Crítica: X-Men Origenes: Wolverine (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2009: Hugh Jackman (Logan / Wolverine), Ryan Reynolds (Wade Wilson / Deadpool), Liev Schreiber (Victor Creed / Sabretooth), Dominic Monaghan (Barnell Bohusk / Beak), Lynn Collins (Silver Fox), Danny Huston (William Stryker), Daniel Henney (David North / agente Zero), Taylor Kitsch (Remy LeBeau / Gambito)

(pelicula sin calificación)

Director: Gavin Hood, Guión: David Benioff sobre los personajes de la tira comica X-Men de la Marvel

Trama: Canadá, siglo XIX. El joven James Howlett debe escapar de su casa tras matar al asesino de su padre, y es acompañado por su medio hermano Victor Creed. Ambos chicos tienen extraordinarios poderes, como la regeneración de sus tejidos, fuerza sobrehumana, y un envejecimiento mucho más lento que el resto de las personas. Con el paso de los años Victor y James se enrolan en todo tipo de guerras, hasta que son descubiertos por el coronel Stryker, quien se encuentra formando un escuadrón de mutantes para cumplir misiones gubernamentales. Pero los métodos de Stryker desagradan a James – que se hace llamar Logan -, y abandona tanto al equipo como a su hermano Victor. Ahora han pasado seis años y Logan se encuentra felizmente asentado en Canadá con su esposa y su trabajo en el aserradero. Pero Victor se ha convertido en un agente renegado y se encuentra asesinando a mutantes que formaron el Team X de Stryker. Y con la muerte de su esposa por culpa de su hermano, Logan terminará por aliarse con Stryker para poder ejecutar su venganza personal.

X-Men Origenes: Wolverine X-Men Origenes: Wolverine es una precuela de la trilogía de los X-Men. Terminada la saga con X3: The Last Stand, la Marvel se decidió a reciclar la gallina de los huevos de oro generando precuelas de sus personajes más conocidos. El otro proyecto en carpeta es la historia de origen de Magneto, previsto para el 2011.

El caso que nos ocupa es realmente especial, razón por la cual no calificamos aún definitivamente al film (si bien, sobre el final de la reseña daremos una valoración aproximada). El motivo estriba es la proliferación de una versión bootleg que ha estado circulando por Internet un mes antes del estreno de la película. Esta es lo que se llama un Workprint – el filme entero pero con detalles técnicos y efectos especiales inconclusos -, que posiblemente se haya filtrado a través de algún empleado infiel de una de las casas de FX involucradas en la película. Si bien el rumor indica que falta parte del metraje – unos veinte minutos -, no hay ningún indicio en la trama que evidencie semejante hueco; por el otro lado resulta un espectáculo fascinante para ver la trastienda de la composición de los FX de los filmes de hoy en día. Hay escenas con los actores sobre pantallas verdes; en otras hay modelos CGI a los que les faltan las texturas (como si fueran de plástico gris; algo parecido a lo que sucede cuando en un videojuego 3D fallan los drivers de la placa de video); y en unas cuantas se aprecian los cables que los actores utilizan para los stunts, así como diversos accesorios a los cuales la computadora se encargará de reemplazar en el corte final. Desde ya, la popularidad de las descargas de esta versión ha provocado una cacería de brujas dentro de la Fox, considerando que el futuro comercial del filme ha quedado seriamente comprometido.

Pero aún cuando se trate de un filme terminado en un 90%, X-Men Origenes: Wolverine es una película dispar. Las performances son muy buenas, cada escena en sí es intensa y está bien dirigida (aquí está a cargo Gavin Hood, el director de la oscarizada Tsotsi), y en terminos generales el resultado final es entretenido. El problema pasa por las particularidades de la trama en sí, que son una ensalada de influencias. Aquí el guionista David Benioff (el mismo de Troya) mete en la licuadora personajes e historias de origen provenientes del creador de Wolverine Len Wein, de Chris Clarement (quien re-creó la mitología que conocemos de XMen después que Stan Lee dejara la tira en manos de otros creativos), así como de varios autores que han tomado el comic a lo largo de sus diferentes épocas.

