Crítica: Aquaman y el Reino Perdido (2023)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

3 atómicos: buenaUSA / GB / Islandia / Canadá / Australia, 2023: Jason Momoa (Arthur Curry / Aquaman), Patrick Wilson (Orm), Yahya Abdul-Mateen II (Black Manta), Amber Heard (Mera), Nicole Kidman (Atlanna), Randall Park (Dr. Shin)

Director: James Wan – Guión: David Leslie Johnson-McGoldrick, basado en personajes de DC Comics

Trama: Ahora el doctor Shin se ha vuelto aliado de Black Manta y, a bordo de un gigantesco submarino, han logrado dar con el paradero del tridente maldito del rey Kordax, hermano de Atlan – el padre de la nación atlante -, el cual posee el poder suficiente como para destruir a la raza humana. Como Kordax está encerrado por toda la eternidad bajo una hechizo creado por Atlan, solo la sangre de un descendiente del primer rey del pueblo atlante puede liberarlo. Para ello Black Manta precisa atrapar a Arthur Curry, alias Aquaman,  o – de no ser posible – secuestrar a su hijo Arthur Jr. Para atraerlo ha comenzado la primera etapa de su plan, utilizando antiguas máquinas atlantes de la era de Kordax que son capaces de liberar Oricalco, una sustancia verde que envenena la atmósfera y provoca mutaciones. Como la amenaza es gigantesca y brutal, Arthur deberá hacer las paces con su hermano Orm y aliarse con él para salvar al mundo antes de que el daño sea irreversible.

Crítica: Aquaman y el Reino Perdido (2023)

Y un día James Gunn tomó un arma y le pegó un balazo a la cabeza del DCEU, tal como haría con un caballo malherido. Y así puso fin al sufrimiento de algo caro, excesivo, mal orquestado y que, a pesar de un formidable casting, dio a luz un 80% de filmes idiotas. Grandes primeras partes, mediocres secuelas. Como el caso que nos ocupa. Yo amo los efectos especiales, es una herramienta que ha cambiado por completo al cine moderno y le da, a los directores con talento, enormes alas para materializar todo tipo de ideas. Pero acá, en Aquaman 2, uno se emborracha con los FX. Es tan abrumador como tóxico, están por el mero hecho de estar y darle un tinte super épico al filme. Pero en un momento aturde, y uno quiere que paren la pelota un cacho y expliquen algo, desarrollen un poco de la historia, digan algo interesante. La primera hora es atroz, una orgía de excesos que puede poner al mas resistente a dormirse una siesta.

James Wan es un director formidable. Pero acá se ve que primero el estudio metió mano y, después, James Gunn. Le dijeron “gastate todo lo que puedas, que se vea caro y épico”, y luego Gunn vino y dijo: “cambié de opinión; no habrá tercera parte; con esto terminamos todo; apagá la luz y cerramos”. Wan se pudrió, filmó una parva de finales diferentes – algunos con el Batman de Michael Keaton, otros con el de Ben Affleck – y después le podaron montones de cosas. Como Amber Heard pasó a ser mala palabra – por todo lo inenarrable que le hizo a Johnny Depp, comenzando por las “tortitas de chocolate” (!!) -, lo suyo es apenas un cameo. Si dice 5 palabras en todo el filme es mucho, y eso que ella es la esposa de Aquaman y madre de su hijo, cuyo rapto es una pieza fundamental de la historia. Es tan alevoso el bozal impuesto por la edición, que bien la podrían haber reemplazado con una silueta de cartón como la que uno encuentra en los halls de los cines. Momoa parece pasado de rosca, Willem Dafoe ni se molestó en regresar, y el resto hacen cameos extendidos. Al menos Patrick Wilson le pone el pecho a las balas y, rehabilitado de su exilio forzoso debido a la gravedad de las circunstancias en la Atlántida, arma un dúo dispar con Momoa onda Arma Mortal. O como Thor y Loki, como dice Momoa en un guiño explícito a la audiencia.

El problema no son los FX sino que estos camuflan lo mediocre de la historia. Es básicamente El Señor de los Anillos en versión Atlante, con un Saurón maldito reclamando un anillo / tridente para gobernar a todos (los que viven por encima y por debajo del agua). Hay una Puerta Negra, un castillo con criaturas deformes por el mal – todo verde y excesivamente parecido a Minas Morgul, el lugar donde Gollum, Sam y Frodo veían salir a las tropas de Mordor en El Regreso del Rey -, un volcán… sólo que esta vez echa humo verde… y a esto le sumamos unas gotas de Star Wars, con un bar lleno de mutantes y un Jabba the Hutt de cuarta con la voz de Martin Short. La falta de originalidad en un momento se vuelve demasiado irritante.

Al menos en la segunda hora, cuando ésta gente sale del agua y explora la isla, las cosas se ponen más excitantes. La base del villano es una obra de arte, lo mismo que el exquisito submarino con forma de tiburón martillo. Ahí las peleas se ponen buenas y la historia avanza. No es que el filme repunte un montón, pero en la batalla con los villanos las cosas se condimentan un poco. La pelea final es calcada nuevamente de El Señor de los Anillos, y los cinco minutos finales fueron robados olímpicamente a Pantera Negra. ¿Wakanda presentándose en sociedad?. Wow, no lo vi venir.

Jason Momoa es un tipo que tiene carisma de sobra, pero ni aún así puede levantar el filme de la obviedad extrema. Ni siquiera Wan puede ejecutar su magia. Cuando uno al principio ve a Momoa pisteando en la arena con una vieja Harley Davidson y con Born to be Wild de fondo, sabe que el tipo nació para hacer de Lobo. Cambien la moto por una chopera espacial. Ojalá le den ese papel en el próximo DCU, si es que sobrevive el lanzamiento. Es más: hubiera sido ideal que Superman Legacy tuvieran a Lobo como co-estrella en vez de infestarlo de superhéroes que recién se presentan en sociedad. Van a hacer el mismo error que con Black Adam, una mini Liga de lo que Sea que no le importa a nadie. Como sea, Aquaman 2 zafa, tiene su cuota de momentos aburridos, repunta algo, y el final es abrupto. Y definitivamente la originalidad no es su fuerte. Ojalá el DCU llegue a tiempo antes que el género cinematográfico de los superhéroes se extinga. Disney viene echando leña al fuego de manera apurada a tal proceso de saturación y aniquilación hasta el punto que ya está fuera de control. Ojalá Gunn no haga un MCU 2.0 sino que se de cuenta de que los mejores filmes de superhéroes son los que van en solitario. Y deje a artesanos como James Wan hacer su magia, sino, ¿para qué le pagás a un director super conocido que encima hizo uno de los pocos filmes taquilleros de la franquicia que estás manejando?.

DC EXTENDED UNIVERSE

El Hombre de Acero (2013) – Batman vs Superman: El Origen de la Justicia (2016) – Escuadrón Suicida (2016) – Mujer Maravilla (2017) – La Liga de la Justicia (2017) – Aquaman (2018) – Shazam! (2019) – Aves de Presa (y la Fabulosa Emancipación de la Unica Harley Quinn) (2020) – Mujer Maravilla 1984 (2020) – Escuadrón Suicida 2 (2021) – Black Adam (2022) – ¡Shazam!: La Furia de los Dioses (2023) – The Flash (2023) – Aquaman y el Reino Perdido (2023). Fuera del DCEU DC Comics generó títulos independientes de la continuidad como Guasón (2019) y The Batman (2022). Zack Snyder’s Justice League (2021) es el corte del director de la versión 2017 de La Liga de la Justicia.