Crítica: Duro de Matar (Die Hard) (1988)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorCalificada en el Top Ten - las 10 mejores películas de cine fantástico y de cultoUSA, 1988: Bruce Willis (John McClane), Alan Rickman (Hans Gruber), Bonnie Bedelia (Holly McClane), Reginald VelJohnson (sargento Al Powell), William Atherton (Richard Thornburg)

Director: John McTiernan, Musica – Michael Kamen, Guión: Jeb Stuart & Steven E. de Souza sobre la novela de Roderick Thorp “Nothing Last Forever”

Trama: El policía neoyorkino John McClane llega a Los Angeles, a visitar a sus hijos y a su esposa, CEO en la multinacional japonesa Nakatomi. La situación del matrimonio está al borde de la ruptura, y McClane asiste a una fiesta en el Nakatomi Plaza para intentar aclarar las cosas con Holly. Pero un grupo terrorista toma por asalto el edificio, y McClane se escabulle justo a tiempo. Los terroristas – liderados por Hans Gruber – comienzan a presionar a los rehenes, mientras McClane intenta desesperadamente dar la alarma a la Policía. Pero en realidad Gruber no es un terrorista sino un brillante criminal que intenta apoderarse de más de 600 millones de dólares que la firma japonesa posee en su caja fuerte. Y mientras el Nakatomi Plaza es sitiado por las fuerzas policiales, McClane deberá librar una guerra personal con Gruber y sus matones, evitando que el líder de la banda sepa que su esposa está entre los rehenes.

Arlequin: Critica: Duro de Matar (Die Hard) (1988)

Duro de Matar es un clásico moderno. A pesar de sus fallas, de personajes secundarios completamente idiotas y de algunas proezas disparatadas, es el modelo de cine de acción de los 80. Es un ejemplo de maestría narrativa; nunca la trama decae lo suficiente como para permitirnos darnos cuenta de lo absurda que es.

Posiblemente hasta los productores se hayan sorprendido del éxito obtenido. Después de todo, en Hollywood se incuban muchas superproducciones que parecen hacer historia y terminan por hundirse en las taquillas. Consideremos el elenco: una casta de desconocidos y actores secundarios que llegarían al estrellato después del film. John McTiernan había tenido un éxito previo con Depredador, pero seguramente éste es el film por el cual será recordado siempre. Bruce Willis había flirteado con el cine sin mucho éxito, y recién había encontrado la fama en la serie de TV Moonlighting. Pero sus papeles siempre fueron de comedia. Resulta inimaginable poner a un cómico a realizar papeles de acción, pero este fue el caso. Y desarrollaría una carrera espectacular, plena de éxitos, experimentos y fracasos. Es posiblemente el actor de clase A que ha arriesgado más en sus papeles, tomando roles grandes y pequeños, dramáticos y cómicos, normales y bizarros. Quizás no tenga un gran rango dramático, pero posee lo que las estrellas auténticas deben tener: carisma. Cuando uno ve el film de una estrella, no va a ver actuaciones camaleónicas, sino a festejar los tics de la estrella. Schwarzenegger ha hecho una carrera con ello; Stallone… De Niro, Nicholson, Hoffman… todos repiten manerismos en uno y otro film hasta el hartazgo, con la diferencia que los últimos actores citados ocasionalmente abandonan su representación de sí mismos en escena y realmente actúan. Y si bien Willis no posee dicho rango interpretativo, se arriesga como ninguno al tomar papeles que no son para él. En buena parte sus roles en filmes independientes le han servido para mantener fresca su carrera. Pero nada de esto sería posible sin el respaldo que le significó Duro de Matar.

El otro beneficiado es Alan Rickman. Pero el tema es que Rickman es esencialmente un hombre de teatro, que le escapó al encasillamiento Hollywoodense como villano, y prefirió actuar en obras y papeles menores que le resultaran más interesantes en lo personal. Como dijimos alguna vez, un gran héroe necesita un gran villano y su Hans Gruber es magistral. Es sofisticado, es simpático, es siniestro y, fundamentalmente, es inteligente. La trama es brillante porque los personajes son inteligentes, razonan, cambian de planes, toman medidas extremas. Es cierto que la mayor parte del elenco secundario (el jefe de policía, los agentes del FBI, el yuppie idiota compañero de Holly) son pésimos personajes, diciendo estupideces a cada rato, pero aún así tienen momentos disfrutables. Quizás estén perfilados ex-profeso, de modo de resaltar el duelo de ingenios entre Gruber y McClane. La pelea por los detonadores, las improvisaciones de Gruber ante la aparición de la policía, la latente amenaza de descubrir la identidad de la esposa de McClane.. son momentos de tensión y sorpresa memorables. No hay pausa en el film, no hay momento desperdiciado en no ser acción, sorpresa o darle buena carnadura a los personajes. Y McTiernan le da un tono de humor zumbón a toda la película, donde uno termina festejando las muertes y las explosiones.

Hasta ese entonces, los filmes sobre secuestros habían resultado terriblemente aburridos. El protagonista debía sufrir todo el tiempo a manos de los criminales, intentan negociar la liberación de los rehenes. McTiernan da vuelta totalmente al género y lo hace potable como vehículo de acción. Ciertamente toma cosas de otros filmes – a pesar de los golpes brutales, McClane siempre permanece de pie, al mejor estilo Indiana Jones; o toma también elementos del cine catástrofe -, y establece rápidamente el seteo de la situación para desarrollar un perfecto juego del gato y del ratón. La historia es simple, uno sabe cómo va a terminar todo esto; pero es el estilo y la buena narrativa (e inventiva) de los guionistas y del director en provocar sorpresas a cada rato. El placer está en el viaje, no en el destino que es por todos conocido.

Duro de Matar creó todo un subgénero, donde los mismos esquemas se repiten en distintos escenarios: Máxima Velocidad (en un omnibus), Alerta Máxima (en un tren), Executive Decision (en un avión), Air Force One (en el avión presidencial con el Presidente como héroe !), o Toy Soldiers (ambientado en una universidad), además de sus secuelas – que poseen buena calidad pero no llegan a la frescura de la entrega inicial -. Y posiblemente en el 2007 tengamos la entrega de Duro de Matar 4.0, ya en pre producción. Mientras los filmes – y el género – continúen siendo tan entretenidos, no tengo problemas de mi parte que se sigan produciendo. En la mayoría de los casos ha resultado en espectáculos que valen la pena, superiores al grueso de descerebrados filmes de acción que se producen hoy en día.

DIE HARD

La saga de Duro de Matar se compone de: Duro de Matar (1988), Duro de Matar 2 (1990), Duro de Matar 3: La Venganza (1995), Duro de Matar 4.0 (2007) y Duro de Matar 5: Un Buen Día para Morir (2013)