Crítica: Fuera de Control (Runaway) (1984)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1984: Tom Selleck (Sargento Jack Ramsey), Cynthia Rhodes (Karen Thompson), Gene Simmons (Charles Luther), Kirstie Alley (Jackie Rogers)

Director: Michael Crichton – Guión: Michael Crichton

Trama:  El futuro. Jack Ramsey comando una unidad especial de la policía dedicada a contener el ataque de robots fuera de control – apodados fugitivos o runaways -. Pero los ataques de robots descontrolados se ha incrementado y el demente Charles Luther parece estar detrás de ellos. Habiendo obtenido la matriz de los chips alterados que Luther agrega a los robots standard – para convertirlos en asesinos -, Ramsey se ha convertido en un objetivo para el mismo Luther, el cual está dispuesto a exterminarlos con su ejército de autómatas homicidas.

Crítica: Fuera de Control (Runaway) (1984)

La Bala que Dobló la Esquina. Cuando mi cuñado bromea con el nombre ridículo de una película de ciencia ficción que no existe, siempre menciona La Bala que Dobló la Esquina. Puede que, en el inconsciente, le haya quedado grabadas algunas escenas de Runaway porque acá las balas doblan las esquinas. Debe ser el único momento de originalidad en un filme mediocre a todas las luces, plagado de starlets ochentosas pintadas como una puerta, malos actores, un villano horrible, una producción barata – todos los patrulleros son unos Pontiac económicos que vendían en Canadá, donde se nota que fueron a rodar para ahorrarse unos mangos -, y una visión del futuro que no tiene nada de excitante.

Todo esto viene de la mano de Michael Crichton – oh, sí, sí, el mismo de Westworld y Jurassic Park! -; o sea, un tipo que escribe ciencia ficción pensante. El problema es que Crichton escritor es mucho mejor que Crichton director y acá queda patente -. La visión de Gene Simmons – sí!, el de la lengua larga de Kiss – haciendo de malo es patética, un modelo ejemplar de casting horrible donde la mirada de malo no alcanza a inspirar amenaza. Tom Selleck se limita a fruncir el bigote – el tipo estaba tan encerrado en su personaje de Magnum P.I. que es incapaz de darle un mínimo de oscuridad y dramatismo a su personaje -, y Cynthia Rhodes resulta super blanda, como recién escapada de Flashdance, aunque al menos es simpática.

El gran drama con Runaway es que la producción es patética y termina por sepultar lo que podría haber sido un semillero de buenas ideas. Piensen sino en los conceptos que tira Crichton – el uso generalizado de robots como asistentes de hogar; una unidad de policía dedicada a desactivar robots descontrolados, el uso de drones para vigilancia y desactivar bombas, patrulleros dotados de radares y sistemas de defensa láser, el uso de alta tecnología como complemento del trabajo policíaco, etc – que no deja de ser interesantes. Esto debería haber dado lugar a algo extremadamente paranoide – tipo Yo, Robot – donde no sabés si tu aspiradora autónoma va a querer matarte o siquiera espiarte y robarte datos de todo tipo. El gran drama con Runaway es que es una película futurista que se ve desfasada desde el vamos, ya que los autómatas asesinos de turno no dejan de verse como tachos de basura con patas – parecen los robots de Naves Misteriosas -. Que disparen lasers o descargas eléctricas no los hace ver menos patéticos y, sobre todo, fáciles de combatir ya que basta tirarles una campera encima y surtirlo a sillazos como hace Selleck en un momento. Y si el filme no puede vender con firmeza la idea de un robot hogareño asesino, toda la credibilidad del asunto se viene a pique. Vos te das cuenta de que el filme está en serios problemas cuando Selleck y Rhodes atienden la primera emergencia – un robot descontrolado ha asesinado a toda una familia y queda un bebé aislado en la casa – y, apenas entra,… el robot (que es una caja de zapatos con ruedas y un brazo mecánico) te surte a balazos porque agarró el arma del dueño de casa. Uhhh, uhhh.

Por supuesto una remake puliría todos estos dramas. Los conceptos quedaron seriamente caducos siquiera a los 10 años de estrenado el filme. Una versión actual incluiría una versión asesina de Alexa, la idea de casas inteligentes controladas por AI, la existencia de Internet y la intercomunicación inmediata entre autómatas, upgradeando su programación con rutinas asesinas de todo tipo. Acá el nardo de Gene Simmons tiene que disfrazarse de plomero y meterse en la casa de cada tipo al que quiere matar para soldarle a mano un chip al robot y convertirlo en una patética máquina de matar, amén de que su plan de dominación del mundo es lento y artesanal. Ni siquiera se trata de un genio criminal con ambiciones megalómanas sino de un vulgar mafioso con algo de conocimiento de la tecnología.

Yo vi Fuera de Control en la proyección original de 1984, y ni siquiera en ese entonces me gustó. Cuarenta años después se ve aún peor. Crichton es malo manejando el suspenso y hasta la acción, y hace que todo se vea chato. Es realidad Runaway queda mas como una cápsula del tiempo – una visión de hace cuatro décadas de lo que imaginábamos sería el futuro a corto plazo –  que como filme interesante en ideas o, siquiera, como aventura de medio pelo para pasar el rato.