{"id":10393,"date":"2017-09-14T17:21:10","date_gmt":"2017-09-14T17:21:10","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/atomic-cafe\/"},"modified":"2019-07-25T09:16:18","modified_gmt":"2019-07-25T12:16:18","slug":"atomic-cafe","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/atomic-cafe\/","title":{"rendered":"Cr\u00edtica: The Atomic Cafe (1982)"},"content":{"rendered":"<p style=\"text-align: center;\">\n<h2><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/criticas-1910-1959\/\">Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o<\/a>\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nuestra-critica\/\">Alejandro Franco<\/a><\/h2>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/atomicos-5.webp\" width=\"200\" height=\"40\" \/> <strong><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/recomendaciones-editor-indice\/\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"wp-image-24154 size-full alignright\" title=\"Recomendaci\u00f3n del Editor\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/recomendacion-editor.jpg\" alt=\"Recomendaci\u00f3n del Editor\" width=\"200\" height=\"40\" \/><\/a>USA, 1982<\/strong><\/p>\n<p><strong>Director: Jayne Loader, Kevin Rafferty, y Pierce Rafferty<\/strong><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"> <div align=\"center\">\r\n<script async src=\"https:\/\/pagead2.googlesyndication.com\/pagead\/js\/adsbygoogle.js\"><\/script>\r\n<!-- arlequin 2021 horizontal 1 -->\r\n<ins class=\"adsbygoogle\"\r\n     style=\"display:block\"\r\n     data-ad-client=\"ca-pub-7123708303881806\"\r\n     data-ad-slot=\"6568397370\"\r\n     data-ad-format=\"auto\"\r\n     data-full-width-responsive=\"true\"><\/ins>\r\n<script>\r\n     (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});\r\n<\/script>\r\n<\/div><\/p>\n<h3><strong>Trama: <\/strong><em>The Atomic Cafe<\/em> es un documental que trata sobre la historia de la bomba at\u00f3mica, desde sus primeras pruebas y su lanzamiento sobre Hiroshima en 1945, hasta la carrera armamentista entre los sovi\u00e9ticos y los norteamericanos, la Guerra Fr\u00eda, y la cultura norteamericana surgida a trav\u00e9s de la convivencia diaria con la posibilidad de un inminente ataque nuclear.<\/h3>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/2017\/09\/boton-atomic-cafe.jpg\" alt=\"The Atomic Cafe\" width=\"120\" height=\"160\" \/> Los a\u00f1os ochentas son una fuente inagotable de paranoia at\u00f3mica, gracias al talento del se\u00f1or Ronald Reagan. Durante su gobierno Norteamerica endureci\u00f3 su pol\u00edtica exterior de tal manera que la Guerra Fr\u00eda corr\u00eda serio riesgo de derretirse bajo el calor de las armas at\u00f3micas. La d\u00e9cada hab\u00eda comenzado mal, con la invasi\u00f3n sovi\u00e9tica a Afganist\u00e1n; luego vino el derribamiento de un avi\u00f3n de pasajeros coreano (por parte de cazas sovi\u00e9ticos) en 1983, en el cual viajaba un senador norteamericano; y , a causa de todas estas tensiones internacionales, Reagan decidi\u00f3 llevarse a los sovi\u00e9ticos de sombrero, incrementando de manera geom\u00e9trica el stock de misiles intercontinentales, sacando proyectos de la manga como el caza furtivo B-1 y el delirante proyecto de escudo antimisiles conocido como <em>&#8220;Guerra de las Galaxias&#8221;<\/em> . Mientras tanto, el pueblo yanqui estaba convencido que los dementes l\u00edderes de las dos superpotencias <em>se la iban a dar en serio<\/em> (esta vez), y se tiraban al piso y se cubr\u00edan mientras esperaban la sirena anunciando la inminente ca\u00edda de los misiles nucleares. <strong><em>Mal d\u00eda para vivir en el hemisferio norte. <\/em><\/strong><\/p>\n<p>En medio de esa paranoia &#8211; que era tanto o m\u00e1s palpable que la crisis de los misiles cubanos de octubre de 1962 -, el cine y la TV empezaron a disparar alarmas y mensajes de todo tipo y color como para que alg\u00fan que otro l\u00edder pudiera captar la idea y recapacitara. En toda esa larga lista de