{"id":10391,"date":"2017-09-14T17:21:10","date_gmt":"2017-09-14T17:21:10","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/atlas-shrugged3\/"},"modified":"2019-07-25T09:15:25","modified_gmt":"2019-07-25T12:15:25","slug":"atlas-shrugged3","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/atlas-shrugged3\/","title":{"rendered":"Cr\u00edtica: Atlas Shrugged, Part III: Who is John Galt? (2014)"},"content":{"rendered":"<p style=\"text-align: center;\">\n<h2><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/criticas-1910-1959\/\">Volver al \u00edndice de cr\u00edticas por a\u00f1o<\/a>\u00a0\/ una cr\u00edtica del film, por <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/nuestra-critica\/\">Alejandro Franco<\/a><\/h2>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/atomicos-1.webp\" width=\"200\" height=\"40\" \/> <strong>USA, 2014: Kristoffer Polaha (John Galt), Laura Regan (Dagny Taggart), Peter Mackenzie (jefe de estado Thompson), Greg Germann (James Taggart), Joaquim de Almeida (Francisco d&#8217;Anconia)<\/strong><\/p>\n<p><strong>Director: James Manera, Gui\u00f3n: John Aglialoro, Harmon Kaslow &amp; James Manera, sobre la novela hom\u00f3nima de Ayn Rand<\/strong><\/p>\n<p style=\"text-align: center;\"> <div align=\"center\">\r\n<script async src=\"https:\/\/pagead2.googlesyndication.com\/pagead\/js\/adsbygoogle.js\"><\/script>\r\n<!-- arlequin 2021 horizontal 1 -->\r\n<ins class=\"adsbygoogle\"\r\n     style=\"display:block\"\r\n     data-ad-client=\"ca-pub-7123708303881806\"\r\n     data-ad-slot=\"6568397370\"\r\n     data-ad-format=\"auto\"\r\n     data-full-width-responsive=\"true\"><\/ins>\r\n<script>\r\n     (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});\r\n<\/script>\r\n<\/div><\/p>\n<h3><strong>Trama: <\/strong>Dagny Taggart ha logrado seguirle el rastro a John Galt hasta un refugio en las monta\u00f1as, el cual se encuentra aislado del mundo exterior gracias a un holograma que cubre todo el paraje. All\u00ed se reencuentra con un mont\u00f3n de empresarios y cient\u00edficos amigos (los que daba por desaparecidos), los cuales viven felices en la comunidad dise\u00f1ada por Galt, y se mantienen aislados de la voracidad y la torpeza de los bur\u00f3cratas del gobierno. Durante su permanencia, Galt intentar\u00e1 convencer a Dagny de la necesidad de unirse al boicot, neg\u00e1ndose a compartir sus riquezas con un gobierno perezoso y decadente; pero el amor por la empresa familiar es mas fuerte que sus ideales, y es por ello que Dagny decide regresar a la civilizaci\u00f3n, jurando no revelar el paradero de Galt. Sin embargo la nacionalizaci\u00f3n de su empresa de ferrocarriles &#8211;<em> y el descontrol creado por su hermano tras su paso por el directorio <\/em>-, pondr\u00e1n a Dagny en serios aprietos&#8230; circunstancia en la cual Galt deber\u00e1 salir del ostracismo e intervenir, antes que la civilizaci\u00f3n occidental caiga en un estado insalvable de decadencia y corrupci\u00f3n.<\/h3>\n<p><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" class=\"size-full alignright\" src=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-content\/uploads\/2017\/09\/poster-atlas-shrugged3.jpg\" alt=\"Atlas Shrugged: Part III\" width=\"200\" height=\"259\" border=\"1\" \/> Yo no comulgo con las ideas de Ayn Rand. Su filosof\u00eda del <em>egoismo social<\/em>, su ideario &#8211;<em> tan ingenuo como prepotente<\/em> -, su fascismo de clase alta. Pero, por otra parte, no dejo de reconocer su capacidad intelectual. Crear una linea de pensamiento &#8211;<em> sofisticada, influencial, rebuscada<\/em> &#8211; no es para cualquiera, y ser\u00eda absurdo intentar negarle su importancia hist\u00f3rica. Rand orquest\u00f3 una postura que antes no exist\u00eda, y frente a la cual uno no puede permanecer indiferente &#8211;<em> sea por oposici\u00f3n o por adhesi\u00f3n<\/em> -. Digo: a\u00fan las ideolog\u00edas mas detestadas y\/o combativas resultan \u00fatiles, simplemente porque movilizan y te hacen pensar en alternativas diferentes, las cuales intentan subsanar las carencias y contradicciones de la postura original.