Crítica: Está Detrás de Ti (It Follows) (2014)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2014: Maika Monroe (Jay), Keir Gilchrist (Paul), Daniel Zovatto (Greg), Lili Sepe (Kelly), Olivia Luccardi (Darah)

Director: David Robert Mitchell, Guión: David Robert Mitchell

Trama: Jay ha pasado la noche con Hugh – en su primera cita -, pero las cosas no han salido como ella esperaba. La chica ha sido drogada, violada y amordazada, y al despertar Hugh le cuenta una extraña historia – que hace tiempo conoció a una mujer, tuvieron relaciones y (desde ese entonces) un ente fantasmagórico ha comenzado a perseguirlo con intenciones de destrozarle -. Convencido de que la única manera de deshacer la maldición era transmitírsela sexualmente a alguien, Hugh ha forzado a la chica y ahora la misma ha quedado en la mira de la aterradora figura. Todo esto no dejaría de ser la fantasía de un loco de no ser que Jay ha comenzado a ver el espectro, el cual acecha su casa y en la cual ha intentado irrumpir en mas de una ocasión. Con la ayuda de sus amigos Jay decide tomarse un tiempo en una cabaña prestada – lejos de la ciudad -, pero no pasa mucho tiempo antes de que la figura siniestra la encuentre e intente atacarla. Paranoica y exhausta Jay recurrirá a soluciones extremas para intentar detener esa cosa… pero lo inexplicable es también indetenible y pareciera que la chica sólo encontrará la paz cuando el espectro la alcance y la masacre como a sus anteriores víctimas.

Maika Monroe descubre que es un mal día para dejar la virginidad en It Follows (2014) Maika Monroe descubre que es un mal día para dejar la virginidad en It Follows (2014)

Esta Detras de Ti (2014) Tengo opiniones encontradas sobre It Follows. La critica se ha deshecho en elogios hacia el filme y en Rotten Tomatoes figura con un porcentaje de aprobación del 97%, clamando que se trata de una pequeña obra maestra. Lamento disentir con la mayoría, no por una cuestión de soberbia o capricho, sino por una cuestión de lógica: Está Detrás de Tí tiene su cuota de sustos efectivos y el director David Robert Mitchell es muy bueno creando climas, pero no deja de ser una anécdota demasiado rebuscada y carente de asidero. El filme es lento, las situaciones son muy raras, los personajes son anodinos, y todo tiende a ser demasiado bizarro como para ser efectivo.

A la vista salta que David Robert Mitchell es fanático del cine de terror de la vieja escuela (léase los slashers de los años 80, los primeros filmes de John Carpenter y Wes Craven, incluso hasta de los giallos italianos – de quien toma prestados encuadres y estilos musicales -). Las secuencias son lentas y tienden a ser estáticas – un par de minutos apuntando hacia el follaje de una plaza en donde percibimos algo moviéndose a la distancia, o una conversación trivial en donde se distingue una figura caminando hacia la protagonista a dos kilómetros por hora -, lo cual es muy bueno las dos primeras veces que lo intenta y después termina por aburrir. Honestamente, es un gran enfoque – es como esa larga secuencia de El Exorcista III en donde vemos el corredor de un hospital durante tres largos minutos hasta que pegamos un salto al ver que aparece de la nada el asesino con una gigantesca tijera quirúrgica y a punto de rebanarle la cabeza a una enfermera ajena a semejante peligro -, pero pareciera que todo el libreto está armado en torno de semejante gymnick. El setup es raro – esta gente tiene algunos aparatos modernos como autos y celulares, pero el resto se ve ochentoso, plagado de radios viejas y televisores de tubo, empapelados amarillentos, vestidos pasados de moda, etc – lo que hace pensar que todo esto no es mas una fantasía onírica, un sueño de la misma protagonista cuya mente está digiriendo alguna relación sentimental mal barajada. Piensen sino en esto: a las figuras familiares de autoridad no se les ve el rostro, el barrio siempre está desierto, los adultos se ven a la distancia y nunca hablan de manera directa con los muchachos, la barra de chicos toma un montón de decisiones sin consultarle a nadie (se van a una cabaña durante días, se la pasan en la casa de Jay sin ir a estudiar o trabajar, etc; ¿dónde diántres están los padres?). La teoría de la pesadilla con ribetes sexuales tiene sentido y hace zafar la rebuscada premisa de la historia. Por que, sino, ¿de qué demonios estamos hablando?.

A los criticos le gustó mucho el aspecto metafórico del asunto: el espectro como una especie de versión demoníaca del SIDA u otra enfermedad venérea. También se puede interpretar como que Hugh (el primer portador) contrajo una enfermedad venérea que provocaba la locura, y que el fantasma no es mas que un síntoma del mal, una alucinación provocada por la infección. Sólo los individuos contagiados ven el demonio que les acecha, caen en un trance paranoico y creen que con tener relaciones podrán quitarse la maldición de encima. Lástima que todo esto termina por caer en una serie de reglas arbitrarias – he ahí el defecto de crear un monstruo novedoso cuyas reglas de origen y de combate no siempre son lógicas -, como que el bicho puede manipular objetos fisicos, se lo puede tapar con una manta (como si fuera una persona real pero invisible), y las balas lo atontan por unos segundos. La intentona final – con el espectro lanzando secadores de pelo y máquinas de escribir eléctricas a la pileta olímpica en donde se refugia la chica – es directamente idiota.

Está Detrás de Tí no deja de ser un ejercicio de estilo que tiene sus momentos, pero que podría haber estado mejor. El ente sexópata – que da la impresión de querer recuperar parte de su energía perdida al tener relaciones con su victima hasta matarlo – es una creación absurda si no se la baraja como corresponde. El cine, en ocasiones anteriores, ha tenido su cuota breve y marginal de fantasmas cachondos – léase, El Ente – en donde las explicaciones tenían sentido. Acá el tema de la transmisión sexual es rebuscado y hasta ridículo; podían haber armado algo como Poseídos (1998) – con un demonio que salta de cuerpo a cuerpo, en este caso no para poseerlo sino marcándolo como un objetivo para perseguir hasta el cansancio -, o podrían haber buscado otra excusa – como alguna maldición gitana – para intentar crear una amenaza lenta e indetenible, que ataca sin causa y sólo porque le han asignado el blanco. Yo entiendo el propósito de David Robert Mitchell – crear algo horrible que se vea desde kilómetros de distancia, que no se cansa nunca y que siempre va a estar detrás de ti hasta que tenga la oportunidad de agarrarte y masacrarte – pero discrepo con la puesta en escena, la que a veces se ve lerda, aburrida y absurda. Sin lugar a dudas es un filme diferente; pero una cuota de momentos logrados no hacen necesariamente buena a una película, la cual tiene sus méritos pero también se queda a mitad de camino de todo lo que quiere proponer.