Crítica: Madame Web (2024)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2024: Dakota Johnson (Cassandra Webb), Sydney Sweeney (Julia Cornwall), Isabela Merced (Anya Corazon), Celeste O’Connor (Mattie Franklin), Tahar Rahim (Ezekiel Sims), Mike Epps (O’Neil), Emma Roberts (Mary Parker), Adam Scott (Ben Parker)

Director: S.J. Clarkson – Guión: Matt Sazama, Burk Sharpless, Claire Parker & S.J. Clarkson, basados en personajes de Marvel

Trama: 1973. La científica Constance Webb viaja al Amazonas en busca de una exótica especie de araña cuyo veneno puede tener milagrosas propiedades medicinales. Pero, cuando la encuentra, es herida de muerte por su guardaespaldas Ezekiel Sims, quien desea hacer una fortuna con ella. Mientras luchan por el control del arma que ha herido a la científica, ambos terminan mordidos por la araña pero Sims escapa y Webb – que estaba embarazada de nueve meses – es recogida por los indígenas del lugar, quienes provocan el parto antes de que fallezca. Ahora es el año 2003 y la hija de Constance ha crecido hasta convertirse en la apática Cassandra Webb, una paramédica dedicada exclusivamente al trabajo y totalmente incapaz de hacer lazos sociales siquiera con sus compañeros de equipo. Pero después de un accidente Cassandra descubre que tiene el poder de anticipar el futuro y, en una de sus visiones, percibe como un hombre de traje de spandex negro – y con apariencia de araña – mata a tres chicas en un tren. Como las visiones se repiten, Cassandra se propone dar con las chicas, a las cuales ubica – las tres al mismo tiempo – en el tren que ella vió. Mientras el asesino enmascarado provoca una masacre, Cassandra convence a las adolescentes que las acompañe, huyendo sin cesar del siniestro villano. El problema es que el asesino es Ezekiel Sims y, como posee similares poderes de clarividencia que Webb – además de superfuerza, trepar por los muros y envenenar a la gente con el contacto de sus manos – sabe qué paso va a dar Cassandra antes que ésta lo planee. Solo entrenando su poder de clarividencia Cassandra podrá ponerle una trampa al asesino y, en el camino, descubrirá que es el responsable de la muerte de su madre.

Crítica: Madame Web (2024)

La culpa la tiene Venom. La película del 2018 era estúpida pero divertida y recaudó unos inesperados 850 palos verdes, los cuales hicieron “clink, caja” en los ojos de los ejecutivos de Sony y empezaron a manotear cuanto personaje – dentro del universo de Spiderman, derechos que consiguió de Marvel en el 2000 cuando la editorial de comics venía medio noqueada con las finanzas – tenían a mano como para sacar más filmes. El problema con todo esto es que está hecho a las apuradas, sin ninguna guía artística (digamos, un capo de los comics guiando el camino y los proyectos a rodar) sino la de facturar a lo loco con una Propiedad Intelectual conocida, todo con tal de llegar a un megaevento tipo Los Vengadores. Es decir, un clash final entre arañita y un montón de villanos (los Seis Siniestros) que vuele la taquilla por los aires. Ya tenían al Buitre de Michael Keaton (cortesía del MCU), armaron Venom, y empezaron a apurar el tranco con Morbius, Madame Web y la inminente Kraven, el Cazador. Faltan un par de villanos más, quizás re-contraten a Garfield y Maguire de nuevo, y puede que obtengan un taquillazo. El drama es si las entregas intermedias – las películas de origen de los villanos de Spidey – apestan tanto que terminen hundirse en la taquilla.

Uno puede anticipar cómo Madame Web cae en ese rompecabezas ya que la mujer, con el sentido arácnido ultra desarrollado, es capaz de predecir el futuro y podría anticiparle a Spiderman las tácticas para vencer a cada villano por separado. En sí, sería el equivalente del Doctor Strange del Spiderverse que está construyendo la Sony. El drama es que le entregaron el proyecto a los mismos tipos que hicieron Morbius, esa de la cual se rió todo el mundo. Si Morbius era genérica, al menos tenía un par de momentos. Esperen a ver Madame Web.

