{"id":11471,"date":"2017-09-14T17:33:32","date_gmt":"2017-09-14T17:33:32","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nekromantik\/"},"modified":"2019-09-02T03:08:51","modified_gmt":"2019-09-02T06:08:51","slug":"nekromantik","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nekromantik\/","title":{"rendered":"Cr\u00edtica: Nekromantik (1987) de Jorg Buttgereit"},"content":{"rendered":"<p style=\"text-align: center;\">\n<h2><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/criticas-1910-1959\/\">Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o<\/a>\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nuestra-critica\/\">Alejandro Franco<\/a><\/h2>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/atomicos-4.webp\" width=\"200\" height=\"40\" \/> <strong>Alemania, 1987: Daktari Lorenz (Robert), Beatrice M. (Betty), Harald Lundt (Bruno), Collosseo (Joe), J.S.A. (Henri Boeck)<\/strong><\/p>\n<p><strong>Director: Jorg Buttgereit, Gui\u00f3n: Jorg Buttgereit y Franz Rodenkirchen<\/strong><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"> <div align=\"center\">\r\n<script async src=\"https:\/\/pagead2.googlesyndication.com\/pagead\/js\/adsbygoogle.js\"><\/script>\r\n<!-- arlequin 2021 horizontal 1 -->\r\n<ins class=\"adsbygoogle\"\r\n     style=\"display:block\"\r\n     data-ad-client=\"ca-pub-7123708303881806\"\r\n     data-ad-slot=\"6568397370\"\r\n     data-ad-format=\"auto\"\r\n     data-full-width-responsive=\"true\"><\/ins>\r\n<script>\r\n     (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});\r\n<\/script>\r\n<\/div><\/p>\n<h3><strong>Trama: <\/strong>Robert trabaja en una agencia funeraria que se encarga de recoger los cad\u00e1veres de accidentes y homicidios. Pero en su vida particular Robert y su concubina Betty tienen un inusual fetichismo con la muerte. Su casa est\u00e1 llena de \u00f3rganos y fragmentos de cadaveres que Robert ha ido tomando de su trabajo. Un d\u00eda debe deshacerse de un cuerpo hallado en un ba\u00f1ado, pero Robert decide rob\u00e1rselo y llevarlo a su casa. Pronto \u00e9l y Betty comenzar\u00e1n una relaci\u00f3n necrof\u00edlica con el cadaver, pero las cosas empiezan a salirse de madre cuando pierde su puesto en la funeraria y Betty lo abandona, llev\u00e1ndose el cuerpo consigo. Lo que sigue es una espiral descendente de destrucci\u00f3n, donde Robert s\u00f3lo encuentra placer con los muertos.<\/h3>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/2017\/09\/boton-nekromantik.jpg\" alt=\"Nekromantik\" width=\"120\" height=\"160\" \/> En los a\u00f1os 70 hacer cine extremo era rentable. Los primeros pasos datan de la \u00e9poca del seudo documental <strong>Salvaje Mondo Cane<\/strong>, donde aparec\u00edan falsas muertes y accidentes; despu\u00e9s llegar\u00eda toda la oleada del hiper sangriento cine de horror italiano, con <strong>Zombie<\/strong> y <strong>Holocausto Canibal<\/strong> entre otros t\u00edtulos. Una mala prensa, la prohibici\u00f3n en varios pa\u00edses o una poda salvaje de la censura aseguraban un <em>status<\/em> de culto autom\u00e1tico y la circulaci\u00f3n clandestina de dichas pel\u00edculas de mano en mano. Y donde se pod\u00edan estrenar, la gente acud\u00eda en masa a ver la curiosidad (el por qu\u00e9 hab\u00edan sido prohibidas).<\/p>\n<p>No hay mejor mecanismo publicitario que la censura. En una gran cantidad de pa\u00edses que, en aquella \u00e9poca, viv\u00edan bajo el dominio de las dictaduras de turno, la existencia de una lista negra de filmes terminaba por ser una inversi\u00f3n a largo plazo. Ca\u00eddos los r\u00e9gimenes <em>de facto<\/em>, los estrenos en masa de filmes prohibidos aseguraban enormes recaudaciones de taquilla. La \u00e9poca del <em>destape<\/em> &#8211; algo que comenz\u00f3 con la ca\u00edda de los reg\u00edmenes militares sudamericanos o la muerte de Franco en Espa\u00f1a y el regreso a la democracia &#8211; gener\u00f3 una industria de corto plazo enormemente lucrativa. <em>La gente acud\u00eda en masa a ver pel\u00edculas que, si no hubieran estado prohibidas, jam\u00e1s las hubieran visto.<\/em> Algunas muestras gruesas del terror italiano, el cine pol\u00edtico y por supuesto la pornograf\u00eda.<\/p>\n<p><strong>Nekromantik<\/strong> es una entrada tarde a la larga lista de filmes prohibidos, del cuales todo el mundo habla y se moviliza por verlo (o saber de qu\u00e9 trata). Es bastante dif\u00edcil calificar a <strong>Nekromantik<\/strong>, aunque una definici\u00f3n bastante acertada ser\u00eda la de ser cine <em>exploitation<\/em> con ideas. Existen momentos en que pareciera un film de David Cronenberg con un gui\u00f3n escrito por el John Waters de los inicios. Algunas ideas del film son bastante inteligentes pero la mayor parte del tiempo est\u00e1 filmado con extremo mal gusto. Si bien el tema central de la pel\u00edcula &#8211; la necrofilia &#8211; es tabu (ahora y siempre), creo que el mismo gui\u00f3n podr\u00eda haberse filmado con trazos mas finos y menos expl\u00edcitos. Existen momentos en que la pel\u00edcula muestra tener algunos vuelos art\u00edsticos &#8211; sin ir m\u00e1s lejos, el cl\u00edmax parece un paralelo a <strong>El Imperio de los Sentidos<\/strong> de Nagisa Oshima, otro film prohibido por la censura -, pero la gran mayor\u00eda de las escenas parece ser pornograf\u00eda extrema.