El asunto es que, en el mundo del comic, los autores suelen dar golpes de efectos para mantener el nivel de ventas, sin importar los culebrones y huecos de lógica que ello conlleva (el famoso efecto “Luke, yo soy tu padre” que disparó George Lucas en La Guerra de las Galaxias). Aquí Wolverine y Sabretooth son medio hermanos y, para peor, son inmortales. El hecho de que la historia empiece a mitad del siglo XIX ya lo deja a uno rascándose la cabeza, con el obvio problema de lógica de cómo un inmortal crece, deja de ser niño y se estanca en sus treinta años para el resto de la eternidad (el factor Highlander, que carece de cualquier explicación comprensible). Una vez superado esto, la historia entra en un carril más standard y coherente. Hay un Team X creado por el coronel Stryker (interpretado aquí por Danny Houston, quien se relame con el papel), conformado por mutantes y que se dedica a operaciones clandestinas. Wolverine abandona el equipo, Sabretooth se queda y se convierte en el más sanguinario de los agentes de Stryker. Pero pasa el tiempo y Victor reaparece, liquidando a ex miembros del team X. Wolverine se alía con Stryker y ello deviene en el experimento que da origen al esqueleto de adamantium – el metal indestructible de origen extraterrestre – que posee Logan en su cuerpo. De ese modo Wolverine queda en condiciones de poder derrotar a su medio hermano.

Y aquí el relato empieza a dar saltos de lógica cada vez mayores, los cuales se desploman todos como un enorme castillo de naipes en el clímax. Los problemas del libreto de Benioff son dos, marcadamente evidentes: el primero, es que el guionista no sabe cómo hacer avanzar la trama sin caer en la obviedad. Wolverine va a interrogar al sospechoso A, hay una pelea, consigue la pista; sigue con el sospechoso B, hay otra pelea, obtiene la pista siguiente… y así es todo. Eso sin considerar que el villano (Sabretooth) es omnisciente y aparece siempre justo cuando Logan está interrogando a alguien. El otro problema enorme es que Benioff debe manipular de modo completamente artificial a la historia para que las piezas del mito de Wolverine caigan en su lugar – la pérdida de memoria, la rivalidad con Sabretooth, el esqueleto de adamantium, los experimentos con Stryker -, con lo cual la trama se ve forzada a tomar giros ilógicos. (alerta spoilers). El colmo de estas obviedades es que la esposa de Wolverine sea una agente de Stryker, capaz de hipnotizar a las personas con sólo tocarlas. Si esto era así desde el comienzo, ¿por qué sencillamente no le lavó el cerebro a Logan para que cumpliera las ordenes de Stryker desde el principio?. Con esa revelación final, el resto de la historia se ve redundante. Del mismo modo los amores y odios entre Logan y Victor terminan en secuencias absurdas, como la alianza final contra el super mutante X. Lo mismo ocurre con el origen de la amnesia de Logan, que es totalmente increíble. El clímax está tan mal orquestado, tan lleno de Deus Ex Machina (como la súbita aparición del profesor Xavier), que termina por arruinar la reconstrucción de credibilidad que Gavin Hood venía amasando lentamente después de la prepotente secuencia inicial con los orígenes inmortales de Wolverine. (fin de spoilers)

No importa si se trata de una versión “borrador” del corte final; la historia tiene huecos y se hacen enormes en el final. X-Men Origenes: Wolverine entretiene, siempre que uno no le preste mucha atención a la coherencia de la historia. Aquí le damos 3 atómicos sobre 5 porque, aún cuando falten FX y detalles técnicos, no hay manera de corregir la coherencia de la trama, a menos que se filme de nuevo y con otro libretista.

LOS HOMBRES X

La saga de X Men se compone de: X-Men (2000) – X2 – X Men United (2003) – X-Men 3: La Batalla Final (2006) – X-Men: Primera Generación (2011) – X-Men: Dias del Futuro Pasado (2014) – X-Men: Apocalipsis (2016) – X-Men: Fénix Oscura (2019). Los Nuevos Mutantes (2020) es un spinoff fallido centrado en un grupo de mutantes adolescentes.
Además se han desarrollado sagas independientes: la saga de Logan / Wolverine con X-Men Orígenes: Wolverine (2009) – Wolverine: Inmortal (2013) – Logan (2017)
La saga de Deadpool, el mercenario bocón: Deadpool (2016) – Deadpool 2 (2018)