Crítica: Outer Range (Tierra de Nadie) (2022 -)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2022: Josh Brolin (Royal Abbott), Imogen Poots (Autumn), Lili Taylor (Cecilia Abbott), Tom Pelphrey (Perry Abbott), Tamara Podemski (Sheriff Joy), Lewis Pullman (Rhett Abbott), Noah Reid (Billy Tillerson), Will Patton (Wayne Tillerson)

Creada por Brian Watkins

Trama:  Royal Abbott es el patriarca de una familia que tienen un rancho en Wabang, estado de Wyoming. Un día Royal se topa con un agujero enorme – un abismo sin fin de forma circular – en los límites de su hacienda. Lo mas extraño es que Royal ha estado soñando con el abismo, presintiendo su llegada desde hace días. Pero él no es el único que ha notado la aparición del misterioso pozo. El jefe del clan Tillerson, dueño del masivo rancho contiguo al de Abbott, ha experimentado las mismas sensaciones y sueños que Royal. Con mucho mas poder económico que su vecino, Wayne Tillerson ha entablado una masiva disputa legal para quedarse con las tierras del norte del rancho Abbott – precisamente donde se encuentra el abismo -. Tras años de paz entre ambas familias pronto el clima de cordialidad cruje, y a esto se suma que Wayne está muriendo por un problema pulmonar. Creyendo que el abismo es un portal a alguna dimensión desconocida que puede sanarlo – o al menos descubrir su secreto antes de morir -, pronto la batalla legal entre los Tillerson y los Abbott se transforma en guerra. Para colmo uno de los hijos de Abbott – cuya esposa desapareció hace años y lo dejó solo a cargo de su hija – se ha embriagado y ha molido a golpes a uno de los provocadores hijos de Tillerson… matándolo sin querer al golpearlo en la garganta. La tragedia envuelve a los Abbott y Royal – que es el único de su familia que sabe de la existencia del abismo – decide tomar cartas en el asunto, tirando el cuerpo del muchacho al pozo sin fin. El problema es que, en el proceso, Royal ha caído también con el cadáver y ha sido devorado por las tinieblas que yacen en el abismo. Y enorme será su sorpresa cuando aparezca vivo y semidesnudo al día siguiente, despertando inconsciente sobre la hierba y al lado del misterioso círculo. ¿Qué ha pasado con Royal todas estas horas?. Y, sobre todo, ¿a dónde ha ido y cómo ha podido regresar?.

Crítica: Outer Range (Tierra de Nadie) (2022 -)

Si hay algo mas frustrante que ver una película mala, es ver una película buena que no llega a ningún lado. Outer Range parte de una gran premisa, te da dos capítulos iniciales brillantes y después cae en el relleno, el histeriqueo y el devaneo hasta que arriba a un clímax trunco – la serie te inundó la cabeza con decenas de preguntas y solo te contesta cinco o seis en el capítulo final -. No hay anunciada ninguna temporada 2 por ningún lado – como si Amazon quisiera hacer testeos de mercado para ver si es viable y si la serie despertó interés -, lo cual es aún mas irritante. Yo he visto muchas series partidas a la mitad o que te dejan en un cliffhanger sin resolver porque los números de audiencia no avalan rodar una temporada final (¿se acuerdan de The Society, esa de Netflix en donde todos los adultos desaparecen y solo quedan adolescentes atrapados en un pueblito del cual no pueden escapar?). Y, francamente, espero que no pase eso con Outer Range ya que todos sus ingredientes – el misterio, las perfomances, el drama familiar, los personajes – son de muy alto nivel.

Outer Range es una mezcla de Twin Peaks, Stranger Things, Yellowstone… y Far Cry 5 (!).  Los paisajes de Wyoming se ven idénticos a los de Montana, son espectaculares y parecen salidos del juego de Ubisoft: llanuras interminables, bosques coloridos, montañas enormes, animales salvajes, granjeros armados hasta los dientes, camionetas rurales baqueteadas y algo oxidadas, y una cofradía interminable de miembros de la Asociación Nacional del Rifle, defensores acérrimos de los valores tradicionales americanos. Hay un par de detalles que desentonan – en el pueblo donde viven Josh Brolin y su familia hay una sheriff india gay, casada y con una nena, un detalle que bordea la ciencia ficción: primero, porque en un lugar tan ultraconservador e hiperreligioso ser gay sería visto como hereje (hay una breve escena al respecto cuando la sheriff decide acudir a una misa y el pastor la trata de pecadora y pervertida), segundo porque ese conservadurismo implica automáticamente racismo así que no habría lugar en puestos con poder para gente que no fuera blanca y, tercero, porque la serie intenta mostrar que la comunidad india es mas tolerante con la homosexualidad de la sheriff cuando creo que serían tan hipertradicionalistas como los agrios conservadores blancos que los rodean, considerando a la mujer como una paria o deshonra para las costumbres de su pueblo – pero, en general, el relato se mueve con inteligencia, con un muy buen sentido dramático y con un aura de misterio que hace inevitable que te devores un capítulo tras otro.

