{"id":11313,"date":"2017-09-14T17:32:49","date_gmt":"2017-09-14T17:32:49","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/m\/"},"modified":"2024-01-11T18:21:23","modified_gmt":"2024-01-11T21:21:23","slug":"m","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/m\/","title":{"rendered":"Cr\u00edtica: M, El Vampiro de Dusseldorf, de Fritz Lang (M) (1931)"},"content":{"rendered":"<h2><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/criticas-1910-1959\/\">Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o<\/a>\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nuestra-critica\/\">Alejandro Franco<\/a><\/h2>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/atomicos-5.webp\" width=\"200\" height=\"40\" \/> <strong>Alemania, 1931: Peter Lorre (Franz Becker), Otto Wernicke (Inspector Lohmann), Gustaf Grundgens (Schranker), Friedrich Gnass (Franz) <\/strong><\/p>\n<p><strong>Director: Fritz Lang, Gui\u00f3n: Fritz Lang, Paul Falkenberg, Adolf Jansen, Karl Vash, Thea von Harbou &amp; Fritz Arno Wagner, Musica &#8211; Adolf Jansen<\/strong><\/p>\n<p><strong><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/recomendaciones-editor-indice\/\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"wp-image-24154 size-full aligncenter\" title=\"Recomendaci\u00f3n del Editor\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/recomendacion-editor.jpg\" alt=\"Recomendaci\u00f3n del Editor\" width=\"200\" height=\"40\" data-wp-editing=\"1\" \/><\/a><\/strong><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"> <div align=\"center\">\r\n<script async src=\"https:\/\/pagead2.googlesyndication.com\/pagead\/js\/adsbygoogle.js\"><\/script>\r\n<!-- arlequin 2021 horizontal 1 -->\r\n<ins class=\"adsbygoogle\"\r\n     style=\"display:block\"\r\n     data-ad-client=\"ca-pub-7123708303881806\"\r\n     data-ad-slot=\"6568397370\"\r\n     data-ad-format=\"auto\"\r\n     data-full-width-responsive=\"true\"><\/ins>\r\n<script>\r\n     (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});\r\n<\/script>\r\n<\/div><\/p>\n<h3><strong>Trama: <\/strong>Berlin, la d\u00e9cada del 30. Un asesino serial acosa la ciudad y su blanco son las ni\u00f1as. El sic\u00f3pata ha dado muerte a 8 ni\u00f1as y la paranoia urbana cunde, sumiendo a la ciudad en la desesperaci\u00f3n. Todos los intentos por localizar al homicida han sido infructuosos, desde el rastreo de pacientes siqui\u00e1tricos dados de alta hasta m\u00faltiples redadas en los bajos fondos. Precisamente el crimen organizado decide ponerse en marcha y atrapar al asesino, para poder quitarse a la fuerza policial de encima, ya que arruina todos sus negocios. Organizando a los mendigos en equipos y asignando zonas, el mundo del crimen rastrea la ciudad en busca del homicida. Pero un ciego, vendedor ambulante de globos, ha cre\u00eddo reconocer a un sospechoso por su tonada &#8211; silba constantemente un tema de la obra de Grieg <em>Peer Gynt<\/em> -, a quien le ha vendido el mismo d\u00eda que asesinaron a la \u00faltima ni\u00f1a. Ahora, acompa\u00f1ado por otra menor, el sospechoso es seguido a sol y sombra por mendigos y ladrones hasta que termina por quedar en evidencia e intenta escapar, pero es atrapado y llevado frente a un tribunal conformado por miembros del bajo mundo, que esperan darle un juicio sumario y ajusticiarlo con sus propias manos.<\/h3>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"aligncenter wp-image-28561 size-full\" title=\"Cr\u00edtica: M, El Vampiro de Dusseldorf, de Fritz Lang (M) (1931)\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-m-vampiro-dusseldorf.jpg\" alt=\"Cr\u00edtica: M, El Vampiro de Dusseldorf, de Fritz Lang (M) (1931)\" width=\"850\" height=\"400\" srcset=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-m-vampiro-dusseldorf.jpg 850w, http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-m-vampiro-dusseldorf-300x141.jpg 300w, http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-m-vampiro-dusseldorf-768x361.jpg 768w\" sizes=\"(max-width: 850px) 100vw, 850px\" \/><\/p>\n<p>Cuando se hablan de grandes directores siempre se mencionan a Kubrick y a Welles. En la misma bolsa puede entrar Spielberg, unos cuantos directores italianos y franceses, David