Crítica: Dylan Dog: Los Muertos de la Noche (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2010: Brandon Routh (Dylan Dog), Anita Briem (Elizabeth Ryan), Sam Huntington (Marcus Adams), Taye Diggs (Vargas), Kurt Angle (Wolfgang), Peter Stormare (Gabriel)

Director: Kevin Munroe, Guión: Thomas Dean Donnelly & Joshua Oppenheimer, basados en el comic de Tiziano Sclavi

Trama: Aunque aparenta ser un detective privado común y corriente, Dylan Dog se ocupa de casos sobrenaturales, crímenes que involucran la existencia de zombies, vampiros y hombres lobos – criaturas que salen a la noche y conviven con nosotros bajo su apariencia humana -. Ahora ha aceptado el caso de Elizabeth Ryan, cuyo padre ha sido destrozado por una bestia humanoide en el interior de su casa en plena Nueva Orleans. Dylan concluye que el victimario ha sido un vampiro y que el mismo estaba buscando el paradero de un amuleto conocido como la cruz de Belial, la que serviría para despertar a un poderosísimo monstruo ancestral que sólo aceptaría órdenes de quien lo halla invocado. Pero la pesquisa se complica cada vez más, ya que vampiros y hombres lobo han entrado en guerra y se reclaman mutuamente por la posesión del talismán; y Dylan y Elizabeth se encuentran atrapados en el medio del conflicto, debiendo correr por sus vidas.

Dylan Dog: Los Muertos de la Noche Ahora Superman y Jaime Olsen investigan a los muertos vivos. Tal como suena, Dylan Dog: Los Muertos de la Noche marca el regreso de la dupla de Brandon Routh y Sam Huntington, quienes protagonizaron en el 2006 Superman Regresa. Ahora les ha tocado encarnar esta versión para la pantalla grande de un comic italiano, que podrá ser muy conocido en la península o en círculos de culto pero que yo jamás había escuchado hablar. Sin considerar la fidelidad (o no) a la historieta de origen, lo cierto es que Dylan Dog: Los Muertos de la Noche suena interesante aunque no original. El problema es el libreto, el que provee una historia desastrosa.

Seamos claros. A mí me gustó la película y me divertí con ella. Aquí hay un detective privado que investiga casos sobrenaturales. Toda la premisa suena a un licuado de cosas anteriores y más conocidas que ésta, que van desde Constantine hasta Buffy, la Cazavampiros y Angel. No importa. Está Brandon Routh, quien no es un buen actor ni es extremadamente simpático, pero el tipo tiene algo que me cae en gracia. Relata la historia en off, y provee un buen clima para la intriga. Lo acompaña un sidekick gritón e inoperante (Sam Huntington) que hace de comic relief. Al tipo lo mataron y ahora vuelve a la vida como un zombie. Tiene las tripas colgando y le falta un brazo, y lo llevan a un desarmadero de cadáveres – algo así como una calle Warnes de lo sobrenatural, en donde los zombies reponen las partes perdidas o podridas -. Ah!. También asiste a reuniones de ayuda, algo así como Zombies Anónimos. Cada vez que aparece Huntington las cosas se ponen muy cómicas por lo absurdo. Sin embargo, los problemas del filme pasan por otro lado.

Ciertamente uno podría armar algún juego de tragos (tal como hacen los yanquis), embuchándose una copita de aguardiente cada vez que adivinamos de qué película famosa sacaron tal o cual idea. Todo es un pastiche, y no es muy difícil descifrar que ésta es prácticamente una historia policial standard, sólo que los hombres lobo representarían a la mafia italiana, los vampiros a la mafia irlandesa, los zombies a los latinos que venden partes robadas, etc, etc. Entre todos esos bichos camina, intocable, Brandon Routh, aunque nunca se termina de explicar el por qué de su impunidad. Teóricamente él fué una especie de fiscal de la paz entre razas en su momento, pero tampoco explican por qué lo eligieron o qué tiene de especial el tipo. Y aún con todos esos baches y con la copia de ideas a medio mundo, Dylan Dog: Los Muertos de la Noche sería pasable sino fuera que la historia de detectives está manejada para la miér…coles. Hay baches enormes de lógica, gente que sale de la nada para explicar lo inexplicable, y una revelación final que carece de sentido. Uno no siente que ésta se trata de una intriga que uno pueda seguir, y que uno vaya elaborando teorías a medida que el investigador junta pistas, sino que se trata de una acumulación de escenas excéntricas como para que haya alguna pelea o algún diálogo tenso entre Routh y el mafioso sobrenatural de turno.

Dylan Dog: Los Muertos de la Noche está ok. Tómela como una comedia, ni se moleste en la trama detectivesca ya que carece de sentido. Es cierto que hay que esperar una larga media hora para que Sam Huntington aparezca en escena como zombie y comience a proveer risas pero, cuando lo hace, vale la pena.