<\/p>\n<p>Dicho esto, me imagino a Ayn Rand revolc\u00e1ndose en su tumba al ver el engendro en el que han transformado su obra m\u00e1xima &#8211; <em>como dir\u00eda alguien en <strong>Rotten Tomatoes<\/strong> &#8220;el libro favorito de los soci\u00f3patas que van a la Universidad&#8221;<\/em> -, degener\u00e1ndola en un espect\u00e1culo barato, rid\u00edculo y risible. Si hasta ahora las dos primeras partes de <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/atlas-shrugged\/\">La Rebeli\u00f3n de Atlas<\/a> zafaban &#8211; <em>acerc\u00e1ndose al tono de los melodramas corporativos que escrib\u00eda Harold Robbins en los a\u00f1os 70, mas el plus del subliminal discurso panfletario inyectado por Rand a la trama<\/em> -, la tercera (y final) entrega es un desastre de proporciones b\u00edblicas. La manufactura es demasiado barata, el libreto es p\u00e9simo y el nivel de las performances es inferior a la de una telenovela de la tarde (ya dir\u00eda que entra en la clase de &#8220;secuencia filmica intermedia para videojuego barato&#8221;). Los yanquis tienen una expresi\u00f3n para esto y es<em> &#8220;Crash and Burn&#8221;:<\/em> <strong>el filme simplemente se estrella y explota en llamas.<\/strong><\/p>\n<p>El gran problema que tiene la saga es que nadie ha ido a verla. Ni siquiera los seguidores a ultranza de Rand. El c\u00f3mo siguieron adelante con el proyecto tiene que ver con la tozudez del productor John Aglialoro, un tipo convencido de que el mundo iba a cambiar si las masas acced\u00edan a los contenidos expresados por Rand en su obra. Para financiar su<em> Jihad<\/em> intelectual, el tipo termin\u00f3 poco menos que rascando monedas de los tel\u00e9fonos p\u00fablicos &#8211; <em>haciendo colectas, vendiendo participaciones en la producci\u00f3n, apelando a <strong>Kickstarter<\/strong> y otros medios de financiamiento colectivo de filmes<\/em> -, con el agravante de que cada cap\u00edtulo recaudaba menos que el anterior (y ni siquiera compensaba sus costos), lo cual dej\u00f3 a Aglialoro con pelusa en los bolsillos para solventar la tercera entrega de la saga. Es dificil concretar una visi\u00f3n \u00e9pica del futuro con apenas 5 millones &#8211; <em>menos de la mitad de los presupuestos anteriores<\/em> -, y orquestada por los artesanos mas baratos a los cuales pod\u00eda pagarle. Pero el ahorro en producci\u00f3n y talento art\u00edstico se nota, y el cap\u00edtulo final es un desborde de mediocridad que har\u00eda la delicias de la gente del <strong>Mystery Science Theater 3000<\/strong>.<\/p>\n<p>Como pasaba con las otras entregas, el elenco ha vuelto a cambiar &#8211; <em>de acuerdo a la plata disponible, contratan a un cast totalmente diferente para cada cap\u00edtulo<\/em> -, con lo cual el mismo personaje ha sido interpretado por tres actores diferentes a lo largo de la saga, volando por los aires la continuidad y la calidad de la serie. Sin lugar a dudas el elenco de la tercera entrega es el peor: Kristoffer Polaha &#8211;<em> quien encarna al dichoso John Galt<\/em> &#8211; es m\u00e1s un le\u00f1ador prepotente que el dichoso genio y l\u00edder de una revoluci\u00f3n cultural que cambiar\u00e1 a la humanidad; Laura Regan es tremendamente blandengue y carece del carisma que requiere el papel de Dagny Taggart; y el resto se divide entre sobreactores contratados por dos pesos, adoradores a ultranza de la filosof\u00eda de Rand (que laburan <em>ad honorem<\/em>), y tipos que vieron por el barrio y terminaron siendo reclutados; una horda de ineptos que no tiene ni el tono ni el<em> physique du rol <\/em>para los papeles que les toca encarnar. El peor de todos es Larry Cedar, el cual parece un farmace\u00fatico maligno antes que el retorcido sicario que encabeza el letal servicio de inteligencia del gobierno fascistoide de turno.