{"id":12036,"date":"2017-09-14T17:38:05","date_gmt":"2017-09-14T17:38:05","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/truman-show\/"},"modified":"2019-07-24T20:59:54","modified_gmt":"2019-07-24T23:59:54","slug":"truman-show","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/truman-show\/","title":{"rendered":"Cr\u00edtica: El Show de Truman (The Truman Show) (1998)"},"content":{"rendered":"<p style=\"text-align: center;\">\n<h2><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/criticas-1910-1959\/\">Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o<\/a>\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nuestra-critica\/\">Alejandro Franco<\/a><\/h2>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/atomicos-4.webp\" width=\"200\" height=\"40\" \/> <strong>USA, 1998: Jim Carrey (Truman Burbank), Ed Harris (Christof), Laura Linney (Meryl Burbank \/ Helen Gill), Noah Emmerich (Marlon \/ Louis Coltrane), Natascha McElhone (Lauren Garland \/ Sylvia)<\/strong><\/p>\n<p><strong>Director: Peter Weir, Gui\u00f3n: Andrew Niccol, Musica &#8211; Burkhard Dallwitz<\/strong><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"> <div align=\"center\">\r\n<script async src=\"https:\/\/pagead2.googlesyndication.com\/pagead\/js\/adsbygoogle.js\"><\/script>\r\n<!-- arlequin 2021 horizontal 1 -->\r\n<ins class=\"adsbygoogle\"\r\n     style=\"display:block\"\r\n     data-ad-client=\"ca-pub-7123708303881806\"\r\n     data-ad-slot=\"6568397370\"\r\n     data-ad-format=\"auto\"\r\n     data-full-width-responsive=\"true\"><\/ins>\r\n<script>\r\n     (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});\r\n<\/script>\r\n<\/div><\/p>\n<h3><strong>Trama: <\/strong>Truman Burbank es un vendedor de seguros que lleva una vida com\u00fan y corriente en el pac\u00edfico pueblo de Seahaven. Se encuentra casado con la bella enfermera Meryl Burbank, y toda su existencia parece id\u00edlica. Pero algunos extra\u00f1os sucesos comienzan a alertar a Truman sobre el universo que lo rodea, en especial cuando conoce a la extra\u00f1a Lauren Garland de la cual se enamora, pero es apresada por su padre y alejada de su compan\u00eda. Lauren, antes de ser llevada, le advierte de que el mundo que lo rodea es artificial y que se trata de un show de televisi\u00f3n visto a nivel mundial. Poco a poco Truman comienza a darse cuenta de las estructuradas rutinas de las personas que lo rodean, adem\u00e1s de su imposibilidad de salir de Seahaven. Y es que Truman ha sido un beb\u00e9 adoptado por una cadena de televisi\u00f3n que ha montado un pueblo artificial poblado de actores, con miles de c\u00e1maras de TV instaladas, que monitorean las 24 horas la vida de \u00e9ste y son televisadas a nivel masivo. Los problemas comienzan cuando Truman, por todos los medios, intenta escapar del gigantesco set que constituye Seahaven.<\/h3>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/2017\/09\/boton-show-truman.jpg\" alt=\"El Show de Truman\" width=\"120\" height=\"160\" \/> <strong>Big Brother<\/strong> (<strong>Gran Hermano<\/strong>) es el <em>reality show<\/em> creado por John de Mol en 1997. En realidad las primeras emisiones no se llamaban as\u00ed, sino que se trataba de un concurso de resistencia donde los participantes deb\u00edan permancer un determinado tiempo encerrados en una casa. El formato tal como se conoce hoy reci\u00e9n tom\u00f3 forma en 1999, y desde su Holanda natal de Mol lo termin\u00f3 por difundir a m\u00e1s de 70 pa\u00edses. El nombre del programa deriva del Gran Hermano de la novela <strong>1984<\/strong> de George Orwell, una entidad omnisciente y omnipresente en la vida de cada uno de los integrantes de una sociedad futurista, el que vela por sus necesidades y su seguridad a la vez que ejerce un estricto control sobre los mismos.<\/p>\n<p>Pero de Mol no es el autor de la idea. Existen antecedentes tanto en la literatura, el cine o la TV de realidades simuladas. La novela de Orwell (que data de 1949) solo aporta la idea de una supra entidad que todo lo conoce, pero el concepto de los mundos artificialmente construidos se puede encontrar en la obra de Philip K. Dick <strong>Time Out of Joint <\/strong>(1959), en donde el personaje central vive en un 1959 alternativo, id\u00edlico y eterno, donde el entorno que lo rodea es simulado para proveerle una estabilidad emocional y aislarlo de la verdadera realidad &#8211; un 1998 donde el mundo se encuentra en plena guerra nuclear y donde el personaje indirectamente contribuye con su talento innato para predecir los ataques enemigos, algo que en su mundo artificial es camuflado a trav\u00e9s de una serie de constantes concursos que siempre gana; las respuestas del concurso en realidad son las predicciones sobre los objetivos que el enemigo habr\u00e1 de atacar -. Tambi\u00e9n la m\u00edtica serie de TV <strong>The Twilight Zone<\/strong> en su episodio de 1960 <strong>A World of Diference <\/strong>trata sobre un individuo que comienza a descubrir que su vida se trata de una historia armada y transcurrida en un set de televisi\u00f3n.