Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA / Japón, 2000: con las voces de Tim Allen (Buzz Lightyear), Nicole Sullivan (Mira Nova), Stephen Furst (Booster), Larry Miller (XR), Wayne Knight (Emperador Zorg), Adam Carolla (Comandante Nebula), Diedrich Bader (Warp Darkmatter), Patrick Warburton (los Pequeños Hombrecitos Verdes)
Director: Tad Stones, Guión: Mark McCorkle, Bill Motz, Bob Roth & Bob Schooley
Trama: Buzz Lightyear y Warp Darkmatter pertenecen a un cuerpo de guardianes del espacio, dedicados en cuerpo y alma a a preservar la justicia y el orden en la galaxia. Pero ahora han caido en una emboscada y Darkmatter ha perecido en un enfrentamiento con las fuerzas del malvado emperador Zorg, razón por la cual Lightyear ha jurado no volver a tener un compañero de patrulla durante el resto de su carrera. Sin embargo la situación en el universo se ha vuelto apremiante, gracias a que Zorg se ha apoderado de la Unimente – el dispositivo que controla los pensamientos de los Pequeños Hombrecitos Verdes, y los hace actuar colectivamente como uno solo – y lo ha modificado para controlar las mentes de todos los seres de la galaxia. Ante la escasez de guardianes profesionales Buzz ha sido forzado a aceptar el liderazgo de una brigada de reclutas, con los cuales debe infiltrarse en la guarida fortificada de Zorg para desactivar la Unimente… pero, antes de que concluya la misión, terminará por llevarse una desagradable sorpresa.
Buzz Lightyear era uno de los mejores personajes que tenía la saga de Toy Story. Ok, todas las peliculas de la serie son lindas, pero el corazoncito de uno estaba con Lightyear, simplemente porque era un héroe del espacio que disparaba unas parrafadas propias de las películas sci fi de los años 50. Como no debo haber sido el único que tuvo ese feeling, la Disney decidió despacharse con un piloto basado en el personaje para ver si los números daban como para financiarle su propia serie. El resultado final fue el filme que ahora comentamos, el que sirvió de puntapié inicial para una tira animada emitida entre el 2000 y el 2001.
La elección de Buzz Lightyear como estrella de su propio show suena harto lógica; un héroe del espacio tiene más appeal entre las generaciones modernas que las aventuras de un vaquero (en caso de que hubieran armado una serie basada en Woody, el otro co-protagonista de Toy Story), amén de que el western ha pasado a ser un género totalmente pasado de moda. Debo admitir que me sentía entusiasmado por ver el piloto, ya que la idea desbordaba de potencial.
Las malas nuevas es que Buzz Lightyear del Comando Estelar es mediocre por donde se la mire. La impecable animación digital de Pixar ha sido reemplazada por una manual, provista por un puñado de mediocres estudios asiáticos subcontratados por la Disney, con lo cual el filme se ve berreta y barato. Después le sigue el libreto, que se va en verborragia y se queda corto en gracia, amén de que la historia carece de originalidad. Semejante desidia termina generando un producto aburrido y de baja calidad, lo que constituye una alarmante ofensa considerando los quilates que poseía el filme en el cual se basa.
Y es una lástima, ya que aquí hay atisbos de lo que podría haber sido una buena película. Comenzando por el fabuloso cast de voces, que incluye al Buzz Lightyear original Tim Allen, además de Wayne Knight, Patrick Warburton (uno de mis comediantes favoritos) y, en los créditos finales, una impactante canción entonada por William Shatner (burps!). Súmenle a esto la posibilidad de haber hecho algo en la onda de Linterna Verde – una troupe de guardianes galácticos supervisando el orden en la galaxia – pero en tono de comedia y parodiando el estoicismo propio de los super héroes, pero… el abominable libreto – enviciado en hacer que los personajes disparen parrafadas sin gracia todo el tiempo – y un mal director – que se empecina en arruinar las escasas escenas de acción que tiene la película – terminan por matar las escasas bondades del producto.
Buzz Lightyear del Comando Estelar es un filme olvidable. Quizás la serie haya podido corregir los defectos de origen, pero aquí son demasiado evidentes. Y, en todo caso, es claro ejemplo de desdén creativo, un producto manufacturado de manera apurada y sin cuidado con el único interés de complacer los requerimientos del departamento de marketing.