Lynch, etc. Pero uno tiene la duda de si el mejor director de todos no podr\u00eda ser Fritz Lang &#8211; <em>una calificaci\u00f3n siempre cuestionable, ya que todos los juicios son subjetivos<\/em> -. A medida que uno empieza a explorar la obra de Lang &#8211; <em>fundamentalmente su etapa germ\u00e1nica, que es la que le diera renombre<\/em> -, comienza a descubrir no s\u00f3lo a un excelente director de actores, un gran creador de climas sino tambi\u00e9n a un absoluto innovador del lenguaje cinematogr\u00e1fico. El manejo de c\u00e1maras que hace Lang es impresionante &#8211;<em> utiliza \u00e1ngulos, realiza paneos, arma coreograf\u00edas, compone con tonos y sombras<\/em> -. Uno ve los films de Fritz Lang hoy y ve una direcci\u00f3n absolutamente moderna, lo que quiere decir que desde los a\u00f1os 30 a esta parte todo el mundo ha aprendido de la escuela de arte del alem\u00e1n.<\/p>\n<p>Es posible que Lang no sea tan revolucionario en cuanto a sus tem\u00e1ticas, tal como Kubrick, o un tipo que arme cr\u00edticas al sistema con elaborados mecanismos de relojer\u00eda como Welles. Lo que a uno le da la impresi\u00f3n es que la etapa m\u00e1s creativa de Lang &#8211; <em>en Alemania hasta 1934, cuando huye de Europa<\/em> &#8211; proviene de la sociedad art\u00edstica con su esposa, la guionista Thea Von Harbou. Sin Von Harbou Lang sigue siendo un gran director, pero no uno memorable. Las obras que todos recuerdan hoy son las guionadas por su esposa. A veces excesivas, a veces ingenuas, pero nunca convencionales.<\/p>\n<p>Si bien <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/metropolis\/\">Metr\u00f3polis<\/a> es considerada su obra maestra &#8211; <em>a pesar de sus defectos argumentales<\/em> -, <strong>M<\/strong> es sin duda una de sus obras m\u00e1s maduras y mejor constru\u00eddas. El gui\u00f3n no tiene fallos de ning\u00fan tipo &#8211; <em>es tan s\u00f3lido que podr\u00eda filmarse hoy nuevamente sin retocar una l\u00ednea<\/em> -, y no s\u00f3lo establece un molde sobre el cual se perfilar\u00edan el resto de los asesinos seriales cinematogr\u00e1ficos de ah\u00ed en m\u00e1s sino que adem\u00e1s Lang se da el lujo de realizar algunas piruetas con la c\u00e1mara totalmente innovadoras.<\/p>\n<p><strong>M<\/strong> est\u00e1 inspirado en los hechos ocurridos en los a\u00f1os 20 en Alemania, donde el asesino serial Franz Kurten asol\u00f3 la ciudad de Dusseldorf &#8211;<em> un error com\u00fan es indicar que el t\u00edtulo es <strong>M, el Vampiro de Dusseldorf,<\/strong> cuando en realidad la acci\u00f3n del film transcurre en Berl\u00edn<\/em> -. Lo que fascin\u00f3 a Lang del proyecto fue que, al momento que Kurten realizaba sus andanzas, el bajo mundo pareci\u00f3 organizarse de modo de intentar atraparlo para frenar la impresionante presi\u00f3n policial. M toma esa idea y la expande, lo que da un argumento con un punto de vista absolutamente diferente al tradicional &#8211;<em> la mayor parte de la historia pasa por el relato del crimen organizado, las relaciones con los mendigos, la creaci\u00f3n de equipos de vigilancia, y toda la operaci\u00f3n que montan para vigilar las calles hasta dar con el asesino<\/em> -. La polic\u00eda est\u00e1, pero Lang muestra breves pantallazos de su actividad &#8211;<em> en general, lo que muestra es su inoperancia<\/em> &#8211; y los h\u00e9roes terminan por ser los mismos criminales. Uno podr\u00eda decir que puede haber alg\u00fan paralelismo entre esa parte de la historia y la vida real de la Alemania de los a\u00f1os 30 &#8211; <em>los villanos son m\u00e1s eficientes que las instituciones burocr\u00e1ticas, por alusi\u00f3n a la eficacia de la maquinaria pol\u00edtica nazi de aquel entonces<\/em> -.