{"id":16506,"date":"2017-09-16T06:21:49","date_gmt":"2017-09-16T06:21:49","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/noche-demonio-1957\/"},"modified":"2024-01-29T19:31:32","modified_gmt":"2024-01-29T22:31:32","slug":"noche-demonio-1957","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/noche-demonio-1957\/","title":{"rendered":"Cr\u00edtica: La Noche del Demonio (1957)"},"content":{"rendered":"<h2><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/criticas-1910-1959\/\">Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o<\/a>\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nuestra-critica\/\">Alejandro Franco<\/a><\/h2>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full wp-image-12187 alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/atomicos-4.webp\" alt=\"4 at\u00f3micos: muy buena\" width=\"200\" height=\"40\" \/><strong>GB, 1957: Dana Andrews (Dr John Holden), Peggy Cummins (Joanna Harrington), Niall MacGinnis (Dr Julian Karswell), Athene Sayler (Sra Karswell), Liam Redmond (Profesor Mark O\u2019Brien), Maurice Denham (Profesor Henry Harrington)<\/strong><\/p>\n<p><strong>Director: Jacques Tourneur, Gui\u00f3n: Charles Bennett &amp; Hal E. Chester, basado en el cuento <em>Casting the Runes<\/em> de Montague R. James<\/strong><\/p>\n<p><strong><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/recomendaciones-editor-indice\/\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"wp-image-24154 size-full aligncenter\" title=\"Recomendaci\u00f3n del Editor\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/recomendacion-editor.jpg\" alt=\"Recomendaci\u00f3n del Editor\" width=\"200\" height=\"40\" \/><\/a><\/strong><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"> <div align=\"center\">\r\n<script async src=\"https:\/\/pagead2.googlesyndication.com\/pagead\/js\/adsbygoogle.js\"><\/script>\r\n<!-- arlequin 2021 horizontal 1 -->\r\n<ins class=\"adsbygoogle\"\r\n     style=\"display:block\"\r\n     data-ad-client=\"ca-pub-7123708303881806\"\r\n     data-ad-slot=\"6568397370\"\r\n     data-ad-format=\"auto\"\r\n     data-full-width-responsive=\"true\"><\/ins>\r\n<script>\r\n     (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});\r\n<\/script>\r\n<\/div><\/p>\n<h3><strong>Trama: <\/strong>El profesor Henry Harrington ha perecido en un confuso accidente. El presid\u00eda un comit\u00e9 que ten\u00eda por objeto analizar las actividades del culto liderado por el doctor Julian Karswell, al cual se le acusaba de satanista. Ahora ha llegado a Inglaterra el americano John Holden, quien toma la posta y contin\u00faa con las investigaciones sobre Karswell. Pero el sospechoso lo ha invitado a su casa y resulta ser un hombre de sorprendente urbanidad. Holden llega a conocerlo hasta tal punto que termina por afirmar que Karswell no es mas que un sofisticado estafador, cuyos supuestos poderes sobrenaturales &#8211; <em>que tanto encandilan a sus seguidores<\/em> &#8211; no dejan de ser trucos de prestidigitaci\u00f3n. Pero Karswell se enfurece y pronto lo desaf\u00eda a demostrar la veracidad de sus poderes; y ante el sarcasmo del norteamericano, termina por pasarle inadvertidamente un pergamino escrito con caracteres druidas&#8230; una maldici\u00f3n que acabar\u00e1 con su poseedor en menos de tres d\u00edas. Y aunque Holden es un porfiado esc\u00e9ptico, pronto las pruebas del mal\u00e9fico poder que ostenta Karswell terminan pro abrumarlo&#8230; convenci\u00e9ndolo de que en un pu\u00f1ado de horas un demonio del infierno vendr\u00e1 a buscarlo para destrozarle, tal como ocurriera con Harrington. Y su \u00fanica esperanza radica en reintegrar el pergamino maldito a su creador, transfiriendo la maldici\u00f3n a quien le deseara la muerte; pero el tiempo pasa y Karswell resulta esquivo&#8230; y la hora fatal se aproxima de manera inexorable.<\/h3>\n<p><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/2017\/09\/poster-noche-demonio-1957-1.jpg\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full wp-image-17102 alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/2017\/09\/poster-noche-demonio-1957-1.jpg\" alt=\"\" width=\"200\" height=\"306\" srcset=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/2017\/09\/poster-noche-demonio-1957-1.jpg 200w, http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/2017\/09\/poster-noche-demonio-1957-1-196x300.jpg 196w\" sizes=\"(max-width: 200px) 100vw, 200px\" \/><\/a>Usualmente los denominados cl\u00e1sicos del terror del per\u00edodo 1930 &#8211; 1959 no me llaman la atenci\u00f3n. Salvo t\u00edtulos enormes e inevitables como <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/dracula-1931\/\">Dr\u00e1cula<\/a> y <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/frankenstein-1931\/\">Frankenstein<\/a>, es muy raro que