Director:\u00a0Sidney Lumet – Gui\u00f3n:\u00a0Paddy Chayefsky<\/strong><\/p>\n No necesito decirles a ustedes que las cosas est\u00e1n mal. Todo el mundo sabe que las cosas est\u00e1n mal. Estamos en una depresi\u00f3n. Todo el mundo\u00a0ha perdido su trabajo o est\u00e1 asustado con la posibilidad de perder su trabajo. El dolar no vale un centavo, los bancos siguen haci\u00e9ndoles trampas a la gente, los comerciantes tienen un arma bajo el mostrador. Los v\u00e1ndalos hacen lo que quieren en las calles, y nadie parece saber qu\u00e9 hacer con eso o c\u00f3mo detenerlo. Sabemos que el aire est\u00e1 contaminado y que la comida est\u00e1 contaminada, y nos sentamos frente a nuestros televisores mientras alg\u00fan presentador nos cuenta que hoy hubieron quince homicidios y sesenta y tres cr\u00edmenes violentos, como si eso fuera lo mas normal del mundo. Sabemos que las cosas est\u00e1n mal, peor que mal. Est\u00e1n todos locos. Es como si todos, en todos lados, se estuvieran volviendo locos… y nosotros no precisamos mas de eso. Nos sentamos en nuestra casa y el mundo en que vivimos comienza a hacer cada vez mas peque\u00f1o, y todo lo que atinamos a decir es “por favor, al menos d\u00e9jenos solos en nuestras habitaciones; dejenme mi tostadora y mi TV y mis neum\u00e1ticos de buena calidad y yo no dir\u00e9 nada”. Bueno, yo no estoy dispuesto a dejarte solo en esa situaci\u00f3n. \u00a1Yo quiero que te enloquezcas!<\/strong>. No quiero que hagas una protesta. No quiero que hagas una marcha. No quiero que le escribas a tu congresista simplemente porque no sabr\u00eda qu\u00e9 decirte que pongas en esa carta. No s\u00e9 que hacer con la depresi\u00f3n econ\u00f3mica y la inflaci\u00f3n y la amenaza de los rusos y el crimen en las calles. Todo lo que s\u00e9 es que primero tenemos que volvernos locos. Tienes que decir “soy un ser humano, maldita sea!; mi vida tiene valor!”<\/strong>. Entonces lo que quiero es que te levantes, quiero que todos ustedes dejen sus sillas. Quiero que te levantes y vayas a la ventana. Abrela, saca tu cabeza y grita con todas tus fuerzas “ESTOY FURIOSO COMO EL DEMONIO Y\u00a0 NO ESTOY DISPUESTO A TOLERAR MAS ESTO!”. Lev\u00e1ntate, ve a tu ventana, \u00e1brela y grita\u00a0\u00a0“estoy furioso como el demonio y no estoy dispuesto a tolerar mas esto!”. Las cosas tienen que cambiar… pero, para eso, primero tu tienes que enloquecerte!. Tienes que decir\u00a0\u00a0“estoy furioso como el demonio y no estoy dispuesto a tolerar mas esto!”. Reci\u00e9n entonces empezaremos a descifrar qu\u00e9 hacer con la depresi\u00f3n, la inflaci\u00f3n y la crisis del petr\u00f3leo.\u00a0 Pero primero sal de esa silla, abre la ventana, saca la cabeza y grita\u00a0\u00a0“estoy furioso como el demonio y no estoy dispuesto a tolerar mas esto!”<\/strong><\/em><\/p>\n Hay pel\u00edculas injustamente olvidadas. Hay filmes que son producto de su tiempo y que, su visi\u00f3n actual, les da otro significado. Hay cintas prof\u00e9ticas. Y est\u00e1 Network – Poder que Mata<\/strong>. Es posible que en su momento el filme de Sidney Lumet fuera una comedia negra hilarante pero, hoy en d\u00eda, su comicidad – salvo algunas partes<\/em> – ha sido trocada por el poder del espanto, de su visi\u00f3n de futuro – bizarro, amoral<\/em> – sobre los contenidos de la TV y los intereses de la sociedad que han terminado por convertirse en reales.