Crítica: Lupin (2021 -) (serie)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Francia / USA, 2021: Omar Sy (Assane Diop), Vincent Londez (capitán Romain Laugier), Ludivine Sagnier (Claire), Hervé Pierre (Hubert Pellegrini)

Creada por George Kay, basado en las novelas de Arséne Lupin escritas por Maurice Leblanc

Trama: Assane Diop – hijo de inmigrantes senegaleses – vive una plácida vida de lujos y placeres como supremo ladrón de guante blanco en París. Pero ahora ha descubierto que el fastuoso collar de la reina María Antonieta va a ser puesto a la venta y su mente se nubla de rojo. Es que, cuando era niño, su padre fue acusado injustamente de haberle robado dicho collar a la familia Pellegrini – en donde trabajaba como chofer -, sufriendo la persecución, la cárcel y pagando con su vida por un crimen que no cometió. El joven Diop, mientras tanto, quedó relegado a un orfanato y sólo pudo sobrevivir gracias a la lectura intensiva del héroe literario de su padre, el caballero – ladrón Arséne Lupin, cuyas aventuras le inspiraron a llevar esta vida de crimen. Pero ahora ha llegado el momento de la revancha y Diop está decidido a robar el collar como sea, con tal de poder obtener pistas en la misma joya que lo lleven al paradero del ladrón original – y el cual orquestó todo para que las pruebas apuntaran a su padre -.

Crítica: Lupin (2021 -) (serie)

Les aclaro: yo no tengo problemas que el protagonista de esto no se llame Arsenio Lupin (aunque se basa en las aventuras de Arsenio Lupin). Ni que el morochazo de Omar Sy le ponga el cuerpo aunque sea un moreno que resalte como una gota de café en un litro de leche francesa (la demografía no le da para pasar desapercibido – solo el 10% de la población gala es africana o descendiente de africanos -; “el sospechoso es negro…”; ¿y cuánta gente negra conoce la policía??). Pero el libreto hace agua por los cuatro costados y no es por las libertades creativas del mismo sino porque los “supuestos” ejemplos de fulminante sagacidad del admirador de Arsenio Lupin son tan blandos y predecibles que te hacen poner los ojos en blanco. Ok, Sy es un lujo, la sonrisa de 5 km de este hombre se compra todo – y la serie se da el gusto de generar un par de momentos épicos como Sy escapándose del Louvre a plena vista de los policías, con un costosísimo collar recién robado en la mano y con una enorme luna parisina de fondo -, y es gracias a él que la serie es tolerable… pero los robos y exploits de Lupin no dejan de estar muy traídos de los pelos.

Lupin (o Diop, como se apellida en realidad el personaje de Sy) va en misión de venganza. El tipo pasó las mil y una en su vida debido a una acusación injusta contra su padre – la de ser responsable de haber robado un collar costosísimo (que perteneció a María Antonieta) de la casa del millonario para el cual trabajaba como chofer -. La credibilidad de todo el asunto se cae a pedazos – al tipo nunca le encuentran el collar, no tiene antecedentes criminales (mucho menos, va a saber cómo abrir una caja fuerte), no hay pruebas consistentes contra él salvo unas huellas digitales pero el tipo también limpiaba en la casa así que… ¡gran cosa! -, pero al tipo le trabajan la conciencia, le hacen firmar una confesión y se termina por suicidar. El hijo va a parar al reformatorio, se hace de una amiga blanca, forman pareja y tienen un hijo, el tipo se convierte en un super ladrón pero su mujer no aguanta su modo de vida, se separan y se siguen viendo ahora como divorciados aunque mantienen una química envidiable. En su vida de lujos y olvidos el tipo descubre por el noticiero que el super collar de María Antonieta volvió a aparecer, y trama robarlo para ver qué ocurrió con él y rastrear el sendero hasta el ladrón original. A los cinco minutos ya sabemos quién es el responsable de todo esto pero el libreto trata a todos los personajes como idiotas (incapaces de sacar conclusiones obvias), ignorando las flechas y los carteles rojos de advertencia que hay sobre el sujeto. Diop / Lupin planea el robo y le sale como el de una de las novelas de Arsenio Lupin, el personaje al que admira desde chico ya que se devoró todas sus novelas en el orfanato. A partir de ahí sigue la escalada de la investigación, el surgimiento de los sospechosos y los exploits para que vayan confesando los mismos hasta dar con el principal culpable.

