadado de Mitchum encontrará su némesis en la abuelita de apariencia frágil que compone Lilian Gish, una mujer de convicciones religiosas fuertes y reales, la figura de luz que tiene connotaciones divinas y que viene a castigar al blasfemo que se disfraza de enviado de Dios. Si Mitchum es formidable como Powell, Gish se lleva las palmas como su inesperado oponente, un arcángel tan carismático, protector y moralmente poderoso que terminará librando un duelo (al estilo de Los Tres Chanchitos y el Lobo) con el sicópata que acosa su casa y que no ve el momento para irrumpir y arrasarla con sus ocupantes adentro. Es simplemente un filme glorioso.

Puesto 8: Nightcrawler, Primicia Mortal (2014)

Puesto 8: Nightcrawler, Primicia Mortal (2014)

Claro, Asesinos por Naturaleza hizo escuela y Nightcrawler es su hijo dilecto de esta sociedad moderna plagada de redes sociales, noticias falsas, impostores disfrazados de profetas y banalidad generalizada. Digo, estamos en una época en donde un clan de figuras tan superficiales como los Kardashian pueden facturar millones por sus escándalos diarios y convertirse en figuras mediáticas a nivel internacional sin poseer el mas mínimo de los talentos. La fama está allí, al alcance de la mano y sólo es cuestión de descubrir cuál es el mejor camino para alcanzarla. Cuando un siniestro Jake Gyllenhaal descubre que el público tiene sed de sangre – filmando por casualidad un accidente y vendiendo sus imágenes a una cadena de televisión -, decide fabricar incidentes para satisfacer la demanda. Si el personaje de Gyllenhaal triunfa es porque el entorno en el que se desenvuelve es tan amoral y tóxico como él, siendo la voraz productora de noticias que compone Rene Russo su principal patrocinadora. Ya no hay límites éticos en la profesión periodística sino un deseo desesperado por la primicia, la facturación, el marketing y los ratings; Gyllenhaal es simplemente la excusa de turno para exponer semejante disparate, en donde el sicópata es capaz de convertirse en una estrella de los medios a causa de filmar sus propios crímenes. Imperdible.

Puesto 7: Se7en – Pecados Capitales (1995)

Puesto 7: Se7en - Pecados Capitales (1995)

¿Qué mejor que ubicar Seven – Pecados Capitales en el puesto 7?. Si El Silencio de los Inocentes abrió el juego en 1991, mostrando la intimidad de un asesino serial y exponiendo el mundo de la sicología forense (y otros métodos científicos utilizados en las escenas de los crímenes, movida que daría a luz a toneladas de series y filmes sobre la misma temática, comenzando con CSI y Bones), Seven trata de lo mismo pero desde una óptica mas fascinante. Los asesinos seriales tiene una causa – retorcida, disparatada, irracional – y es necesario saber entenderla, ponerse en su mente, para poder atraparlo. Pero el asesino de Pecados Capitales viene con mensaje moralista, es un mensajero del fin de los tiempos, un seudo enviado de Dios para ilustrar los errores humanos y qué mejor manera de hacerlo que dejar un reguero de cadáveres, tipos asesinados de las maneras mas horribles con tal de graficar el pago por el pecado capital que hayan cometido. Sip, Saw años después tomó la posta de los asesinos moralistas y se enfocó en el shock, pero acá David Fincher crea un ambiente mucho mas ominoso amén de ser el primero en hacerlo a nivel mainstreammostrar un tipo que tuvo que comer hasta terminar literalmente por explotar, o que fue atado y torturado en una cama (y descubierto después de semanas) es algo mas propio de una cinta italiana de circuito grindhouse que una película standard que rodaría Brad Pitt -. Se vive un clima apocalíptico, la decadencia aflora por todos lados y Pitt y Freeman son cazadores de monstruos en tiempos en donde la moral ha desaparecido y la justicia brilla por su ausencia. Una sociedad enferma genera engendros como John Doe el cual, para nuestro horror, es tan amoral como genial y obliga a todos a jugar su juego aunque no lo querramos. Es un filme impactante no solo por las muertes sino por el descenso a los infiernos que ilustra, en donde un resignado Morgan Freeman debe contemplar, en el filo de su retiro, como el mundo se ha ido al diablo y ahora es un rompecabezas tan violento como incomprensible y abrumador.

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