Crítica: Esfera (1998)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1998: Dustin Hoffman (Dr Norman Goodman), Sharon Stone (Dr Beth Halperin), Samuel L. Jackson (Harry Adams), Peter Coyote (Barnes), Liev Schreiber (Dr Ted Fielding)

Director: Barry Levinson, Guión: Paul Attanasio, Stephen Hauser y Kurt Wimmer, basados en la novela homónima de Michael Crichton

Trama: El sicólogo Norman Goodman es enviado junto con otros científicos a una zona en medio del océano Pacífico, en donde aparentemente se está realizando el rescate de un accidente aéreo. Pero a poco de llegar, las autoridades le ponen al tanto de que poseen un informe que Goodman había realizado para la NASA hace varios años, elaborando conjeturas sobre el eventual contacto con una civilización extraterrestre y cómo debería conformarse un equipo de investigación para semejante evento. Sin salir de su asombro, le informan al sicólogo que efectivamente han descubierto una nave alienígena sumergida en el fondo del océano y han reunido a los especialistas que él mencionaba en su informe. Descendiendo a las profundidades, el grupo de científicos logra ingresar a la nave, sólo para llevarse dos grandes sorpresas: la primera es que proviene del futuro y estaba tripulada por humanos; y la segunda es que en el compartimiento de carga hay una gigantesca esfera de origen desconocido y que parece estar viva. Tras el contacto con la esfera comienzan sufrir aterradoras experiencias que pondran en peligro la vida de los miembros de la misión.

Esfera Esfera está basado en el best seller homónimo de Michael Crichton. Crichton es un escritor de ciencia ficción que tuvo su apogeo en los años 70, especialmente después de los éxitos de La Amenaza de Andrómeda y Oestelandia; pero para los ochentas su estrella había entrado en decadencia y no sería hasta el redescubrimiento de su obra a partir del megahit de Steven Spielberg Jurassic Park (1993), que el autor comenzaría una segunda etapa de oro en su carrera.

Como muestra de la desesperación de Hollywood en su búsqueda de generar productos taquilleros, a Crichton le ocurrió lo mismo que a Stephen King: se puso de moda y comenzaron a adaptar indiscriminadamente sus libros, sin importar la calidad del texto, con tal de exhibir el nombre del autor como argumento de venta. De allí en más surgieron películas muy buenas como 13 Guerreros; otras discutibles como Acoso Sexual; y algunas muy feítas como Congo. Esfera queda a mitad de camino entre las dos últimas categorías.

He aquí otro argumento pensado para generar un trailer excitante: un puñado de geniales científicos es reunido en el máximo secreto para investigar una gigantesca nave alienígena sumergida en el fondo del océano. En su interior yace una esfera alienígena de poder desconocido. Ya a estas alturas uno se imagina que toda la rutina inicial de generar tensión y expectativas está más que pulida por la maquinaria hollywoodense – que es lo que efectivamente sucede -. Secretos militares, revelaciones a cuenta gotas cada tantos minutos, conjeturas apasionantes. Es imposible de que un filme así falle en esa parte – es lo mismo que pasa con el setup de la versión 2008 de El Día que Paralizaron la Tierra, que resulta formidable -. El tema es ver qué es lo que pasa después. Y allí es donde Esfera se destroza contra el piso de manera muy mal.

Cuando llegamos a la segunda mitad del filme – con los científicos ingresando a la nave -, las cosas empiezan a derrumbarse. Y el problema es que la credibilidad de la historia empieza a verse afectada por una serie de shocks baratos y la pérdida del rumbo. El tema no es que la esfera sea alienígena o que la nave sea terrestre y provenga del futuro; sino que pasa porque la historia – que venía de un modo conceptual, elaborando teorías, realizando descubrimientos – pierde toda su inteligencia. Desde el momento en que Dustin Hoffman y toda la misión se ponen a chatear con un extraterrestre que se llama Jerry, la coherencia se va a los caños. Los tripulantes se pelean entre ellos, la inteligencia alienígena (que no es tal, como después lo demuestra la historia) es bastante idiota y caprichosa, aparecen varias muertes estúpidas, y todo esto culmina en un clímax de lo más absurdo – el voto tipo boy scout de olvidar lo ocurrido -. Es sencillamente lamentable.

Es obvio que Michael Crichton quiso hacer su propia versión de Planeta Prohibido, en donde la esfera equivale al monstruo de la ID que desataba Walter Pidgeon en el clásico de 1956. Una especie de genio alienígena de la lámpara que materializa los deseos inconscientes de las personas. Pero en vez de enfocarse en el origen de la esfera, el alcance de su poder u obtener conclusiones apasionantes – algo mucho más intelectual -, los protagonistas se acusan entre sí a ver quien entró en la esfera, se encierran, se traicionan, se drogan mutuamente, etc. Toda la brillantez del primer acto se tira por la borda y se transforma en una película barata de terror, con gente idiota persiguiéndose entre sí.

Es que en realidad el gran problema es el texto original de Crichton. Mientras el escritor copia a otros autores y películas más originales y de mayor talento, Esfera funciona; pero cuando llega el momento de las revelaciones, lo que sigue es pura elaboración de Crichton, y encima no es una muy buena que digamos. Para colmo la dirección de Barry Levinson (Rain Man) se vuelve extremadamente blanda en ese punto. Y las comparaciones se vuelven inevitables: piensen en las secuencias del contacto inicial con alienígenas de El Secreto del Abismo (inspirada extraoficialmente en Esfera, cuyo libro data de 1987) o Encuentros Cercanos del Tercer Tipo y vean lo horrible que está planteada la misma situación aquí; comparen el descubrimiento de la materialización de deseos de este bofe con los de Solaris (original de Takovski o remake de Soderbergh) o incluso con el del original Planeta Prohibido. Aquí falta el asombro, la inquietud y el shock, y es reemplazado por trucos baratos y total falta de solemnidad. ¿Un alienígena llamado Jerry? ¿A los cinco minutos del chat, el extraterrestre empieza un berrinche y dice que los va a matar a todos? ¿Tres tipos quedan aislados en una estación submarina de alta complejidad y la aprenden a manejar en cinco minutos? ¿Un escape imposible? ¿Una promesa mutua de olvido como niños escolares?. ¡Vamos!

Esfera es una película que arranca formidable y se derrumba muy mal. Mediocre por donde se la mire, no tiene redención posible. El trío de guionistas (entre los que figura Kurt Wimmer, futuro auteur de Equilibrium y Ultravioleta) debería haber podado las terribles ideas de Crichton y reemplazarlas por otras mucho más inteligentes, que era lo que demandaba semejante premisa. Así como está, es simplemente una película decepcionante.