Crítica: Ahsoka (2023)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2023: Rosario Dawson (Ahsoka Tano), Natasha Liu Bordizzo (Sabine Wren), Mary Elizabeth Winstead (Hera Syndulla), Ray Stevenson (Baylan Skoll), Ivanna Sakhno (Shin Hati), David Tennant (voz de Huyang)

Creada por Dave Filoni

Trama: La Jedi renegada Ahsoka va tras el Gran Almirante Thrawn, el último líder del derrotado Imperio al cual todos dan por muerto. Ha descubierto un artefacto encriptado que parece tener la ubicación exacta de su paradero en una galaxia muy lejana. Solicitando ayuda a sus viejas amigas de la Rebelión – la generala Hera Syndulla y su antigua padawan Sabine Wren -, Ahsoka va tras Thrawn pero un par de Jedis tentados por el lado oscuro interfieren en sus planes. La conspiración se cuece en los rincones de la galaxia y la ingenua burocracia que comanda el Senado descree de ella, así que sólo Ahsoka y sus aliados serán los únicos capaces de detener una nueva guerra de las galaxias antes de que ella estalle de manera violenta, sorpresiva y con efectos devastadores.

Crítica: Ahsoka (2023)

Un pasito para adelante, dos pasitos para atrás. ¿Qué rayos le pasó a Dave Filoni, la “gran esperanza blanca” (los que tienen canas y entienden de boxeo conocen el término) de Disney para la franquicia Star Wars?. El tipo hizo muy buenas series animadas, se lució con El Mandaloriano y parecía llevar a Star Wars por un camino fresco e independiente, no siempre el mismo bodrio de las desventuras de Luke Skywalker y toda su parentela y su influencia en el futuro del universo. Aunque recién haya visto el capítulo 3, la serie que nos ocupa no da muestras de mejorar desde que arrancó. Ahsoka es Star Wars a la antigua… pero no como la trilogía original sino como el bodrio de precuelas que George Lucas filmó de 1999 en adelante. Esta gente dice obviedades, te vuelve a explicar cosas que acabás de ver en pantalla, los diálogos son mediocres, los personajes son caprichosos, y todo desborda de relleno. ¿Te acordás de Hayden Christensen y los espantosos parlamentos que tenía con Natalie Portman?. A ese nivel es la escritura de Ahsoka. Rosario Dawson no sabe qué hacer con los brazos y se la pasa cruzándolos, anda con una actitud Zen como si estuviera en una película de Kurosawa pero el resto de los personajes que la rodea son idiotas, los miembros del senado dicen una burrada tras otra – acaban de derrotar al Imperio y piensan que toda la gente que recontrataron para construir naves y armas le son fieles simplemente porque hicieron un juramento -, y las performances son, en el mejor de los casos, mediocre. Sí, son los mismos personajes que Star Wars Rebels, la cual vi durante bastante tiempo y parecían muchísimo mas interesantes que sus actuales versiones de carne y hueso. En cambio, todo esto es como si Lucas hubiera escrito el libreto y, encima, reciclando montones de ideas que ya vimos en otras series y películas. Por supuesto va a aparecer el Gran Almirante Thrawn – un villano que uno conoce desde la época de los jueguitos X-Wing y Tie Fighter de los años 90, y que viene de los libros de fan fiction que Lucas terminó por convertirlas en canon – pero, si te vas al tuje del universo para formar una clandestina flota imperial en el mayor de los secretos para reconquistar la galaxia… ¿para qué rayos vas a dejar un mapa encriptado con tu ubicación?. Es la misma clase de estupidez del mapa que dejó Luke para que lo localizaran en El Despertar de la Fuerza. Un McGuffin idiota, innecesario, salido de la nada que solo sirve para hacer tiempo de relleno en la trama.

En la franquicia el Imperio siempre funcionó como una versión intergaláctica de los nazis. Lucas copió desde vestimentas hasta actitudes y, sobre todo, la historia de origen. Pero lo hizo mal, como si hubieras leído un resumen del lomo de un libro de historia en vez de comprender y desarrollar (o incluso hacer más complejo) el ascenso de un Hitler intergaláctico al poder. Todas esas bobadas del Senado inútil en crisis dándole todo el poder el canciller Palpatine y rodeado por una fuerza de samurais espaciales que se supone son los guerreros más feroces e inteligentes del universo, a los cuales traicionan y masacran en dos segundos por la Orden 66. Acá Filoni hace lo mismo, apelando a lo que fue la desnazificación de la Alemania de la post guerra. No podés meter a toda una nación (o, en este caso, a media galaxia) en prisión por haber seguido a un megalómano carnicero, pero sí podés depurar las fuerzas que heredaste, poner espías a seguirlos, vivir siempre con la sensación de que esta gente se te puede volver a dar vuelta de un momento a otro. El Senado, tal como Filoni y Lucas presentan, es una caterva de ingenuos que merecen ser conquistados y derrotados todas las veces que sea necesario ya que son una manga de burócratas e inoperantes. Los malos (Ivanna Sakhno y el desaparecido Ray Stevenson, tipo enorme si los hay y que hubiera merecido tener una mejor carrera que la que tuvo) le ponen algo de ganas y no son tan obvios, e incluso Stevenson lamenta la desaparición de la época de los Jedi. Pero esos deslices de hacer algo diferente son demasiado pocos porque el resto es obvio y predecible.