<\/p>\n<p>Mientras todos estos antecedentes tratan sobre mundos artificiales creados para aislar al protagonista de una realidad desagradable (o el truco de la sorpresa al descubrir que su vida es una mentira), el punto de vista del <strong>Gran Hermano<\/strong> de de Mol es llevar la idea a su m\u00e1xima expresi\u00f3n <em>voyeur\u00edstica<\/em>. La experiencia por la experiencia misma. Los integrantes aislados en una casa y monitoreados todo el tiempo, en una convivencia forzada y televisada masivamente. Podr\u00edamos hablar de una simulaci\u00f3n de realidad creada en laboratorio donde, lo primero que se percibe, es que la misma no resulta como la realidad normal desde el mismo momento que es observada y que los participantes saben que se encuentran monitoreados. As\u00ed como sucede con los postulados cient\u00edficos donde se dice de los sucesos naturales pierden su esencia al ser reproducidos en laboratorio, lo mismo pasa con los <em>reality shows<\/em>. Los integrantes pueden sobrellevar con el tiempo la carga del hecho de ser constantemente supervisados, pero su conducta no termina de ser espont\u00e1nea en terminos de una realidad normal: se trata de una nueva realidad que comienza a guiarse por sus propias reglas.<\/p>\n<p><strong>El Show de Truman<\/strong> lo que hace es b\u00e1sicamente llevar el concepto de <em>reality show<\/em> al extremo. Ac\u00e1 no es un predio aislado sino un mundo gigantesco constru\u00eddo artificialmente, donde el protagonista (Truman Burbank) es el \u00fanico que no se encuentra enterado de la verdadera naturaleza del mismo. Todos los integrantes del pueblo son actores que se gu\u00edan por improvisaci\u00f3n y algunos lineamientos generales, y en determinadas ocasiones existen secuencias guionadas que proveen picos de tensi\u00f3n emocional (y por ende, de <em>rating<\/em>). Hay algunas ideas que parecen destiladas de la serie de TV <strong>Max Headroom<\/strong> (1987), en especial de las megacorporaciones multimediales que poseen un absoluto control sobre sus integrantes &#8211; aqu\u00ed Truman es un beb\u00e9 adoptado por una corporaci\u00f3n cuya vida entera ha transcurrido como un <em>reality show<\/em> en un gigantesco set montado a tal efecto -.<\/p>\n<p style=\"text-align: center;\">\n<p>Lo que es fascinante de <strong>El Show de Truman<\/strong> es la premisa, m\u00e1s por las posibles repercusiones de la misma que por lo que realmente muestra el filme. Como <em>reality show<\/em> supremo, lo que muestra es que la esencia del hombre es esencialmente <em>voyeur<\/em>; y si bien la naturaleza del t\u00e9rmino tiene resonancias sexuales, es posible extenderlo a infinidad de circunstancias de la vida humana. En t\u00e9rminos de pornograf\u00eda, el <em>voyeurismo<\/em> es sentir placer viendo (o espiando) el placer de los dem\u00e1s. Hay un sentido de transferencia y tambi\u00e9n de inmovilidad: el<em> voyeur <\/em>est\u00e1 est\u00e1tico mientras contemplan a otras personas en movimiento, y siente placer por algo visual que no es lo que sensorialmente est\u00e1 viviendo en su misma persona. Vale decir, vive a trav\u00e9s de las experiencias de los otros, pero el acto en s\u00ed significa que \u00e9l mismo est\u00e1 dejando de vivir para ser simplemente espectador. En el caso del filme esto resulta algo obvio &#8211; todas las tomas de los espectadores del show son las mismas, una y otra vez: el hombre que vive tomando un ba\u00f1o, las ancianas en el sof\u00e1 que son fans del show, la gente en el bar -. Al no tener una vida propia (o sentir emociones propias), su vida y emociones pasan por lo que vive realmente Truman. Es la esencia de <strong>Gran Hermano<\/strong> y el por qu\u00e9 del \u00e9xito de los <em>reality shows<\/em>.<\/p>\n<p>Lamentablemente el film no ahonda en este tema como debiera, s\u00f3lo lo muestra en forma de vi\u00f1etas. En todo caso, el tema est\u00e1 jugado en un tono de comedia ligera, con un Jim Carrey encorsetado de sus habituales disparates y mostrando una performance bastante buena. La pel\u00edcula funciona como un gran episodio de <strong>The Twilight Zone<\/strong> apuntado a lo emocional antes que al ingenio del truco que reserva el libreto. Es por eso de que el espectador sabe desde el primer fotograma que todo se trata de un show en vez de reservar este descubrimiento como un momento de shock. Aqu\u00ed la platea acompa\u00f1a los vaivenes emocionales de Truman en descubrir los l\u00edmites de su mundo y traspasarlos. Y en vez de apuntar los dardos al aspecto <em>voyeur<\/em> de la obra, el director Peter Weir prefiere desarrollar la trama como una aventura emocional, aunque con algunas connotaciones religiosas leves. Seahaven y Christof (el director del show) no son m\u00e1s que el Para\u00edso y Dios vistos desde una \u00f3ptica televisiva, que pujan para que Adan no se escape del mismo y desciendan los <em>ratings<\/em> del programa.<\/p>\n<p>Es un muy buen filme en sus propios t\u00e9rminos, pero no hunde el cuchillo en todas las posibilidades que el tema brinda. Hay momentos realmente muy buenos (como la impagable secuencia de la agencia de viajes, con los absurdos avisos alarmistas que advierten sobre las constantes cat\u00e1strofes a\u00e9reas), pero a uno le da la sensaci\u00f3n que intelectualmente podr\u00eda haber sido m\u00e1s absorbente y profunda.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>El Show de Truman: una mirada acida sobre los reality shows, con Jim Carrey. Critica de la pelicula<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/12036"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12036"}],"version-history":[{"count":0,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/12036\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12036"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}