Crítica: La Ultima Ola (2015)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Noruega, 2016: Kristoffer Joner (Kristian Eikjord), Ane Dahl Torp (Idun Karlsen), Jonas Hoff Oftebro (Sondre), Edith Haagenrud-Sande (Julia)

Director: Roar Uthaug, Guión: John Kare Raake & Harald Rosenlow-Eeg

Trama: Kristian Eikjord es un geólogo que pasa su último día de trabajo en la estación de monitoreo sismológico cerca de Geiranger, Noruega. Su misión era chequear el estado de integridad de los fiordos – los cuales están compuestos por capas de rocas y hielos glaciales – para prever una posible catástrofe en la zona. Y es que, debido al calentamiento global, los hielos internos que hay en las montañas han comenzado a derretirse, produciendo desplazamientos internos que amenazan con desplomarlas y volcar miles de toneladas de roca al fiordo provocando un tsunami de proporciones gigantescas. Ahora se han producido pequeñas variaciones, las cuales tienen en vilo a Kristian pero que son desestimadas por sus pares ya que creen que corresponden a cambios naturales dados por el clima en ésa época del año. Sin embargo el histerismo de Kristian ha puesto a todos en su contra, incluyendo a su familia. Paranoico y desesperado, Kristian es convencido por su esposa para que se calme y pase un día mas en Geiranger antes de la partida definitiva del lugar… pero, a la hora de acostarse, una terrible explosión sacude al geólogo y le confirma sus peores pesadillas. Y ahora, con tan sólo 12 minutos hasta que llegue la ola gigante, Kristian deberá salvar a su familia y llevarla a terreno alto – único escape posible del tsunami -. El problema es que su esposa y su hijo mayor están en la base del valle, atrapados en el hotel y sin posibilidad de salir de allí en los 12 minutos restantes. Tomando coraje del horror, Kristian llevará a su hija hasta la cima del fiordo y la delegará con unos amigos… mientras se prepara a una misión de rescate tan imposible como infernal, y en donde la supervivencia de sus seres mas queridos parece altamente improbable.

Hay dos maneras de interpretar a Bolgen: una, de que se trata de una estupenda (e inteligente) película de cine catástrofe, manufacturada fuera del circuito standard (y repetitivo) de los estudios de Hollywood. La otra es que se trata de un filme sobre una familia de asesinos seriales, los cuales utilizan la excusa del tsunami en el fiordo para matar un montón de gente. Dejo a criterio del espectador ver la película y tomar partido por alguna de las conclusiones propuestas.

Es notable ver cómo la península escandinava ha crecido cinematográficamente en los últimos años, sea con Dead Snow y secuela, o la genial trilogía Millennium. Y lo más curioso de todo es que muchas de sus producciones rayan en el cine fantástico (como Let the Right One In) quizás por un deseo de seducir a audiencias masivas (como la norteamericana) esquivas a productos extranjeros (en el caso de los yanquis, odian leer subtitulos y la industria del doblaje es pésima: carece de actores experimentados y no posee la experiencia suficiente como la que tienen – para el castellano – los dobladores mexicanos y venezolanos). También es posible que, como los ingleses, sea un pueblo amante de los relatos fantásticos. El punto es que aquí se han largado con una de cine catástrofe – género trillado y dominado por los yanquis – y han manufacturado un producto inteligente, plagada de buenos personajes, conclusiones lógicas y efectos especiales potables. No, no va a competir con 2012, pero se deja ver mas que bien.

En sí, La Ultima Ola (que no debe confundirse con la obra de Peter Weir de 1977) está plagada de clichés – el tipo que anticipa el desastre y es el único que ve las señales, la gente reticente (incluyendo su familia), el idiota que mete la pata y hay que rescatar a último momento (en este caso, su desobediente hijo adolescente), piruetas gimnásticas para sortear los restos del desastre y llevar a los sobrevivientes a un lugar seguro, etc – pero, al tener mas asidero científico (el tema del colapsamiento de las montañas bordeantes a los fiordos y la provocación de un tsunami es una realidad inminente y ya ocurrió a principios del siglo XX) y tener caracteres algo mas pulidos, naturales y carismáticos, la cosa funciona mejor. No es un drama de stock sino que hay visos reales en esta familia, y por eso los personajes nos importan cuando viene el desastre – 12 minutos de un glorioso tsunami, el cual se desarrolla en tiempo real y es una secuencia pródiga en tensión y vuelo artístico -. Sí, al final hay un par de pirotecnias narrativas propias de Hollywood, pero el 99% está hecho con mucha calidad.

(alerta spoilers) Quizás mi mayor problema es que la familia del protagonista sale indemne de semejante evento… y con el costo de vidas ajenas. El peor ofensor de los sentidos es el pendex que hace de hijo del protagonista (Sondre), el cual basurea al padre, hace lo que se le canta, provoca que sus padres se peleen entre ellos y, al estar en su mundo, provoca un montón de desgracias de manera involuntaria. El pibe es responsable de casi 60 muertes él solito. Contemos: un autobús lleno de turistas que no puede salir a tiempo porque van a buscarlo y el flaco está boludeando en el sótano del hotel donde trabaja su madre; la veterana turista que aboga por ayudar a su madre y termina ahogada; el esposo de la turista, que queda medio turulato después de perder a su mujer y al cual la madre debe ahogarlo para que no “lastime” a su preciosa criatura. Entre eso y haber dejado solo a su padre en el momento que más lo precisaba, uno fácilmente podría calificar a Sondre como el villano del filme, igual o mas letal que el mismo tsunami por culpa de su patético egoismo adolescente. (fin spoilers).

Quizás el último tercio tiene demasiadas coincidencias y cosas traidas de los pelos, pero los dos primeros tercios son de una eficiencia impecable. Las pequeñas señales, el evento catastrófico, las decisiones que deben tomarse en cuestión de segundos (¿Kristian debe ir a un sitio mas alto y salvar a su hija, o debe ir con el resto de su familia e improvisar un refugio en medio del valle que está a punto de ser arrasado por la ola gigante?), el drama humano de la supervivencia (ver el desastre y cargar con el dolor de las pérdidas humanas en su conciencia al saber que podía haberse alertado con suficiente antelación como para producir una evacuación masiva; abandonar a su hija para ir en una búsqueda de un resultado tan imposible como extremadamente doloroso; el milagro a costa de un enorme sacrificio… son cuestiones reales y desconocidas para los rutinarios filmes de género made in Hollywood, los cuales hubieran despachado a un símil de Charlton Heston a hacer proezas sobrehumanas y rescatar a una enorme cantidad de gente mientras le hace pito catalán a la catástrofe. En la vida real las decisiones producen consecuencias y uno debe convivir con el efecto de ellas, aunque las mismas se transformen en un espectro que nos perseguirá el resto de nuestras vidas. Es por todo ello – y salvando sus defectos – que The Wave es una película altamente recomendable, desbordante de inteligencia y emoción y en donde los efectos especiales quedan relegados a un segundo plano ya que lo que importa es el drama humano – auténtico y emotivo, aún cuando el relato caiga en un par de trucos hollywoodenses que se sienten ajenos a la naturaleza realista de la historia -.

LA SAGA DE THE WAVE

The Wave (2015) – The Quake (2018)