Crítica: La Guerra de las Galaxias: El Regreso del Jedi (Star Wars: Return of the Jedi) (1983)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1983: Mark Hamill (Luke Skywalker), Harrison Ford (Han Solo), Carrie Fisher (Princesa Leia Organa), David Prowse (Darth Vader), Ian McDiarmid (Emperador), Billy Dee Williams (Lando Calrissian), Anthony Daniels (C3PO), Kenny Baker (R2D2), Peter Mayhew (Chewbacca), James Earl Jones (Voz of Darth Vader), Frank Oz (Yoda), Alec Guiness (Ben Kenobi)

Director: Richard Marquand, Guión: Lawrence Kasdan & George Lucas, Musica – John Williams

Trama: El imperio se encuentra desarrollando una nueva Estrella de la Muerte, más poderosa que la anterior. La rebelión se apresta a dar un ataque decisivo, contando con el hecho de que el Emperador en persona supervisa el progreso de la instalación militar. Para ello, un comando rebelde debe infiltrarse en Endor y destruir la base que emite los escudos que protegen a la estación en órbita, mientras en el espacio lanzan un ataque suicida para destruirla. Pero todo resulta ser una trampa del emperador Palpatine para acabar de un golpe con todas las fuerzas de la rebelión. Mientras tanto, Luke Skywalker se entera de que es el hijo de Darth Vader, y de que Leia es su hermana. Formando parte del ataque a Endor, decide entregarse a las fuerzas imperiales, con tal de poder convencer a Vader que abandone el lado oscuro de la fuerza. Pero todas las posibilidades están en contra de Luke y los rebeldes.

Arlequin: Critica: La Guerra de las Galaxias: El Regreso del Jedi (Star Wars: Return of the Jedi) (1983)

La Guerra de las Galaxias es un fenómeno cultural, cinematográfico y comercial sin precedentes, que convirtió a George Lucas en pope de la industria. Es el inventor del cine comercial moderno: un formidable blockbuster, impresionantes campañas publicitarias, toneladas de merchandising, explotación hasta la saciedad de todas las posibilidades comerciales del éxito de una película, y un largo etcétera. No es que esto no existiera antes, pero siempre fue realizado en medidas parciales por los estudios, y sólo Lucas lo llevó a su máximo nivel de perfección y terminó por institucionalizarlo. Produjo un cambio de mentalidad tan fuerte en la industria que continúa hasta estos días (el convertir a la ciencia ficción en rentable, la creación de películas – evento por parte de los estudios todos los años, las interminables secuelas, la masificación de los efectos especiales, etc).

Pero en el pico del poder cayó El Regreso del Jedi, que si bien obtuvo recaudaciones record, comenzó a ser vapuleada por los fans y la crítica. Acá es cuando comienzan algunos problemas que se irían pronunciando con el tiempo en George Lucas: el del poder absoluto y la falta de un control de calidad creativo por parte de otro que no sea él. Es el caso de una estrella enceguecida por los números y la independencia total de los estudios que le dió el poder económico de un éxito arrollador.

Las causas de las críticas son fundadas: El Regreso del Jedi parece por momentos un gigantesco catálogo de merchandising de futuros juguetes, comics, videos y demás otros productos que pudiera vender Lucas a través de sus multiples compañías después del estreno del film. Uno ya empieza a notar algo raro en el momento en que la secuencia del rescate de Han Solo en manos de Jabba The Hutt se empieza a estirar demasiado, y contradecir cualquier tipo de coherencia (incluso dentro de la lógica interna del universo de La Guerra de las Galaxias). Los robots que van y se entregan a Jabba; Leia disfrazada que va a liberar a Solo, y su apresamiento; los largos discursos de Luke amenazando a Jabba; todo para llegar a una rebuscada sentencia de muerte en las arenas de Tatooine donde por fin la acción termina por lucirse. Y en el medio una enorme galería de alienígenas multicolores y naves de todo tipo, como para que Lucas siga vendiendo merchandising.

Yo no tengo problema con esto, pero la secuencia resulta demasiado larga. Además que si Luke es tan poderoso como Jedi, no debería haber llegado hasta el límite de las posibilidades (cuando todo podía salir muy mal). El otro tema pasa precisamente por Luke, que si bien ahora es Jedi, sigue teniendo algunas actitudes adolescentes. La evolución del personaje no está bien escrita, y ahora debería ser un hombre misterioso, que inspira respeto y amenaza.

