{"id":11548,"date":"2017-09-14T17:33:52","date_gmt":"2017-09-14T17:33:52","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/peeping-tom\/"},"modified":"2024-01-29T19:35:46","modified_gmt":"2024-01-29T22:35:46","slug":"peeping-tom","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/peeping-tom\/","title":{"rendered":"Cr\u00edtica: Tres Rostros Para el Miedo (Peeping Tom) (1960)"},"content":{"rendered":"<h2><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/criticas-1910-1959\/\">Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o<\/a>\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nuestra-critica\/\">Alejandro Franco<\/a><\/h2>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/atomicos-5.webp\" width=\"200\" height=\"40\" \/> <strong>GB, 1960: Karlheinz B\u00f6hm (Mark Lewis), Moira Shearer (Vivian), Anna Massey (Helen Stephens), Maxine Audley (Sra Stephens), Brenda Bruce (Dora)<\/strong><\/p>\n<p><strong>Director: Michael Powell, Gui\u00f3n: Leo Marks<\/strong><\/p>\n<p><strong><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/recomendaciones-editor-indice\/\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"wp-image-24154 size-full aligncenter\" title=\"Recomendaci\u00f3n del Editor\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/recomendacion-editor.jpg\" alt=\"Recomendaci\u00f3n del Editor\" width=\"200\" height=\"40\" \/><\/a><\/strong><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"> <div align=\"center\">\r\n<script async src=\"https:\/\/pagead2.googlesyndication.com\/pagead\/js\/adsbygoogle.js\"><\/script>\r\n<!-- arlequin 2021 horizontal 1 -->\r\n<ins class=\"adsbygoogle\"\r\n     style=\"display:block\"\r\n     data-ad-client=\"ca-pub-7123708303881806\"\r\n     data-ad-slot=\"6568397370\"\r\n     data-ad-format=\"auto\"\r\n     data-full-width-responsive=\"true\"><\/ins>\r\n<script>\r\n     (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});\r\n<\/script>\r\n<\/div><\/p>\n<h3><strong>Trama: <\/strong>Mark Lewis es un joven perturbado apasionado por la fotograf\u00eda y el cine. De d\u00eda, trabaja como t\u00e9cnico en un estudio de filmaci\u00f3n; y de noche, sale a levantar prostitutas solo para acosarlas y filmarlas cuando las mata. Su vecina, Helen Stephens, ha irrumpido en su departamento y muestra un gran inter\u00e9s por el joven. Ahora Mark se ha enamorado de Helen, pero la situaci\u00f3n sobrepasa su fragil estabilidad emocional, y el joven caer\u00e1 en en una espiral de destrucci\u00f3n y muerte. Sin poder frenar sus instintos sic\u00f3patas, Mark ha montado el acto final de su perturbada vida; y se prepara para filmarlo en primer plano.<\/h3>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"aligncenter wp-image-28446 size-full\" title=\"Cr\u00edtica: Tres Rostros Para el Miedo (Peeping Tom) (1960)\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-peeping-tom.jpg\" alt=\"Cr\u00edtica: Tres Rostros Para el Miedo (Peeping Tom) (1960)\" width=\"850\" height=\"400\" srcset=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-peeping-tom.jpg 850w, http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-peeping-tom-300x141.jpg 300w, http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-peeping-tom-768x361.jpg 768w\" sizes=\"(max-width: 850px) 100vw, 850px\" \/><\/p>\n<p>La expresi\u00f3n brit\u00e1nica <em>Peeping Tom<\/em> viene de la leyenda de Lady Godiva (1040 &#8211; 1080), en donde la noble dama decidi\u00f3 pasearse desnuda por las calles inglesas en protesta por una suba desmedida de impuestos. Al parecer uno de los testigos del evento vi\u00f3 a la dama en traje de Eva y termin\u00f3 por quedarse ciego. Desde ese entonces, <em>Peeping Tom<\/em> ha quedado en la lengua inglesa como sin\u00f3nimo de<em> voyeur<\/em>.