Crítica: Infierno Rojo (1988)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

3 atómicos: buenaUSA, 1988: Arnold Schwarzenegger (Ivan Danko), Jim Belushi (Art Ridzik), Peter Boyle (Lou Donnelly), Ed O’Ross (Viktor Rostavili), Laurence Fishburne (teniente Stobbs), Gina Gershon (Cat Manzetti)

Director: Walter Hill – Guión: Harry Kleiner, Walter Hill & Troy Kennedy-Martin

Trama: El criminal Victor Rostavili ha escapado de una redada policial en Moscú. Pero al huir a los Estados Unidos comete una infracción menor y termina siendo arrestado. La policía rusa asigna al detective Ivan Danko la misión de traerlo de vuelta, pero Danko tiene una cuenta en rojo que desea saldar personalmente con Rostavili – el criminal ha asesinado a sangre fría a su compañero -. Para ayudar en Danko en la misión, la policía de Chicago pone al irascible detective Art Ridzik como compañero temporal del ruso. Pero las cosas se salen de control cuando los aliados de Rostavili lo ayudan a escapar y pronto comienza una feroz cacería humana en la ciudad de los vientos. Y Danko y Ridzik irán tras el violento criminal, aunque ello signifique dejar un rastro de muerte y destrucción por toda la ciudad.

Arlequin: Critica: Infierno Rojo (1988)

Infierno Rojo es una de esas películas de relleno que hacía Arnold en su momento de gloria. No era uno de esos clásicos memorables tipo Depredador, Terminator, Conan el Bárbaro o El Vengador del Futuro (por citar algunos títulos), sino entra en la categoría de Triple Identidad, Comando o Carrera Contra la Muerte, películas pochocleras baratas y sin la mas mínima intención de hacer algo original mas que pasar un buen rato entre trompadas y disparos.

Lo que distingue a Infierno Rojo de otros pastiches es la dirección de Walter Hill, un tipo que hizo 48 Horas, Los Guerreros, Calles de Fuego y produjo toda la saga de Alien. Hill es un sibarita para la acción y, aunque la trama sea una burrada y las performances sean abominables, cuando comienza la hecatombe se vuelve super divertido – en especial los balazos, que suenan como cañonazos y hacían retumbar las butacas del cine -. A Arnie no le informaron que ésta no es otra de Terminator, y actúa de manera robótica, incapaz de hacer una mueca que indique que es un ser humano. Algo parecido pasa con James Belushi – era la época de las películas de policías compañeros (buddy cops) al estilo de Arma Mortal -, que es una máquina de decir burradas y malos chistes. El filme sería execrable sino fuera porque a la media hora logra encontrar sus pies y la química entre Schwarzenegger y Belushi comienza a funcionar, se vuelven mas normales y menos ridículos. Pero no deja de ser un filme saturado de clichés, cuyo mayor destaque es haber obtenido imágenes de contrabando de Arnie en la Plaza Roja en la época en que la Unión Soviética comenzaba a caerse a pedazos y Gorbachov llevaba adelante su Perestroika que culminaría en la caída del muro de Berlín de 1989 y la llegada de la democracia a Rusia.

Infierno Rojo es una buena película de matinée y nada mas que eso. No esperen lógica, solo acción y chistes forzados. No es lo mejor de su género, pero es un relleno que no desagrada, y es mas pasable que otras películas del principio de la carrera de Arnie.