Director: Armando Iannucci – Gui\u00f3n:\u00a0Armando Iannucci,\u00a0David Schneider & Ian Martin, basados en el comic book hom\u00f3nimo escrito por Fabien Nury &\u00a0Thierry Robin<\/strong><\/p>\n A Armando Iannucci le encanta hacer humor pol\u00edtico el que, a mi juicio, debe ser uno de los mas dif\u00edciles que existe. Al tipo no se le agotan temas y lo \u00fanico que hace es crear escenarios poblados por idiotas con poder, los cuales terminan haciendo una macana tras otra en su desesperaci\u00f3n por el trono y la fortuna. Iannucci se hizo conocido con The Thick of It<\/strong>, una brillante serie brit\u00e1nica que trataba sobre las intrigas en el 10 de Downing Street, y despu\u00e9s lo llev\u00f3 a la pantalla grande en la imperdible In the Loop<\/a> (2009), un filme plagado de los insultos mas creativos que jam\u00e1s haya escuchado en mi vida. Mas tarde Iannucci cruzar\u00eda el charco y le dar\u00eda el puntapi\u00e9 inicial a la sitcom norteamericana Veep<\/strong> – infestada de su mordaz s\u00e1tira pol\u00edtica<\/em> – y, despu\u00e9s de algunas temporadas se retirar\u00eda del control creativo. Lo \u00faltimo que tenemos de su obra es esta s\u00e1tira basada en la sucesi\u00f3n de poder en la cruenta Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica tras la desaparici\u00f3n de Josef Stalin en Marzo de 1953. Si, como dice Mel Brooks, se puede hacer humor de todo (incluso del Holocausto), \u00bfpor qu\u00e9 no hacerlo\u00a0sobre\u00a0el\u00a0brutal r\u00e9gimen sovi\u00e9tico cuando se encontraba a punto de dar vuelta una de las p\u00e1ginas mas sangrientas de su historia (despu\u00e9s de matar a millones de ciudadanos en su mas cruenta \u00e9poca de purgas)?.<\/em><\/p>\n En s\u00ed, La Muerte de Stalin<\/strong> no es un filme para cualquiera. No se precisa saber historia, pero si tener una idea de lo que pasaba en la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica cuando Stalin estaba en el poder. Si Hitler fue un genocida y asesin\u00f3 por millones a propios y extra\u00f1os, el peor crimen de Stalin es haber exterminado a millones de sus propios compatriotas, incluyendo h\u00e9roes de la Gran Guerra Patria<\/em> (como le llaman a la Segunda Guerra Mundial) con tal de sembrar el terror, obtener el control y asustar a posibles competidores y opositores a su poder.<\/p>\n \n Ac\u00e1 no vemos su locura asesina en acci\u00f3n, aunque Iannucci da pautas de todo tipo (algunas de un humor negr\u00edsimo, como el temor reverencial del jefe de la radio de Mosc\u00fa, que recibe una llamada de Stalin pidi\u00e9ndole la grabaci\u00f3n del concierto que acaba de sintonizar y el tipo, que no registr\u00f3 ni un minuto de m\u00fasica, debe llamar de vuelta a la orquesta, conseguir un director suplente porque el titular se descompuso por el miedo, llenar la sala con vagabundos para recrear la ac\u00fastica y revivir todo el concierto para grabarlo en un disco de pasta y entreg\u00e1rselo al Supremo L\u00edder, so pena de ser fusilado) para entender el temor que impart\u00eda semejante cretino con poder. Claro, de pronto se enferma, nadie mueve un pelo por el (encima con el temor de que el tipo reviva y mande fusilar a todos los que lo tocaron, simplemente por mancillar su investidura o verlo tirado en un charco de orina), y termina por espichar. Ah\u00ed es cuando empieza la intriga palaciega de ver qui\u00e9n se sienta en el trono.