Cuando un estudio grita “review embargo” (o sea, que no se pueden publicar reviews antes de la fecha de estreno, aunque la crítica haya asistido a funciones de pre-estreno), lo único que provoca es que la masa de críticos yanquis afilen los cuchillos y empiecen a escribir la más ácida, cómica y descarnada crítica de la película objetivo. Incluso me imagino gente inventando insultos y comparaciones falaces en sus tiempos libres, cosa de tenerlas a mano cuando les aparece una presa fácil como esta película. Es para lo único que tiene imaginación los críticos de cine norteamericanos. Es su momento del año para hacerse los graciosos y compararse entre ellos a quien se le ocurrió el insulto más feroz, creativo e hilarante, independiente de si la película es un espanto, regular o apenas pasable.

La verdad es que, en sí, Madame Web no es el colmo de la ridiculez ni es un espanto intragable. Simplemente es aburrida y genérica. Si uno esperaba una de superhéroes, seguirá esperando porque acá no los hay, a lo sumo hay un supervillano que es como la versión malvada del Hombre Araña. La historia no es compleja, pero pareciera que ahora cualquiera que es picada por una araña de cualquier tipo en cualquier parte del mundo obtiene algún tipo de superpoder. En el caso del villano (Tahar Rahim, el mismo de Un Profeta y que acá cedió ante las mieles de los dólares de la Sony para quemar su carrera artística) el tipo trepa por las paredes y envenena todo lo que toca. No, no le sale tela de araña por ningún orificio. Quizás el mayor problema de Madame Web sea ése: no hay un maldito chiste en todo el filme y, si lo hay, es tan malo que pasa desapercibido. En sí, Madame Web funciona como la versión Marvel de Los Ojos de Laura Mars: hay una chica vidente, linkeada síquicamente al asesino, que sabe a qué víctimas va a atacar. El link pasa porque ambos llevan el veneno de arañas peruanas en su sangre, con lo cual obtuvieron el mismo sexto sentido / sentido arácnido de arañita. Pero ese sexto sentido es usado de manera tan ambigua que, en un momento, Dakota Johnson y el villano se comunican por Whatsapp Web (!) a lo Kylo – Rey en Los Ultimos Jedi.

Es que en realidad los poderes de clarividencia de la Johnson están tan mal explicados que funcionan como un Deus Ex Machina permanente. A veces puede ver media hora en el futuro, otras veces anticipa segundos, o ve versiones alternativas de un mismo final. Lo mismo va para el villano, que vive soñando con que tres superheroínas (tres mujeres araña!) lo van a matar en el futuro. No se entiende cómo el tipo ve 20 años en el futuro a tres mujeres en trajes de spandex usando todo tipo de superpoderes y gadgets cuando la Johnson, que tiene el sexto sentido mucho más desarrollado, no puede ver más allá de un día.

El filme toma una tonelada de atajos narrativos sin molestarse siquiera en dar algún tipo de excusa o explicación al pasar. La madre de la Johnson se muere en el Perú, baleada por Rahim y mordida por una araña, pero la beba no sólo sobrevive a todo eso sino que de alguna manera termina de vuelta en Estados Unidos y ahora labura de paramédica. Debe ser la médica más antipática del planeta ya que es una misántropa de aquellas, que vive sola y desconfía de cualquier muestra de afecto. Como para reforzar el vínculo con el Spiderverse su compañero de ambulancia es el tío Ben (sí!!! ese tío Ben!!), el cual está a cargo de su cuñada que está ultra embarazada (Emma Roberts) y que está a punto de parir. Como esto figura que ocurre en el 2003, basta hacer las matemáticas para saber que el nombre del bebé de la Roberts va empezar con P y terminar en eter, pero hasta ahí llega todo. En teoría había una versión original muy diferente de toda historia – que es sobre la cual firmó Johnson -, y que tenía a Rahim en onda Terminator, dispuesto a matar a la Roberts antes de dar a luz a Peter Parker / El Hombre Araña. Como la Sony manoseó el libreto (vaya uno a saber por qué), la atención se desvió a estas tres spider chicas, las cuales solo aparecen en traje de heroína en un flashback (¿o futureback?) del futuro. Y como a la Johnson se le despiertan los poderes y ve que Rahim va a ir a matarlas, qué mejor idea que secuestrarlas y explicarles su loca idea de la clarividencia.