Al menos las peleas y las batallas espaciales inyectan algo de adrenalina, y Ahsoka se ve badass en esos momentos… aunque en el tercer capítulo salga con un traje espacial fuera de su nave y empiece a pelear con los sables laser contra los disparos de las naves enemigas mientras ella está pegada en el fuselaje con botas magnéticas (!!!), una escena que podría haber sido formidable y termina siendo terriblemente idiota. ¿Los malos saben de que los láser pueden disparar a la distancia?. ¿Que si, en vez de dispararle a la jedi cabeza de gatito, le disparás a los motores, la nave explota y todos se mueren?. No, insisten en querer atropellarla, con lo cual le da la oportunidad a Ahsoka de partir al medio uno de los cazas de los villanos. Es una secuencia prepotente y aborrecible.

Mirá que Ahsoka había empezado muy bien cuando tuvo su propio capítulo en El Mandaloriano. Hablaba poco, era despiadada y expeditiva, rebosaba misterio. Acá habla mucho, dice tonterías, trata mal a medio mundo y no demuestra inteligencia. Quizás esto se trate de un guionista demasiado enamorado de sus propios personajes, o que tenga limitaciones presupuestarias y le hayan dicho que hay plata para 5 minutos de combates y efectos especiales por capítulo, así que meté todo el material de relleno que puedas en los 30 – 40 minutos que te quedan. Pero Filoni ha escrito cosas muchísimo mejores y acá va en piloto automático, reciclando cosas de la saga de manera salvaje y enviciándose con el fan service. ¿Qué le costaba copiar a Tony Gilroy y hacer algo fascinante como lo fue Andor?. Acá la gente sobrevive perforaciones con sables laser como si fueran heridas superficiales de bala; habla, habla y habla sobre sus pésimas relaciones interpersonales (me hace acordar a Titanes, otra serie plagada de personajes bobos que viven hablando de ellos mismos y sus chusmerios en vez de planear sobre la misión que tienen y ver como derrotar a los malos de turno; o, como digo yo, una versión mediocre y sin gracia de Friends pero con superhéroes), y se la pasa haciendo poses. Y eso es lo que terminó por arruinar a Star Wars y alejarla del gran público.

Que la apariencia no te engañe: que la crítica yanqui la alabe y que los fans a ultranza trolleen en Internet que Ahsoka es una obra maestra es mentira. Los fans adoran cualquier cosa con el logo de Star Wars en el orillo y los críticos le tienen un miedo feroz a ofender al imperio del ratón. Ahsoka va lenta, aburrida, y los personajes son unos palurdos. Si Filoni hubiera seguido el camino a lo Kurosawa trazado en El Mandaloriano, con Ahsoka yendo en solitario a buscar a Thrawn y reclutando gente en el camino, conservando el misterio del personaje, hubiera sido muchísimo mejor que esto. Te rechinan los dientes los diálogos, esta gente no tiene personalidad, todo es demasiado lento y burocrático. Es ligeramente mejor que Obi-Wan Kenobi, pero no llega al mínimo aceptable. Star Wars sigue derrapando y es hora de que busquen gente de afuera del género (como Tony Gilroy) para que traiga una visión fresca sobre este universo. Así como está lo único que hacen es quemar plata y no dejan contento a nadie.

STAR WARS – LA GUERRA DE LAS GALAXIAS

Precuelas: La Amenaza Fantasma (1999) – El Ataque de los Clones (2002) – La Venganza de los Sith (2003)
Trilogía original: La Guerra de las Galaxias (1977) – El Imperio Contraataca (1980) – El Regreso del Jedi (1983)
Trilogía moderna de secuelas: Star Wars: El Despertar de la Fuerza (2015) – Star Wars: Los Ultimos Jedi (2017) – Star Wars: El Ascenso de Skywalker (2019)
Filmes ambientados en el universo Star Wars: Rogue One: una historia de Star Wars (2016) – Han Solo: Una historia de Star Wars (2018)
Series ambientadas en el universo Star Wars: The Mandalorian (2019) – El Libro de Boba Fett (2021) – Obi-Wan Kenobi (2022) – Andor (2022) – Ahsoka (2023)