Artículos: el fracaso de las películas de superheroínas

Volver al Indice – artículos sobre Cine Fantástico / un artículo de Alejandro Franco

Las superheroínas no funcionan en la pantalla grande. Salvo Mujer Maravilla, ni siquiera una veterana como Viuda Negra estuvo cómoda en su debut en solitario. Y los últimos filmes del género sólo demuestran que el declive es aún peor. ¿Cuáles son las razones?.

Artículos: el fracaso de las películas de superheroínas

¿El género de superhéroes es sólo para varoncitos?. Pues así parece. La Mujer Maravilla es la creación de un hombre, William Moulton Marston, un tipo que merece su propia historia debido a lo atípico de su vida sentimental (ya hay una película sobre ello: El Profesor Marston y sus Mujeres Maravilla del 2017). Psicólogo de prestigio, practicante del poliamor (vivía con su esposa y su amante), creador del detector de mentiras, y un defensor de la igualdad entre los sexos. Es posible que la Mujer Maravilla no sea ni el personaje más apasionante ni el más complejo de la historia del comic, pero se dió maña para llegar hasta la época actual. ¿La razón?. Posiblemente el fetichismo de los lectores. Con un traje ajustado y escotado, librando feroces batallas a trompada limpia contra las archienemigas de turno, quizás la longevidad del personaje se deba más al erotismo camuflado en sus viñetas que a la verdadera calidad de sus historias. Claro que esto cambió con la llegada de la década del 70, en donde las tendencias del mundo del comic maduraron y los autores de turno le dieron un giro más adulto a lo que eran típicos personajes adolescentes.

Pero, aparte de la Mujer Maravilla, ¿cuántas heroínas de peso hay?. ¿Batichica, Supergirl… todas, versiones femeninas de héroes ya establecidos?. Al menos la Mujer Maravilla no es la contraparte femenina de nadie, es algo totalmente original, y eso es loable.

En cambio, en el bando Marvel las cosas son más complicadas. Marvel siempre fue bueno creando héroes, pero le iba peor creando villanos y, por qué no, superheroínas. Como pasaba con DC, el 99% son contrapartes femeninas de Iron Man, Spiderman, Hulk, Thor, y un largo etcétera. Pongan a Viuda Negra y Elektra en el cesto, y no hay mucho más. Quizás la Señorita Marvel. Pero ninguno de estos personajes femeninos es lo que se dice un tanque de popularidad.

Gran parte de este drama tiene que ver con la ausencia de creadoras de comics. Son pocas las autoras en el género. Las que existieron al principio – década del 40 – se extinguieron en la siguiente década, especialmente cuando empezó a tallar el Comics Code Authority en 1954. La primera heroína creada por una mujer fue Miss Fury (1941) (su foto encabeza este artículo), escrita por June Tarpé Mills, la cual duró hasta 1952. Firmando como Tarpé Mills – por temor a que los lectores rechazaran el material por estar redactado por una mujer – apareció en una de las tantas editoriales de la época (la Bell Syndicate) que querían prenderse a la onda de los comics de superhéroes en plena euforia después de los debuts de Superman y Batman. Miss Fury aparece 8 meses antes que Mujer Maravilla, y hay números que causan controversia, especialmente cuando la protagonista aparece en bikini. Publicada como strip diario en varios periódicos, muchos de éstos cancelan la suscripción por considerarla al borde de lo impúdico. Lo mismo que atrae a los lectores adolescentes es lo que provoca el rechazo de los adultos moralistas que son los editores de turno.

