Crítica: Arma Mortal (1987)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1987: Mel Gibson (Martin Riggs), Danny Glover (Roger Murtaugh), Gary Busey (Joshua), Mitchell Ryan (General), Tom Atkins (Michael Hunsaker)

Director: Richard Donner, Guión: Shane Black

Trama: Roger Murtaugh acaba de cumplir 50 años. Sintiéndose muy viejo para estar en el cuerpo de policía, ha comenzado a considerar seriamente la posibilidad de retirarse. Pero ahora ha perdido a su compañero y le han asignado al inestable Martin Riggs – un sicótico con tendencias suicidas debido a la reciente muerte de su esposa – para su próximo caso, el cual tiene que ver con el suicidio de la hija de un antiguo compañero suyo en Vietnam. No sólo las cosas se espesan cuando descubren que el suicidio en realidad fue un homicidio, sino cuando se topan con un grupo de despiadados ex operativos de la CIA, los cuales han montado una enorme y siniestra organización que trafica con heroína desde las épocas de las refriegas en el Vietcong. Pero, por si ello no fuera problema suficiente, Murtaugh también debe lidiar con el temerario Riggs, el cual parece dispuesto a meterse en todo tipo de situaciones de alto peligro sin miedo a lo que le pase a él, a Roger, o a quienes se encuentren cerca. Sin embargo el veterano policía ha logrado trazar un débil lazo de amistad con el desesperado detective, un vínculo que se reforzará notablemente cuando la familia de Murtaugh quede en la mira de los asesinos. Es entonces cuando Murtaugh descubrirá que Riggs se ha erigido en el ángel guardián de su familia, un protector tan despiadado como expeditivo que hará todo lo que tenga a mano con tal de defender a aquellos que le han ofrecido su cariño y una segunda oportunidad para vivir.

Gibson y Glover se divierten de lo lindo con los niños testigos de un asesinato en la genial Arma Mortal (1987) Gibson y Glover se divierten de lo lindo con los niños testigos de un asesinato en la genial Arma Mortal (1987)

Richard Donner: gran capo del cine de aventuras. Nos dió Los Goonies, la saga Arma Mortal, la emocionante Radio Flyer, La Profecía, la simpática Maverick y, desde ya, ese enorme clásico que fue Superman. Con Arma Mortal Donner logra crear su propia franquicia, basándose en un guión de Shane Black. “Guión” es un decir, ya que en ese tiempo Shane Black no era ni por asomo el libretista / director pulido que todos conocemos (Kiss Kiss, Bang Bang, Two Nice Guys, El Ultimo Gran Héroe, El Ultimo Boy Scout y hasta Iron Man 3, la cual estoy dispuesto a defender a pesar de toda la rabia circundante). El texto original de Black era una cosa intragable, violenta y super oscura, la cual fue regurgitada con alta gracia por el script doctor Jeffrey Boam. Es a Boam a quien le debemos los personajes tal cual los conocemos hasta el día de hoy, con su humor, su emoción y su química.

Pero la oscuridad del libreto original de Black subyace en Lethal Weapon y se siente en los momentos dramáticos. Hablamos de asesinos a sangre fría, de torturas, de operadores ilegales de la CIA, de gente reventada de maneras estremecedoras. Martin Riggs no deja de ser un sicópata, un tipo que cortó relaciones con la sociedad debido a la pérdida de su esposa, y el cual se encuentra perdiendo su humanidad debido a su imposibilidad de lidiar con el duelo. La interpretación de Mel Gibson (en ese entonces, un novato en Hollywood cuya única chapa internacional era la saga de Mad Max) es genial; es un héroe de acción que desborda locura cuando huele (y se mete de lleno en) la refriega: no es frío o maquinal, sino un individuo poseído por la adrenalina y capaz de hacer los mayores destrozos sin consideración alguna de los involucrados. Desde ya ese modelo de héroe de acción lo inventó Bruce Lee en Operación Dragón, pero Hollywood tardaría unos años en asimilarlo, dando lugar a una camada integrada por exponentes dispares que van de Harrison Ford y Bruce Willis hasta Milla Jovovich; pero acá Gibson lo populariza y lo hace su marca personal. La redención del demente está en la familia de su compañero de pesquisa, la cual lo adopta y le tiende un cable a tierra que le permite sobrellevar el dolor que lo atormenta. Es en ese entonces cuando se transforma en un ángel guardián tan protector como implacable, una máquina de matar capaz de hacer lo que sea con tal de proteger a su pequeño círculo de seres queridos.

Sin dudas el filme tiene su cuota de momentos, pero la química entre Gibson y Glover recién se dispara a los 40 minutos, cuando el australiano visita la casa del moreno. La escena de la cena es de una genialidad asombrosa porque rebosa gracia y naturalidad. Es en ese entonces cuando la mirada de Gibson cambia y descubre que tiene una razón por la cual vivir.

Desde ya la historia es standard, pero la gracia está en la ejecución, con jefazos malos e inteligentes y secuaces implacables. El eternamente sacado Gary Busey descolla en su rol, y Mitchell Ryan destila veneno. Las persecuciones son formidables y, sobre todo, las reacciones impredecidbles de Gibson son las que terminan de ponerle el condimento a la historia.

Arma Mortal es un gran filme y, sin dudas, un clásico del cine de acción; pero, a mi juicio, la historia tiene agujeros y hay momentos tan oscuros como incómodos. En mi opinión el epitome de la saga es su primera secuela, filmada 3 años después, y la cual cuenta con una ejecución impecable: humor formidable, notables escenas de acción, villanos geniales y, sobre todo, la quimica de Gibson & Glover en su mejor momento, demostrando que son la mejor pareja del cine de acción que Hollywood nos ha dado hasta este momento.

LETHAL WEAPON

En este portal hemos comentado: Arma Mortal (1987) – Arma Mortal 2 (1989) – Arma Mortal 3  (1992) – Arma Mortal 4 (1998) – Arma Mortal: la Serie (2016)