Crítica: RRR (2022)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorIndia, 2022: N.T. Rama Rao Jr. (Komaram Bheem), Ram Charan Teja (Alluri Sitarama Raju), Ray Stevenson (gobernador Scott Buxton), Alison Doody (Catherine Buxton)

Director: S.S. Rajamouli – Guión: S.S. Rajamouli & Vijayendra Prasad

Trama: India, década del 20. Los británicos dominan el país con puño de hierro y subyugan a los locales sin el menor de los miramientos. Ahora la esposa del gobernador Buxton se ha fijado en una niña india – la cual hace fantásticos dibujos con tinta sobre las manos de las personas – y ha decidido apropiársela para su solaz… y ofensa de los locales. Pero el pueblito tiene un defensor – Komaram Bheem, un pastor cuyos poderes sobrehumanos provienen del bien – y el cual hará lo imposible para recuperarla… aún si en dicha tarea debe asesinar al gobernador, todo el ejército inglés y perder la vida en ello. Frente a él se encuentra Raju, un indio enrolado en el ejército inglés, el cual desea atrapar a toda costa al conspirador que intenta asesinar al gobernador para poder ascender de rango. Pero aunque ambos parezca antagonistas naturales Raju tiene secretas intenciones… y cuando se haga amigo de Bheem y se vea obligado a traicionarlo, su conciencia se debatirá entre lo que precisa para cumplir su plan oculto, su fidelidad hacia el amigo que le salvó la vida… y el amor hacia su nación la cual está cada vez mas oprimida por los despreciables colonizadores ingleses.

Crítica: RRR (2022)

Capitán India y el Soldado de Nueva Dehli: la película

Marvel ya tiene un nuevo candidato para sumar al MCUS.S. Rajamouli, el director de RRR (Rise Roar Revolt, o levántate, ruge, revoluciona; traducido al español). El tipo es como la versión india de Timur Bekmambetov: no importa si una escena de acción se ve muy chiflada y para nada realista, si es excitante así la filma (¿se acuerdan cuando Timur hizo pistear un coche deportivo por las paredes de un rascacielos en Nightwatch?). Y como tiene una capacidad ilimitada de despachar verdura las tres horas de RRR son un logro majestuoso de locura, adrenalina y épica – una escena de acción tras otra – que termina por dejarte exhausto cuando llegan los créditos finales. Oh, si, también hay bailes y canciones – un clásico de los filmes made in Bollywood – pero hasta esos números (que podrían sonar ridículos) tienen una energía y originalidad envidiable.

Toda la historia es un bolazo atómico simplemente porque toma elementos históricos y los mezcla como quiere. He aquí dos héroes de la libertad india (en la era revolucionaria pre-Gandhi) que nunca se conocieron en la vida real, los cuales se unen para recuperar a una niña de una tribu local secuestrada por el perverso gobernador inglés y sus huestes. Del pueblo de donde raptaron a la chica hay una especie de defensor místico, un tipo superpoderoso y de voluntad indoblegable, el cual va a ir a arrancar a la pequeña de las garras del imperio; en el camino se cruza con Raju, un indio que oficia de agente secreto y que trabaja clandestinamente para los ingleses dándoles la identidad de los revolucionarios. Como el pastor y el oficial se ven envueltos en medio de una tragedia ferroviaria que puede costar cientos de vidas, deciden unir fuerzas en una de las escenas mas chifladas e icónicas de la película – uno rescatando a una niña y el otro enarbolando la bandera de la India, ambos cruzándose debajo de un puente en llamas y unidos por una sola cuerda que se está quemando y se va a romper en cualquier momento (hay que verla para creerla) -. La amistad nace y es sincera al principio pero Raju sabe que debe detener al líder revolucionario que viene a liberar a la chica (y, de paso, matar al gobernador y su perversa esposa, una Alison Doody deforme por las cirugías y a la cual uno no veía desde la época de Indiana Jones y la Ultima Cruzada); lo que no sabe es que ése sujeto es el flaco que tiene al lado. Mientras la traición se cocina, el malvado gobernador inglés (Ray Stevenson, quemando los últimos cartuchos de su carrera) detiene y tortura locales a mansalva mientras que a sus soldados indios los trata como cucarachas y los denigra cada vez que puede.

Decir que la película es racista es quedarse corto. Como uno ya vió en algo tan inofensivo como puede ser Señorita Marvel by Disney, indios, pakistaníes y otros locales de la zona hablan pestes de la colonización inglesa y ninguno tiene nada bonito que contar de ésa época. Nada de “te agradezco la cultura y el idioma” sino “nos trataste como basura durante décadas, nos saqueaste hasta decir basta y sólo cuando nos levantamos se acordaron que ustedes eran unos miles y nosotros cientos de millones asi que… ¡ténganos miedo!”. Mas allá de las caricaturas raciales de los colonizadores (esos diabólicos invasores extranjeros que sólo destilan maldad!) hay un sentimiento muy fuerte de orgullo nacional, de solidaridad y compasión que va mas allá de la pantalla y te termina por emocionar. Pero lo que caracteriza a RRR son las peleas disparatadas, la coreografía ultra exagerada de las escenas de acción donde estos tipos hacen cosas imposibles ya que son superhéroes locales impulsados no por suero de super soldado sino por patriotismo puro. Desde detener motos en seco con una sola mano (y luego lanzársela por la cabeza a los enemigos) hasta atravesar una pared de fuego junto a una estampida de tigres y liquidar a todo el ejército inglés con sus propias manos – creo que el término hiper-camp se queda corto -. La cantidad de secuencias descomunales nunca se acaba y la cuidada fotografía y efectos especiales las hace aún mas épica.

La fama de RRR viene del boca a boca. Es imposible transmitir la excitación que produce la película con solo palabras. Es una experiencia visual y visceral que debe vivirse. La fama está bien fundada – no es un mero gimmick de publicidad; es un filme genial, un espectáculo a otro nivel que deja chico a la película mas intensa de Hollywood de los últimos años – y la recomendación deja de ser una sugerencia a transformarse a un imperativo “véala ya mismo!”.