<\/p>\n<p><em>Fast forward<\/em> en el tiempo. Ni bien empezaba la decada en 1960. Michael Powell era un director ingl\u00e9s de s\u00f3lido prestigio. En ese a\u00f1o decidi\u00f3 despacharse con un film realmente avanzado para su tiempo, que trataba de un fot\u00f3grafo y porn\u00f3grafo que le encantaba matar prostitutas y gozaba viendo las filmaciones de sus muertes. No s\u00f3lo era sexualmente escabroso, sino que el asesino serial resultaba ser una persona emp\u00e1tica con el p\u00fablico &#8211; en vez de ser el villano, la audiencia lo percib\u00eda como una v\u00edctima de los terribles hechos que hab\u00eda pasado en su vida -. La ultraconservadora cr\u00edtica inglesa la defenestr\u00f3 muy mal, y <strong>Peeping Tom<\/strong> pas\u00f3 a convertirse en una pel\u00edcula maldita, quedando relegada a la oscuridad y hundiendo la carrera de Powell. Mientras tanto, del otro lado del Atl\u00e1ntico, Alfred Hitchcock tomaba nota. Si bien <strong>Peeping Tom<\/strong> se estren\u00f3 tan solo tres meses antes que <strong>Psicosis<\/strong>, Hitchcock decidi\u00f3 no cometer los mismos errores de Powell. Le neg\u00f3 las exhibiciones de <em>preview<\/em> a la prensa, y decidi\u00f3 que el p\u00fablico se expresara por s\u00ed mismo. El enorme \u00e9xito de taquilla de <strong>Psicosis<\/strong> contribuy\u00f3 a que la cr\u00edtica se viera obligada a rever su postura frente al filme de Hitchcock. Pero en Inglaterra, la pel\u00edcula de Powell s\u00f3lo acumulaba escarnios y polvo en los estantes&#8230;<\/p>\n<p><em>Nuevo fast forward en el tiempo<\/em>. Fines de la d\u00e9cada del setenta. Martin Scorsese era un director en auge gracias a <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/taxi-driver\/\">Taxi Driver<\/a> y <strong>New York, New York<\/strong>. Desde sus \u00e9pocas como estudiante de cine Scorsese se encontraba tras la pista de <strong>Peeping Tom<\/strong>; y cuando pudo acceder a una copia, comprendi\u00f3 que se trataba de una obra maestra. Recaudando fondos, Scorsese decidi\u00f3 financiar el reestreno del filme en c\u00edrculos de cine arte, e inmediatamente fue aclamado. Por fin Michael Powell recibi\u00f3 el cr\u00e9dito que la historia le ven\u00eda negando.<\/p>\n<p>En realidad el calificativo de <em>&#8220;la <strong>Psicosis<\/strong> inglesa&#8221;<\/em> no le queda nada mal a <strong>Tres Rostros para el Miedo<\/strong>. Aqu\u00ed nadie ha copiado a nadie, ya que los proyectos de Powell y Hitchcock corrieron en paralelo y ocurri\u00f3 una de esas raras coincidencias que depara la historia. Ambos filmes tienen un perfil similar &#8211; asesino serial; joven reprimido y perturbado por los abusos familiares; una doble vida -, lo que difieren es en el enfoque. El proceso de ver <strong>Peeping Tom<\/strong> es en s\u00ed una experiencia <em>voyeur<\/em>, ya que el asesino rueda en primer plano los asesinatos y nos convierte en part\u00edcipes. A su vez, es el abuelo de todo el g\u00e9nero <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/diccionario-cine\/\">snuff<\/a>; el man\u00edaco encuentra solaz recreando los momentos de sus cr\u00edmenes al proyectarlos una y otra vez en una pantalla de cine.<\/p>\n<p><strong>Peeping Tom<\/strong> es un filme realmente inteligente. Quiz\u00e1s el tema aqu\u00ed pase porque a Michael Powell le interesa m\u00e1s realizar un an\u00e1lisis forense de la mente de un asesino antes que el terror y el suspenso en s\u00ed. Mientras que Powell filma correctamente tanto los asesinatos como el descubrimiento de los cuerpos, uno se imagina lo que podr\u00eda haber hecho Hitchcock con semejante material &#8211; en especial en la secuencia de la filmaci\u00f3n en el estudio, en donde una actriz simula abrir ba\u00fales sin saber que se va a encontrar con un cad\u00e1ver -. Pero por otra parte, Powell pone mucha energ\u00eda para pintar a Mark Lewis de cuerpo entero. Es un individuo sin vida propia; s\u00f3lo se siente vivo a trav\u00e9s de lo que filma con su c\u00e1mara, y tiene una desmedida obsesi\u00f3n por lo morboso y lo sexual &#8211; se queda contemplando a las parejas que se besan; se deslumbra con el rostro de una mujer desfigurada por un labio leporino; y, en especial, el ver el terror en la cara de la gente lo pone euf\u00f3rico -. La interpretaci\u00f3n de Karl Bohn es excelente, porque va de lo reprimido y amanerado a lo descontrolado. El personaje de Bohn nunca est\u00e1 en equilibrio, incluso cuando tiene la cita con Anna Massey (a quien vimos hace poco en el sicothriller de Hitchcock <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/frenesi\/\">Frenes\u00ed<\/a>); todo