Crítica: Matrix Resurrecciones (2021)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2021: Keanu Reeves (Neo / Thomas Anderson), Carrie-Anne Moss (Trinity / Tiffany), Jessica Henwick (Bugs), Yahya Abdul-Mateen II (Morfeo / Agente Smith), Jonathan Groff (Smith), Neil Patrick Harris (El Analista)

Director: Lana Wachowski – Guión: Aleksandar Hermon, David Mitchell & Lana Wachowski

Trama: El programador Thomas Anderson vive visitando a su analista. Hace años intentó saltar de la cornisa de un rascacielos y, desde entonces, está en tratamiento siquiátrico. Mientras tanto su jefe – en la empresa de videojuegos en donde trabaja – lo está volviendo loco con la obligación de sacar una cuarta entrega del juego estrella de la compañía llamado Matrix. Anderson tiene sueños de que lo que ocurría en el juego era real y que él tenía superpoderes. Pero un día se le cruza una hacker llamada Bugs, el cual le dice que la historia de Matrix era real y que todo lo que vive es una fantasía implantada en su memoria. Cuando agentes de seguridad comienzan a perseguirlo, Anderson descubre que lo que dice Bugs era cierto; y que él no es el único con amnesia que se encuentra atrapado en este mundo virtual. Trinity, Morfeo y hasta el Agente Smith tienen vidas nuevas y son incapaces de recordar quiénes eran… hasta que Anderson vuelve a ser Neo y descubre que está viviendo en una versión acotada de la Matrix, separada de la masiva versión real que vagamente recuerda. Pero ¿por qué y para qué?.

Crítica: Matrix Resurrecciones (2021)

Yo debo ser uno de los pocos convencidos en el mundo de que la trilogía de Matrix estaba incompleta. Era imprescindible una cuarta parte, final y satisfactoria. ¿Cómo la gran guerra entre humanos y máquinas iba a terminar simplemente con un acuerdo de palabra y un superficial mejoramiento de las condiciones carcelarias de las pilas humanas?. Eso no es ser iconoclasta; es simplemente no tener idea de cómo terminar la historia. Lo obvio, en cualquier historia épica, es restaurar el balance – en este caso, destruir a las máquinas y recuperar la Tierra -. Alguien se apiadó de mis ruegos y nos trajo una cuarta parte. ¿Y después de tantos siglos de espera, sólo conseguimos esta pavada que no satisface a nadie?.

Matrix Resurrecciones no es un completo desperdicio – al menos la primera parte tiene sus momentos inspirados -. La idea de un Neo latente, lavado de cerebro, viviendo en un nodo por fuera de la red – una Matrix pequeña, de manera que no pueda desatar una revolución en la principal – es buena. El plus de que toda la historia previa figure como un recuerdo implantado – Neo ahora es programador de videojuegos y su mayor obra maestra es Matrix… o sea que lo que el recuerda no es más que la fantasía que inventó para el videogame –  está muy bien. El detalle meta que la Warner Brothers quiere una cuarta parte del videojuego para antes de ayer es un excelente chiste que que Lana Wachowski tira por elevación al estudio, ya que hace 20 años que le piden una secuela. Que todos los que conocíamos antes, buenos y malos, vivan vidas diferentes en la Matrix pequeña es acertado.

Pero hay problemas y empiezan desde el principio. ¿Por qué tenemos un nuevo Morfeo, más joven y menos carismático?. ¿Por qué hay una asiática que sabe todo e insiste en que Neo recupere la memoria?. Neo vive anestesiado por los sicotrópicos – las pastillas azules que le receta el Analista – ya que tuvo un intento de suicidio… o un ramalazo de recuerdos de que era Superman y podía volar. Una caminata por la cornisa y de pronto es enviado al loquero. El jefe de la empresa de los videojuegos es el Agente Smith pero mas joven y con otra personalidad. Y la asiática desata el caos de tal manera que todos los durmientes despiertan y recuerdan quienes son. Mientras que los Wachowski siempre les encantó ser crípticos, Lana (dirigiendo en solitario) intercala flashbacks a lo pavo para saber que fulano de tal es ahora Smith, mengano es Morfeo, sutano es Niobe… lo cual rompe la concentración de la historia. Había mejores maneras de contar lo mismo sin ser tan intrusivo.

Las nuevas adiciones no funcionan. Yahya Abdul Mateen II no tiene el misticismo de Morfeo. Jonathan Groff es demasiado suave como el nuevo agente Smith – ¿recuerdan cuando Hugo Weaving hablaba a los gritos y masticaba cada frase con fruición y pedantería, marca registrada del personaje?; olvídenlo -. Los colores son demasiado claros, y el clima cibernético salió volando por la ventana. El único que realmente destaca es Neil Patrick Harris: tal como ocurría con Loki y Jonathan Majors, un tipo con talento puede elevar un diálogo mediocre y complicado, exudando inteligencia y maldad.

Mientras que la primera parte está ok, el filme se derrumba con Neo recuperado y en la nueva ciudad subterránea de los humanos. Y ahí la trama deja de tener sentido. Los liberados viven mejor, comen bien, no quieren perturbar la paz; las máquinas han tenido que matarse entre ellas para bajar al 50% de su población ya que hay tantos liberados que la energía que producían los cuerpos humanos ha descendido a niveles críticos. Y lo mas estúpido de todo es que todo depende de la química entre Neo y Trinity – también atrapada en un pod aparte (¿se acuerdan que había muerto en el final de la trilogía?), reconstruida y con otra personalidad en la Matrix pequeña (el Nodal) – ya que el amor les permite generar mas energía que antes.

El problema de Matrix en su totalidad siempre fue que las escenas en el mundo real son aburridas y las cosas solo se disparan cuando estos tipos vuelven al mundo GTA y actúan como superhéroes. Pero Neo es ahora un lelo que a duras penas recuerda cómo parar una bala, siempre precisa que alguien le salve las papas del fuego y, como hace 20 años, sigue teniendo cero química con Carrie-Anne Moss, actriz mala si las hay. Descubrir que la Moss revivida es ahora una especie de Supergirl es un chiste de mal gusto.

Todo viene a cuento de que la historia no funciona a pesar del arranque interesante. No hay un solo momento memorable, ni siquiera los ataques masivos o las secuencias de Bullet Time. Todo es tan chato y tergiversado – con momentos enteramente reciclados de la trilogía original – que pareciera dirigido por alguien rutinario y contratado a sueldo, no por uno / una de las responsables de la trilogía original y que, aún en la sarta de fracasos comerciales que le siguieron (Meteoro, El Ascenso de Júpiter) se daban maña para crear momentos visuales espectaculares. Toda la historia trata del reencuentro de Neo y Trinity, no de tomar venganza, derrotar a las máquinas, liberar a la humanidad y recuperar la Tierra. Es una historia sin ambición, chica y estúpida, que ni siquiera termina de entretener como vehículo de acción. Lana Wachowski ha perdido el mojo y Matrix Resurrecciones se siente como Indiana Jones y la Calavera de Cristal: una secuela tardía, innecesaria, sin talento, reciclada que hubiera sido preferible mantener archivada o desviar todos esos recursos para plasmar un filme con otra idea más fresca y original.

MATRIX

La saga de Matrix se compone de: Matrix, Matrix Recargado, y Matrix Revoluciones. Matrix Resurrecciones (2021) es una última entrega que pretende reiniciar la saga.