los revise, a menos que tenga una recomendaci\u00f3n expresa. Mientras que uno digiere con facilidad t\u00edtulos <em>vintage<\/em> de ciencia ficci\u00f3n &#8211; <em>y se deleita con las maquetas colgadas de hilitos y las toneladas de stock footage que caracterizan a las producciones de la \u00e9poca <\/em>-, el cine de terror antiguo me resulta let\u00e1rgico. El 90% del mismo est\u00e1 situado en escenarios g\u00f3ticos, algo que terminar\u00eda reciclando (y agotando por saturaci\u00f3n) los estudios <strong>Hammer<\/strong> una d\u00e9cada m\u00e1s tarde, aunque en color, con chicas ligeras de ropas y con m\u00e1s <em>ketchup<\/em> salpicando la pantalla. Sin embargo, entre toneladas de filmes que inundaron dicho per\u00edodo, hab\u00eda un titulo del cual hab\u00eda obtenido rese\u00f1as asombrosas y cuya visi\u00f3n se me hac\u00eda obligatoria, y se trataba de <strong>La Noche del Demonio<\/strong> de Jacques Tourneur.<\/p>\n<p>El aficionado al buen cine debe conocer de sobra la obra de Tourneur. Colaborador habitual de Val Lewton, se hizo famoso a partir de <strong>La Gente Pantera<\/strong> (<em>Cat People<\/em>) (1942), y despu\u00e9s rod\u00f3 filmes preminentes como <strong>El Halc\u00f3n y la Flecha<\/strong> (1950) o <strong>La Comedia de los Horrores<\/strong> (1964); y si bien trabaj\u00f3 en numerosos g\u00e9neros, resulta recordado mayormente por su aporte al cine del terror. Considerado un alumno fiel de Lewton &#8211; <em>un artesano al cual le gustaba sugerir antes que mostrar, y el cual ser\u00eda maestro de otras luminarias como Robert Wise, el mismo de <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/haunting-63\/\">The Haunting<\/a> y la cual es una obra t\u00edpicamente lewtoniana <\/em>-, Tourneur era enemigo del horror expl\u00edcito y prefer\u00eda la sutileza y la sugerencia, dejando un territorio gris sembrado de dudas en la mente del espectador; al final \u00e9ste nunca terminaba por decidirse si hab\u00eda algo real y espeluznante que moraba en las sombras, o si se trataba de una amenaza ficticia y existente \u00fanicamente en la mente del protagonista.<\/p>\n<p>Considerando que se trataba de un narrador sutil, resulta f\u00e1cil imaginar las peleas que debe haber tenido durante el rodaje de <strong>La Noche del Demonio<\/strong> con su prepotente y rebelde productor Hal E. Chester, el cual termin\u00f3 por imponerse al cineasta y plant\u00f3 minutos enteros de metraje en donde un demonio gigantesco persigue a los personajes y termina por destrozarlos de manera salvaje. Y a\u00fan cuando ni Tourneur ni el libretista Charles Bennett estuvieran de acuerdo, lo cierto es que son esas escenas con el demonio &#8211; <em>rodadas de manera impactante y con gran estilo<\/em> &#8211; las que terminan por hacer a <strong>La Noche del Demonio<\/strong> memorable. A las v\u00edctimas se les aparecen una bruma infernal en medio de la nada y, de pronto, surge una feroz g\u00e1rgola de 10 metros de altura cuyas pisadas incendian la tierra y cuyo paso resulta indetenible. Tiene la misi\u00f3n de exterminar al poseedor de un pergamino maldito, en el tiempo y forma que haya decidido el hechicero que lo invoc\u00f3. Para el pobre desgraciado no hay escapatoria posible y, de seguro, el final ser\u00e1 extremadamente sangriento.<\/p>\n<p>Ciertamente el demonio no aparece m\u00e1s que cinco minutos en todo el filme, aunque su performance es memorable. En todo caso los problemas del filme pasan por el resto, en especial sus protagonistas terrenales, los cuales son demasiado estoicos y pragm\u00e1ticos y se ven involucrados en una historia cuya marcha a veces resulta forzada. El h\u00e9roe es un porfiado de aquellos, un individuo tan pragm\u00e1tico como agn\u00f3stico que s\u00f3lo cree en lo que es cient\u00edficamente comprobable. Al qu\u00eda le toca el turno de sustitu\u00edr al tipo que mataron en la secuencia de inicio, el cual estaba investigando a un satanista con cara de bonach\u00f3n interpretado con gran soltura por Niall MacGinnis. En vez de ser un tipo sobreactuado, mirando de reojo y profiriendo amenazas a cada rato, el satanista de MacGinnis es un tipo hogare\u00f1o, tan brillante y pragm\u00e1tico como el adusto h\u00e9roe pero, por sobre todo, un individuo con los pies en la Tierra y que considera que el poder de lo sobrenatural se encuentra a su servicio para que viva con todas las comodidades (aunque no deja de reconocer que se ha transformado en un esclavo del mismo). El ha aprendido ese poder descifrando los secretos de los antiguos al traducir los vetustos manuscritos druidas, y ahora ha constru\u00eddo una legi\u00f3n de creyentes quienes financian su modo de vida. Ahora debe enfrentarse a un grupo de meteretes del gobierno, quienes han comenzado a investigar sus actividades. Primero despacha