Honestamente el filme no va tan mal durante los 30 minutos iniciales. El problema viene cuando aparecen las tres pibas, que son tres minones infernales onda Playmate haciendo cosplay de tres adolescentes rebeldes: está la skater, la bebota latina y la tímida de anteojitos que se muerde el dedo pulgar y dice “castígame, papi”. No solo no son creíbles sino que, a pesar de ver al Siniestro Hombre Araña intentando matarlas, siguen haciendo pavadas durante su huida, como escaparse a un McDonalds y terminar bailando Toxic de Britney Spears sobre las mesas mientras bebotean con los adolescentes cachondos del local. Eso es pasar desapercibido.

A partir de entonces el filme empieza a degradarse rápidamente. La Johnson las va a proteger pero se toma una semana para ir al Amazonas y andar por la jungla sin GPS ni una maldita brújula; las tres pibas quedan sumisas al cuidado del tío Ben sin que éste le pregunte a la Johnson de dónde salieron, cómo diantres ninguno de sus padres va a notar su ausencia durante siete días, o que tipo de Raid debe usar si aparece el Siniestro Hombre Araña. Mientras la Johnson tiene un momento extracorporal a lo Doctor Strange y aprende que “si asume su gran responsabilidad, dominará su gran poder” (sí, dicho al revés, como la última afrenta para los fans de Spiderman que llegaron vivos a esa parte del filme).

El villano no asusta. Las tres pibas son infumables. La Johnson va masticando limones todo el tiempo, pensando en si va a tener que hacer la cuarta parte de 50 Sombras de Grey después de esto. Las persecuciones son chatas y poco creíbles – detonan un taxi y en ningún momento muestran si había gente adentro; una ambulancia sobrevive impecable un salto desde un segundo piso a la calle -, y al final querés que termine el filme de una vez. Pero no: falta el último deus ex machina como para demostrar que la Johnson es la Madame Web del comic, en una escena salida de la nada y con la cual toda la audiencia pone los ojos en blanco.

Si esto es una estrategia de la Sony a lo Roger Corman – como cuando filmó una de Los 4 Fantásticos con dos pesos sólo para retener los derechos por diez años más -, le va a salir caro. No sólo por las pérdidas del filme, sino porque las expectativas del Spiderverse están degradadas casi al borde de cero. Era preferible archivar el filme como hizo David Zaslav con la abortada película de Batichica antes que quemar la propiedad intelectual. Para colmo otro filme dirigido por una mujer, con lo cual los flops están quedando pegados a una cuestión de género. Antes que intentar facturar a ciegas, precisan un gurú artístico que guie el universo que pretenden hacer. Así como va no lo van a terminar nunca por la cantidad de pérdidas acumuladas, filmes malos y desprestigio de la saga. Y por último, denle a los fans lo que piden y hagan filmes con el Hombre Araña. Madame Web no es ni el 2% de interesante de un personaje tan enigmático como, por ejemplo, el Joker como para patrocinar una aventura en solitario. Mas cuando esto tiene cero vuelo creativo, y fracasa miserablemente en su modesto propósito de entretener de manera mínima durante 90 minutos a los fans que compraron la entrada de cine.

EL HOMBRE ARAÑA

La saga moderna de Spiderman se compone de: Spiderman (2002), Spiderman 2 (2004) y Spiderman 3 (2007). El Sorprendente Hombre Araña (2012) es el reboot de la franquicia y el comienzo de una nueva trilogía (que quedaría inconclusa), seguida por El Sorprendente Hombre Araña 2: La Amenaza de Electro (2014). En el 2017 Marvel tomaría las riendas del personaje y lo integraría al MCU, comenzando con su participación en Capitán América: Guerra Civil (2016) y siguiendo con sus aventuras en solitario Spiderman: Regreso a Casa (2017) – Spider-Man: Lejos de Casa (2019) – Spider-Man: Sin Camino a Casa (2021). Sony armaría un universo cinemático propio (Spiderverse) a partir de los villanos del Hombre Araña (aunque sin mencionar a este) en el 2018, comenzando con Venom (2018) – Venom: Carnage Liberado (2021) – Morbius (2022) – Madame Web (2024). En el 2018 llevaría a la pantalla grande una aventura animada con la versión de Miles Morales del personaje en Spider-Man: Un Nuevo Universo (2018)