Crítica: El Cielo Puede Esperar (1978)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

3 atómicos: buenaUSA, 1978: Warren Beatty (Joe Pendleton), Julie Christie (Betty Logan), James Mason (Mister Jordan), Jack Warden (Max Corkle), Dyan Cannon (Julia Farnsworth), Charles Grodin (Tony Abbott), Buck Henry (escolta)

Director: Warren Beatty & Buck Henry – Guión: Warren Beatty & Elaine May, basados en la obra de teatro de Harry Segall

Trama: Joe Pendleton sufre un accidente de tránsito. Se despierta en el Cielo y todo indica que debe viajar al Paraíso, pero el apuro de su ángel custodio ha arruinado las cosas, ya que ha rescatado su alma antes de que terminara de morir. Mister Jordan, que administra el tránsito de las almas en el Cielo, decide que Pendleton debe regresar a la Tierra y recuperar su cuerpo. Pero el mismo ya ha sido cremado, así que no es posible resucitarlo. Lo otro que queda es poner el alma de Pendleton en un cuerpo que acaba de morir, y el único disponible es el del millonario Oliver Farnsworth. Pero al poseerlo, el buenazo de Pendleton descubrirá no sólo que Farnsworth era un hombre despiadado y corrupto, sino también que su esposa y su contador han sido amantes desde hace tiempo y lo sucedido fue un intento de homicidio, drogando al millonario para que se ahogara en la bañera de su mansión. Con la esposa y el contador aterrados al ver al millonario vivo, lo único que se les ocurre es tramar otro intento de asesinato lo antes posible. Mientras tanto Pendleton / Farnsworth intenta arreglar todas las cosas sucias que el millonario hizo en vida – evitando despidos, el derrame de residuos tóxicos en ríos, etc -. En el interín Pendleton se topará con la bella Betty Logan, una activista que viene a rogar para que el millonario no cierre la fábrica que le da empleo a todo el pueblo en donde ella vive. Una chispa de romance se encenderá entre ambos, y parecería que Pendleton ha encontrado el amor de su vida… sin saber que los celosos amantes han decidido cuándo y cómo asesinarlo.

Crítica: El Cielo Puede Esperar (1978)

En los años 30 y 40 los gustos eran otros, y hubo subgéneros que prácticamente desaparecieron. Uno de ellos podría llamarse el de las “intervenciones celestiales”. Alguien moría y volvía a la Tierra para obtener una segunda oportunidad, un ángel te daba consejos sobre cómo vivir tu vida o, en una de esas, la Muerte se tomaba unas vacaciones y terminaba enamorándose de la naturaleza humana (y posiblemente de alguna mujer). Muchas de estas películas pueden sonarles conocidas porque en los 70s vino todo un revival del género, y la culpa de gran parte de ello la tiene el filme que nos ocupa. En 1978 Warren Beatty y Buck Henry hicieron esta remake de El Cielo no Puede Esperar (que el título del original en inglés era Aquí Viene el Señor Jordan y databa de 1941), tuvo un buen éxito de taquilla y consiguieron una inesperada cantidad de nominaciones al Oscar (siete, nada menos). No es que vino un boom como el de los superhéroes de ahora pero pronto comenzaron a aparecer títulos como The Heavenly Kid (1985), Always (1989) de Steven Spielberg y ¿Conoces a Joe Black? (1998) entre unos cuantos… incluyendo la serie de Michael Landon Camino al Cielo, que data de 1984.

Es posible que el subgénero de intervenciones celestiales tenga que ver con las épocas en que se originó. Con toda la gente que murió en la Segunda Guerra Mundial el público americano apostó a comedias con mensaje esperanzador, especialmente para aquellos que habían perdido sus familiares en la contienda. El original de Always era Un Tipo Llamado Joe (1943), con Spencer Tracy haciendo de un piloto de guerra que moría en batalla y volvía a la Tierra como un ángel guardián para conseguirle marido a su amada esposa – Spielberg lo actualizó, convirtiendo al piloto de combate en un bombero aéreo de esos que combaten los incendios forestales -. Se tratan de fantasías light, cargadas de esperanza, moralejas y su cuota de redención, lo cual las hacen por naturaleza anticuadas para la cínica época actual. Sin embargo El Cielo Puede Esperar 1978 demostró que había un público latente para esa clase de historias, gente que no quería dramas, balazos, acción o risas fáciles sino buenas acciones y nobles intenciones. Y de ahí en más, un subgénero que estuvo durmiendo más de tres décadas resucitó y hace de tanto en tanto reapariciones eventuales, aunque la influencia del filme de Beatty se sintió hasta mediados de los 80s.