Pero superada la secuencia de Jabba, tenemos el regreso de Luke a Dagobah donde Yoda se encuentra débil y enfermo en extremo (algo muy oportuno), y procede a revelarle que Leia es la hermana. Y de pronto lo que empieza a parecer es que Lucas se ha quedado sin ases bajo la manga, y empieza a reciclar ideas, cuando no tirar golpes de efecto sin demasiado sentido. Desde “tengo un mal presentimiento acerca de esto” que pronuncia la mitad del elenco (ya dicho en el primer film), otro escape en soga de Leia y Luke, hasta otro pariente nuevo de la familia Skywalker, sin contar en otro ataque temerario a una nueva Estrella de la Muerte. ¿Era necesario?. En especial sobre el tema de los parentescos, que resulta extremadamente artificial y hasta ridículo. En un momento, el fantasma de Obi Wan Kenobi le dice a Luke que no era necesario darle la noticia, que todo depende “de puntos de vista”, mientras Luke lo mira como si le estuviera haciendo una broma terrible. Y del mismo modo miran los espectadores a la escena, preguntándose si los guionistas no se han tomado en serio su trabajo.

La bomba del parentesco de Leia tiene tres usos: uno, para que se lo revele a ella, en una escena sin sentido ni emoción – ella sólo lo dice que lo presentía, y pasa a otro tema, sin mosquearse demasiado sabiendo que Vader era el padre -; dos, para encabronar a Luke en la escena final donde Vader se entera que tiene una hija y la quiere convertir al lado oscuro; y tres, sobre el clímax, cuando Leia “presiente” (algo que no hizo en toda la trilogía) que Luke está bien. No sirve para nada más; como argumento del guión, simplemente apesta. Además, si uno es un fan in extremis de la saga, notará los desastres de coherencia que plantea esto con respecto a la trilogía de precuelas: Leia sí conocíó a su madre y murió cuando era niña (y no en el parto, como dice La Venganza de los Sith). Todo este culebrón es el entuerto que Lucas quiso disfrazar como válido en la tibia segunda trilogía, poblada de personajes sin vida, y con el sólo fin de compatibilizarla con los golpes de efecto incoherentes que residen – en su gran mayoría – en El Regreso del Jedi.

Pero se suman otros errores: más merchandising con los Ewoks (si hubieran diseñado a otra raza con aspecto más adulto, hubiera funcionado mucho mejor que esos ositos cariñositos), escenas terriblemente ridículas en el campamento de éstos (cuando suponen que C3PO es un dios); el vergonzoso ataque de rebeldes y Ewoks a la base imperial; unos discursos que no van a ningún lado entre Vader y Luke; y una secuencia final a la cual podemos resumir en lo siguiente: el Imperio cae gracias a que los Ewoks son más efectivos que toda la Rebelión junta, y Vader traiciona al Emperador simplemente por una cuestión de celos, ya que Palpatine prefiere a Luke como nuevo discípulo. Nada de remordimientos o de regreso al lado del bien… es todo muy brusco. Sin contar que Darth Vader, sin máscara, sólo se ve como un viejito bonachón.

La edición del DVD del 2004 intenta arreglar un par de cuestiones de continuidad, incluyendo en las escenas de festejo finales por la caída del imperio una vista de Naboo (el planeta de la princesa Amidala), y la imagen insertada de Hayden Christensen (en vez de Sebastian Shaw, que era el actor que personifica a Vader sin el casco) como uno de los tres fantasmas que saludan a Luke (junto con Kenobi y Yoda). Hubiera sido preferible dejar a la trilogía de precuelas en el olvido.

Pero a pesar de todos estos errores, El Regreso del Jedi es un filme aceptable. Sigue manteniendo su sentido de aventura y tiene espectaculares secuencias de acción. El ataque final a la nueva Estrella de la Muerte (otra vez sopa) está filmado con nervio y sin aturdir al espectador. Uno lo compara con otras escenas de las precuelas como el combate inicial de La Venganza de los Sith, y nota la diferencias de estilo. El film del 2005 aturde al espectador en efectos y malabarismos absurdos; este filme de 1983 asombra, pero permite seguir a los personajes dentro del multitudinario combate. Luke es un hombre con poderes y habilidades, pero no un superser invencible capaz de acrobacias sobrehumanas. Todo es más medido y coherente… a pesar de que el guión se esfuerce por arruinarlo.

STAR WARS – LA GUERRA DE LAS GALAXIAS

Precuelas: La Amenaza Fantasma (1999) – El Ataque de los Clones (2002) – La Venganza de los Sith (2003)
Trilogía original: La Guerra de las Galaxias (1977) – El Imperio Contraataca (1980) – El Regreso del Jedi (1983)
Trilogía moderna de secuelas: Star Wars: El Despertar de la Fuerza (2015) – Star Wars: Los Ultimos Jedi (2017) – Star Wars: El Ascenso de Skywalker (2019)
Filmes ambientados en el universo Star Wars: Rogue One: una historia de Star Wars (2016) – Han Solo: Una historia de Star Wars (2018)
Series ambientadas en el universo Star Wars: The Mandalorian (2019) – El Libro de Boba Fett (2021) – Obi-Wan Kenobi (2022) – Andor (2022) – Ahsoka (2023)