Crítica: Deadpool 2 (2018)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

5 atómicos: excelenteRecomendación del EditorUSA, 2018: Ryan Reynolds (Wade Wilson / Deadpool), Josh Brolin (Cable), Morena Baccarin (Vanessa), Julian Dennison (Firefist), Zazie Beetz (Domino)

Director: David Leitch – Guión: Rhett Reese, Paul Wernick & Ryan Reynolds, basados en el personaje de Marvel

Trama: La última misión de Wade Wilson – el implacable asesino a sueldo conocido como Deadpool – ha sido un desastre. No solo no ha eliminado a su objetivo sino que éste, en represalia, ha arrasado su casa… y con Vanessa dentro. Cayendo en un profundo pozo depresivo, Wilson sueña todas las noches con Vanessa y empieza a recibir mensajes de ella, quien le dice que es hora de cambiar su vida. Siguiendo su consejo Wilson decide acercarse a los X-Men y termina uniéndose a ellos como aprendiz, pero su instinto asesino es mucho mas fuerte que su voluntad de hacer el bien y pronto termina metiendo la pata. En su primer misión se topa con Russell Collins, un niño mutante que en un arranque de furia ha prendido fuego al orfanato donde vivía y ahora amenaza con carbonizar al director del instituto. Wilson pronto descubre que el chico ha sido torturado por las autoridades del orfanato, quienes consideran a los mutantes como una abominación del orden divino, y pronto decide ponerse de su lado. Pero las cosas salen mal, y Wilson y el chico terminan en una prisión para mutantes. Por si los problemas fueran pocos, ahora acaba de aparecer un guerrero del futuro llamado Cable, quien viene con la misión de matar a Russell a toda costa. Wilson pronto se interpone y aunque la lucha es desigual – sus superpoderes ha sido anulados por un dispositivo electrónico colocado en su cuello -, logra poner a Russell a salvo del implacable soldado con implantes biónicos. Pero Cable no está tan loco como parece y, en un momento de tregua, le explicará a Wilson que en el futuro Russell se saldrá de quicio y se volverá un maníaco genocida capaz de incinerar poblaciones enteras para intentar calmar su sed de odio por la raza humana – una furia que terminará por cobrarse la vida de la esposa y la hija de Cable -. Pero para Wilson el futuro no está escrito y él está convencido de que puede alterar la historia convenciendo al chico de que use sus poderes para el bien y no para la venganza. El problema es que el margen de maniobra de que dispone Wilson es casi inexistente y, si comete un error, en cuestión de segundos el chico puede terminar muerto o la suerte de la humanidad puede quedar sellada. Solo la buena voluntad y el emotivo recuerdo de Vanessa guían al mercenario bocón a una misión inusual, en donde debe hacer las cosas bien (siquiera por esta vez!) para cambiar el curso de los acontecimientos antes de que sea demasiado tarde.

Arlequin: Critica: Deadpool 2 (2018)

Si usted busca a actores de calibre – gente camaleónica que puede asumir cualquier rol de manera perfecta -, tiene que irse a Gran Bretaña. Ahí va a encontrar tanto intérpretes de alto rango como gente gritona, perfectos para personajes de autoridad y formados en el teatro shakespeareano. En cambio si va a Estados Unidos sólo se topará con estrellas: tipos que no siempre son buenos actores pero que poseen un carisma sobrenatural que les permite apoderarse de cualquier escena en la que aparezcan, individuos cuya presencia la gente reclama a los gritos… y que han perfeccionado un único y específico papel por el cual son populares. Humphrey Bogart siempre hizo de Bogart; a Christopher Walken solo le pedimos que haga sus Walkeniadas habituales; Jack Nicholson tuvo el privilegio de triunfar en dos campos: el de loco chiflado  y el de loco malo y peligroso. Encasillados en sus personalidades cinematográficas estos individuos triunfarán (y harán una carrera de ello) si logran mantener frescos sus alter egos de ficción, evitando que la gente se canse de ellos.

Mucho de eso es lo que ocurre con Deadpool 2, secuela del vehículo cinematográfico que sacó a Ryan Reynolds de las ligas menores y lo volvió una estrella super taquillera. Ahora se ha vuelto imposible distinguir al actor del personaje y, cuando uno ve una comedia standard de Reynolds (de los últimos tiempos como Duro de Cuidar), se trata simplemente de ver a Deadpool sin su traje rojo. Ciertamente es una personalidad encantadora y super graciosa pero… ¿durante cuánto tiempo mas podrá seguir vendiendo lo mismo?.