Junto con Miss Fury aparecen otras heroínas en la Era de Oro. Phantom Lady aparece en 1941 en Quality Comicsel perfil del personaje después será homenajeado por Alan Moore como Silk Spectre en Watchmen -. Phantom Lady también es creada por varones, en este caso el estudio de Eisner & Iger (sí, del mismo Will Eisner, el creador de The Spirit). Spider Widow (la Viuda Araña) aparece en 1942 y dura hasta 1943. Al revés de todas las heroínas de la época, ésta es una mujer bella que decide utilizar el disfraz de una bruja fea y gorda para combatir el crimen. Luego está Miss Masque (1946) de Nedor Comics, que duraría hasta final de la década. Esta vez es una vigilante armada de dos pistolas, a la onda de La Sombra. Y luego figura Lady Luck (1940) de Will Eisner. Como es descendiente de irlandeses, ¿que mejor que ponerse un disfraz y maquillaje verde como los duendes de la buena suerte?.

Salvo el fetichismo por dibujar formas femeninas en tiras adolescentes, ninguna de estas heroínas tiene una historia de respaldo interesante y compleja. Casi todas son socialités aburridas que deciden matar el tiempo combatiendo el crimen y, generalmente, usando armas no letales como linternas que ciegan a los enemigos. Miss Fury depreda el traje de Gatúbela (creada en 1940), ya que su traje de gato negro posee poderes mágicos que le dan velocidad y superfuerza. Pero ninguno de estos personas es un prodigio de originalidad. Todas ellas, tarde o temprano, serían adquiridas por DC o Marvel y revividas en algún episodio especial, pero ninguna logra despertar el fervor de la audiencia.

Si no hay personajes femeninos fuertes, originales y carismáticos – a excepción de la evolucionada Mujer Maravilla y quizás, Canario Negro, que es mas una chica de póster que una superheroína con peso propio -, ¿para qué seguir insistiendo?. Aunque suene machista, los personajes femeninos más longevos del mundo del comic han sido creados por hombres. Supergirl, por Otto Binder y Al Plastino; Gatúbela, por Bill Finger y Bob Kane… y así.

El fracaso de Las Marvels y Madame Web

Al no haber personajes femeninos de prestigio (al menos, no en cantidad), a la hora de hacer una película de superheroínas los productores deben rascar el fondo de la olla. Y terminan acudiendo a personajes secundarios o personajes que nunca fueron demasiado populares. Capitana Marvel sufrió doscientas remodelaciones desde que apareció Mar-Vell a finales de la década del 60. Madame Web es un personaje secundario de la mitología de Spiderman, en donde la Sony sigue insistiendo en crear bodrios con personajes casi desconocidos y sin contratar siquiera a autores decentes para que generen algo original o mínimamente excitante. A final de cuentas, si pudieron hacer filmes muy buenos (o geniales) sobre juguetes (!) como los ladrillos Lego o las muñecas Barbie, ¿por qué no ponerse las pilas y pulir un personaje que por lo menos ya viene con una historia de fondo y hacerlo al menos interesante?.

Yo no creo en la fatiga del cine de superhéroes: eso significaría que el estreno de The Batman II, Joker: Folie a Deux o Deadpool 3 serían seguros fracasos, cosa que no creo. Cuando hay un artista que toma en serio su trabajo y ama el personaje que desarrolla / interpreta, el filme no puede salir mal. Lo que sí creo es que mucha gente, a la cual no le interesa un pito los comics, se acerca a los estudios y firma contratos por la plata, sin tener mucha idea del baile en que se están metiendo.

Robert Downey Jr así como Christopher Reeve son formidables actores, ya que pueden decir líneas pomposas o ridículas mientras están vestidos en mallitas o con trajes de captura de movimientos. Interpretar a un superhéroe requiere a un gran actor para poder sobrellevar lo que, en otro caso, sería una situación vergonzosa. La película debe estar en su cabeza, y el director debe haberlo convencido de la cruzada de su personaje. Deben saber hacer comedia porque, una vez borrado digitalmente los hilos que los sostienen y puestos los escenarios digitales en lugar de las pantallas verdes, lo que van a notar los espectadores no son las galaxias de fondo sino los gestos de los tipos que hacen de superhéroes. Y hay mucha (demasiada) gente que se ve incómoda con las mallitas, los arneses y los diálogos que tienen que decir.