<\/p>\n<p>Lo que sigue es un relato que por momentos sigue un ritmo documental, sin protagonistas, sino simplemente vi\u00f1etas. Aqu\u00ed es cuando Lang comienza a utilizar todo tipo de planos extra\u00f1os, sean cenitales, vistos desde el suelo o desde una esquina. Algunos cr\u00edticos (algo delirantes) intentan traducirlo como la presencia de un esp\u00edritu maligno que sobrevuela la ciudad. Es m\u00e1s l\u00f3gico pensarlo como planos disparatados porque la situaci\u00f3n es disparatada &#8211; <em>cuando las escenas comienzan a hilvanarse hacia el final, los planos son m\u00e1s tradicionales<\/em> -. Si el mundo est\u00e1 dado vuelta, Lang lo filma dado vuelta. Al espectador le da una sensaci\u00f3n inc\u00f3moda &#8211; <em>hay escenas donde las cabezas de la gente aparecen cortadas, por ejemplo<\/em> &#8211; y me resulta m\u00e1s obvio que el prop\u00f3sito de Lang fuera ese. Adem\u00e1s Lang se anima a hacer algunos pases que son innovadores, si bien le quedan algo desprolijos por la ausencia de medios t\u00e9cnicos para la \u00e9poca; por ejemplo, hace una toma desde las escaleras internas de un edificio y empieza a meterse dentro de uno de los departamentos, o bien sigue a una multitud a trav\u00e9s de las escaleras desde atr\u00e1s. Es notable porque uno lo imagina al director con la pesada c\u00e1mara al hombro intentando hacer algo d\u00e9cadas antes que se inventara la <strong>steadycam<\/strong>.<\/p>\n<p>Por si los planos no fueran suficientes, Lang aprovecha para jugar con las sombras. A Peter Lorre s\u00f3lo lo conocemos de frente a la noche, mientras que de d\u00eda s\u00f3lo se ven sombras de \u00e9l o su imagen de espaldas. Su verdadera personalidad es nocturna &#8211; <em>el mal s\u00f3lo sale de noche<\/em> -. Incluso Lang aprovecha a insertar un recurso que despu\u00e9s se convertir\u00eda en un clis\u00e9 de la industria, al darle un<em> leit motiv<\/em> sonoro al asesino &#8211;<em> silbar Peer Gynt (una melod\u00eda que acelera progresivamente, tal como el estado mental del protagonista) cuando se encuentra &#8220;entonado&#8221;<\/em> &#8211; que sirve para seguir sus transformaciones. Si mal no recuerdo, la versi\u00f3n de <strong>Jekyll y Hyde<\/strong> con Spencer Tracy hace un uso id\u00e9ntico del mismo recurso.<\/p>\n<p>Pasado el primer momento de los planos retorcidos y la paranoia, comenzamos a descubrir al asesino y a los antagonistas. Aqu\u00ed el relato deja de ser tradicional &#8211; <em>no se trata de qui\u00e9n es el asesino o el por qu\u00e9, sino de c\u00f3mo lo van a atrapar y qui\u00e9n lo har\u00e1<\/em> -. En vez de seguir la \u00f3ptica policial tradicional, Lang se enfoca en los bajos fondos, donde los criminales resultan ser m\u00e1s pragm\u00e1ticos que la polic\u00eda. Y mientras la cacer\u00eda humana comienza, empezamos a ver a Peter Lorre en acci\u00f3n. Los primeros planos de Lorre no son muy convincentes, pero el momento dura poco hasta que el actor logra dar con el personaje. Si bien Peter Becker es un asesino, es obvio &#8211;<em> ante los ojos del espectador moderno<\/em> &#8211; que tambi\u00e9n es un ped\u00f3filo. Cuando Lorre ve a la ni\u00f1a a trav\u00e9s del reflejo del cristal en la jugueter\u00eda y se aferra al pasamanos, hay un sutil movimiento que parece un contoneo sexual. Uno ve a Becker sudando, con la boca seca, desesperado, incapaz de silbar. Incluso cuando el asesino va al bar a tomar un co\u00f1ac, su imagen &#8211;<em> tapada por los arbustos que adornan al establecimiento<\/em> &#8211; hace suponer que intenta masturbarse en vano. A m\u00ed me parece obvio, pero en las cr\u00edticas que uno ve en la red no encuentra referencias a dicha escena.<\/p>\n<p>Lo que sigue es la caza del hombre. Como una manada de depredadores, uno alerta sobre la presa &#8211; reconocida por el ciego &#8211; y el resto comienza a acercarse de a poco. Hay un chispazo de tensi\u00f3n cuando Lorre y la nueva v\u00edctima &#8211; <em>que andan de la mano, comiendo dulces por la calle<\/em> &#8211; paran en una panader\u00eda, y el asesino saca una navaja&#8230; para pelar una naranja. Pero el rostro de Peter Lorre es imperdible, especialmente cuando el mendigo lo choca para dejarle una M (de <em>Morder<\/em>, asesino en alem\u00e1n) estampada con tiza en su espalda. Es una expresi\u00f3n de p\u00e1nico inconmensurable, de que casi lo descubren en su juego, y la escalada paranoica empieza a descarrilarse, viendo dos, tres y m\u00e1s mendigos comenzando a rodearlo.