Yo soy tan viejo como para contar que ví El Cielo Puede Esperar en su fecha de estreno en el cine. Es una comedia amable que va a media máquina la mayor parte del tiempo, y sólo encuentra sus pies sobre el final. Beatty, sex symbol indiscutido de la época, ya venía probándose en papeles diferentes desde los tiempos de Bonnie & Clyde (1967). Acá vuelve al mismo rol de galán romántico, sólo que hace de productor, guionista y director (junto con Buck Henry, el cual venía al mango de creatividad en esa época con la seguidilla de El Agente 86, Trampa 22, El Graduado, El Búho y la Gatita, ¿Qué Pasa, Doctor? y Gloria). Beatty pronto demostraría tener un enorme talento como director y haría Reds, Dick Tracy y Bulworth, además de producir y protagonizar Bugsy … un montón de películas que recibieron una parva de nominaciones al Oscar.

Mientras que las pruebas sobran para demostrar que Beatty tiene materia gris como creativo, como actor el asunto es completamente distinto. Siempre tiene esa expresión miope y pasado de Ritalin que bordea lo inexpresivo. Tiene cierto encanto, hay que admitirlo, y va bastante bien en el papel de quarterback bruto y de buen corazón, pero con otro actor el rol hubiera lucido más. Acá la historia es que el tipo es deportista, tiene un accidente de tránsito, y un ángel torpe lo rescata antes de que muera. Esto crea un problema burocrático en el cielo, y cuando deciden reintegrarlo a la Tierra se topan con que su cuerpo fue cremado. Así es como termina tomando el cuerpo del millonario Oliver Farnsworth, el cual acaba de ser asesinado. Como al tipo lo pasaron de sedantes y se estaba ahogando en la bañera, le hacen el cambiazo de alma por la de Beatty. Farnsworth va al cielo, Beatty se queda con el cuerpo de Farnsworth, y pronto empieza a descubrir las cosas que hizo mal en su vida. Básicamente ha sido un millonario amoral y despiadado que ha pisado todas las cabezas y violado todas las reglas que pudo. Beatty / Farnsworth va a arreglar eso, mientras que el dúo de conspiradores de su mujer y su contador (la deliciosa Dyan Cannon y el siempre lascivo Charles Grodin) se mueren del susto al verlo vivo, creen que van a ir a la cárcel, y pronto traman otro intento de asesinato. En el medio Beatty se topa con una activista (Julie Christie, conocida de Beatty en la más seria y brutal McCabe & Mrs Miller, y a la cual le hicieron un peinado de anciana) con la cual se prende la chispa del amor. Mientras tanto Beatty se muere por volver a su vieja carrera de deportista, compra el equipo para el que jugaba y arregla ser el quarterback del equipo… aunque la historia nunca muestra (aunque da algunas pruebas) de que Farnsworth quizás sea un sesentón con panza y completamente fuera de estado. La adquisición del club lo pone en contacto con el entrenador y mejor amigo (Jack Warden), el cual es el único que conoce toda la verdad.

El filme es muy light en casi todo: risas, romance, intriga. Al menos Dyan Cannon y Charles Grodin roban todas sus escenas ya que parecen asesinos salidos de los Looney Tunes, a los cuales siempre la trampa mortal ACME les termina por volar en sus caras. La química con Christie es muy blanda, y funciona con lo mínimo. Eso no quita que cuando viene el final – Mr. Jordan, el jefe de los ángeles (¿San Pedro?), le dice que le ha conseguido otro cuerpo y el de Farnsworth tiene los días contados… y el recambio de almas incluye amnesia en el paquete, así que en la próxima reencarnación Warren Beatty no va a recordar quién era (una bobada del libreto; ¿si ahora está en un cuerpo nuevo y se acuerda de su vida anterior, por qué no repetir el truco?) – haya cierta magia. Que aún el amnésico Beatty tenga cierta conexión con la Christie en un encuentro accidental y, a partir de allí comiencen una relación… es lindo (!). El clímax es, por lejos, lo más logrado y emocionante del filme.

El Cielo Puede Esperar es una comedia amable. Considerando la antigüedad, ha envejecido bastante bien – hace poco vi ¿Qué Pasa, Doc? de Buck Henry y Peter Bogdanovich, y no me sacó ni una sonrisa hasta que vino la memorable persecución final -. No sé si es lo que recomendaría para un momento de aburrimiento, pero es inofensiva y tiene un par de notas altas.