<\/p>\n Es un filme de poderosos discursos. Los personajes no son humanos sino alter ego<\/em> discursivos del guionista, que quiere debatir el tema de la TV no como medio de comunicaci\u00f3n sino como un poder transformador de masas, generador de opiniones y sintonizador del humor de la gente. La voraz ejecutiva que compone Faye Dunaway es la amoralidad en persona; imbu\u00edda con el expertise<\/em> de los n\u00fameros, el marketing<\/em> y el target share<\/em>, ella se dedica a darle a la gente lo que la gente quiere… pero en su propia visi\u00f3n, la cual no conoce tab\u00faes. Si la gente (en 1976) estaba harta de la crisis del petr\u00f3leo de la OPEP<\/strong>, Watergate, la derrota de Vietnam, la econom\u00eda dom\u00e9stica en vilo y los corp\u00fasculos revolucionarios que surg\u00edan como tumores en cada ciudad norteamericana, ella canalizaba esa ansiedad con programas furiosos, compuestos por dementes gritones y revolucionarios violentos, imaginando incluso programas mas extremos como el ver la violencia policial en las calles en tiempo real (Dios m\u00edo!; la mina estaba anticipando el mundo del reality TV<\/em> con shows como Cops<\/strong>, Los Videos mas Violentos del Mundo<\/strong>, y hasta bizarreadas como Gran Hermano<\/strong>). Es por dicha raz\u00f3n que ella – gerente de programaci\u00f3n, creadora de shows y manipuladora primordial de la grilla de la emisora UBS<\/strong><\/em> – termina generando un reality<\/em> sobre un grupo revolucionario – el Ej\u00e9rcito Ecum\u00e9nico de Liberaci\u00f3n<\/em> -, el cual discute mediante abogados punto por punto los detalles de su contrataci\u00f3n, pago y derechos de distribuci\u00f3n… aunque sean un grupo de anarquistas antisistema.<\/em><\/p>\n \n Pero la Dunaway tambi\u00e9n clava sus garras sobre el noticiero, el cual – en cualquier cadena de televisi\u00f3n<\/em> – es un programa de prestigio que suele generar p\u00e9rdidas porque, frente a su limitado rating, gasta fortunas en enviar corresponsales a todas partes del mundo. El encargado del informativo es un veterano que viene de la era dorada de la TV (un excelente William Holden), el cual ve como los nuevos administradores de la cadena se empe\u00f1an en canibalizar todo y descender de nivel hasta convertir a la programaci\u00f3n en un circo de tres pistas. En el enfrentamiento de poder con la Dunaway, a Holden se le mueve la estanter\u00eda y comienza un romance oto\u00f1al con su peor enemiga, la cual destilar\u00e1 sensualidad pero es fr\u00eda como el hielo e incapaz de sentir excitaci\u00f3n por otra cosa que no sean los ratings, las estad\u00edsticas y el ascenso en el escalaf\u00f3n del poder. Despu\u00e9s de una brillante escena en donde se separa de su esposa (una performance devastadora de Beatrice Straight que, con apenas cinco minutos de pantalla, le bast\u00f3 para llevarse el Oscar a la mejor actriz secundaria ese a\u00f1o), el tipo – sin trabajo ni futuro, y caliente como una pava por la Dunaway<\/em> – decide tirar por la borda su estabilidad familiar a causa de un\u00a0enamoramiento potente, fugaz y carente de perspectiva.\u00a0El tiene clar\u00edsimo que lo suyo es un disparo en la oscuridad con escasas probabilidades de hacer blanco – que pueda conmover a la Dunaway, que el amor sea mutuo<\/em> – e incluso recibe la bendici\u00f3n de su esposa, quien le advierte que todo lo que le espera es sufrimiento.