La serie fue escrita por George Kay (el mismo de la brillante Criminal!) y Louis Leterrier mete mano. A Leterrier lo llamaron para que haga su magia visual tal como Nada es lo que Parece (la de los cuatro magos ladrones, un disparate total hecho con tanta altura que figura entre mis filmes favoritos) pero la química no se repite. El cómo Sy roba el collar es una bobada atroz – ¿en serio nadie revisa todos los rincones del Louvre (o la basura siquiera) después de que se afanan un collar de cientos de millones de dólares delante de la vista de todos?; ¿acaso son robots que siguen a destajo la misma rutina, no importa si se viene el fin del mundo? -, y algo similar ocurre cuando se infiltra en la cárcel tomando el lugar de otro preso (claro: los negros, como los asiáticos, son todos iguales!… grrr, qué razonamiento estúpido…). Mientras que la conclusión natural sería la de pensar en un escritor vago (lazy writing) encargado de todo esto, lo mas probable es que semejantes ocurrencias vengan de las novelas originales de Maurice Leblanc de hace mas de un siglo. Vale decir, en 1905 Arsène Lupin era un gran personaje de aventuras y sus artimañas eran admirables pero hoy – con un publico moderno, cinéfilo y particularmente cínico – sus exploits se ven ridículos, anticuados, traídos de los pelos, dependientes de millones de casualidades para que funcionen… y definitivamente no se ven como las brillantes ocurrencias de un genio criminal.

El capítulo 3 – cuando secuestra al comisario – es el mejor de la media temporada recién estrenada en Netflix. El resto es hmmm… Como cuando Lupin quiere denunciar al millonario ex jefe de su padre con un videocassette comprometedor filmado en los 80s, el cual desaparece debido a la intervención de los conspiradores de turno. El punto mas idiota de todo esto es que ésa era la única copia: en plena era de Internet ni siquiera atinaron a bajarlo en digital y, para peor, la denuncia sólo sirve (en la mente de los libretistas) si es hecha exclusivamente en la TV nacional. No sirve de nada si subís la copia a las redes sociales y se vuelve viral y la ve medio planeta en menos de cinco minutos… Por Dios, qué… reverenda… idiotez (!!). Es que en realidad toda la tira de Lupin tiene un tufillo a serie hecha en los 80s por lo anticuado de sus ocurrencias – es como si los celulares e Internet no existieran, tampoco las bases de datos o el software de reconocimiento facial que usan ahora mismo en el Primer Mundo para rastrear a los terroristas a través de las videocámaras; con sus características físicas a Diop lo deberían haber identificado en dos segundos: negro, gigante, sonrisa enorme, espalda en forma de triángulo… rayos… es Omar Sy! -, lo que debería haber exigido un esfuerzo superior de los libretistas para aggiornarla y hacerla cuando menos, creíble. No me digan que una novela policial de hace 100 años no se puede actualizar y hacerla interesante: ¿acaso nadie del equipo de producción vió el Sherlock de Benedict Cumberbatch??.

Lupin es una serie muy muy limitada. Hay gente que le pone el pulgar arriba a todo, pero los rankings de la IMDB / RottenTomatoes están inflados. Tiene todos los condimentos para ser un éxito pero las ocurrencias del libreto son ridículas. El drama personal de Sy – y el carisma del moreno – reviven la serie, pero no puede lidiar con las artimañas anticuadas que usa la historia. El respeto a un personaje no implica la reproducción facsímil de sus historias sino la actualización de las mismas para que sean creíbles en el mundo actual; y si aún así no funcionan, entonces es hora de descartarlas y crear nuevos mecanismos. El mito de “el ladrón de las mil caras” no funciona si sos parte del 10% minoritario de la población y si sos un moreno de dos metros de altura con hombros enormes y una sonrisa larga como la línea Maginot. (me hace acordar a la bobada de la serie Black Lightning: ¿en serio nadie se da cuenta que el superhéroe que siempre aparece de la nada es negro, veterano, barbudo, con los hombros como si se hubiera tragado una percha y coincide con el perfil del director de la escuela a la que acosan los villanos?). Inventen otras cosas para usar a Sy de manera creíble – trasladen la acción a una ex colonia francesa de Africa, por ejemplo – y no usen trucos del siglo pasado que solo sirven para ofender la inteligencia del público que espera un gran espectáculo, admira los ingredientes pero odia cómo están cocinados los mismos.