advertencias &#8211; la brit\u00e1nica <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/threads\/\">Threads<\/a>, el demorado estreno en la TV inglesa de la formidable <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/juego-guerra65\/\">El Juego de la Guerra<\/a> (1965); la publicitada <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/sopla-viento\/\">Cuando Sopla el Viento<\/a>; la impactante <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/dia-despues\/\">El Dia Despu\u00e9s<\/a>, que tuvo el m\u00e9rito de haber sido vista por Reagan y <em>logr\u00f3 bajarle unos cuantos cambios a su acelerada cabecita<\/em> -, hubo un grupo de muchachos que ven\u00eda recopilando documentales desde hac\u00eda 5 a\u00f1os, y que logr\u00f3 empalmarlos en un solo filme y estrenarlo en el momento justo. Eran los hermanos Kevin y Pierce Rafferty, quienes &#8211; junto a Jayne Loader &#8211; dieron a luz en 1982 a <strong>El Caf\u00e9 Atomico.<\/strong><\/p>\n<p>Lo que ha hecho el tr\u00edo de directores no ha sido mas que recoger todo tipo de material de archivo sobre la bomba nuclear y, espec\u00edficamente, sobre la &#8220;cultura at\u00f3mica&#8221; que se desencaden\u00f3 en Norteam\u00e9rica con posterioridad a 1945, y ensamblarlo con la edici\u00f3n adecuada. El dato m\u00e1s curioso es que no hay un narrador en <em>off<\/em> que gu\u00ede la historia, ni siquiera hay alg\u00fan documental moderno hecho por los responsables (como podr\u00eda ser alguna entrevista actual de alguno de los protagonistas de aquellos sucesos hist\u00f3ricos), con lo cual los creativos apuntaron a que los hechos hablaran por s\u00ed mismos (a lo sumo, su aporte se reduce a elegir los documentales y reeditarlos de acuerdo a su criterio art\u00edstico para lograr el efecto deseado). Es un enfoque arriesgado y muy inteligente, ya que hace que el filme funcione simplemente por el contraste de la valoraci\u00f3n cultural actual del espectador (m\u00e1s informado, desconfiado, c\u00ednico) versus la ingenuidad y el manejo tendencioso de la informaci\u00f3n que era propio de los documentales de los a\u00f1os 1940 a 1960. Aqu\u00ed lo que se ha reunido es material de fuentes muy diversas, desde filmes de instrucci\u00f3n militar y civil, documentaci\u00f3n de pruebas at\u00f3micas, propagandas pol\u00edticas de distinto origen hasta noticieros de \u00e9poca, material desclasificado del gobierno y filmaciones caseras de aquel entonces; y el resultado final es un mix fascinante que contiene cuotas justas de humor negro, fascinaci\u00f3n, horror, repudio y shock, como s\u00f3lo un gran documental puede lograrlo.<\/p>\n<p>Hay varios puntos tem\u00e1ticos que son constantes a lo largo de <strong>The Atomic Cafe<\/strong>. El primero es que, sin importar el trabajo, el cargo ni la inteligencia del interlocutor, el 95% de ellos se muestran como unos aut\u00e9nticos palurdos delante de c\u00e1maras. Hay un mont\u00f3n de gente pat\u00e9tica, que pareciera tener un alto grado de ignorancia (<em>o retraso, o lentitud mental<\/em>, como se le quiera llamar), hablando a dos por hora, diciendo sandeces o disparates de los cuales est\u00e1n firmemente convencidos, y con el agravio de ser gente en cargos realmente importantes: desde militares de alto rango &#8211; incluyendo al piloto Paul Tibbets, el mismo que lanzara la primera bomba at\u00f3mica sobre Hiroshima &#8211; hasta senadores y sacerdotes. S\u00ed, el vapuleado Richard Nixon figura tambi\u00e9n aqu\u00ed y el filme se engolosina bastante con \u00e9l, en especial en una conferencia en vivo con Nikita Kruschev &#8211; en donde el premier ruso termina por barrer el piso (metaf\u00f3ricamente) con el entonces vicepresidente norteamericano respecto de una discusi\u00f3n sobre capitalismo y comunismo -.