Crítica: La Fiesta Inolvidable (The Party) (1968)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

4 atómicos: muy buenaRecomendación del EditorUSA, 1968: Peter Sellers (Hrundi V. Bakshi), Claudine Longet (Michele Monet), Steve Franken (Levinson), Denny Miller (‘Wyoming Bill’ Kelso), Gavin MacLeod (C. S. Divot), J. Edward McKinley (Fred Clutterbuck)

Director: Blake Edwards – Guión: Blake Edwards, Tom Waldman & Frank Waldman

Trama: Hrundi V. Bakshi es un actor indio que aspira a ser una figura importante en la escena hollywoodense. Pero ahora, trabajando como extra en una remake de Gunga Din, ha fastidiado el rodaje y ha sido expulsado del ambiente por el productor del filme C. S. Divot. Sin embargo su nombre ha sido agregado por error a la lista de invitados que el financista Fred Clutterbuck, jefe de Divot, planea organizar en su casa. Sintiéndose un pez fuera del agua Bakshi intentará socializar con los invitados… pero su torpeza monumental sólo dejará un rastro de angustia y destrucción a lo largo de toda la fiesta.

Crítica: La Fiesta Inolvidable (The Party) (1968)

Los tiempos cambian y algunas obras envejecen mal, como es el caso de La Fiesta Inolvidable. En estos tiempos de corrección política a rajatabla ver a Peter Sellers con brownface y haciendo una caricatura racial de un típico indio suena a sacrilegio, pero también es cierto que es el producto de un tiempo y una mentalidad que ya pasaron (aunque Hollywood aún no descartó del todo la idea de que importan mas las estrellas que el respeto a la naturaleza racial de los personajes, con lo cual cualquier actor con suficiente maquillaje puede interpretar el rol que sea… a excepción de latinos, afroamericanos y otras etnias que sólo pueden hacer de sí mismos o de otros extranjeros no caucásicos – ¿cuántas veces vimos a un latino pasar por un árabe o un indio? -) . ¿Qué deberíamos hacer con semejante obra?. ¿Quemarla, exorcisarla o esconderla?. Yo creo que deberíamos apreciarla por el humor que ofrece, teniendo en cuenta los reparos que la aproximación – un tipo caucásico maquillándose para parecer de otra raza – bordea lo ofensivo para quienes viven en otra parte del globo.

Por supuesto todo esto da para un debate que excede por lejos al propósito de este portal (y que me gustaría desarrollar como artículo en alguna columna de opinión independiente en algún momento), pero lo cierto es que el personaje de Sellers podría haber sido cualquier otra cosa – un australiano, un ruso… un mero extranjero caucásico, ajeno a las locuras del Hollywood de los años 60 – en vez de un indio con piel artificialmente entintada que vive diciendo Namasté cada vez que se manda un moco. La intención es poner a un tipo sano, inocente y puro al lado de la ralea hollywoodense (como el productor que encarna Gavin MacLeod – el capitán Stubing de El Crucero del Amor! -, un arrastrado de primera que en un momento intentar violar a la ingenua Claudine Longet en el dormitorio del dueño de casa, en una escena chocante que no va con el tono naif del resto de la cinta) y volverlo un iluminado, pero ello no precisaba una caricatura racial. Como se dice siempre, acá uno se divierte a costa del personaje de Sellers y no con el personaje de Sellers, con lo cual se termina ridiculizando la bondad y las creencias de su Hrundi V. Bakshi.

Por supuesto, si uno deja de lado el detalle – ¿qué otra cosa vamos a hacer? -, La Fiesta Inolvidable se erige como una comedia formidable (por algo Rowan Atkinson tomó ideas de acá para su Mister Bean, al igual que Sellers muestra influencias de Jacques Tati). Blake Edwards tendrá películas de todo tipo bajo el cinto pero lo suyo es la comedia y dirige como si esto fuera un cartoon, con mucho gag visual (los cruces de Sellers con el camarero borracho de Steve Franken en las piletas que abundan en la mansión son delirantes; la corrida de Sellers al otro extremo de la casa después de clavarle una flecha con chupón en la frente de una megaestrella del western parece salido de un episodio de los Looney Tunes). No todo es exitoso – las disculpas de Sellers van mas allá de lo tolerable; los manerismos son exagerados – pero el filme entra en calor cerca de la hora con la imperdible secuencia de la cena y desde ahí no baja.

Si uno deja de lado la corrección politica verá que The Party es realmente una fiesta inolvidable. No todo es la Pantera Rosa y el inspector Clouseau en el mundo de Peter Sellers, y aquí tiene uno de los mejores roles de su carrera… aunque sea el mas debatible desde el punto de vista de la moral moderna.