Pero si Reynolds corre por el filo del peligroso estigma del encasillamiento, al menos en su favor hay que argumentar que en Deadpool 2 ha pulido su personaje hasta el límite de la perfección. Sigue siendo gracioso, zarpado y plagado de chistes cínicos y autorreferenciales, pero aquí Reynolds le ha agregado un costado impensado: Deadpool tiene corazón, y uno que es mucho mas sensible de lo esperado. Cuando una misión queda incompleta y los esbirros encuentran la casa de Wade Wilson y arrasan con ella – incluyendo a su amada novia Vanessa (Morena Baccarin) -, nuestro amado antihéroe queda desolado. Y uno se entristece con él.

Si Deadpool 2 se siente superior al filme original es porque es mas tridimensional y está mejor actuada, y ése merito le cabe tanto a Reynolds (que oficia como guionista) como al director David Leitch, el mismo de la primera John Wick y de Atómica, y el cual sabe hacer una pausa en medio del destripe, la locura y los chistes para poner un puñado de secuencias altamente emocionales. Es que nos hemos enamorado del payaso sanguinario y su vida sentimental nos importa. Y cada encuentro onírico con su amada Vanessa – donde le va dando las pautas de cómo puede seguir viviendo sin ella – está armado con mucha sensibilidad. A final de cuentas Deadpool 2 no es la historia de un sicario de humor desquiciado combatiendo a un hombre biónico que viene del futuro, sino la crónica de un tipo que perdió todo, lo recuperó y volvió a perderlo. Es dificil ser depresivo e inmortal porque las reglas del suicidio no se te aplican. En todo caso Deadpool 2 es la crónica de la búsqueda de afectos que te hagan sentir vivo cuando ya no te queda nada. Como ocurría en Guardianes de la Galaxia, es hora de formar una familia de cualquier tipo, aunque sea con una galería de fenómenos que al menos te tienen gran aprecio y se preocupan por vos.

Por lo demás Deadpool 2 es el mismo delirio de siempre. Hay toneladas de bromas de superhéroes, guiños cinematográficos y chistes fuera de lugar. Hay menos locura y mas acción, y el filme se siente mas medido y maduro. Por otra parte el villano está mucho mejor definido que “el inglés con risa malévola” del primer filme. Acá el cast actúa y le pone una ganas tremendas: desde la horrible causa perdida de Cable (Josh Brolin tiene tiempo de sobra para ser sensible y badass al mismo tiempo) hasta el pibe que puede lanzar llamas con las manos (el delicioso Julian Dennison, el cual tiene un rango formidable para la comedia y el drama) que viene a usar sus superpoderes contra aquellos que lo han torturado por ser diferente y amenaza con convertirse en el futuro exterminador de toda la humanidad. Cuando un adulto daña a un niño, no sólo está arruinando la vida de un inocente sino que está dando a luz a un monstruo que prolongará la cadena de daño perpetuo con la generación siguiente.

Deadpool 2 me pareció una película genial, y me gustó mucho mas que la primera. La original era una avalancha de chistes zarpados que parecía salida de la revista MAD; acá el personaje está mucho mas maduro y mejor construido, y hasta tiene una causa noble para defender que permite redimirlo. Y si Reynolds quiere ser Deadpool toda su vida me parece bien, siempre que lo haga con la altura (y la gracia) que termina demostrando en esta ultima entrega.

PD: no se pierdan los créditos finales, no sólo no tienen desperdicio sino que tienen los mejores gags de la franquicia hasta ahora.

LOS HOMBRES X

La saga de X Men se compone de: X-Men (2000) – X2 – X Men United (2003) – X-Men 3: La Batalla Final (2006) – X-Men: Primera Generación (2011) – X-Men: Dias del Futuro Pasado (2014) – X-Men: Apocalipsis (2016) – X-Men: Fénix Oscura (2019). Los Nuevos Mutantes (2020) es un spinoff fallido centrado en un grupo de mutantes adolescentes.
Además se han desarrollado sagas independientes: la saga de Logan / Wolverine con X-Men Orígenes: Wolverine (2009) – Wolverine: Inmortal (2013) – Logan (2017)
La saga de Deadpool, el mercenario bocón: Deadpool (2016) – Deadpool 2 (2018)