<\/p>\n Pero si Holden ha ca\u00eddo de su posici\u00f3n de prestigio y poder, es causa de defender a ultranza a su amigo de toda la vida, Howard Beale (Peter Finch), un veterano anchorman<\/em> que ha perdido a su esposa hace poco y que se encuentra sumido en la depresi\u00f3n y el alcohol. A\u00fan mantiene una conducta profesional impecable – dejando sus problemas fuera de la cadena<\/em> – pero se ha convertido en un aut\u00f3mata que no logra conectarse con su p\u00fablico. Los anchorman<\/em>, en Estados Unidos, cumplen la misi\u00f3n de ser paladines de la verdad y de la honestidad, individuos carism\u00e1ticos que traducen a la audiencia el horror diario que provee el mundo con su propia autenticidad. No son meras cabezas parlantes sino espejos de la ansiedad de la gente, individuos que sintonizan las sensaciones que al p\u00fablico le generan las noticias mas impactantes. En mas de un sentido la verdad no se siente aut\u00e9ntica sin que estos presentadores la avalen como si fueran escribanos p\u00fablicos, dadores de fe de que el horror diario es real. Cuando los ratings de Beale decaen por la conducci\u00f3n rob\u00f3tica de \u00e9ste del informativo nocturno, el nuevo gerente de la cadena (Robert Duvall, sobreactuando como de costumbre, pero siempre un placer culpable) decide bajarle el pulgar y echarlo sin miramientos a la calle. La reacci\u00f3n de Beale es la de anunciar que, de ac\u00e1 a siete d\u00edas – cuando termine su tiempo de despedida<\/em> – se va a volar los sesos frente a las c\u00e1maras. El equipo t\u00e9cnico entra en desesperaci\u00f3n y un desencantado Holden – que ve los manoseos hechos en la gerencia por la nueva administraci\u00f3n<\/em> – decide quebrar una vara por Beale y mantenerlo en el aire. Holden sabe que el tipo est\u00e1 orate y que precisa atenci\u00f3n siqui\u00e1trica, pero le brinda la chance de despedirse en c\u00e1maras. Es en ese momento en que Peter Finch, sumiso y blandengue, un hombre derrumbado sobre s\u00ed mismo, comienza a transformarse en una furia que protesta por todo, admitiendo que ahora el p\u00fablico no escuchar\u00e1 mas basura de su boca, sea la basura de la pol\u00edtica, las mentiras del gobierno, la basura de la econom\u00eda que no tiene arreglo y toda la sanata de gram\u00e1tica impecable que dicen los individuos con poder. Es en ese momento en que la Dunaway entra en escena, ve los ratings, y decide retener a Beale y ampliar su espacio a costa de chocar con Holden, que ve como su amigo da un espect\u00e1culo pat\u00e9tico en las c\u00e1maras a nivel nacional.<\/p>\n Pero si Beale es un desquiciado, un tipo que entr\u00f3 en crisis porque estaban a punto de sacarle lo que mas amaba y lo que le hac\u00eda seguir vivo – su trabajo como anchorman del noticiero<\/em> -, llega un momento en donde el tipo en crisis compra su personaje y cree sintonizar a Dios, de quien recibe mensajes que debe esparcir al p\u00fablico en una especie de tele evangelismo. Es ah\u00ed donde Network<\/strong> salta del realismo a la s\u00e1tira con tintes fant\u00e1sticos, en donde un profeta furioso genera una corriente de pensamiento masiva y radical desde la pantalla de la TV. \u00bfEs Beale un aut\u00e9ntico profeta que trae la voz de Dios para despertar de su letargo a los norteamericanos y llevarlos a la iluminaci\u00f3n de la verdad, o es simplemente una mente torturada que ha descubierto su yo interior y que ahora habla sin tapujos morales de alg\u00fan tipo sobre las ideas que siempre tuvo pero nunca se anim\u00f3 a expresar?.