{"id":11958,"date":"2017-09-14T17:37:47","date_gmt":"2017-09-14T17:37:47","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/tetsuo\/"},"modified":"2019-09-15T20:56:31","modified_gmt":"2019-09-15T23:56:31","slug":"tetsuo","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/tetsuo\/","title":{"rendered":"Cr\u00edtica: Tetsuo, el Hombre de Hierro (1989)"},"content":{"rendered":"<p style=\"text-align: center;\">\n<h2><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/criticas-1910-1959\/\">Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o<\/a>\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nuestra-critica\/\">Alejandro Franco<\/a><\/h2>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/atomicos-2.webp\" width=\"200\" height=\"40\" \/> <strong>Japon, 1989: Tomoroh Taguchi (protagonista), Kei Fujiwara (novia del protagonista), Shinya Tsukamoto (fetichista), Nobu Karaoka (mujer de lentes)<\/strong><\/p>\n<p><strong>Director: Shinya Tsukamoto, Gui\u00f3n: Shinya Tsukamoto<\/strong><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"> <div align=\"center\">\r\n<script async src=\"https:\/\/pagead2.googlesyndication.com\/pagead\/js\/adsbygoogle.js\"><\/script>\r\n<!-- arlequin 2021 horizontal 1 -->\r\n<ins class=\"adsbygoogle\"\r\n     style=\"display:block\"\r\n     data-ad-client=\"ca-pub-7123708303881806\"\r\n     data-ad-slot=\"6568397370\"\r\n     data-ad-format=\"auto\"\r\n     data-full-width-responsive=\"true\"><\/ins>\r\n<script>\r\n     (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});\r\n<\/script>\r\n<\/div><\/p>\n<h3><strong>Trama: <\/strong>Luego de atropellar accidentalmente con su auto a un desquiciado que corr\u00eda por la calle, un joven descubre que han comenzado a salirle implantes met\u00e1licos a lo largo de todo su cuerpo. Transformado en un ser mitad humano y mitad m\u00e1quina &#8211; y al borde de la locura -, el joven comienza a fusionarse con todo tipo de metales, convirti\u00e9ndose en una criatura amorfa e imparable, capaz de arrasar al mundo.<\/h3>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/2017\/09\/boton-tetsuo.jpg\" alt=\"Tetsuo, el Hombre de Hierro\" width=\"120\" height=\"160\" \/> En 1989 Shinja Tsukamoto film\u00f3 <strong>Tetsuo, el Hombre de Hierro<\/strong> y el film r\u00e1pidamente se convertir\u00eda en un hit de culto, lanzando la carrera del director. Sin embargo, ning\u00fan t\u00edtulo posterior de Tsukamoto lograr\u00eda generar el mismo ruido que su \u00f3pera prima. Filmado con dos pesos y con una parafernalia visual agobiante, <strong>Tetsuo <\/strong>es uno de esos t\u00edtulos pol\u00e9micos en donde lo \u00fanico seguro es que no va a pasar inadvertido en ning\u00fan lugar en donde lo exhiban. Quien lo vea lo recordar\u00e1 por siempre, ya sea hablando maravillas o destilando pestes sobre el filme.<\/p>\n<p>Si el <em>cyberpunk<\/em> representa la invasi\u00f3n de la tecnolog\u00eda en la vida del hombre y la deshumanizaci\u00f3n de \u00e9ste,<strong> Tetsuo, el Hombre de Hierro<\/strong> viene a ser la transcripci\u00f3n literal de dicho postulado. Ya hemos hablado en otras oportunidades de la moda de los<em> monstruos at\u00f3micos<\/em> japoneses, los que representan las pesadillas niponas sobre el bombardeo a Hiroshima y Nagasaki sobre el final de la Segunda Guerra Mundial. Si el<em> kaiju eiga<\/em> trata sobre las heridas abiertas en 1945, el<em> cyberpunk <\/em>japon\u00e9s representa la etapa siguiente, discutiendo en t\u00e9rminos aleg\u00f3ricos sobre el Jap\u00f3n industrial de la posguerra. Los postulados de esta nueva sociedad representan un endurecimiento de los valores tradicionales japoneses, en donde las corporaciones juegan un papel patriarcal y predominante (la gente ingresa a una empresa en su juventud y reci\u00e9n sale de ella cuando se jubila), y se suma como factor de presi\u00f3n social a una cultura ya muy exigente de por s\u00ed. En el Jap\u00f3n corporativo de la posguerra, las megaempresas han reemplazado a los ej\u00e9rcitos como medios de materializaci\u00f3n del hist\u00f3rico expansionismo japon\u00e9s &#8211; lo que hasta 1945 se consegu\u00eda mediante invasiones, hoy se obtiene por la v\u00eda del imperialismo econ\u00f3mico -. Esa invasi\u00f3n corporativa a la vida social se complementa con la invasi\u00f3n a nivel individual, mediante la intoxicaci\u00f3n de tecnolog\u00eda que sufren los japoneses. El japon\u00e9s promedio vive inundado de alta tecnolog\u00eda que se multiplica d\u00eda a d\u00eda, y genera nuevas necesidades y dependencias &#8230; pero tambi\u00e9n le brinda nuevos mecanismos de poder a las corporaciones tecnol\u00f3gicas (que alguien me diga si, a esta altura, puede vivir sin un celular, computadora, etc). No es de extra\u00f1ar que, en semejante entorno, comenzaran a surgir nuevas generaciones con grados cada vez mayores de rebeld\u00eda contra los valores de esta nueva sociedad. Por ello es que, para el <em>cyberpunk<\/em> japon\u00e9s, las corporaciones y la tecnolog\u00eda son factores de presi\u00f3n y corrupci\u00f3n del ser humano; pero, a\u00fan con todo ello, los autores son incapaces de generar una cr\u00edtica mucho m\u00e1s profunda que eso. No dejan de ser tipos chapados a la antigua escribiendo t\u00edmidas protestas sobre lo cambiante del mundo moderno, pero sin llegar a atacar los valores primordiales de la cultura japonesa &#8211; <em>mis\u00f3gina, patriarcal y racista<\/em> -.