Crítica: Frankenstein y el Hombre Lobo (1943)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

3 atómicos: buenaUSA, 1943: Lon Chaney Jr (Larry Talbot / Hombre Lobo), Bela Lugosi (el monstruo), Patrick Knowles (Dr Frank Mannering), Ilona Massey (Baronesa Elsa Frankenstein), Maria Ouspenskaya (Maleva)

Director: Roy William Neill – Guión: Curt Siodmak

Trama: Un par de saqueadores de tumbas destruye por error el sarcófago donde estaba encerrado Larry Talbot y éste vuelve a la vida. Talbot es el inocente que años antes fuera mordido por un hombre lobo y ha sido condenado a vivir toda la eternidad como licántropo. Pero ahora Talbot quiere destruirse a sí mismo y los métodos terrenales no bastan, razón por la cual emprende una extensa búsqueda del doctor Frankenstein, el cual ha podido descifrar todos los misterios de la muerte. Al llegar a los restos de su castillo descubre al monstruo que Frankenstein ha creado, atrapado en el hielo desde hace décadas. Liberándolo y usando su enorme fortuna para contratar expertos que lo ayuden en el caso, ha logrado dar con el paradero del diario del desaparecido doctor, el cual permitiría reconstruir el experimento que dio vida al monstruo… y también quitarla. Pero no todo sale como lo previsto y sólo se precisa una noche de luna llena para que la bestia resurja y genere una oleada de devastación y muerte… ahora en compañía de la criatura creada por el doctor Frankenstein.

Crítica: Frankenstein y el Hombre Lobo (1943)

Ya nací y me crié en Montevideo, Uruguay así que crecí viendo viejas películas en blanco y negro que pasaban todo el tiempo por la TV. Mi ADN está impregnado de cultura vintage así que soy fan del cine fantástico de la década del 50 y 60; pero, por contra, siempre esquivé dos cosas: los filmes de la Hammera mi juicio, bodrios teatralizados con escaso shock – y las películas de científicos locos de la década del 40, esas donde Boris Karloff tenía una bata blanca, gruesos guantes de hule y activaba a lo pavo generadores Tesla para revivir asesinos / controlar mentalmente gorilas / torturar criminales que le habían arruinado su vida. Es por ello que no soy muy afecto a ver filmes de los años 30 y 40 salvo excepciones; y, como el título que ahora nos ocupa estaba durmiendo de hace rato en la oferta de Terror de HBO Max decidí darle una oportunidad, amén de servirme de excusa para que mi nena tome contacto con algunos clásicos de la Universal.

Desde ya Frankenstein y el Hombre Lobo dista de ser lo mas brillante del panteón de la Universal de aquella época. Tiene, a su favor, algunos hitos: fue el primer monster bash de la historia – agotadas las vueltas de tuerca de las historias en solitario de Drácula, Frankenstein, la Momia y el Hombre Lobo la Universal comenzaría a mezclarlos para condimentar la oferta de la taquilla, primero en películas serias y luego en terribles pastiches compartiendo cartelera con Abbott & Costello -; hizo tanta guita que salvó (una vez mas!) de la quiebra a la Universal; y le dió la oportunidad a Bela Lugosi para que hiciera de monstruo de Frankenstein, papel que rechazó en los 30s y que terminaría por darle el estrellato a Boris Karloff devenido en su competencia (aunque Karloff siempre fue mucho mejor actor). Ah!. Y también es responsable del cliché de Frankenstein caminando con las piernas y brazos duros como si fuera un robot mal programado… algo que se ve ridículo en pantalla pero que el filme no hace el mas mínimo esfuerzo en explicar. Lo que ocurre es que la criatura tenía unas líneas en este libreto… pero, con el horrendo acento europeo de Lugosi (“childrrrrrennn of de nai”), las pruebas con público terminaron con la gente ca…dose de risa de lo que decía el monstruo, razón por la cual podaron todos sus diálogos. La idea era que acá la criatura tuviera el cerebro de Ygor, el ayudante jorobado del barón Frankenstein – Lugosi sin maquillaje en anteriores entregas de la saga como The Ghost of Frankenstein – y en el proceso de transplante de sesos terminara ciego, razón por la cual tenía que tantear todo el terreno por donde caminaba. Como nadie aclaró un ch… Lugosi quedó pedaleando en el aire y gruñendo como si tuviera un ACV, convirtiéndose por lejos en una de las peores performances de Frankie.

Si Lugosi es horrendo como el monstruo – con el maquillaje y su expresión en el rostro parece una vieja amargada -, al menos Frankenstein y el Hombre Lobo tiene la ventaja de ser magra en grasas con apenas una hora diez de duración. En realidad es mas una aventura del Hombre Lobo que de Frankie: Lawrence Talbot revive después de cuatro años, descubre que – como Hulk – no puede morir ni matarse, le pide ayuda para terminar con su vida a la gitana que le leyó la maldición y ésta se acuerda que hay un médico en la zona… el mentado doctor F. Hallando el diario del científico loco – y a su criatura, enterrada en hielo en la base del castillo -, Talbot utiliza su dinero para poner en marcha la maquinaria de Frankenstein, drenando tanto la energía del monstruo como la de su propio cuerpo y acabando con dos maldiciones con una sola piedra. El problema es que al tipo que lo ayuda se le cruzan los cables – físicos y mentales – y decide que es mejor mantener viva a la criatura para poder estudiar semejante milagro de la ciencia. Sobrecarga de electricidad para todos, Luna Llena servida en bandeja y de pronto… ¡zás!. Match de monstruos a la carta!. En esta esquina el Hombre Bobo!; en la esquina de enfrente el Monstruo Llorón!. El drama con esto – para vos, que lo estuviste esperando desde hace una hora y te comiste toda la trama intrascendente – es que el choque de titanes dura apenas un par de minutos. Alguien vuela una presa, todo se inunda y se viene abajo y los monstruos terminan sepultados bajo el agua y los escombros. Chín, púm, éste cuento se acabó!.

Honestamente Frankenstein y el Hombre Lobo es mejor de lo que pensaba: es bastante ágil y tiene sus momentos. Lástima que cuando Lugosi / Frankenstein aparece en pantalla la credibilidad se va por el drenaje. El húngaro es atroz aún sin decir una sola linea de dialogo. Y luego los Deus Ex Machina se suceden uno tras otro. Mientras que Lon Chaney Jr. no es el mejor actor del mundo – parece un grandulón borracho y torpe -, le da cierta dignidad a su papel de bonachón inocente maldito que es de agradecer.

Como curiosidad de los años 40 Frankenstein y el Hombre Lobo es buena y pasable. No, no está a la altura de los filmes de James Whale / Tod Browning de la época pero tiene su atractivo pastichero. Para acercarse al género y la época funciona aunque definitivamente hay títulos muy superiores en el catalogo de la Universal de aquella era.