<\/em> Cuando un desorbitado Finch, empapado por la lluvia, vestido tan solo con un piloto puesto de apuro sobre su precario pijama, se presenta en c\u00e1mara y comienza a gritar que el mundo es una mentira y que todos manipulan, y que no est\u00e1 dispuesto a seguir trag\u00e1ndose esa basura y que hasta ac\u00e1 ha llegado, la gente explota en las calles y los tel\u00e9fonos se ponen al rojo vivo. El anchorman<\/em> ha pasado de ser un int\u00e9rprete pasivo de la realidad a convertirse en un creador de la realidad, un generador de opiniones amado por las masas. Un tipo que puede vomitar los sucios negociados del gobierno y las corporaciones con potencias extranjeras – en este caso los \u00e1rabes, que estaban asfixiando a la econom\u00eda norteamericana con los aumentos arbitrarios del precio del petr\u00f3leo en la d\u00e9cada del 70<\/em> -, haciendo la vista gorda en inversiones hechas en suelo americano por parte de quienes son considerados enemigos pol\u00edticos o de intereses opuestos a la naci\u00f3n estadounidense.<\/p>\n \n El arrebato de furia convierte a Beale en un \u00eddolo de masas y la Dunaway – ya a cargo del informativo<\/em> – convierte al programa de noticias en un circo bizarro con encuestas populares, opin\u00f3logos de cuarta calidad y hasta adivinas con bolas de cristal. Y el segmento estelar es Beale, convertido en el profeta loco<\/em> de la televisi\u00f3n. Pero cuando Beale habla de que los capitales \u00e1rabes son los que est\u00e1n comprando la UBS<\/strong> a trav\u00e9s de una trama enmara\u00f1ada de corporaciones puestas como fachada, termina por tocarle el traste a Duvall y pronto el CEO del conglomerado adquiriente – Ned Beatty, apart\u00e1ndose por una vez de sus pat\u00e9ticos roles c\u00f3micos y dando otra actuaci\u00f3n magistral en un filme plagado de performances potentes<\/em> – llama directamente a Beale para darle su visi\u00f3n cosmol\u00f3gica de la pol\u00edtica y la econom\u00eda norteamericanas. Beatty se relame con un gran discurso (el cual impresiona a un asustadizo Finch) sobre el equilibrio universal del flujo del dinero, en donde las naciones no existen y las fuentes de poder son las multinacionales, las cuales digitan la pol\u00edtica en el mundo:<\/p>\n Usted se ha metido con las fuerzas primarias de la naturaleza, se\u00f1or Beale, y yo no estoy dispuesto a que lo haga!. Queda claro?. usted piensa que solo detuvo un trato de negocios. Ese no es el caso!. Los \u00e1rabes han sacado billones de d\u00f3lares de nuestro pa\u00eds, y ahora mismo los est\u00e1n devolviendo. Es acci\u00f3n y reacci\u00f3n, es la fuerza de las mareas manipulada por la gravedad!. Es el balance de la ecolog\u00eda!. Usted es un hombre grande que piensa en t\u00e9rminos de naciones y pueblos. No hay naciones. No hay pueblos. No hay rusos. No hay \u00e1rabes. No existe el Tercer Mundo. No existe Occidente. Solo\u00a0existe un sistema hol\u00edstico de sistemas, uno vasto e inconmensurable, interconectado, interactivo, multivariado, multinacional dominio de dolares. Petro dolares, electro dolares, multi dolares, marcos alemanes, rins, rublos, libras y shekels. Es el sistema internacional de monedas el que determina la totalidad de la existencia de la vida en este planeta. Ese es el orden natural de las cosas hoy en d\u00eda. Ese es el sistema estructural at\u00f3mico, subat\u00f3mico y gal\u00e1ctico de las cosas hoy en d\u00eda!. Y usted se entrometi\u00f3 con las fuerzas primarias de la naturaleza y ahora… USTED VA A ARREGLARLO!. Estoy siendo claro, se\u00f1or Beale?. Usted se mete en su pantalla de veinti\u00fan pulgadas y habla a los gritos sobre Am\u00e9rica y la democracia. No existe Am\u00e9rica. No existe la democracia. Existe solo IBM<\/strong>, y la ITT<\/strong>, y la