Crítica: Ocean’s 8: las Estafadoras (2018)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

2 atómicos: regularUSA, 2018: Sandra Bullock (Debbie Ocean), Cate Blanchett (Lou), Richard Armitage (Claude Becker), Anne Hathaway (Daphne Kluger), Helena Bonham Carter (Rose Weil), Mindy Kaling (Amita), Rihanna (Bola Nueve), Awkwafina (Constance), Sarah Paulson (Tammy), James Corden (John Frazier)

Director: Gary Ross – Guión: Gary Ross & Olivia Mitchell, basados en personajes creados por George Clayton Johnson & Jack Golden Russell

Trama: Debbie Ocean acaba de salir de la cárcel. Durante cinco años ha planeado el golpe perfecto pero, para ello, precisa un equipo. Con su socia Lou enrolan a una diseñadora en decadencia, una ladrona compulsiva, una experta en diamantes, una hacker y una carterista para pulir el plan que ha armado – robar un collar con 3 kilos de diamantes valuado en 150 millones de dólares, el cual exhibirá en su cuello la insoportable estrella hollywoodense Daphne Kluger durante una gala en el Museo Metropolitano -. Pero Lou ha descubierto que Debbie tiene motivos ocultos; y es que, en el fondo, el plan está pensado para inculpar a su ex Claude Becker (que la mandó a la cárcel y ahora sale con la Kluger) del robo. Pero las emociones no entran en la ecuación y, si bien éste es un golpe que les puede cambiar la vida de una vez para siempre, también es cierto que puede mandarlas a la sombra por el resto de sus vidas… un riesgo demasiado alto para lo que parece ser una venganza por despecho de la hermana de Danny Ocean.

Crítica: Ocean's 8: las Estafadoras (2018)

Yo, de lo único que soy enemigo, es del mal cine. Por eso no tengo problemas con las reversiones / remakes / reboots de sagas conocidas en donde le cambian el color o el sexo a los protagonistas siempre y cuando el cambio agregue algo de substancia a la premisa. Por ejemplo, yo soy un defensor de Ghostbusters 2016 aunque sea uno de los pocos cientos de personas en el planeta a los que les gustó la película. Ocean’s 8 va por el mismo camino – tentadora idea, gran cast – pero el problema es la química. Ocean´s Eleven (y toda la saga de La Gran Estafa) funcionaba porque Clooney, Pitt y toda la troupe chorreaban camaradería y complicidad y, aunque la trama era muy buena (al menos en un par de pelis de la trilogía), uno pagaría por ver a estos tipos aunque fuera leyendo la guía telefónica. Son esos pequeños gestos, guiños, chistes internos, indirectas, microexpresiones los que te hacía amarlos. No creo que fuera tanto un milagro como que Soderbergh creó un gran ambiente de trabajo (que es lo que uno ve también en la familia Marvela excepción de Brie Larson) y la camaradería surgió sola. Esos tipos terminaron el rodaje y después se fueron a tomar una cerveza. Una amistad había nacido. En cambio acá Gary Ross les da letra pero la cosa no funca. No es la película mas estúpida del mundo pero, hasta llegar al robo, la gente va como pasmada con el libreto. La Bullock debería ser Clooney y la Blanchett debería ser Pitt, y deberían ser mortales entre ellos, pero no hay clima de improvisación ni chisporroteos entre ellas. No es que tengan gracia – la Bullock hablando alemán, Blanchett cínica, Helena Bonham Carter con una onda de veterana trash que mata, la chispita de Mindy Kaling – pero se ven apagadas. Hasta la Paulson – que es la mujer mas piola del planeta fuera de cámaras – no brilla. En cambio quien les pasa por arriba con una topadora es Anne Hattaway en su rol de estrella ególatra e histérica. He aquí su venganza de El Diablo Viste de Prada, asumiendo ella el rol de jefa pedante y superficial.

Es una lástima que Ross se quede con el libreto y la caricatura porque el filme (y la saga que pretende secuelizar) funcionaban gracias a la química del elenco. Quizás las cosas cambiaban con un enroque – la Hathaway por la Bullock – y el clima se encendería. Pero, con las cosas así, lo que vemos es algo medio inerte que se despierta con los arrebatos de la Hathaway, algún chispazo aislado del resto y un tercer acto que sale del coma gracias (again!) a la Hathaway y a James Corden, amén de probar de que estas ladronas no son tan insulsas ni ciegas como parecían. Pero todo parece un manotazo de ahogado, un golpe de efecto a último momento que quita el placer de las películas de atracos que es el planeamiento, la ejecución y sobre todo, los contratiempos (a decir verdad, el robo es bastante insulso y traído de los pelos).

Ocean’s 8 es una oportunidad desperdiciada. Tampoco ayuda que Rihanna o Awkwafina sean insufribles en pantalla. El filme termina sonando como un lamento a la figura de George Clooney / Danny Ocean, matándolo de improviso y ni siquiera dándonos el consuelo de un cameo. Nop, precisaba otro director técnico y algún cambio de roles en el grupo como para que el equipo funcionase como la platea lo esperaba.

LA GRAN ESTAFA

Ocean´s Eleven (2001) es la remake del film homónimo protagonizado por el Rat Pack en los años sesenta. Sus secuelas son Ocean´s Twelve (2004) y Ocean´s Thirteen (2007). Ocean’s 8: Las Estafadoras (2018) es una secuela integrada por un cast femenino.