<\/p>\n<p style=\"text-align: center;\">\n<p>Esa sensaci\u00f3n de que la \u00e9poca estaba dominada por<em> ignorantes con cargo<\/em> termina por transmitirse de manera contagiosa al resto del filme<em><strong>. En un principio los norteamericanos crearon la bomba &#8230; y creyeron firmemente en que era una especie de espada divina que Dios les hab\u00eda dado por ser justos<\/strong><\/em>. Primero, en venganza por Pearl Harbor y, despu\u00e9s, para mantener el equilibrio pol\u00edtico del planeta. Ello es palpable en uno de los discursos de Harry Truman &#8211; presidente norteamericano de aquella \u00e9poca -, en donde da la noticia de que los rusos fabricaron su propia bomba en 1949&#8230; y lo dice con una tristeza tal como si fuera un ni\u00f1o que le han robado su juguete. A partir de all\u00ed se arma un discurso furibundo en donde las aguas se dividen entre<em> el bien y el imperio del mal <\/em>(no es invento m\u00edo, sino palabras textuales del entonces senador Lyndon B. Johnson en un <em>speech<\/em> de los a\u00f1os 50 que figura en el documental). Si uno lo compara, no hay demasiada distancia entre aquel discurso y el de Bush Jr. proclamado su cruzada antiterrorista posterior al 11\/9\/2001 con el dicho<em> &#8220;Dios est\u00e1 con nosotros&#8221;. <\/em><\/p>\n<p>All\u00ed es donde el filme se mete de lleno en la paranoia de los a\u00f1os 50. Desde la b\u00fasqueda de culpables &#8211; la terrible ejecuci\u00f3n de los Rosenberg, el matrimonio de esp\u00edas que habr\u00eda llevado los secretos de la bomba at\u00f3mica a los rusos -, hasta la sensaci\u00f3n de agobio de que los rusos iban a la par o incluso los superaban en armamento y tecnolog\u00eda. La cacer\u00eda de brujas, la desconfianza sobre esp\u00edas comunistas infiltrados, el miedo al repentino ataque at\u00f3mico (el famoso <em>&#8220;agacharse y cubrirse&#8221;<\/em>, un filme en donde una tortuguita animada te ense\u00f1aba a ponerte a salvo en caso de un sorpresivo bombardeo nuclear). Y de all\u00ed salta a los test at\u00f3micos, y a la tonelada de aberraciones y mentiras que hizo el ej\u00e9rcito para poder perfeccionar el arma. Desde el bombardeo de prueba en el atol\u00f3n de las islas Bikini (que calcularon mal el viento, y la radiaci\u00f3n se fue hacia una tribu de la zona, quemando gravemente a sus pobladores), m\u00e1s animaciones que minimizan los efectos de la radiactividad, hasta los test de proximidad, en donde los soldados se acercaban al epicentro de una explosi\u00f3n nuclear (el <em>operativo Plumbbob<\/em> de 1957, que apareciera en la pel\u00edcula <strong>Nightbreaker<\/strong> con Martin Sheen). Por supuesto, un mont\u00f3n de esa gente morir\u00eda de cancer a\u00f1os m\u00e1s tarde.<\/p>\n<p><strong>The Atomic Cafe<\/strong> es una fascinante c\u00e1psula del tiempo, que posee de todo un poco y que nos deslumbra como si fuera un espect\u00e1culo barato de terror de una feria de variedades: es colorinche, pat\u00e9tico, gracioso e intimidante, m\u00e1s teniendo en cuenta que la locura de la mayor\u00eda de los opacos personajes que circulan por las imagenes del documental ten\u00edan (en su momento) el poder de decidir sobre la vida y destinos de millones de personas, o pod\u00edan influir de manera esencial sobre futuros l\u00edderes &#8211; militares, pol\u00edticos, de opini\u00f3n -. Y lo m\u00e1s inquietante es que a\u00fan hoy, a m\u00e1s de 20 a\u00f1os del final de la Guerra Fr\u00eda y de la paranoia at\u00f3mica, esa misma clase de personajes sigue poblando los cargos de los principales gobiernos del mundo.<strong><em> Ignorantes con poder que manejan la suerte de millones de individuos de acuerdo a sus propios intereses.<\/em><\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>The Atomic Cafe (1982): un fascinante documental sobre la vida norteamericana en los inicios de la era atomica. Critica del filme<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10393"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=10393"}],"version-history":[{"count":0,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10393\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=10393"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}