<\/p>\n<p>Todo lo que sigue es excelente; la huida dentro de la f\u00e1brica, la organizaci\u00f3n de un escuadr\u00f3n de criminales que irrumpe en la misma, domina a los guardias y comienza una b\u00fasqueda sistem\u00e1tica del asesino dentro de las enormes instalaciones. La revelaci\u00f3n de su paradero por los ruidos que hacen los intentos de Becker de fugarse del desv\u00e1n donde se ha refugiado y ha sido encerrado accidentalmente por los vigilantes. Lo \u00fanico que podr\u00eda achac\u00e1rsele a Lang es su desv\u00edo en este punto hacia la \u00f3ptica policial, con el criminal rezagado que es apresado y que termina por decirle a las autoridades que Becker ha sido secuestrado, y que va a ser juzgado y ajusticiado. Se hace algo largo, ya que uno quiere ver qu\u00e9 es lo que va a pasar con el asesino.<\/p>\n<p>Y est\u00e1 la escena del juicio por parte de los bajos fondos. No es una secuencia real sino mas bien teatral &#8211; <em>lo normal hubiera sido el linchamiento inmediato<\/em> -, pero Lang dispone de un jurado enorme, el asesino e incluso un seudo abogado defensor que en realidad lo que hacen es exponer los puntos de vista de los guionistas sobre el tema. Los paralelismos a la Alemania de los 30 siguen, con los criminales aborreciendo a las leyes por considerarlas blandas, y que terminar\u00edan por perdonarle la vida a Becker &#8211;<em> una amnist\u00eda, internarlo en un siqui\u00e1trico y darle el alta en unos a\u00f1os, etc<\/em> -, con lo cual la \u00fanica justicia posible es la que imparten ellos, el pueblo, y no las instituciones. Por el otro lado, est\u00e1 el defensor que alega que Becker est\u00e1 insano y no es responsable de sus actos. Y por \u00faltimo la actuaci\u00f3n de su vida para Peter Lorre, que pasa de ser un hombrecillo asustadizo a uno atormentado, y despu\u00e9s a un acusador que enfrenta a sus captores &#8211; <em>&#8220;ustedes no pueden juzgarme, no est\u00e1n en condiciones, tienen tantos cr\u00edmenes como yo&#8221;<\/em> -. El relato de las causas de su man\u00eda asesina es memorable: el escuchar las dos voces, el sentir un fuego interior, el no poder frenarse, el intentar huir de s\u00ed mismo todo el d\u00eda&#8230; F\u00edjense cu\u00e1ntos asesinos seriales del cine han copiado este patr\u00f3n y este discurso.<\/p>\n<p>Es una pel\u00edcula formidable, que mantiene su impacto y tiene un lenguaje cinematogr\u00e1fico notablemente moderno. Es memorable, y est\u00e1 dirigida con una destreza envidiable. Esperamos pronto poder conseguir m\u00e1s obras de la etapa germ\u00e1nica de Lang para continuar disfrutando de tan excelso (y avanzado para su \u00e9poca) artista.<\/p>\n<h4>M, EL VAMPIRO DE DUSSELDORF<\/h4>\n<h5><em>Ac\u00e1 revisamos el original de Fritz Lang <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/m\/\">M, el Vampiro de Dusseldorf<\/a> (1931), y la remake norteamericana de Joseph Losey <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/m-1951\/\">M (El Maldito)<\/a> (1951)<\/em><\/h5>\n<h4>FRITZ LANG<\/h4>\n<h5><em><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/mabuse-spieler\/\">Dr. Mabuse, el Jugador<\/a>\u00a0(1922),\u00a0<a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/metropolis\/\">Metropolis<\/a>\u00a0(1927),\u00a0<a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/mujer-luna\/\">La Mujer en la Luna<\/a>\u00a0(1929),\u00a0<a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/m\/\">M, el Vampiro de Dusseldorf<\/a>\u00a0(1931),\u00a0<a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/testamento-mabuse\/\">El Testamento del Doctor Mabuse<\/a>\u00a0(1933) y\u00a0<a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/crimenes-mabuse\/\">Los Crimenes del Dr. Mabuse<\/a>\u00a0(1960)<\/em><\/h5>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>M, el Vampiro de Dusseldorf (1931): un impresionante clasico de Fritz Lang acerca de un asesino serial de ni\u00f1as en el Berlin de los a\u00f1os 30, con Peter Lorre. Critica del film<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/11313"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11313"}],"version-history":[{"count":1,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/11313\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":34891,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/11313\/revisions\/34891"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11313"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}