Crítica: Gamera 3: La Venganza de Iris (Gamera 3: The Revenge of Iris) (1999)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorJapon, 1999: Ai Maeda (Ayana), Shinobu Nagayama (Nagamine), Ayako Fujitani (Asagi Kusanagi)

Director: Shusuke Kaneko, Guión: Shusuke Kaneko & Ito Kazunori, Musica – Koh Ohtani

Trama: Se suceden numerosos reportes sobre apariciones de criaturas Gyaos en todo el mundo. A su vez, investigaciones submarinas descubren un cementerio de monstruos semejantes a Gamera en el fondo del mar; al parecer el enfrentamiento entre las criaturas data desde hace varios milenios. Mientras tanto, Ayana es una joven sobreviviente de la batalla campal entre Gamera y Gyaos en 1995, y su familia ha perecido como victima del combate. Ahora Ayana ha quedado a cargo de sus parientes, pero el odio en su corazón hacia Gamera es muy grande. Un día descubre una cueva sagrada donde se encuentra aprisionada una criatura de aspecto inofensivo. Ayana la bautiza como Iris, y termina por enterarse que se trata de una evolución de Gyaos, mucho más letal. Iris comienza a crecer hasta alcanzar un tamaño descomunal, y crea un lazo síquico con Ayana. Ahora la chica utilizará a Iris como su instrumento de venganza contra Gamera, pero en el camino provocará un sendero de destrucción sin precedentes, poniendo en peligro el futuro mismo de la humanidad.

Gamera 3: La Venganza de Iris Shusuke Kaneko. Qué director, por Dios. Cuando le ofrecieron revivir a Gamera, la estrella kaiju de los estudios Daiei (y rival de la Toho, con su saga de Godzilla) fue reticente. Siempre había sido fan de la gran G, pero ahora la Daiei le daba vía libre para hacer con Gamera lo que quisiera. Y terminó por generar una trilogía (a partir de 1995) que muchos consideran lo máximo del género. Ni aún las decenas de filmes de Godzilla producidos desde 1954 hasta el 2004 han logrado superar, en calidad de guiones y efectos especiales, a la saga de Kaneko de Gamera.

Debo admitir que Gamera tampoco es un kaiju que me resulte excitante. Es un héroe demasiado blanco, y la imagen que había dejado los 8 filmes de la Daiei producidos entre los 60 y los 70 iban de lo correcto a lo ridículo. Gamera, el amigo de los niños (buuh, buuh). Y si bien uno ha visto Gamera 2: El Ataque de Legión, me resultó muy buena en todos los aspectos, pero le faltaba algo de carisma (uno no siempre puede obtener los filmes y verlos en la sucesión histórica que corresponde). Pero si quedaban dudas, las mismas fueron resueltas con Gamera 3: La Venganza de Iris. Es simplemente el mejor kaiju eiga – por lejos – de la historia. Tiene algunas desprolijidades en el guión (hay una subtrama metafísica que a veces no queda muy clara), pero los personajes, los FX, y sobre todo el talento de Kaneko para desarrollar las escenas son excelentes. Cuando los monstruos entran en combate, lo deja a uno con la boca abierta.

Insistiendo con un viejo tema, uno sigue descubriendo que Godzilla ha venido robando ideas de Gamera en los últimos años. La idea de la superviviente en búsqueda de venganza ya fue vista en Godzilla vs Megaguirus, pero está tomada de esta película. Es un film basado fuertemente en caracteres antes que la acción. La familia de Ayana estaba en uno de los edificios que los monstruos destruyeron durante su combate en 1995. La culpable parece ser Gamera, y ahora ha llegado la hora de la revancha.

Una de las mejores cosas que aporta Kaneko es la idea de la continuidad. Muchos personajes de la trilogía van y vuelven, con distinto grado de protagonismo según la película. El inspector de policía Osako (quien descubre a Gyaos y a Legion en las anteriores secuelas) ahora parece encontrar un trabajo que lo redime. Está también la síquica conectada a Gamera, y la chica del gobierno que encabeza las investigaciones. Ahora todo se perfila como un combate de fuerzas místicas: Gamera es el guardián de la Tierra, y tiene su opuesto. El libreto, aunque intente disfrazarlo, procura generar una especie de guardián villano: Iris es el opuesto de Gamera, y las fuerzas del mal incluso ahora tienen su propia síquica.

La compleja relación de Ayana con Iris y su evolución hacia el mal es una de las mejores cosas de la película. A uno no le importan demasiado las explicaciones lógicas – cómo este demonio quedó aprisionado en una cueva; por qué la familia adoptiva de Ayana posee semejante responsabilidad de custodiarlo -, pero el film se las ingenia para que su propia mitología resulte creíble. Nadie ha podido mover la piedra que hace de sello de la criatura, con excepción de Ayana. Ella es la indicada – por el odio en su corazón – para liberar al monstruo. Y aún la criatura, en sus etapas iniciales, es adorable aunque potencialmente peligrosa (la escena en que absorbe una lata de alimentos con su tentáculo es sorpresiva). Las cosas se ponen mejor cuando Iris se fusiona con Ayana; es una lenta pero brillante construcción del mal la que hace este libreto.

Y si se van creando expectativas por ese lado, por el otro hay un par de incursiones de Gamera contra los pequeños Gyaos que son asombrosas. Las escenas de destrucción masiva son simplemente fabulosas – la gente vuela por los aires en medio de masivas explosiones de fuego y edificios arrasados -. Imaginen un kaiju eiga pero con secuencias del mismo grado de impacto que Dia de la Independencia. Eso es lo que hace Kaneko con esta película.

Si existen detalles reprochables, son dos: el primero es la subtrama con una síquica y su secuaz que están convencidos de que Gamera es el mal, y quieren utilizar a Ayana para controlar a Iris; el segundo es que Kaneko resulta algo confuso en los combates cuerpo a cuerpo. Es innegable el formidable estilo que tiene en algunas escenas; por ejemplo, el combate aéreo entre Gamera e Iris, en donde la tortuga gigante aparece volando entre un par de jets en medio de un cielo nublado; o la presentación de los personajes, en mitad de una ciudad devorada por las llamas. Pero a la hora de la acción directa, el exceso de planos cortos y rápidos a veces confunde y le quita excitación a las secuencias. De todos modos el resultado final es el que vale.

Gamera 3: The Awakening of Irys es una película prodigiosa. Está plagada de notas oscuras y el final es sombrío pero excitante. Por lejos, el mejor kaiju eiga de la historia.

LA SAGA DE GAMERA

Los filmes de la saga de Gamera, la tortuga mutante gigante, son: Gamera, el Invencible (1965), War of the Monsters / Gamera vs Barugon (1966), Return of the Giant Monsters / Gamera vs Gyaos (1967), Destroy All Planets / Gamera vs Viras(1968), Attack of the Monsters / Gamera vs Guiron (1969), Gamera vs Monster X / Gamera vs Jiger (1970) y Gamera vs Zigra (1971). En los ochenta el monstruo tuvo un breve revival en Gamera Super Monster (1980). Recien en los 90 regresaría con toda la gloria en Gamera, The Guardian of the Universe (1995), Gamera 2: Assault of the Legion (1996), Gamera 3: The Revenge of Iris (1999) y Gamera the Brave (2006) – ¿Qué es el Kaiju Eiga? es un artículo que reseña los inicios y la historia del género japonés de monstruos gigantes.