Crítica: Ultravioleta (2006)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2006: Milla Jovovich (Violet Song jat Shariff), Cameron Bright (Seis), Nick Chinlund (Vicecardenal Ferdinand Daxus), Sebastien Andrieu (Nerva), Ida Martin (Joven Violet), William Fichtner (Garth)

Director: Kurt Wimmer; Libreto: Kurt Wimmer ; Música: Klaus Badelt

Trama: En el futuro, la humanidad intentará desarrollar una raza de super soldados aplicándoles un virus genéticamente modificado. Pero el virus se escapa del laboratorio, y comienza a extenderse, provocando a los individuos infectados una dependencia total de la sangre y características similares al vampirismo. Se los conoce como hemófagos. Las autoridades del laboratorio que desarrollara el virus quedan a cargo del gobierno, y proceden al exterminio de los hemófagos. Cada vez quedan menos de ellos, sea por el trabajo de depuración, o bien por su corta vida – los contagiados viven un máximo de doce años -. Violet es una hemófaga que trabaja con la resistencia, y tiene la misión de robar la última arma que han desarrollado los humanos, y que puede aniquilar instantáneamente a todos los infectados a lo largo del planeta. Violet ha padecido las torturas de los experimentos humanos en el pasado, y aunque ha logrado escapar, como resultado de dichas pruebas ha perdido el niño que llevaba en su vientre. Encomendada a la misión suicida de robar o destruir el arma que puede aniquilar los hemofagos, se encuentra en tiempo de descuento, ya que son sus últimas 48 horas de vida – su plazo de doce años está por vencer -. Pero cuando descubra que el arma resulta ser un niño creado en el laboratorio, sentimientos encontrados brotarán en Violet, poniéndose en fuga con el chico y siendo perseguida tanto por los humanos como por los hemofagos.

Ultravioleta Esta es otra obra de Kurt Wimmer, el responsable de Equilibrium. Y si bien en dicho film merecía el beneficio de la duda, lo cierto es que Ultraviolet exagera todo lo bueno y lo malo que Wimmer había exhibido en Equilibrium. Uno podía pensar en aquel momento que eran errores de director novato; ahora no quedan dudas de que es un director mediocre (y como guionista, apesta).

Tal como Equilibrium, hay un montón de ideas interesantes o relativamente potables, arruinadas por un guión terrible y un mal uso de tiempos narrativos. El film tiene nuevamente un comienzo ridículo, abandona al espectador a su suerte, y recién después de cierto tiempo de proyección las cosas comienzan a encajar en su lugar, aunque no todo está bien explicado. Y como pasara en Equilibrium, en los últimos minutos Wimmer opta por lanzar por la borda cualquier tipo de lógica (o de resolución coherente), y terminar del modo más absurdo posible. Si la película empieza mal, y se enmienda algo en el medio, decide concluír cometiendo los más terribles errores con lo cual no hay redención posible.

La cinta es estéticamente impecable. Los FX son casi irreprochables, la saturación de colores rojo y azul, el uso de las cámaras, de escenarios virtuales (creados dentro de una computadora, tal como Capitán Sky y el Mundo del Mañana), las ralentizaciones de la acción… la estética comic que la secuencia de títulos anticipa está bien lograda. El problema es que Wimmer no sabe transmitir sus ideas al público; después de mucho tiempo de exposición uno llega a asumir que las armas que usa Violet son virtuales y que proceden de unas pulseras que lleva encima. El ritmo de la película tampoco es apabullante, pero hay tantas secuencias de acción que cuando llega el momento de explicar algo, el espectador ya se siente frustrado. Por supuesto regresa el Kata con Armas (Gun Kata) que Wimmer patentara en Equilibrium, pero esto es algo que sólo saben quienes vieron aquel filme. Pero en esos minutos iniciales la historia es una abominación de incoherencias que se estira durante demasiados minutos.

Obviamente Wimmer se copia a sí mismo. Repite un montón de clisés de Equilibrium – el gobierno dictatorial, la discriminación de minorías, los clisés sobre el nazismo con la marca de judíos / hemófagos, los experimentos ilegales, los campos de exterminio -. Pero como no sabe (o no le interesa) explicar algunas de las reglas de este mundo, se transforma en una experiencia frustrante. No hay un paso gradual por las bases del mismo. Entonces vemos a un montón de personas hacer cosas imposibles sin ningún tipo de explicación. Si Wimmer hubiera explicado que las cosas virtuales se pueden materializar, no resultaría tan ridícula la secuencia en que Violet abre un pequeño portafolios y descubre a un chico de 8 años adentro.

Para ese momento la única arma efectiva con que cuenta el director para generar interés y que no lo abucheen es Milla Jovovich. Jovovich es una modelo devenida en actriz, que quizás sea recordada por su primer papel en la secuela del hit de Brooke Shields – Regreso a la Laguna Azul -, y después por trabajos en las producciones de quien fuera su pareja, Luc Besson – El Quinto Elemento y Juana de Arco -. Ha aparecido en otros filmes mas realistas y dramáticos, pero se ha ido perfilando como heroína de acción, en especial en la adaptación fílmica de Resident Evil. A mi gusto, Jovovich puede que no sea una buena actriz, pero transpira el carisma y la personalidad que precisa una figura de acción. Tiene cierto dejo de locura y hasta maldad, que sólo me resulta comparable a una Sharon Stone joven. A pesar de todos los problemas de la película, Jovovich puede cargar con soltura el peso de la misma y salir indemne de las críticas. Su trabajo aquí es bueno.

Pero Jovovich no puede rescatar al film. Wimmer se ha quejado que los estudios le habían sacado el control creativo, y que habían mutilado su obra. Pero habiendo visto una versión extendida en DVD con 8 minutos adicionales, uno puede decir que son solo excusas. La narración recupera algo de fluidez y coherencia, pero sigue siendo intrínsecamente absurda. En especial a medida que se acerca al final, en donde Violet escapa de su plazo mortal de vencimiento, en donde los muertos no están muertos, en donde las recuperaciones que llevan mucho tiempo se hacen en unas horas, y en donde el villano así como el arma desvastadora dan un vuelco total y completamente ilógico. Y sin hablar del clímax. Recientemente encontré en la Wikipedia un artículo donde hablaba del efecto Stormtrooper. Esta es una regla absurda del cine de acción, que bien puede encajar en toda una serie de principios que el crítico Roger Ebert ha popularizado con los años (como, p.ej., la falacia del villano locuaz, donde el malo termina por explicar todo al héroe antes de matarlo mientras le da tiempo a éste para pensar en una vía de escape de la situación). El efecto Stormtrooper – cuyo nombre proviene de los soldados imperiales de La Guerra de las Galaxias – dice que las tropas enemigas y altamente entrenadas pueden ser derrotas por el héroe con una facilidad enorme. Nunca atinan los disparos, nunca buscan refugio, son carne de cañón para el héroe. Y del mismo postulado se desprende el efecto inverso: cuanta mayor sea la cantidad de villanos, más torpes son y más facil resulta derrotarlos. Sólo los enfrentamientos mano a mano con el gran malvado de turno suponen un reto al héroe. Acá esto es llevado a niveles siderales, con Violet liquidando a 700 soldados simultáneamente, armada tan sólo con una espada.

No es un filme de Uwe Boll; acá hay errores gruesos pero de otro tipo. Como película puede ser apenas aceptable si usted la ve gratis y por cable. De lo contrario es una pérdida de tiempo y dinero.