Crítica: Freaky (Este Cuerpo Está Para Matar) (2020)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

3 atómicos: buenaUSA, 2020: Vince Vaughn (el Carnicero), Kathryn Newton (Millie Kessler), Celeste O’Connor (Nyla Chones), Misha Osherovich (Josh Detmer), Dana Drori (Charlene Kessler), Katie Finneran (Coral Kessler)

Director: Christopher Landon – Guión: Michael Kennedy & Christopher Landon

Trama: El Carnicero de Blissfield – un asesino serial que opera desde 1990 – está de regreso. Luego de masacrar a cuatro estudiantes decide atacar a la bonita pero apocada Millie Kessler utilizando una daga que encontró en la escena de su último crimen. Lo que ambos desconocen es que se trata de una daga mágica y, al ser heridos ambos en el forcejeo, las almas de cada uno cambian de cuerpo, despertando Millie en el cuerpo del carnicero y viceversa. Y mientras el enorme y maloliente criminal quiere convencer a sus mejores amigos de que sigue siendo Millie – y que la ayuden a encontrar una solución -, la versión sicópata de Millie está aprovechando la apariencia inocente de la chica para hacer estragos en el secundario. Y ahora, debido a la maldición que acompaña la daga, solo disponen de 24 horas para herirse y regresar las almas a sus respectivos cuerpos… antes que el cambio se vuelva definitivo.

Crítica: Freaky (Este Cuerpo Está Para Matar) (2020)

Yo ya soy fan de Christopher Landon. El tipo trabajó como libretista para Jason Blum en varias entregas de Actividad Paranormal, luego se largó a dirigir, se anotó un par de pininos con Scout Guide to Zombie Apocalypse y Feliz Día de tu Muerte, y ahora está de vuelta para despacharse con otra de esas recetas que solo él pudo crear. El tipo encontró un filón mezclando slasher con comedias fantásticas, generando un puñado de comedias de terror muy muy disfrutables. Como director de cine de terror es medio flojo – sustos cliché con cosas saltando a la cámara o ruidos raros sorpresivos en la banda de sonido – pero, como director de comedia, es una gran promesa. Para mí Feliz Día de tu Muerte es una película formidable y lo que le siguió (su pertinente secuela y la película que ahora nos ocupa) es el intento de buscar variantes mas o menos efectivas hasta pulir la fórmula. Freaky no es todo lo fabulosa que el trailer vende – de hecho, casi lo mejor del filme está resumido allí – pero, con sus bajas y sus altas, es una comedia de terror que divierte y, sin ser guau, es muy recomendable.

La fórmula de Landon es simple: toma una rutina conocida del cine fantástico y mézclela con un slasher. Agregue personajes repulsivos que se vuelven mucho mas empáticos a medida que pasa el relato; toques profundamente personales y emotivos; el uso cómico de temas musicales super conocidos (como las arias de opera en Happy Death Day 2U); usos novedosos de la cámara con ángulos originales; la importancia de la familia ante todo. Si Feliz Día de tu Muerte era Hechizo del Tiempo con asesinos seriales (y la segunda parte era Volver al Futuro II), Freaky es la versión slasher de Un Viernes Alocado, ésa donde Lindsay Lohan y Jaime Lee Curtis intercambian cuerpos por un día (bah, hay dos millones de versiones empezando por el original de 1976 con Barbara Harris y Jodie Foster, pero la de Curtis / Lohan es la que mas me gustó por lejos).  Incluso el intercambio de almas ocurre un Viernes 13 (sip, y da lugar a uno de los mejores gags del filme) tal como en la comedieta de Disney.

