Crítica: Dia de la Independencia (ID4: Independence Day) (1996)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 1996: Bill Pullman (Presidente Thomas Whitmore), Will Smith (Capitan Steven Hiller), Jeff Goldblum (David Levinson), Judd Hirsch (Julius Levinson), Margaret Colin (Constance Spano), Vivica A. Fox (Jasmine), James Rebhorn (Albert Nieske), Robert Loggia (General William Grey), Randy Quaid (Russell Casse), Mary McDonnell (Margaret Whitmore), Brent Spiner (Dr Okun), Harry Connick Jr (Capitan Jimmy Wildman)

Director: Roland Emmerich, Guión: Roland Emmerich & Dean Devlin, Musica – David Arnold

Trama: Un objeto gigantesco – de 550 km de diámetro y con la masa de 1/4 de la Luna – se aproxima a la Tierra. Pronto se revela como una nave extraterrestre, de la cual se desprenden varios platillos que se ubican estratégicamente sobre las principales ciudades del mundo. El presidente americano Whitmore es puesto sobre aviso, y se preparan cautelosas medidas de defensa hasta averiguar las intenciones de los visitantes. Pero el analista informático David Levinson ha decodificado una señal que proviene de las naves, y llega a la conclusión de que se trata de una cuenta regresiva para el inicio de un ataque masivo. Alertando al presidente – gracias a su ex-esposa que es asesora en la Casa Blanca -, logran escapar del devastador ataque de los OVNIs apenas a tiempo. Y mientras todos los intentos de contraataque fallan miserablemente, todo parece indicar que la invasión alienígena arrasará con la humanidad en menos de 36 horas. La única esperanza parece residir en el secreto centro de investigación del Area 51, donde los americanos poseen una nave alienígena estrellada hace cuarenta años.

Arlequín: Crítica: Dia de la Independencia (ID4: Independence Day) (1996)

Los años 90 fueron la era de los clones, algo que aún continúa pero en mucho menor medida. Desde los años 50 que no sucedía tal cosa; cuando un estudio generaba un proyecto, otro empezaba a desarrollar una idea similar. Así que tuvimos dos versiones (o tres, si se considera la versión cómica de Mel Brooks) de Robin Hood, dos proyectos con asteroides chocando contra la Tierra… y tuvimos dos invasiones espaciales. Ninguna de las historias resulta demasiado original; en realidad, todo es un reciclado de viejas ideas pero con mejores efectos especiales y algunos cambios de tono.

Y si Marte Ataca! es un reciclado en tono de sátira de La Tierra vs Los Platillos Volantes (encuentros con aliens mal interpretados, una reunión con los líderes del mundo; la devastación de los símbolos patrióticos americanos), Dia de la Independencia es un seudo aggiornamiento de La Guerra de los Mundos. Está el científico sabelotodo; los ingenuos que le dan la bienvenida a los alienígenas; la devastación imparable de las ciudades; el lanzamiento de la bomba atómica como último recurso; y un largo etcétera.

El problema es que Dia de la Independencia no intenta escapar de sus orígenes – es un filme clase B con generoso presupuesto, pero una película exploitation al final de cuentas -. Sin dudas hay un gran virtuosismo en las escenas de acción – sin dudas es lo que los americanos llaman un filme evento -; todo lo visual está construído para el asombro. Pero nada de eso debería sorprender: cualquier director con dos dedos de frente que tomara semejante temática pensaría en shockeantes términos visuales las secuencias claves de la trama. El problema son los tiempos muertos; lo que transcurre entre una escena de FX y otra va de lo medianamente entretenido al simple ultraje de la lógica o coherencia cinematográficos (ya no hablamos de la lógica del mundo real).