<\/p>\n<p style=\"text-align: center;\">\n<p>En <strong>Tetsuo, el Hombre de Hierro<\/strong> el punto de vista est\u00e1 puesto exclusivamente en la tecnolog\u00eda. <em> <strong>Si usted vive en mundo infestado de m\u00e1quinas, \u00bfpor qu\u00e9 no convertirse en una de ellas?<\/strong><\/em>. Aqu\u00ed hay un fetichista que goza de incrustarse cosas met\u00e1licas en el cuerpo &#8211; <em>y no hablamos de un piercing sino de un ca\u00f1o de 3 pulgadas en el muslo (!)<\/em> &#8211; y que, en medio de su delirio, sale corriendo por las calles hasta que lo atropella nuestro protagonista. Lo que sigue es un compendio de escenas cada vez m\u00e1s <em>sacadas<\/em>, fruto de una mente afiebrada. Uno no sabe si el protagonista se ha contagiado algo con el accidente automovilistico, o ha caido en un <em>delirium tremens<\/em> y se la pasa viendo alucinaciones. De pronto, una mujer con una mano de metal lo empieza a perseguir; despu\u00e9s est\u00e1 haciendo el amor con su novia y su cuerpo se empieza a transformar en una masa de cables y varillas de metal; su pene se convierte en un taladro (la que debe ser la escena m\u00e1s famosa del filme) y termina empalando a la chica con \u00e9l; y por \u00faltimo se enfrenta con el fetichista, en donde comienzan a asimilarse mutuamente. Pero en el medio hay disparates de todo tipo y color que tienen poco o nada que ver con la historia principal y, para colmo, est\u00e1n rodados con planos bizarros en secuencias que se hacen eternas. Dif\u00edcilmente uno le pueda ver el rostro completo a los protagonistas; aparecen en primer\u00edsimos planos, tomando s\u00f3lo la boca, un ojo, un cuarto de cara, etc. A esto se suma que los di\u00e1logos son escasos, los encuadres retorcidos, y los cambios de escena son ca\u00f3ticos.<\/p>\n<p>El tema es que no hay mucho de historia aqu\u00ed (y la que hay es dif\u00edcil de seguir), sino un compendio de vi\u00f1etas ensayadas por el director sobre el tema del hombre convirti\u00e9ndose en m\u00e1quina. La premisa es buena pero la ejecuci\u00f3n deja mucho que desear (y no es que Tsukamoto sea el David Lynch japon\u00e9s; al menos en los filmes de Lynch las ideas abundan, y ac\u00e1 s\u00f3lo hay reiteraciones de la premisa). Para colmo el director parece enamorado de sus planos y bombardea al espectador con ellos, llegando al punto del aturdimiento visual. A esto se suma que algunas escenas se hacen eternas y a veces hay que adivinar lo que ocurre en pantalla &#8211; hay un par de peleas en donde uno asume de que uno de los protagonistas sali\u00f3 volando hasta la otra punta de la ciudad de un solo golpe (!) -. Y as\u00ed es como uno llega a la conclusi\u00f3n de que Tsukamoto utiliza la excentricidad visual para maquillar lo corto y puntual que son sus ideas. Un esquema narrativo m\u00e1s standard hubiera beneficiado enormemente a la historia sin desmerecer sus valores. Pero, as\u00ed como est\u00e1, <strong>Tetsuo, el Hombre de Hierro<\/strong> bordea la pedanter\u00eda intelectualoide &#8211; uno imagina a cientos de cr\u00edticos intentando descifrar lo indescrifrable del filme, cuando Tsukamoto lo puso all\u00ed simplemente para agregarle exotismo a la historia -. Hay momentos en que la pel\u00edcula parece una versi\u00f3n <em>cyberpunk<\/em> muy alucin\u00f3gena de <strong>Almuerzo Desnudo<\/strong> de Cronenberg &#8211; <em>lo cual es decir demasiado<\/em> -, mezclada con los tonos apocalipticos de <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/akira\/\">Akira<\/a> (en donde el protagonista tambi\u00e9n se llamaba Tetsuo y sufr\u00eda una suerte similar, convirti\u00e9ndose en una especie de ente gigantesco que asimilaba todo). Esto se traduce en <strong><em>planos raros, gente con implantes bizarros, sexo, gente imaginando cosas imposibles, mucha sangre y violencia<\/em><\/strong>. El tema es que semejante c\u00f3ctel, tal como lo presenta Tsukamoto, termina resultando ca\u00f3tico y s\u00f3lo es interesante de a ratos. No creo que <strong>Tetsuo, el Hombre de Hierro<\/strong> sea una obra maestra, pero tampoco es una porquer\u00eda. Es una idea muy original a la que le falta profundidad y tiene una ejecuci\u00f3n mediocre; sino, imaginen lo que David Cronenberg podr\u00eda haber hecho con el mismo tema.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Tetsuo, el Hombre de Hierro (1989): un hombre comienza a convertirse en una masa de metal en este filme de culto de Shinya Tsukamoto. Critica de la pelicula<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/11958"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11958"}],"version-history":[{"count":0,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/11958\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11958"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}