Crítica: Lightyear (2022)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2022: Chris Evans (Buzz Lightyear), Keke Palmer (Izzy Hawthorne), Peter Sohn (Sox), Taika Waititi (Mo Morrison), Dale Soules (Darby Steel), James Brolin (Zurg), Uzo Aduba (Alisa Hawthorne)

Director: Angus MacLane – Guión: Jason Headley & Angus MacLane

Trama:  Buzz Lightyear y la comandante Alisa Hawthorne están explorando planetas deshabitados en donde montar una colonia. Pero la fauna y flora de T’Kani Prime es extremadamente agresiva hasta el punto de dañar los motores de hiperpropulsión. Lightyear decide despertar del hipersueño a los cientos de colonos que lleva en su nave y, en cuestión de meses, montan una pequeña ciudad e incluso un puerto espacial. Como el cristal que impulsa los motores de hiperpropulsión se ha roto es necesario reconstruirlo… pero todos los intentos por encontrar la fórmula perfecta con los componentes que hay en el planeta han fracasado. Buzz – haciéndose responsable del desastre de haber quedado varados en ese planeta por su culpa – se lanza al espacio, realizando vuelos de prueba con distintas fórmulas del cristal… pero cada vuelo – que para Buzz representan cuatro minutos de su vida – se convierten en cuatro años transcurridos en el planeta debido a la aplicación práctica de la Teoría de la Relatividad. Y los intentos se acumulan hasta el punto que Hawthorne se ha casado, ha tenido hijos, ha envejecido y ha fallecido en la colonia mientras Buzz sigue intentando obtener el 100% de potencia de cada fórmula experimental. Un día Buzz tiene éxito pero, cuando regresa al planeta, ya han pasado 27 años y – lo que es peor – una fuerza intergaláctica hostil está atacando sin descanso a la ciudad de los colonos. Topándose con un puñado de cadetes militares – y fuera del escudo de energía que protege a la colonia – Buzz deberá organizar una misión suicida para subir a la nave madre de los invasores, volarla y montar una contraofensiva. Pero sus compañeros de aventuras son torpes, los robots son implacables y, lo que es peor, a bordo de la nave madre de los invasores lo espera una desagradable sorpresa.

Crítica: Lightyear (2022)

Cash grab. Es el término que usan los yanquis para algo cocinado de apuro cuyo único propósito es hacer dinero rápido, generalmente explotando una marca conocida o de prestigio. En ese sentido podría repetir textualmente lo que puse al inicio de Jurassic World: Dominion: los tiempos post-pandemia van a llenar los cines de productos mediocres que explotan reconocidas IPs y cuyo único propósito es llenarse los bolsillos rápido para apagar los rojos de los libros contables que dejaron meses (y años) de cuarentenas y demoras causadas por el Covid. Algunos son proyectos demorados de larga data, pero otros parecen escritos un fin de semana. Y Lightyear es el último título que se sube a esta desgraciada tendencia.

Claro, hay un problema de comunicación entre los medios, la realidad y los grandes estudios. Si uno ve el 75% de aprobación del filme en Rotten Tomatoes uno dice “esta gente está loca: ¿de dónde sacaron que el filme es tan bueno?”. Ah, sí, el temor reverencial a ofender al Imperio del Ratón, no le digas que el producto es malo porque sino te niega el acceso a entrevistas o no publicita en tus radios / canales de TV / revistas / portales, etc. Por el otro lado vos leés las explicaciones de la gente de Disney sobre el fracaso de la película en taquilla (costó 200 millones y recaudó – incluyendo el box office internacional – 215 palos… lo cual no es nada y la deja en pérdida porque siempre hay 100 / 200 millones de gastos extras, invisibles, que deberían sumarse al costo de producción y tienen que ver con masivas campañas publicitarias en todo el mundo), y los tipos te muestran gráficos y te dan explicaciones técnicas sobre que no era el momento adecuado, que faltó publicidad focalizada, que quizás el cambio de Tim Allen por Chris Evans (en la voz del personaje) afectó la recaudación, que los conservadores hicieron campañas masivas por el beso lésbico de una de las protagonistas… puros bolazos. La gente no es estúpida y, si el filme no tiene una positiva recomendación espontánea boca a boca (bah, lo que ocurrió fue lo contrario, que todo el mundo la tildó de aburrida) jamás te va a ir el público a verla. Ni Evans ni el beso. Lightyear no era necesaria en la mitología de Toy Story, no tiene una historia super original ni que te queme la cabeza, ni siquiera tiene mucho humor. Es simplemente chata, rutinaria, prolija, sólida en lo técnico pero nada excitante. Una película que pertenecía al streaming antes que al estreno en cines, sólo que sobreproducida.