AT&T<\/strong> , y DuPont<\/strong>, Dow<\/strong>, Union Carbide<\/strong> y Exxon<\/strong>. Esas son las naciones del mundo de hoy. Qu\u00e9 piensa que hacen los rusos cuando se re\u00fanen en consejo de estado?. Hablan de Karl Marx?. Ellos ven sus diagramas de flujo, sus estad\u00edsticas, sus modelos de decisi\u00f3n y simulaciones de soluciones, y computan la relaci\u00f3n precio \/ costo de sus transacciones e inversiones, tal cual como lo hacemos nosotros. Ya no vivimos mas en un mundo de naciones e ideolog\u00edas, se\u00f1or Beale. El mundo es un conglomerado de corporaciones, inexorablemente regido por las leyes de los negocios. El mundo es un negocio, se\u00f1or Beale. Lo ha sido desde que salimos del lodo. Y nuestros hijos vivir\u00e1n, se\u00f1or Beale, para ver… ese mundo perfecto… en donde no hay guerras ni hambrunas, opresi\u00f3n o brutalidad. Un enorme y ecum\u00e9nico holding de empresas para el cual todos los hombres servir\u00e1n por una ganancia en com\u00fan, en el cual todos los hombres tendr\u00e1n una porci\u00f3n de las acciones de la compa\u00f1\u00eda. Todas las necesidades ser\u00e1n satisfechas, todas las ansiedades ser\u00e1n tranquilizadas, todo el aburrimiento sera extinguido por el entretenimiento. Y yo lo he elegido a usted, se\u00f1or Beale, para que predique este evangelio.<\/em><\/p>\n Si hasta ese momento Beale \/ Finch era un profeta del pueblo, un individuo que traduc\u00eda la voz de Dios para que la gente se avispara de como la estaban manipulando, Beatty viene a ser el mism\u00edsimo demonio, el tipo que corrompe a Beale con una visi\u00f3n que, aunque es absolutamente v\u00e1lida, altera por completo el pensamiento del evangelista televisivo. Un alterado Beale regresar\u00e1 a la pantalla para evangelizar la visi\u00f3n de Beatty, en donde las corporaciones norteamericanas son una causa nacional que debe ser defendida a ultranza porque sus m\u00faltiples ramificaciones a nivel global son las fuentes de poder e influencia que tiene la naci\u00f3n estadounidense en todo el mundo. Pero ese es un discurso que solo sintoniza con Beatty – que quiere mantener a Beale como su vocero aunque los ratings del show se est\u00e9n yendo al diablo<\/em> – y no con la gente, que comienza a darle la espalda. Es en ese momento en que la deshinibida Dunaway prefiere sacar a Beale del aire literalmente con una explosi\u00f3n en vez de ver como extingue los ratings de la cadena y la arrastra hacia el borde de la bancarrota. \u00bfY qu\u00e9 mejor soluci\u00f3n a mano que tener enrolado al Ej\u00e9rcito Ecum\u00e9nico de Liberaci\u00f3n<\/em>, quien puede comenzar su reality<\/em> con un pico de rating si asesina a Beale frente a c\u00e1mara?.<\/p>\n Network \/ Poder que Mata<\/strong> es un filme brillante por donde se lo mire: las performances, los di\u00e1logos, las ideas. Sidney Lumet y Paddy Chayefsky se adelantan a su \u00e9poca, prediciendo cosas rid\u00edculas que hemos convertido en realidad y anim\u00e1ndose a desnudar la intimidad del poder desde el punto de vista de la s\u00e1tira. Por supuesto la performance de Peter Finch es notable (es la mutaci\u00f3n de un individuo soso y fr\u00e1gil a una bestia que devora la pantalla y cae exhausto despu\u00e9s de cada arenga), y hubiera pagado lo que no tengo por ver la moderna versi\u00f3n teatral montada en Londres y Broadway con Bryan Cranston en el rol, un tipo que sabe c\u00f3mo sacarse con gran altura. Pero \u00e9ste es el rol de su vida de Finch y, tal como pasaba con el Joker de Heath