Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 2023: Brie Larson (Carol Danvers / Capitana Marvel), Teyonah Parris (Monica Rambeau), Iman Vellani (Kamala Khan / Ms. Marvel), Samuel L. Jackson (Nick Fury), Zawe Ashton (Dar-Benn)
Director: Nia Da Costa – Guión: Nia Da Costa, Megan McDonnell & Elissa Karasik
Trama: Al destruir la super inteligencia artificial que controlaba a los Kree, Carol Danvers ha provocado una catástrofe de proporciones incalculables. Ahora Hala, el planeta de los Kree, ha quedado sumido en una guerra civil, lo cual produce cambios tan drásticos en las condiciones ambientales del planeta que toda la raza está al borde de la extinción. La nueva líder del imperio Kree, Dar-Benn, ahora está tras el paradero de un artefacto mítico conocido como las Pulseras Cuánticas. Si puede obtener dos de ellas, puede provocar un punto de salto entre una pulsera y la otra, con lo cual puede ir de un punto al otro del universo de manera instantánea. Pero las Pulseras, al abrir semejante canal, también pueden servir para extraer los recursos naturales de un planeta que Dar-Benn considere como un objetivo, como absorber el agua y el oxígeno del planeta Tierra. Mientras tanto los experimentos de Dar-Benn han afectado los superpoderes de Danvers, Monica Rambeau y Kamala Khan, con lo cual quedan interrelacionadas. Cada vez que una de ellas lanza un rayo, se teletransporta en el lugar de alguna de las otras dos y así sucesivamente. Es que sus poderes están vinculados con la energía que emiten las Pulseras Cuánticas; y ahora las tres deben encontrar una manera de pelear de manera sincronizada y evitar que Dar-Benn – lanzada a un plan de venganza contra la Capitana Marvel – provoque una masacre de proporciones siderales.
Las Marvels, hay que admitirlo, tiene sus momentos. Iman Vellani, por ejemplo, que merece una película (no una serie) para ella solita. Con ese aire de mascotita triste y explosiones de alegría contagiosa es lo mejor del filme. La villana (la Sra. Loki!) es feroz, aunque no memorable. Hay momentos muy cómicos y otros que te hacen crujir los dientes, como un número musical a lo Bollywood que sirve de excusa para que el trío de heroínas reciba nuevos uniformes fashion. Pero el filme toma demasiados atajos, la edición es un desastre, y las explicaciones sobre lo que sucede bordea lo incomprensible. No sé en qué momento la Capitana Marvel se ganó una nave, el mundo Kree se enfrió, Mónica Rambeau se volvió astronauta y compinche de Nick Fury, ni cuándo construyeron una gigantesca plataforma en el espacio. Y cuando Rambeau empieza a explicar los agujeros / saltos en el espacio, es chino básico. Es grave cuando un filme lo seguis simplemente por la inercia básica de las protagonistas – la morena viene a hacer algo malo y las buenas deben impedirlo -. Solo la calidez de Vellani y su familia de ficción salvan al filme de ser un bodrio insalvable. Al menos Quantumanía se ve como Shakespeare al lado de esto.
Asumo que rodar la película debe haber sido un dolor de cabeza monumental. Como los poderes de las tres superheroínas están enlazadas, cada vez que una pega una piña aparece otra en su lugar y la primera va a parar al punto del universo donde estaba la segunda. Así que cuando hay una pelea hay como doscientos saltos de dimensiones / intercambios de protagonistas en menos de un minuto. Está ok, está bien hecho. El drama es que las explicaciones de por qué pasa esto son hiper traídas de los pelos, una estúpida excusa para poner dos heroínas televisivas al lado de la ultra star Capitana Marvel, la versión femenina de Superman en el MCU.
El problema con la Capitana Marvel es que Brie Larson no sirve. La actriz hace al papel, y en el primer filme ya fallaba, así que las cosas no mejoraron en el segundo. Creo que Larson es una muy buena actriz – acá anda mejor en ciertos momentos dramáticos – pero el rol precisaba a alguien como Gal Gadot. La Mujer Maravilla no es ni por asomo una intérprete a la altura de la Larson pero irradiaba carisma, sonreía, era encantadora y transpiraba confianza. Aunque la Larson haga chistes, cante y baile, sigue sin llenar la pantalla. Teyonah Parris anda un poco mejor, pero cada vez que aparecen Vellani o incluso la villana Zawe Ashton, le sacan el aire a Brie y queda como secundaria en su propia película.
Debo admitir que me costó tomar impulso para ver The Marvels. El MCU se está desgranando a una velocidad pasmosa, y por exceso de ambiciones financieras. Las series de Disney+ quemaron el género con entregas mediocres o a medio cocinar, ya hay demasiados personajes a los cuales no les interesa nadie, como los Eternals, She Hulk o incluso la versión de Daredevil con ridículo casquito dorado. En menos de un año Marvel está donde está DC, donde cada filme es una lotería en cuanto a calidad y disfrutabilidad, y encima viven haciendo promesas para expandir aún más todo esto, lo cual ya se escapó de las manos. Más vale que James Gunn borre el libreto que escribió para Superman Legacy – ese donde Supie está en un mundo plagado de superhéroes – y redacte algo en solitario a lo The Batman. Los universos cinematográficos interconectados se caen como un castillo de naipes. Marvel está haciendo promesas que no puede cumplir. Y con el drama de Jonathan Majors, se toparon con una pared. Aún con todos los errores que cometió DC, ellos nunca jubilaron a Batman, Superman y la Mujer Maravilla. Los mantienen en series, en animación, les dan cameos, preparan reboots. Pero más de 10 años sin el Capitán América e Iron Man son demasiados, más si van jubilando más personajes como los Guardianes de la Galaxia. No es fatiga de superhéroes. Están sacando demasiados personajes secundarios y terciarios de la galera, y les meten historias mal cocinadas. La calidad baja por la sobreproducción de shows y películas. Traigan directores de renombre, contraten buenos libretistas, maten todos los shows televisivos. A Star Trek le pasó lo mismo en algún momento con un par de series y las películas en el cine, y en un momento dijeron basta porque los números eran cada vez más flojos. Pero Disney no puede escapar de su propia inercia – viene Frozen 3 y Frozen 4!; Blancanieves y los Siete Enanitos pero sin enanitos! (para no ofender a nadie); la remake live action de Moana, la que no tiene 8 años de antigüedad y dista de ser un clásico! – así que, hasta que no hagan un parate, exploten el universo del todo y hagan un hard reset, van a seguir perdiendo toneladas de millones.
Recuerden mis palabras: a Disney lo compra Apple. La cantidad de dinero que van a perder, si insisten con este plan, es gigantesca.
The Marvels es un ejemplo cabal de atropellamiento para sacar un producto a las apuradas y poder recaudar algo: pero la trama está mutilada y apenas se entiende, la protagonista no tiene carisma, y las cosas funcionan por inercia. Nuevamente hay que salvar al mundo, aunque la excusa sea X y no se entienda un pomo lo que significa. Quizás sea el momento de que le den las franquicias a otros – como pasó con Sony y Spiderman -, que pueden ir más lento y pensar mejor las cosas, aunque el universo cinematográfico arácnido que arma la Sony también viene a los altibajos con la calidad – Kraven se ve genial, pero Madame Web… uy, Dios… -. Es el ocaso del Imperio Disney / Marvel, no por fatiga del género de superhéroes, sino por exceso de filmes horrendos y series peores. Porque así como va ni esto, ni Capitán América 4, ni los Thunderbolts, ni siquiera los X-Men van a poder salvar a Disney / Marvel de la quema total.