{"id":10548,"date":"2017-09-14T17:26:52","date_gmt":"2017-09-14T17:26:52","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/carnaval-almas\/"},"modified":"2024-01-29T19:36:54","modified_gmt":"2024-01-29T22:36:54","slug":"carnaval-almas","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/carnaval-almas\/","title":{"rendered":"Cr\u00edtica: El Carnaval de las Almas (1962)"},"content":{"rendered":"<h2><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/criticas-1910-1959\/\">Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o<\/a>\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nuestra-critica\/\">Alejandro Franco<\/a><\/h2>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/atomicos-5.webp\" width=\"200\" height=\"40\" \/> <strong>USA, 1962: Candace Hilligoss (Mary Henry), Herk Harvey (el hombre), Sidney Berger (John Linden), Frances Feist (Sra Thomas), Stan Levitt (doctor), Art Ellison (ministro)<\/strong><\/p>\n<p><strong>Director: Herk Harvey, Gui\u00f3n: John Clifford<\/strong><\/p>\n<p><strong><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/recomendaciones-editor-indice\/\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"wp-image-24154 size-full aligncenter\" title=\"Recomendaci\u00f3n del Editor\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/recomendacion-editor.jpg\" alt=\"Recomendaci\u00f3n del Editor\" width=\"200\" height=\"40\" \/><\/a><\/strong><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"> <div align=\"center\">\r\n<script async src=\"https:\/\/pagead2.googlesyndication.com\/pagead\/js\/adsbygoogle.js\"><\/script>\r\n<!-- arlequin 2021 horizontal 1 -->\r\n<ins class=\"adsbygoogle\"\r\n     style=\"display:block\"\r\n     data-ad-client=\"ca-pub-7123708303881806\"\r\n     data-ad-slot=\"6568397370\"\r\n     data-ad-format=\"auto\"\r\n     data-full-width-responsive=\"true\"><\/ins>\r\n<script>\r\n     (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});\r\n<\/script>\r\n<\/div><\/p>\n<h3><strong>Trama: <\/strong>Despu\u00e9s de disputar una carrera automovilistica callejera con un par de muchachos, el coche en el que iban tres chicas pierde el control encima de un puente y cae al r\u00edo. Mary Henry es la \u00fanica superviviente y, decidida a cambiar su vida, se muda a Utah en donde obtiene trabajo como organista en una iglesia. Pero en el camino es sobrecogida por imagenes fantasmales de un pabell\u00f3n abandonado en medio del desierto salino. A partir de entonces Mary empieza a ser perseguida por un hombre decr\u00e9pito y la muchacha termina por estallar en una crisis nerviosa. Convencida de que la presencia del hombre tiene que ver con lo ocurrido en el pabell\u00f3n, Mary decide ir hasta el lugar para enfrentar sus miedos; pero all\u00ed terminar\u00e1 por descubrir una aterradora verdad.<\/h3>\n<p style=\"text-align: center;\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"aligncenter wp-image-21979 size-full\" title=\"Arlequin: Critica: El Carnaval de las Almas (1962)\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-carnaval-almas.jpg\" alt=\"Arlequin: Critica: El Carnaval de las Almas (1962)\" width=\"850\" height=\"400\" srcset=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-carnaval-almas.jpg 850w, http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-carnaval-almas-300x141.jpg 300w, http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/foto-carnaval-almas-768x361.jpg 768w\" sizes=\"(max-width: 850px) 100vw, 850px\" \/><\/p>\n<p>\u00a0 La historia detr\u00e1s de <strong>El Carnaval de las Almas<\/strong> es un t\u00edpico ejemplo de <em>&#8220;producci\u00f3n independiente malograda en su momento y que obtiene la gloria d\u00e9cadas despu\u00e9s&#8221;<\/em>. En ese sentido el film de Herk Harvey tiene un origen bastante similar a las pel\u00edculas de <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/ed-wood\/\">Ed Wood<\/a>, <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/blob\/\">The Blob<\/a> y otras tantas producciones emprendidas por gente <em>amateur<\/em> en aquella \u00e9poca &#8211; intentando llegar a la fuente de la fortuna que significaba el cine, recolectaron un pu\u00f1ado de fondos de familiares e inversores, y se lanzaron a rodar un filme -. A partir de all\u00ed <strong>El Carnaval de las Almas<\/strong> correr\u00eda con la misma suerte que el cl\u00e1sico <strong>La Noche de los Muertos Vivos<\/strong> de George A. Romero. Los novatos, sin entender las reglas del negocio cinematogr\u00e1fico, terminaron siendo estafados en su momento (o no tomaron los recaudos suficientes sobre los derechos de autor), perdieron sus pel\u00edculas, y las copias supervivientes pasaron a juntar polvo en los anaqueles hasta que una punta de a\u00f1os despu\u00e9s alguien terminar\u00eda por redescubrirlos y entonces obtendr\u00edan un postergado y merecido reconocimiento.