el tiempo se expande y se contrae, se refugia en su caparaz\u00f3n o tiene r\u00e1fagas de euforia. Y a\u00fan con todos sus intentos de camuflar su personalidad, la misma no pasa desapercibida para distintos caracteres de la historia. En especial, para el fabuloso personaje de la madre de Helen Stephens &#8211; una mujer ciega que percibe la extra\u00f1a energ\u00eda del joven -. Cuando la Sra Stephens irrumpe en la sala de proyecci\u00f3n privada de Mark, se produce una tensi\u00f3n memorable. Su instinto de madre le manda se\u00f1ales de alerta sobre el joven &#8211; aunque no sabe espec\u00edficamente qu\u00e9 es lo que pasa con \u00e9l &#8211; ; y mientras ella le dice que demasiado cine no es bueno y que debe buscar ayuda, Mark est\u00e1 proyectando precisamente la cinta de uno de los asesinatos. Es una escena excelente.<\/p>\n<p><strong>Peeping Tom<\/strong> est\u00e1 llena de excelentes elaboraciones sicol\u00f3gicas acerca del perfil de un asesino serial. El padre era otro enfermo que lo filmaba todo el tiempo y estudiaba sus reacciones &#8211; despertando al ni\u00f1o a cualquier hora de la noche; aterr\u00e1ndolo con lagartijas; poni\u00e9ndolo cerca de situaciones inc\u00f3modas como una pareja haci\u00e9ndose arrumacos muy acalorados en el parque -, y termin\u00f3 por transmitirle sus insanas obsesiones al hijo. As\u00ed es que Mark Lewis se convirti\u00f3 en una especie de <em>versi\u00f3n 2.0<\/em> de su padre, pero con la diferencia de que su vida sexual pasa por la visi\u00f3n de pel\u00edculas <em>snuff<\/em> que \u00e9l mismo filma. Lo que a Mark le excita es el terror en la cara de sus v\u00edctimas (que para \u00e9l ser\u00edan expresiones org\u00e1smicas). Es por eso que, al final, le dice a Helen Stephens:<em> &#8220;oc\u00faltate, no me dejes ver tu cara si est\u00e1s aterrorizada&#8221;<\/em>. Se alimenta del p\u00e1nico de sus v\u00edctimas; eso lo descontrola de manera salvaje.<\/p>\n<p><strong>Peeping Tom<\/strong> es una pel\u00edcula excelente. Lo suyo no pasa por el suspenso ni por el shock, sino por la exploraci\u00f3n de las intimidades de un asesino serial. Mark Lewis es un individuo enfermo, pero est\u00e1 m\u00e1s cerca de nuestra piedad que de nuestro odio. Uno puede entender c\u00f3mo es que ha llegado a ese punto. Y si se quiere, en el momento de conocer a Helen Stephens ha quedado condenado. Es que su atormentada vida no pudo resistir la incursi\u00f3n de la normalidad. Helen le brind\u00f3 su amor; la madre de Helen le ofreci\u00f3 su sentido com\u00fan para que obtenga una gu\u00eda; pero el pobre Mark ya estaba en un estad\u00edo demasiado avanzado de su enfermedad, y ya no hay redenci\u00f3n posible. Si se quiere, Mark termina transform\u00e1ndose en una figura rom\u00e1ntica tr\u00e1gica, ya que ha decidido acelerar su proceso de autodestrucci\u00f3n despu\u00e9s de conocer a Helen, y posiblemente con el fin de que la chica pueda salvarse. Eso lo acerca a otros personajes tr\u00e1gicos de la literatura &#8211; como <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/fantasma-1925\/\">El Fantasma de la Opera<\/a> y <strong>El Jorobado de Notre Dame<\/strong> -, en donde el protagonista alcanza cinco minutos de felicidad s\u00f3lo para darse cuenta de que no puede lidiar con su naturaleza y de que est\u00e1 condenado. La bella termina siendo el faro que anuncia el final del viaje para el monstruo. Y es lo que ocurre con este cl\u00e1sico recuperado de Michael Powell.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Tres Rostros Para el Miedo (Peeping Tom) (1960): la historia de un voyeur y asesino serial en esta obra maestra de Michael Powell y considerada como la Psycho brit\u00e1nica. Critica de la pelicula<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/11548"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11548"}],"version-history":[{"count":1,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/11548\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":35005,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/11548\/revisions\/35005"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11548"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}