Y es que Dia de la Independencia resulta ser dos filmes en uno; mientras que la película de Roland Emmerich es fascinante en lo visual, el film que escribe Dean Devlin (y que trata acerca de los personajes) va de lo mediocre a lo espantoso. Es el mismo problema que, mucho más acentuado, se nota en la versión americana de Godzilla generada por este dúo. Aquí Emmerich termina por ganarle a la mediocridad de las líneas que escribió Devlin; y Devlin, dentro de todo, no genera un libreto lleno de personajes tan idiotas como Godzilla.

Lo que sucede es Devlin – como guionista – se dedica a generar una troupe de clisés como personajes, y lo que es peor, intenta hacerlos graciosos sin sentido (son comic relief, después de todo). Todo esto termina en que los caracteres se porten como verdaderos autistas gran parte del tiempo. Fíjense en la reacción inicial de Will Smith, que prefiere discutir su futuro matrimonio con Vivica A. Fox antes de espantarse o asombrarse con la aparición de un OVNI gigantesco sobre su ciudad. El estereotipo del gay enloquecido o de la familia judía; el científico sabelotodo… sumando a esto la mala dirección de actores. Mientras que Smith y Goldblum salen airosos con las pésimas líneas que le tocan en suerte, Bill Pulman luce ridículo. Da el physique du rol con un neo John F. Kennedy, pero el actor parece por momentos reírse de lo absurdas que son sus líneas dramáticas. Es una performance terrible.

Pero al menos Will Smith y Jeff Goldblum salvan el día; esto permite sepultar a personajes tan terribles como el de Randy Quaid (o el pétreo general de Robert Loggia) bajo un manto de olvido. El otro aspecto dejado de lado es el de cierta coherencia dentro de las reglas del mundo que han creado. Los personajes importantes salvan sus vidas milagrosamente (como Vivica A. Fox) mientras millares perecen como moscas; la primera dama se encuentra mal herida pero no sangra, ni se queja, y está impresionantemente lúcida hasta que la llevan al hospital y allí se acuerda que debe morir; Goldblum de pronto sabe cómo se programa el sistema operativo de los extraterrestres para generar un virus… los agujeros de lógica del guión son enormes.

Y por supuesto está el tono patriotero del film (no patriótico). Es una arenga tomada de los filmes de propaganda de la Segunda Guerra, pero acá suena en falso. No tanto por sus palabras, sino por los caracteres del film. En toda película épica que funcione, los personajes deben importar; deben ser nobles y tener fuertes lazos de amistad. Son caracteres sobrehumanos (como dicen los americanos, larger than life) que se constituyen en héroes porque viven abocados a la amenaza que los rodea. Esto sucede en Star Wars y en El Señor de los Anillos; pero no es lo que pasa aquí, ya que la mitad del elenco son comic relief, el resto no se toma tan a pecho la invasión (o no están obsesionados con la amenaza de su propia extinción a manos de los alienígenas), sino que viven en rencillas internas o protagonizando dramas de cuarta. La muerte de la Primera Dama pasa desapercibida. La redención de Randy Quaid es puro clisé. Por eso, el discurso a las tropas no sirve como arenga para inflar los espíritus (de personajes y espectadores, como eran las proclamas de Aragorn o Theoden en El Señor de los Anillos), sino que dicho por personajes que no nos interesan termina por sonar a mensaje político artificialmente apasionado.

Es notable ver como ha cambiado el mundo; en el 96 el mundo se extasiaba viendo ciudades destruídas (incluyendo a los mismos americanos). Después del 11/9, sería imposible ver lo mismo con los mismos ojos. Siguiendo con el paralelismo, hubiera sido interesante que George Bush hubiera comandado en persona uno de los aviones que arrasó Bagdad o Afganistán, pero por lo visto esos supuestos heroísmos solo caben a los presidentes de película.

Dramáticamente es un film muy mediocre; pero el nervio y el virtuosismo visual de Emmerich levantan tan alto la barra de calidad, que termina por resultar más que digerible, a pesar de sus serios errores argumentales.

DIA DE LA INDEPENDENCIA

Dia de la Independencia (1996) – Dia de la Independencia: Contraataque (2016)