Crítica: El Día que Estalló el Infierno / Ultimatum Nuclear (Twilight´s Last Gleaming) (1977)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1977: Burt Lancaster (General Lawrence Dell), Charles Durning (Presidente David Stevens), Paul Winfield (Willis Powell), Richard Widmark (General Martin McKenzie), Burt Young (Augie Travers), Melvyn Douglas (Jack Guthrie), Richard Jaeckel (Sandy Towne)

Director: Robert Aldrich, Guión: Ronald M. Cohen & Edward Huebsch, basados en la novela Viper 3 de Walter Wager

Trama: 1981. El ex general Lawrence Dell consigue escapar de prisión y, junto con otros reclusos, logra hacerse con el control de un silo nuclear en Montana. Desactivando los mecanismos de seguridad – que él mismo diseñara en su momento -, Dell logra apoderarse de los códigos de lanzamiento y ahora dependen de él nueve misiles intercontinentales con cabezas atómicas. La alarma suena en las altas esferas y muy pronto Dell se encuentra negociando sus condiciones con el mismo presidente de los Estados Unidos. Dell lanzará los misiles a menos de que Washington haga públicos una serie de documentos secretos, los cuales explican las verdaderas causas de la incursión norteamericana en la guerra de Vietnam. Pero la cruzada justiciera del ex general se topará con los intereses creados de los sectores más conservadores de la política y el ejército, los que están dispuestos a llegar a cualquier extremo con tal de silenciar la verdad.

Ultimatum Nuclear (1977) Después del escándalo de Watergate, en los setentas estaban de moda las conspiraciones. A final de cuentas la guerra de Vietnam instaló el cinismo en la sociedad y, lo que antes eran presunciones, hoy eran realidades. La gente tenía (y tiene) trapos sucios escondidos y usa todo lo que tiene a mano para mantenerlos en secreto, aún cuando deban incurrir en delitos más graves que los que quieren ocultar. Los autores de best sellers han hecho fortunas con esto, y las conspiraciones rápidamente pasaron al cine. Twilight`s Last Gleaming (El Ultimo Resplandor del Crepúsculo, titulo que alude a un estribillo del himno norteamericano, y que aquí se conociera como Ultimatum Nuclear, Alerta: Misiles, o El Dia que Estalló el Infierno) es uno de los tantos thrillers setentistas que pululaban en las pantallas de la época. El tema es que ni la conspiración ni la siniestra verdad oculta que publicita el argumento del filme terminan por ser medianamente satisfactorias.

Aquí está Burt Lancaster liderando un cast de veteranos decadentes, algo que se puso de moda en los setenta ya que los jubilados eran baratos y aún aportaban buen cartel aunque sus épocas de gloria hubieran pasado hace décadas. Lancaster es un militar acusado injustamente, el que decide secuestrar el mando de un silo nuclear para limpiar su nombre y para revelar una parva de documentos secretos que tienen que ver con la verdadera causa de la guerra de Vietnam. La supuesta revelación final – de que la participación en la guerra fue solo una demostración ante la Union Soviética de que los norteamericanos estaban dispuestos a todo tipo de sacrificios con tal de medir fuerzas con los comunistas – es de una ingenuidad descomunal, y dudo mucho de que tenga el peso de escándalo que el filme pretende vender… aunque a finales de los 70 Vietnam seguía siendo palabra tabú y haría falta que Oliver Stone se despachara con su revisionismo cinematográfico años más tarde.

Si la verdad oculta resulta sosa, entonces queda el thriller… el que tampoco es gran cosa. Es posible que Robert Aldrich (el mismo de Qué Pasó con Baby Jane?) estuviera bastante viejo y fuera de forma, porque acá el suspenso brilla por su ausencia. Esta gente se la pasa gritando por los teléfonos, desarma bombas sin la más mínima tensión, y hasta el asalto supuestamente secreto al silo deja bastante que desear. Tampoco ayuda el hecho de que Richard Widmark, Charles Dunning y una parva de actores televisivos en papeles secundarios sobreactúa como si este fuera un día de fiesta y no una grave crisis nuclear.

Con lo cual Twilight`s Last Gleaming termina por ser una oportunidad desperdiciada, ya que aquí hay una larga lista de talentos involucrados. Aunque no estuvieran en su mejor hora, podían aportar su experiencia para hacer algo superlativo, pero no es lo que ocurre aquí. Y si bien estuve buscando durante años este filme, después de verlo termina por dejarme cierto sabor a desilusión en la boca. No es una mala película, pero definitivamente no es una que vaya a hacer historia.