Debo reconocer que la primera hora es sólida. No guau, pero está bien escrita y plantea el drama de nuestro héroe y el esfuerzo de su sacrificio. Buscando un planeta habitable – con una nave cargada de colonos (que nunca se explica el por qué, si la Tierra sufrió algún desastre o por qué no estudiaron antes a dónde querían aterrizar en vez de ir al tun tún) – Lightyear y su co piloto Alisa terminan en un planeta saturado de fauna y flora hostil. El intento de escapar de un ataque falla, rompen el motor y se ven estancados en el planeta durante meses. Como tienen todo tipo de maquinaria a bordo montan una pequeña ciudad e incluso una base de lanzamiento. El drama es que los motores de hiperpropulsión (que fueron los que se rompieron) usan un cristal único (¿dilithium?) que no tiene reemplazo, por lo que hay que experimentar con la fórmula para poder recrearlos. Buzz se ofrece como voluntario – total, todos están estancados ahí por su culpa, él debe enmendar las cosas de alguna manera -, y empieza a hacer viajes de prueba con fórmulas diferentes alrededor del planeta. El drama es que cada viaje de 4 minutos representa 4 años transcurridos en el planeta (por culpa de la teoría de la relatividad de Einstein) y, lo que es peor, Buzz no consigue obtener el 100% de impulso en los motores. Basta diez viajes para que a Alisa se le pase la vida, se case con otra chica, tengan un hijo, envejezca, incluso muera (momento lacrimógeno al estilo Up) y Buzz siga dejando la vida para obtener una fórmula perfeccionada. El último intento funciona pero cuando Buzz vuelve ya pasaron mas de veinte años en el planeta. Un imperio del mal ha encontrado la colonia y desea aniquilarla y Buzz – y una pandilla de soldaditos rasos que han quedado por afuera del escudo que protege a la colonia e impide que los robots del villano irrumpan en la misma – son los únicos capaces de emprender una misión suicida y salvar a los colonos. Y esto es, infiltrándose en el crucero imperial y tirarlo abajo ya que, en otro insufrible cliché abusado en los últimos tiempos por los filmes de ciencia ficción, si destruís la base, los invasores se paralizan / dejan de funcionar de manera automática (¿remember los Chitauri de Los Vengadores?).

Los mayores problemas con Lightyearaparte de su poco humor (y el que hay es poco inspirado) – tienen que ver con esa segunda parte. La pandilla de novatos es intragable – la nieta de su amiga co piloto, una vieja que explota cosas, un veterano torpe, un robot inútil -, las aventuras que corren para entrar a la nave no son excitantes y cuando llega la revelación del villano… carece absolutamente de sentido. En realidad las explicaciones que da el filme te queman la cabeza y no tienen lógica alguna. Y ése es el clavo final en el ataúd de una película que venías tolerando con lo justo ya que la música era pasable y la animación es un lujo… pero la historia y los personajes son huecos y nada atractivos.

Decir que ésta es la película que le quemó la cabeza a Andy en 1995 – el protagonista original de Toy Story -y lo llevó a manguearle a su madre para que le compre el juguete de Buzz Lightyear es ponerle el moño al insulto final. En la proyección en que estuve un montón de pibes querían irse a la media hora de iniciada la película y los adultos se la pasaban viendo los relojes. No entendían lo que pasaba en pantalla o no tenía gracia como para engancharlos. Así que, chicos Disney (y sobre todo tú, Pixar, que sólo dabas a luz grandes películas!) piensen bien si van a seguir con esta onda… o si planean otro spinoff con Woody como vaquero de la vida real. Los FX ya no son excusa suficiente para que la gente vaya en masa a ver una película mediocre; después de todas las cosas que pasamos lo que queremos es un buen espectáculo. Y Lightyear, aunque no sea un desastre bíblico, no cumple con el requisito mínimo que precisa un show (ni está a la altura del prestigio de la marca que explota), que es entretener aunque sea de manera pasable durante unos meros 90 minutos.

BUZZ LIGHTYEAR

Las películas sobre el personaje comentadas en este portal son: Buzz Lightyear del Comando Estelar (2000) y Lightyear (2022)