Ledger<\/a>, es un papel tan agotador que terminar\u00eda por absorberle la energ\u00eda hasta el punto de matarlo. Finch ya ten\u00eda problemas serios del coraz\u00f3n y en cada intensa performance que daba en el rodaje estaba acortando su tiempo de vida – la ic\u00f3nica secuencia del “estoy harto de todo esto y no estoy dispuesto a soportarlo m\u00e1s!” tuvieron que rodarla en apenas dos tomas en donde el australiano ca\u00eda\u00a0rendido antes de terminar\u00a0el speech<\/em> -. Perfomances memorables que devoran a sus int\u00e9rpretes, un precio muy caro para el arte que eligieron… o el fruto de una pasi\u00f3n interminable de quienes prefirieron sacrificar todas sus fuerzas en haras de un rol tan intenso como inolvidable.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por Alejandro Franco USA, 1976: Peter Finch (Howard Beale), Faye Dunaway (Diana Christensen), William Holden (Max Schumacher), Robert Duvall (Frank Hackett), Ned Beatty (Arthur Jensen) Director:\u00a0Sidney Lumet – Gui\u00f3n:\u00a0Paddy Chayefsky Trama:\u00a0Howard Beale es el respetado presentador de noticias de la cadena UBS. 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<\/a>USA, 1976: Peter Finch (Howard Beale), Faye Dunaway (Diana Christensen), William Holden (Max Schumacher), Robert Duvall (Frank Hackett), Ned Beatty (Arthur Jensen)<\/strong><\/p>\nTrama:\u00a0<\/strong>Howard Beale es el respetado presentador de noticias de la cadena UBS<\/strong>. Pero los ratings<\/em> han ca\u00eddo en picada y tampoco ayuda el hecho de que Beale est\u00e9 sumido en una profunda depresi\u00f3n por la reciente muerte de su esposa. Con la UBS<\/strong> a punto de ser adquirida por un conglomerado de empresas, los nuevos due\u00f1os han decidido despedir a Beale, a\u00fan en contra de los deseos de Max Schumacher, jefe de la secci\u00f3n de noticias y amigo de Beale de toda la vida. Al enterarse de la noticia Beale anuncia en pantalla que, en el plazo de siete d\u00edas, se suicidar\u00e1 frente a c\u00e1maras. El esc\u00e1ndalo sacude la cadena y, mientras Schumacher quiere internar a Beale para que sufra el tratamiento siqui\u00e1trico que precisa desesperadamente, la despiadada ejecutiva Diana Christensen ha visto los picos de rating<\/em> generados por la declaraci\u00f3n del periodista y est\u00e1 dispuesta a mantener en pantalla a Beale todo el tiempo que sea necesario mientras el share<\/em> siga en ascenso. Pero el desquiciado Beale no tiene paz y, en un momento de epifan\u00eda, cree recibir un mensaje directo de Dios para que \u00e9l sea el portavoz de su palabra en la Tierra. Yendo al estudio en pijamas y empapado por la lluvia, Beale se despacha ante las c\u00e1maras con un discurso encendido que inflama los corazones de los estadounidenses y lo convierten en un \u00eddolo de la noche a la ma\u00f1ana. Los ejecutivos del estudio, a rega\u00f1adientes, han decidido darle un espacio propio y Beale ha pasado a convertirse en el profeta loco de la televisi\u00f3n con una audiencia fiel de millones de espectadores que lo siguen todas las noches. Pero las epifan\u00edas de Beale han comenzado a develar los secretos sucios de la adquisici\u00f3n de la UBS<\/strong>, y ha comenzado a poner nerviosos a los inversionistas. Y ante la amenaza de que la operaci\u00f3n sea intervenida por el gobierno, los ejecutivos de la UBS deber\u00e1n encontrar la manera de callar a Beale… aunque ello implique aplicar soluciones tan extremas como amorales.<\/h3>\n
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