a uno pero pronto debe v\u00e9rselas con su reemplazo, un tozudo americano que revolotea a su alrededor y que parece ser m\u00e1s peligroso que su antecesor. El tipo se embarca en numerosas discusiones f\u00fatiles, en donde el satanista intenta convencerlo por todos los medios de que existe los sobrenatural, y de que el h\u00e9roe debe presentarle sus respetos. El problema es que el protagonista, en manos del p\u00e9treo Dana Andrews, resulta siendo tan caprichoso como pedante: no importa la enorme cantidad de desastres y anomal\u00edas que ocurran a su alrededor, el tipo resulta ser tan extremadamente racional que siempre tiene una explicaci\u00f3n l\u00f3gica a mano, sea que le hablen <em>mediums <\/em>pose\u00eddos, le persiga una bruma infernal por el bosque, se le borren los apuntes o, incluso, vea como un manuscrito parece adquirir vida propia. Es tan chocante la performance de Andrews que uno termina pujando para que el malvado de MacGinnis termine sali\u00e9ndose con la suya.<\/p>\n<p>La trama no es tan fluida como debiera; a final de cuentas, \u00e9sta es la adaptaci\u00f3n de un cuento, as\u00ed que hay material de relleno de sobra y no todo est\u00e1 cocinado de manera pareja. Andrews y MacGinnis flirtean intelectualmente todo el tiempo, y cas\u00ed dir\u00eda que las intenciones del satanista resultan simples y honestas &#8211; <em>si Andrews se convence de que lo sobrenatural existe y de que MacGinnis posee un poder real, entonces el malvado deshar\u00e1 la maldici\u00f3n <\/em>-, pero el problema pasa por el h\u00e9roe, el cual no ve una vaca dentro de un vaso. Por otra parte hay una investigaci\u00f3n algo tra\u00edda de los pelos &#8211;<em> tienen apresado a un miembro de la secta de Karswell, al cual le acusan de ser el responsable del asesinato del profesor Harrington&#8230; aunque el tipo est\u00e1 tan catat\u00f3nico por el shock (posiblemente por haber visto al demonio) que es incapaz de mover un m\u00fasculo ni musitar siquiera una palabra<\/em> &#8211; que Andrews demora y demora s\u00f3lo porque tiene ganas de flirtear con la apetitosa hija del cient\u00edfico muerto a principio del filme. Y por otro lado est\u00e1 la marcha forzada con las intervenciones de la madre de Karswell, que prefiere el honor antes de seguir experimentado con lo desconocido, con lo cual termina ali\u00e1ndose de manera impensada con los protagonistas. Si la ancianita no existiera y los h\u00e9roes quedaran a su suerte, hasta el d\u00eda de hoy estar\u00edan intentando dilucidar los secretos del satanista.<\/p>\n<p>A\u00fan cuando la marcha de los eventos es algo forzada y el h\u00e9roe es un cretino de aquellos, <strong>La Noche del Demonio<\/strong> posee un ritmo agradable y escenas bien orquestadas; en especial las secuencias nocturnas, en donde parece que a Dana Andrews estuviera a punto de pasarle cualquier cosa. Sea la incursi\u00f3n nocturna a la mansi\u00f3n de MacGinnis, o las alucinaciones que sufre cuando va a buscar testigos para armar su caso contra el satanista, hay momentos en donde la direcci\u00f3n de Tourneur se vuelve inquietante. Y a pesar de todas las pestes que hablen sobre las secuencias en donde aparece el demonio, las mismas est\u00e1n rodadas con tal grado de impacto que me resulta imposible imaginar el filme sin ellas, a\u00fan cuando Tourneur fuera una fan\u00e1tico de la sugerencia.<\/p>\n<p><strong>La Noche del Demonio <\/strong>es una muy buena pel\u00edcula. La trama tiene sus momentos de desprolijidad &#8211; <em>como la sesi\u00f3n de espiritismo, que comienza de manera muy rid\u00edcula y despu\u00e9s se vuelve atemorizante<\/em> &#8211; y la terrible performance de Dana Andrews torpedea la efectividad de la cinta pero, por otro lado, tenemos una amena interpretaci\u00f3n de Niall MacGuinnis, algunos sustos bien logrados, y un climax fant\u00e1sticamente bien constru\u00eddo. Como horror <em>vintage<\/em> es m\u00e1s que recomendable, y un digno exponente para salirse de la tediosa rutina de machetes ba\u00f1ados en sangre y tripas por doquier que vive exaltando (y saturando) el actual cine de terror.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Critica de La Noche del Demonio (1957): un sicologo americano investiga a un satanista britanico que ha desatado una maldicion en su contra, en este clasico del director Jacques Tourneur.<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/16506"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=16506"}],"version-history":[{"count":1,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/16506\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":34989,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/16506\/revisions\/34989"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=16506"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}