<\/p>\n<p>Los problemas abundan y los hay de todo tipo y color. El principal es la elecci\u00f3n del director, un tipo que hasta ahora hizo un documental y un par de cap\u00edtulos para series de TV. Est\u00e1 visto que Manera no sabe elegir ni dirigir elencos, y mucho menos, entender la obra de Rand como para adaptarla de manera decente. La entrada en escena de John Galt es tan vulgar como despojada, y todo el misticismo que rodeaba al personaje &#8211; <em>construido de manera artesanal en las anteriores entregas<\/em> &#8211; termina por evaporarse en los primeros cinco minutos de charla. El supuesto <em>mes\u00edas del egoismo social<\/em> resulta ser un simpl\u00f3n sin carisma, y uno no entiende como un tipo as\u00ed pudo convencer a los capitanes de la industria para que abandonaran todo y lo acompa\u00f1aran. Su argumentos carecen de convicci\u00f3n y, para colmo, el libreto opta por tomar atajos de tono documental &#8211; <em>los grandes acontecimientos se reducen a una foto fija y un voiceover<\/em> -, lo que destroza el tono \u00e9pico que pretend\u00eda tener el filme. Por otra parte el gui\u00f3n abandona por completo el romance entre Hank Rearden y Dagny Taggart, y opta por enredar a Galt entre las faldas de la empresaria ferrocarrilera, todo esto, cocinado con la misma pasi\u00f3n que un velatorio.<\/p>\n<p style=\"text-align: center;\">\n<p>Las inconsistencias abundan. Esta gente toma taxis, usa aviones con motores comunes, e incluso abundan los trenes impulsados por locomotoras diesel, algo que contradice la premisa inicial de la crisis terminal de combustibles l\u00edquidos. Ni siquiera el pionero del motor de movimiento eterno respeta su propia filosofia, movilizandoce en un jeep vulgar y silvestre. Pero quiz\u00e1s lo peor es la falta de sentido dram\u00e1tico de todo este estofado. Despu\u00e9s de unas semanas al lado del gur\u00fa de la econom\u00eda planetaria, Taggart regresa a la civilizaci\u00f3n, viendo como el gobierno hace estupideces, nacionaliza empresas y reparte ganancias entre las corporaciones asimiladas y deficitarias. Justo en el momento en que est\u00e1 a punto de agarrarle el <em>patat\u00fas<\/em> aparece Galt, el que da un discurso &#8211;<em> no en la monta\u00f1a sino apoder\u00e1ndose de la cadena nacional<\/em> -, se entrega, es torturado, y su sacrificio conmueve a las masas, las cuales terminan abrazando su ideolog\u00eda a ciegas y se ponen en contra del gobierno autoritario y voraz. Como quien dice, el tipo no es mas que un nuevo Jes\u00fas, un hombre simbolo para una sociedad desequilibrada y explotadora.<\/p>\n<p>La puesta en escena es <em>mala<\/em>. El enfoque del libreto es idiota y simplista. Pero, si esos son errores de orquestaci\u00f3n de un artesano de mala calidad, lo peor subyace en el texto de Rand. El inflexible John Galt piensa y act\u00faa como un terrorista de guante blanco, un tipo que ha demolido todas las fuentes primarias de recursos y energ\u00eda &#8211; <em>sea por mano propia, convenciendo a sus pares<\/em> -, dejando a la civilizaci\u00f3n al borde del caos y chantajeando al gobierno para que caiga por su propio peso. Digo: todo esto es de una prepotencia insostenible &#8211; <em>\u00bfpor qu\u00e9 Galt no fund\u00f3 un partido pol\u00edtico y aspir\u00f3 a tomar el poder por medios democr\u00e1ticos?; \u00bfno es acaso otro de esos iluminados que descree de la verdad de las urnas? \u00bfno es un mesi\u00e1nico portavoz de una minor\u00eda que intenta aplastar al gobierno imponiendo sus propias ideas? <\/em>-, simplemente porque se trata de un terrorista camuflado de h\u00e9roe idealista.