<\/p>\n Quiz\u00e1s el aspecto mas chocante de La Muerte de Stalin<\/strong> sea ver a su perro de presa, Lavrenti Beria, en acci\u00f3n. El tipo, jefe de la polic\u00eda secreta NKVD\u00a0<\/strong> (futura KGB<\/strong>), es la criatura mas atroz, amoral e hip\u00f3crita que debe haber existido en la historia del mundo. A\u00fan los carniceros del nazismo ten\u00eda alguna linea limite que no se atrev\u00edan a cruzar (por los bizarros standares morales de su ideolog\u00eda), pero Beria las pasaba por alto a todas: secuestrando mujeres de la calle y viol\u00e1ndolas (y despu\u00e9s ofreci\u00e9ndole un ramo de flores; si la aceptaba, era sexo consensuado; si lo rechazaba, era encarcelada y perseguida hasta el fin de sus d\u00edas), meti\u00e9ndose con menores de edad, manejando enormes centros clandestinos de tortura y muerte, e intrigando con el conocimiento del secreto de otros para extorsionar y acomodar las fichas a su favor. Cuando Stalin muere, Beria conspira porque se siente su sucesor natural (despu\u00e9s de todo, le hizo todo el trabajo sucio a Stalin) y se manda\u00a0un incre\u00edble lavado de imagen de la noche a la ma\u00f1ana, soltando a los sospechos atrapado en esos \u00faltimos dias, dictando aminist\u00edas y perdon\u00e1ndole la vida a una parva de sentenciados a muerte por ser considerados enemigos pol\u00edticos. Y si Iannucci saca alguna risa de una situaci\u00f3n tan funesta, es porque a \u00e9l le divierte c\u00f3mo estos personajes miserables se ba\u00f1an de santidad y humildad en los momentos pol\u00edticos mas beneficiosos para sus causas personales, a\u00fan cuando sean bestias disfrazadas de hombres y sean capaces de cometer los peores horrores que uno pueda imaginar sin siquiera pesta\u00f1ear. Al ver el perro de guerra suelto y desquiciado, el grupo de bur\u00f3cratas in\u00fatiles que manejan la transici\u00f3n despu\u00e9s de la muerte de Stalin decide elaborar alg\u00fan tipo de plan para contener a Beria, o al menos para sacarlo del camino.<\/p>\n \n Por cada salida graciosa hay un momento amargo que Iannucci aprovecha para enrostrarte lo despiadados que son los dictadores (y los petimetres de turno, dotados de poder total y sumisos al rey vigente), y c\u00f3mo la vida de la gente no vale nada cuando est\u00e1 en manos de amorales. S\u00ed, Steve Buscemi se luce como el palurdo Nikita Khrushchev que termina de darle vuelta la tortilla a Beria, Jeffrey Tambor es la marioneta de turno, Simon Ruesell Beale es un Beria tan despiadado que, de tan malo, tiene su costado gracioso, y est\u00e1n Andrea Riseborough y Rupert Friend como los disfuncionales hijos de Stalin; pero quien se lleva todas las palmas es Jason Isaacs como el general Zhukov, un eg\u00f3latra con tantas medallas que no le entran en el pecho, boca sucia y de armas tomar, un h\u00e9roe de guerra al que no le importa encamotarse con quien sea con tal de tirar abajo al tipo que le hace sombra. Su Zhukov viene a ser una versi\u00f3n rusa del General Patton<\/a>\u00a0(otro loquito violento, genial en el plano militar), solo que no tiene empacho para despachar a quien se le ponga en el camino sin importar lo enorme y poderoso que sea.<\/p>\n La Muerte de Stalin<\/strong> es una pel\u00edcula inteligente. Desborda de di\u00e1logos, pero ninguno tiene desperdicio. Es cruel y es c\u00f3mica al mismo tiempo porque muestra como la gente banaliza el horror y se obsesiona de manera absurda con el poder (y la necesidad de sobrevivir en un ambiente tan hostil). No es lo mejor de Iannucci, pero lejos est\u00e1 de ser una zoncera y, para los amantes de su obra, es una muestra mas de su enorme cintura para hacer humor politico tremendamente incorrecto (y terriblemente divertido) sobre una de las situaciones mas oscuras y crueles de la historia.