<\/p>\n<p>La leyenda de <strong>El Carnaval de las Almas<\/strong> es bien conocida. Harvey era un exitoso director de filmes educativos y documentales industriales, y en un viaje de negocios por el desierto salino de Utah termin\u00f3 por toparse con el desolado e impresionante <strong>Pabell\u00f3n Saltair <\/strong>&#8211; una gigantesca construcci\u00f3n abandonada en las orillas del Gran Lago Salino, concebida como <em>resort<\/em> a fines del siglo XIX, y que tuviera una enorme mala suerte tras padecer varios incendios sucesivos en el correr de los a\u00f1os -. Ante la opulencia del lugar, Harvey se imagin\u00f3 una escena con numerosos fantasmas bailando en el gigantesco sal\u00f3n de baile del derru\u00eddo hotel. Decidido a llevar adelante su idea, reuni\u00f3 un pu\u00f1ado de fondos (unos 30.000 d\u00f3lares), contrat\u00f3 a una actriz profesional y a varios locales de la zona, y con su equipo de documentalistas se lanz\u00f3 a rodar un filme. Cuando estuvo terminada, <strong>El Carnaval de las Almas<\/strong> empezar\u00eda su derrotero hacia el olvido: un estreno muy flojo, malas cr\u00edticas, y un distribuidor que se qued\u00f3 con las ganancias y termin\u00f3 por quebrar.<\/p>\n<p>La revancha vino por el lado de la televisi\u00f3n. Al estar en dominio p\u00fablico &#8211; por error u omisi\u00f3n, lo cierto es que se perdieron los derechos de autor sobre la cinta -, el filme fue acaparado por las cadenas televisivas que lo proyectaban en las trasnoches, y con el correr de los a\u00f1os comenz\u00f3 a generar un culto cada vez m\u00e1s nutrido. Para 1989, empujado por la presi\u00f3n de la masiva cantidad de fans de la pel\u00edcula, el entonces jubilado Herk Harvey debi\u00f3 salir de su retiro y se puso a presentar su obra en festivales as\u00ed como supervisar una edici\u00f3n en VHS. La pel\u00edcula se convirti\u00f3 en un espectacular suceso y se la calific\u00f3 de un cl\u00e1sico rescatado del olvido.<\/p>\n<p>No es dif\u00edcil ver las cualidades de <strong>El Carnaval de las Almas<\/strong>. Ciertamente hay algunas desprolijidades aqu\u00ed y all\u00e1, pero tiene una atm\u00f3sfera impresionante. Es una l\u00e1stima que Harvey no halla podido hacer carrera en el cine, ya que era un director con talento. A pesar de sus 40 y pico de a\u00f1os de antig\u00fcedad, el filme se las sigue arreglando para generar un par de buenos sustos. En el momento en que el hombre fantasmag\u00f3rico se le aparece en la ventanilla del coche a Candance Hilligoss cuando \u00e9sta va a toda velocidad por la carretera, uno se da cuenta de que las cosas est\u00e1n realmente mal y que esta chica no sali\u00f3 impune del accidente automovil\u00edstico que sufriera una semana antes. Las m\u00faltiples apariciones del hombre, o las fant\u00e1sticas escenas en que la protagonista pierde la audici\u00f3n (y todo el mundo parece no verla) son realmente muy buenas. Pero las mejores bazas del filme est\u00e1n en las visitas de Hilligoss al <em>Saltair Pavillion<\/em>. No s\u00f3lo Harvey hace unas tomas impresionantes de un lugar perfecto para la historia, sino que las visiones del baile fantasmag\u00f3rico son sensacionales.<\/p>\n<p>Como en <strong>Destino Final<\/strong>, he aqu\u00ed otra persona que ha escapado al momento predestinado de su muerte, y ahora la est\u00e1n buscando para que pague su deuda. El <em>Saltair Pavillion<\/em> viene a ser una especie de purgatorio (o antesala del m\u00e1s all\u00e1) a donde van a parar las almas en pena. Pero adem\u00e1s, uno percibe que en la chica algo ha cambiado desde el momento del accidente. En uno de sus mejores di\u00e1logos, Hilligoss admite de que ella no es una creyente y que va a la iglesia <em>a hacer negocios<\/em> (trabajar como organista). Es un cuerpo que vaga sin alma.<\/p>\n<p>A\u00fan cuando los secundarios sean lugare\u00f1os contratados, las performances est\u00e1n ok. En cuanto a Candance Hilligoss, no es una gran actriz pero cumple con lo que le pide el papel. Quiz\u00e1s el tema pase porque tanto ella como el resto figuren como pueblerinos algo toscos &#8211; el personaje de Mary Henry es terriblemente antip\u00e1tico y antisocial -; pero cuando empiezan los sucesos sobrenaturales, Hilligoss da el registro correcto. Abandona su apat\u00eda para transformarse en una persona torturada.<\/p>\n<p><strong>El Carnaval de las Almas<\/strong> es un s\u00f3lido cl\u00e1sico. Transporta el terror de los castillos medievales de la <strong>Hammer<\/strong> (que era el standard de la \u00e9poca) a la cotidianeidad del sur estadounidense. Hay una gran direcci\u00f3n y una formidable fotograf\u00eda blanco y negro. Y provee un relato que es memorable en todos los sentidos.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>El Carnaval de las Almas: el gran clasico de 1962 sobre una chica perseguida por fantasmas. Critica de la pelicula<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10548"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=10548"}],"version-history":[{"count":1,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10548\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":35009,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10548\/revisions\/35009"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=10548"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}