<\/p>\n<p><strong>La historia la escriben los vencedores. <\/strong>Ellos manosean el relato hasta adecuarlo a sus necesidades. Yo descreo de esos tipos que aparecen de la nada, dicen querer cambiar el mundo, y aspiran a tomar el poder por medios violentos. <em>Si pierde la batalla es un terrorista; si triunfa y se encarama en el gobierno, entonces es un revolucionario.<\/em> La inmensa mayor\u00eda de revolucionarios rampantes &#8211; <em>sea de izquierda o de derecha<\/em> &#8211; no dejan de ser pichones de dictadores, tipos que se relamen al llegar al poder, y que inician sangrientas purgas entre sus filas al momento de querer cimentarse en el trono de gobernante. La naturaleza del revolucionario es la desconfianza, y por ello el acto seguido es la coartaci\u00f3n de la libertad. No hay nadie que busque la suma del poder y despu\u00e9s resulte ser un individuo equilibrado; si llegara a existir un personaje tan ut\u00f3pico &#8211; y <em>buscara la felicidad y la restauraci\u00f3n del equilibrio<\/em> &#8211; , al momento de reintegrar la libertad perdida ver\u00eda como un grupo de conspiradores (simpatizantes del r\u00e9gimen derrocado) se organizar\u00eda para boicotearle. Es el <em>Yin y Yang<\/em> del poder. Y aqu\u00ed John Galt dista mucho de ser un Jesucristo o, siquiera, un Mahatma Ghandi; es un tipo que ha convencido a otros para vuelen por los aires sus propias f\u00e1bricas, minas e instalaciones, deseoso de asfixiar al gobierno para que cumpla sus \u00f3rdenes. Para colmo <strong>Atlas Shrugged: Part III<\/strong> termina de una manera tan abrupta como insatisfactoria, sin dar se\u00f1as si Galt se convertir\u00e1 en la voz cantante del nuevo orden que renacer\u00e1 tras la caida de la civilizaci\u00f3n (por el agotamiento de la energ\u00eda), o si optar\u00e1 por refugiarse en las monta\u00f1as, llevando una vida de pachorra a pleno mientras el resto del mundo se desangra en el caos. Pero, a esta altura, <strong><em>\u00bfa qui\u00e9n le importa?.<\/em><\/strong><\/p>\n<p><strong>Atlas Shrugged: Part III <\/strong>es incompetente e insatisfactoria por donde se la mire. El \u00fanico impacto que produce es su torpeza, lo cual sepulta las intenciones panfletarias de la autora bajo un alud de burradas y errores creativos. A\u00fan con el rechazo que me provocan sus ideas, \u00e9ste no era el final que la obra de Rand merec\u00eda, quedando como un burdo esbozo de lo que era un panfleto tan equivocado como magn\u00edfico.<\/p>\n<h4>LA REBELION DE ATLAS (ATLAS SHRUGGED) SEGUN AYN RAND<\/h4>\n<h5><em><a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/atlas-shrugged\/\">Atlas Shrugged Parte I<\/a> (2011) &#8211; <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/atlas-shrugged2\/\">Atlas Shrugged, Parte II: el Golpe<\/a> (2012) &#8211; <a href=\"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/atlas-shrugged3\/\">Atlas Shrugged, Parte III<\/a> (2014)<\/em><\/h5>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Atlas Shrugged, Part III: Who is John Galt? (2014): ultimo capitulo de la utopia libertaria basada en la novela de Ayn Rand. Critica de la pelicula<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10391"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=10391"}],"version-history":[{"count":0,"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10391\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/arlequin2024ultra\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=10391"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}