El argumento es simple: en la hacienda de Josh Brolin hay un abismo – un pozo circular rodeado de tinieblas y que parece no tener fin -. Lo que al principio es una presencia inquietante y aislada pronto pasa a formar parte de la trama dramática principal: el rancho de Brolin se ve amenazado judicialmente por su vecino – el hacendado millonario y desquiciado que compone Will Patton (un tipo que se especializa en este tipo de roles, el que se ve como la versión sicópata de Sean Connery y que había estado volando bajo el radar en la última década) – y eso genera roces entre su familia y la del potentado. Lo que nadie sabe es que Patton ha presentido la presencia del pozo (que se abrió de la nada en el suelo de un día para otro) y eso le trae recuerdos de su infancia donde, al parecer, ya se había topado con ese abismo de apariencia alienígena. No hay explicaciones de ningún tipo de qué es esa cosa ni por qué surgió – algunos tiran al pasar que hace unos años avistaron un OVNI por la zona; otros, que animales extintos como Paquidermos han sido vistos por las montañas, con lo cual el pozo funcionaría como una especie de portal hacia otras eras -, pero su presencia pone nervioso a Brolin. Para colmo aparece una hippie que está podrida en plata (Imogen Pootts), la cual habla de manera críptica, parece saber secretos de todo el mundo y es otra que ha sentido la apertura del pozo en los últimos días. La Poots acampa en las pasturas de Brolin y entre ambos surge una relación intrigante que no tarda mucho en descomponerse. Para colmo uno de los hijos de Brolin se metió en una refriega con uno de los hijos de Patton y lo mató sin querer en medio de una pelea de borrachos. Sin testigos de por medio Brolin decide usar el misterioso pozo sin fin para hacer desaparecer el cadáver del muchacho. El problema es que la Poots estaba justo por ahí – y mirá que los terrenos de Brolin son gigantescos como para te topes con alguien en el momento y lugar menos oportunos -. Y, de la nada, la chica decide tirar a Brolin dentro del abismo sin que medie algún tipo de explicación posible.

El problema con esto es que, después de semejante inicio, todo se vuelve muy estirado. Es cierto que Outer Range no es un prodigio de dinamismo narrativo – esta gente mira el paisaje en silencio por varios minutos; hace viajes largos en camioneta, se ponen reflexivos o se van en charlas triviales sobre las minutas familiares del final del día – pero, si uno le tiene paciencia, ello contribuye a hacer un gran clima de suspenso. Pero las respuestas viene con cuentagotas o solo sirven para acumular nuevas preguntas. Al menos los personajes son muy interesantes y las performances son sublimes – Patton tiene un delicioso monólogo sobre cómo sus millones no le han servido para lidiar con el vacío espiritual de su propia existencia; Brolin cuenta la historia de Cronos, el titán de la mitología griega que hizo un hueco en la Tierra con su dedo para probar la magnitud de su poder; Lili Taylor, reina de la escena indie, hace maravillas con el rol de recia y sufrida esposa de Brolin e incluso tiene la oportunidad de soltar toda su furia en una formidable escena del capítulo final; incluso hay una masiva pelea familiar que te deja profundamente angustiado, especialmente cuando ocurre en frente de la dulce nieta de Brolin -. El drama con Outer Range pasa, mas que nada, por el maldito formato de ocho capítulos que están adoptando todas las cadenas de streaming el numero de capítulos no debería prefijarlo el estudio sino el autor; éste dirá cuantos precisa para dar a luz una historia consistente sin parches ni rellenos – y que siempre termina en historias estiradas o finales forzados. El otro punto es el vicio de muchas series modernas de misterio de copiar mecanismos narrativos de Lostla cual siempre consideré un engendro frustrante hecho por un grupo de bananas que se creen geniales, llámense J.J. Abrams, Alex Kurtzman & Cía – que es vomitar un misterio tras otro, terminar las temporadas sin contestar nada (o con un cliffhanger frustrante) y salirte con un Martes 13 cuando a los creativos de esto se les ocurre darte algún tipo de respuesta. Outer Range no es ni por asomo tan atroz como Lost, pero el último capítulo es indignante simplemente porque no cumple ni la mitad de expectativas que te fue creando en los siete capítulos anteriores. Y, honestamente, no sé si de acá a un año – si deciden rodar / estrenar la segunda temporada – me engancharé para seguir la historia, arriesgándome a que me den otro sopapo cuando llegue al capítulo 16 y me dejen desnudo y a los gritos.

Si sabe con lo que va a lidiar – la primera temporada queda trunca, no todas las preguntas obtendrán respuestasOuter Range puede ser una experiencia agradable y disfrutable. Sip, a veces Patton se pasa de rosca y al final lo de la Poots bordea lo insufrible pero Thanos y su familia están plagados de actuaciones, diálogos y momentos interesantes. Lastima la desprolijidad del final que arruina (o, al menos, opaca) todo el esfuerzo previo. Si hubieran hecho una temporada completa con 16 capítulos no estaríamos con la indigna calificación de dos atómicos, ya que la serie rebosa de méritos aunque el creativo responsable de esto carezca de criterio para saber donde parar el relato para después retomar… sin alienar al espectador fiel que decidió darle una chance a la serie.