Si Freaky no tiene toda la chispa que debiera es porque Landon es flojo para dirigir terror y porque el filme no siempre mantiene el ritmo cómico que debiera. El principio – onda Scream donde cuatro adolescentes hablan de la leyenda de un asesino serial que acosó el pueblo… y que cinco minutos después termina por masacrarlos – es blando. Ahí uno se da cuenta de por qué tenés que poner a un forzudo de la lucha libre para hacer de Jason ya que es imponente, macizo y amenazante. Vince Vaughn es un cincuentón gordito, fofo, flojo al caminar, sin amenaza alguna a pesar que tenga una fea máscara tribal y un cuchillo largo como un machete (“éste es un cuchillo!”). Los asesinatos son sosos, incluso cuando a un flaco lo cortan al medio como una feta de fiambre – Landon se descansa en el tripaje digital, muñecos y make up pero precisás un director que shockee armando ambiente momentos antes y no simplemente rodar la masacre de manera distante y despojada -. Por el otro lado tenés la típica comedieta estudiantil mediocre con las snobs, los nerds, los deportistas cretinos y la protagonista – la deliciosa Kathryn Newton de la abortada The Society – que es hermosa pero apocada ya que el padre falleció hace un año y todavía no pudo hacer el duelo. Su madre se volvió una alcohólica y su hermana mayor es adicta al trabajo, eso que es la ayudante del marshall del pueblo – al parecer todos se intoxican con algo para olvidar la muerte del padre -. La Newton recibe burlas y escarnios de todo tipo y, cuando una noche queda sola en la calle, tiene tanta mala suerte que el Carnicero de Blissfield (Vaughn) la tiene en la mira, lista para destazarla.

Si el cambio de cuerpos ocurre, es porque la daga con la que anda Vaughn es un cuchillo ritual maya con propiedades mágicas. Vaughn no mata a Newton, solo la hiere (y él sale lastimado) y así es como se despiertan con los cuerpos cambiados al día siguiente.

Para ese punto, uno ya tiene listo el tacho gigante de palomitas y empieza a devorarlas con fruición. Cosa increíble, la Newton como el sicópata atrapado en el cuerpo de la piba es muchísimo mas siniestra que Vaughn imitando a Jason. Me hace acordar al cameo de Charles Grodin en Yo me Casé con el Asesino del Hacha en donde hacía de conductor sicópata que levantaba a una autoestopista en la carretera. Grodin hablaba entre dientes, tenia la mirada torcida y resoplaba maldad por los cuatro costados, y algo así ocurre con la Newton acá. Mientras tanto Vaughn levanta las manitos, hace números de porristas y hasta se pone sentimental con lo que le ocurre, buscando ayuda en sus amigos – la morena, el chico gay – para que le den una mano para revertir la maldición.

Ciertamente Vaughn se relame con el papel y, aunque la Newton es feroz, el drama es que Landon no se anima (por lo menos al principio) a ponerla en modo sicópata sangriento a full por temor a lo que ocurra después con ella cuando vuelva la normalidad. Esto podría ser una crítica feroz a los clichés de las estudiantinas secundarias donde la apocada inicia una venganza sangrienta destripando maestros y alumnos que la basurean todo el tiempo. Pero las primeras muertes son flojas y recién al final (cuando la Newton agarra una motosierra) pareciera que Landon entendiera la idea. ¿Preocupado porque la chica, cuando vuelva a la normalidad, dejará sus huellas dactilares en medio centenar de cadáveres?. ¿Desde cuando la lógica / coherencia es importante en una película de terror?.

El flujo de chistes es irregular, hay cosas mas logradas y hay momentos (como el sinceramiento de la chica / Vaughn con su madre, puerta de por medio, en el cambiador de un shopping) que funcionan genial igual que los momentos emotivos de Happy Death Day. Pero al final – en el tercer acto – las cosas se ponen feas, inesperadamente serias y suenan hasta fuera de lugar. ¿No era mejor dejar un final abierto para una posible secuela?.

A mi me gusta lo que hace Christopher Landon y creo que puede pulir la fórmula hasta el punto de la perfección en dos o tres películas mas. Landon no es Wes Craven en Scream, estos libretos no tienen tanta inteligencia y tantas meta referencias; es algo mas simple y pasatista con un par de puntos muy positivos. Pero si Landon mejora su dirección de escenas de terror y trae a alguien para depurar sus libretos, puede anotarse un poroto memorable en unos años y convertirse en un maestro del género. Hasta ahora es un entusiasta al cual le salen bien la mayoría de las cosas y promete una carrera brillante… basta ver si logra concretarla.