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por Alejandro Franco Francia \/ GB \/ B\u00e9lgica \/ Canad\u00e1, 2017: Simon Russell Beale (Lavrenti Beria), Steve Buscemi (Nikita Khrushchev), Jeffrey Tambor (Georgy Malenkov), Adrian McLoughlin (Josef Stalin), Michael Palin (Vyacheslav Molotov), Olga Kurylenko (Maria Veniaminovna Yudina), Paddy Considine (Andreyev) Director: Armando Iannucci – … Leer m\u00e1sCr\u00edtica: La Muerte de Stalin (2017)<\/span><\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/23568"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=23568"}],"version-history":[{"count":0,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/23568\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=23568"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}![\"4](\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/atomicos-4.webp\" "\\"4")
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<\/a>Francia \/ GB \/ B\u00e9lgica \/ Canad\u00e1, 2017: Simon Russell Beale (Lavrenti Beria), Steve Buscemi (Nikita Khrushchev), Jeffrey Tambor (Georgy Malenkov), Adrian McLoughlin (Josef Stalin), Michael Palin (Vyacheslav Molotov), Olga Kurylenko (Maria Veniaminovna Yudina), Paddy Considine (Andreyev)<\/strong><\/p>\nTrama:\u00a0<\/strong>La Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica, 1953. Josef Stalin aterra a todos con sus caprichos y sus letales castigos a los insubordinados, y ahora ha ordenado\u00a0a\u00a0Radio Mosc\u00fa<\/em>\u00a0que le entregue una copia del exquisito concierto de Mozart que la Sinf\u00f3nica ha ejecutado esta noche. Pero el director de la radio no lo ha grabado y, temiendo por su vida, ha llamado de vuelta a los m\u00fasicos, ha llenado el oratorio con vagabundos y ha conseguido un director suplente que estaba a punto de ser enviado a Siberia debido a las constantes purgas del director del Servicio Secreto Lavrenti Beria. Pero la pianista del grupo, Maria Yudina, se ha cansado del depotismo del dictador y, junto con la copia en disco del concierto, le ha enviado una amenaza de muerte a Stalin. Stalin no puede creer lo que est\u00e1 leyendo y se r\u00ede a carcajadas de la nota, exagerando hasta tal punto que termina por sufrir un derrame cerebral y termina tendido en su oficina en un charco de su propia orina. Como los guardias tienen \u00f3rdenes expresas de no entrar a su cuarto si Stalin no se los pide – so pena de ser fusilados<\/em> -, nadie se entera del ataque que ha sufrido el l\u00edder supremo hasta la ma\u00f1ana siguiente. Al llegar Beria, el jefe de la NKVD<\/strong>, decide explotar la situaci\u00f3n, robando papeles y quemando documentos incriminatorios. Beria se cree el sucesor natural de Stalin, pero el c\u00edrculo intimo lo odia ya que ha asesinado a millones de rusos en una serie de purgas que no tienen fin. Mientras Stalin agoniza, Beria comienza a impartir \u00f3rdenes brutales para expulsar a los militares de la ciudad, aislar Mosc\u00fa y tomar el control de la situaci\u00f3n con las tropas de la NKVD<\/strong>. Pero Nikita Khrushchev – al que todos tildan de blando y sin personalidad propia<\/em> – ha comenzado a ejecutar sus propias movidas… y Beria no tiene lugar en la nueva Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica que est\u00e1 por nacer. Contando con el apoyo del general Zhukov,\u00a0Khrushchev se dispone a apresar a Beria y enjuiciarlo en juicio sumario… pero el amoral es tan retorcido y peligroso que puede usar a la hija de Stalin como escudo humano y declarar la ciudad en rebeli\u00f3n antes que alguien se anime a tocarle un pelo.<\/h3>\n
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