<\/p>\n<p style=\"text-align: center;\">\n<p>Obviamente la calidad del film es extremadamente amateur. La fotograf\u00eda es oscura, las actuaciones blandas, y el presupuesto cero se nota. Los efectos especiales de accidentes y cadaveres lucen terriblemente falsos y exagerados, aunque para su \u00e9poca debieron resultar impresionantes. La mayor parte del tiempo la direcci\u00f3n es correcta, aunque haya un par de secuencias en las que a Buttgereit se le dispara el delirio.<\/p>\n<p>Robert y Betty son una pareja de individuos enfermos, obsesionados con coleccionar partes humanas de los cadaveres que \u00e9l recoge en su trabajo diario. Como figura en el documental que Robert ve en la TV, cuando uno se acerca demasiado a algo que le produce fobia, la mente humana puede reaccionar de modo totalmente opuesto y terminar de abrazarla hasta convertirse en obsesi\u00f3n. En este caso la repulsi\u00f3n de Robert hacia los muertos se transforma en fetichismo. El paso siguiente es la comuni\u00f3n carnal con los cad\u00e1veres. Robert roba uno de ellos, le fabrican un miembro de madera y pronto se encuentran teniendo un <em>menage a trois<\/em> con Betty.<\/p>\n<p>La escena en que los tres hacen el amor est\u00e1 bastante bien filmada, con imagenes ralentizadas y un buen juego de sombras. Hay momentos de trazo realmente grueso, como Robert chupeteando el ojo del cad\u00e1ver, que no eran necesarios. Despu\u00e9s en la escena siguiente ellos comen pl\u00e1cidamente un grueso bife (de carne com\u00fan, aclaremos) mientras desangran al cad\u00e1ver en la pared de la pieza &#8211; esta escena me resulta m\u00e1s chocante que cuando hacen el amor -. Aclaremos que el cuerpo est\u00e1 en un avanzado estado de putrefacci\u00f3n.<\/p>\n<p>Donde comienza el espiral dram\u00e1tico descendente es con la p\u00e9rdida del trabajo de Robert. Betty se va y se lleva el cadaver (<em>deb\u00eda ser parte de sus bienes gananciales!<\/em>), y Robert comienza un declive autodestructivo. La secuencia en que agarra al gato de Betty, lo mete en una bolsa y lo destroza contra la pared como venganza no s\u00f3lo es gratuita sino pat\u00e9tica. Mucho mejor desarrollada est\u00e1 la escena siguiente, donde Robert va a ver un film de terror <em>slasher<\/em> (que para \u00e9l, ser\u00eda el equivalente de ver una pel\u00edcula pornogr\u00e1fica). Ese es un momento realmente inteligente del film, en donde el necrof\u00edlico se aburre a todas luces con el patetismo de las muertes que muestran en la pantalla, mientras que en la platea la gente lo disfruta o se pone <em>cachonda<\/em> (en el caso de las parejas). Como en <strong>Crash<\/strong> de Cronenberg, el punto es que la muerte termina siendo afrodis\u00edaca. Para Robert es el contacto directo &#8211; la necrofilia -; para el resto de los humanos normales, su rechazo y el horror que provoca nos hace buscar lo inmediatamente opuesto &#8211;<em> el contacto fisico con humanos &#8230; vivos<\/em> -. Quiz\u00e1s sea un clis\u00e9 pero \u00bfcuantas parejas adolescentes han ido a ver filmes de terror y han terminado m\u00e1s ocupados en sus butacas que atendiendo el desarrollo de la pel\u00edcula?.<\/p>\n<p>Lo que sigue es bastante obvio. Robert sale a buscar una prostituta y s\u00f3lo puede mantener relaciones con ella cuando la mata. Y en la b\u00fasqueda del mayor placer termina por matarse con un cuchillo mientras tiene su \u00faltimo y m\u00e1ximo orgasmo &#8211; aqu\u00ed viene la referencia a Oshima -. La idea de la escena est\u00e1 bien, pero est\u00e1 filmada del modo m\u00e1s grueso posible, con un pene obviamente falso y toneladas de jugo de tomate salpicando las paredes. El minuto final, en que Betty llega al cementerio para robarse el cad\u00e1ver de Robert redondea el concepto del film de modo brillante.<\/p>\n<p>No es un film para est\u00f3magos sensibles. Tampoco es una pel\u00edcula que volver\u00eda a ver. Algunas ideas del gui\u00f3n redimen al film de ser una basura completa, y la mayor parte del tiempo me sent\u00ed encontrando mensajes que el director transmit\u00eda con la pel\u00edcula. Sorprendentemente he sentido que, como espectador, Buttgereit me manejaba los tiempos y las sensaciones: aqu\u00ed un momento de comedia, otro all\u00e1 para pensar, ac\u00e1 un momento para horrorizarse y asquearse. No es cine arte del mal gusto pero por momentos se le aproxima.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Nekromantik: el prohibidisimo film de culto de Jorg Buttgereit sobre la necrofilia. Critica de la pelicula<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/11471"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11471"}],"version-history":[{"count":0,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/11471\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11471"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}