Volver al indice de críticas por género / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 1989: William Shatner (Capitán James T. Kirk), Leonard Nimoy (Spock), De Forest Kelley (Dr Leonard McCoy), Lawrence Luckinbill (Sybok), Nichelle Nichols (Uhura), James Doohan (Scott), Walter Koenig (Chekov), George Takei (Sulu), Todd Bryant (Capitán Klaa)
Director: William Shatner, Guión: William Shatner, David Loughery & Harve Bennett
Trama: En Nimbus III – un planeta declarado zona neutral y ubicado en el límite de la federación – se desata una revuelta en donde son secuestrados los embajadores de la Tierra, el Imperio Romulano y los Klingons. La Enterprise es enviada a liberarlos, pero todo resulta ser una treta del vulcano Sybok – hermano de Spock -, quien desea apoderarse de la nave para llegar a la Gran Barrera – el límite de la galaxia conocida -. Sybok está convencido que tras la nebulosa se encuentra el portal de acceso al Sha Ka Ree, el lugar mitológico donde reside Dios.
Para finales de los ochenta la saga cinematográfica de Star Trek había entrado en desgracia. Por un lado las recaudaciones eran cada vez más tibias, los distribuidores ya no le prestaban atención (Viaje a las Estrellas V salió directo a video en estos pagos), y la envejecida troupe de actores de la serie había tomado los mandos creativos de la franquicia, con resultados desparejos. Si Leonard Nimoy en un ataque de divismo había querido abandonar la saga y terminó volviendo a ella a costa de que le dieran la dirección y participación en los libretos, ahora había llegado el turno de la estrella principal William Shatner. El tema es que Shatner resultó ser aún más chato que Nimoy y aquí se produce su debut y despedida como director.
Habitualmente se la pone a Viaje a las Estrellas V: La Ultima Frontera como el escalón más bajo de la saga, aunque también buena parte de las piedras arrojadas van contra Shatner – que para esa altura ya tenía una pésima imagen dentro del mundo trekker -. Si bien Shatner no es un buen director, tampoco es uno terrible. El problema pasa porque a esa altura la franquicia estaba en pleno agotamiento creativo, y los filmes terminaban pareciéndose entre sí. Tal como en Star Trek I y Star Trek IV, aquí hay otra misión a los confines de la galaxia que puede alterar toda la existencia del universo. Pasa algo parecido con lo sucedido con los filmes de James Bond a principios de los 70 – no puede ser que el agente secreto sea el único que siempre termina por salvar al mundo -. En Viaje a las Estrellas ya termina por cansar que ellos sean los únicos capaces de enfrentarse a una amenaza / verdad universal.
Y más que eso, el tema es que estas misiones trascendentales suelen tener desenlaces muy tibios ante la prepotencia de la premisa. Acá tenemos a un vulcano mesiánico que pretende llegar al Edén, situado como una lugar físico en los confines de la galaxia. En sí el tema no está tan mal, pero el desarrollo va a los saltos, amén de que se mezclan unas cuantas secuencias que bordean lo ridículo. Esas escenas de comedia – guiños para los fans – están muy mal armadas. Y cuando el filme se centra en la historia, termina por resultar molesto gracias a lo mal desarrollado del personaje de Sybok. La interpretación de Lawrence Luckinbill no es mala (otros candidatos para el papel habían sido Max Von Sydow y Sean Connery), pero el personaje está escrito con una soberbia religiosa que es irritante, amén de que posee poderes mentales inexplicables que permiten recrear a las personas los recuerdos dolorosos que las atormentan. Y en esos momentos la película entra en un terreno melodramático muy malo.
El otro punto es que el presupuesto era muy corto y los FX son mediocres para una producción de esta clase. Hay que tener en cuenta que Shatner planeaba un final mucho más extendido y con mayor despliegue – con el levantamiento de hombres roca en Sha Ka Ree -, pero entre los dos pesos con cincuenta que le autorizaba el estudio, y viendo la mala performance de las casas de FX, el director decidió podarlo y dejar lo que fuera visualmente menos irritante en el corte final. Aún así, el clímax es abrupto y la irrupción del Ave de Rapiña Klingon en el desenlace no es muy feliz que digamos.
Si los personajes hablan demasiado, no son interesantes y aburren, si los FX son mediocres, y si la dirección no es prolija, no hay mucho que decir a favor de Viaje a las Estrellas V: La Ultima Frontera. Al menos Kirk, McCoy, Spock y compañía siguen manteniendo su química y camaradería, pero eso solo no basta para hacer potable una película.