En Las Marvels hay un trío de actrices con talento; el drama es que la principal no le gusta en lo más mínimo el género. Brie Larson ha hecho papeles de comedia en el pasado, es una persona con gracia, pero es sumamente agria como Capitana Marvel y eso que debería ser el equivalente femenino de Superman en el Universo Marvel -. Cero carisma o compasión, cara de bochorno, nada de ferocidad. Teyonah Parris está mejor, y la ladrona de escenas es Iman Vellani. Quizás porque es gente que no tiene estatuillas ni ego, y que tiene ganas de aprender y disfrutar la experiencia. También es cierto que la directora Nia DaCosta es mano de obra a sueldo con cero input creativo en el filme; de lo contrario hubieran abortado la bochornosa escena de la raza que canta todo el tiempo como si fuera una película de Bollywood.

Pero eso ocurre porque es Marvel canchereando. Creyendo que dominan de taquito el género y que si meten algo ridículo será gracioso. Para que eso funcione es necesario tener un director todoterreno que sepa de timing cómico y DaCosta no lo es. Le hubiera convenido seguir en el género del terror (es la responsable de la remake de Candyman) antes de caer de rodillas frente a la gran cantidad de ceros del cheque de Marvel.

Si Las Marvels fue un desastre, esperen a ver Madame Web. La historia no tiene sentido, está vinculada con el Spiderverse que pretende armar Sony (pero, en el cual, sigue sin aparecer El Hombre Araña) y parece escrita por gente que nunca vió una película de superhéroes (oh, sí, la mayoría de estos tipos son los responsables del guión de Morbius!). It’s webbing time!. La crítica la está despedazando y posiblemente logre otro negro récord para Marvel con el score más bajo conseguido en RottenTomatoes. S.J. Clarkson es una directora televisiva cuyo único roce con el género fueron algunos capítulos de Héroes y Jessica Jones. Y eso no la califica para filmar una costosa producción de superhéroes.

Si los personajes no son interesantes, traigan a guionistas de porte para que los revivan. Es terrible decirlo pero las directoras no funcionan para este género; no tienen el sentido lúdico que se precisa. Además deben hacer un curso acelerado de efectos especiales y terminan mareadas entre el bagaje técnico y lo que pretende ilustrar la historia. La mayoría de las actrices agarra viaje por el cheque, pero después se quieren morir cuando están en un galpón enorme pintado de verde y actuando contra cosas que no existen y que se van a añadir en post producción. Las ruedas de prensa de Dakota Johnson no logran camuflar su incomodidad por lo caótico que fue el rodaje. Quizás todo esto tenga que ver con una cuestión psicológica que se remonta a la niñez: las niñas jugaban con muñecas y los chicos jugaban a que eran Batman o Superman. Luego esos niños crecieron y ahora están volviendo a su infancia al encarnar los héroes de toda su vida. En cambio, para las mujeres, es chino básico. Especialmente si sus superheroínas no tienen historias de respaldo interesantes, motivaciones psicológicas profundas, o una aventura medianamente interesante por delante. Muchas actrices y directoras van a ver seriamente lastimadas sus carreras por agarrar rápidamente los cheques sin saber en lo que se meten; y, al paso que va la decadencia del género – no porque la gente esté cansada de filmes de superhéroes, sino porque está cansada de filmes malos, cocinados a las apuradas, contratando artistas baratos o filmando de apuro antes que expiren las licencias obtenidas -, va a empezar una estampida de actores y directores para rechazar roles y películas porque el 2023 fue un año negro para el rubro. Quizás Deadpool 3 rescate a Marvel del declive (y quizás a Ryan Reynolds le ofrezcan un puesto creativo en la mesa de Marvel); y quizás Superman Legacy reviva a DC aunque, quizás, cuando la estrenen, el género se haya convertido en tierra arrasada.