Crítica: La Guerra en el Espacio (Cosmos: War of the Planets) (1978)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Italia, 1977: John Richardson (Capitan Alex Hamilton), Yanti Somer (Meela), West Buchanan (Richard), Katia Christine (Greta)

Director: Alfonso Brescia, Guión: Alfonso Brescia & Aldo Crudo, Musica – Marcello Giombini

Trama: El capitán Alex Hamilton es un renegado de la tecnología y, después de un incidente disciplinario, es separado de su cargo y puesto al mando de la nave estelar MK-31. Hamilton es enviado a investigar la presencia de un planeta inestable en la galaxia, pero al llegar descubre a una raza de humanoides esclavizada por una poderosa computadora. El capitán y su tripulación ahora deberán liberar a estos seres del dominio del ordenador y su ejército de robots, pero numerosos inconvenientes se pondrán en su camino.

Cosmos: War of the Planets Este es un flagrante intento de subirse al carro de la euforia producida por Star Wars en 1977. Si existía una Guerra de las Galaxias y una Guerra de las Estrellas, ¿por qué no tener una Guerra de los Planetas?. Y con la agilidad comercial que caracterizaba al cine exploitation italiano, comenzaron a producir toneladas de bazofias de ciencia ficción que intentaron mamar de la moda del momento. Mientras que lo usual es clonar directamente Star Wars – con otros imperios y rebeldes en guerra, naves cruceros y sosías de Darth Vader incluídos -, al menos Cosmos: War of the Planets se aparta de ello, circunscribiéndose a una aventura más propia del comic que del universo de George Lucas.

Pero resulta sorprendente el bajo grado de calidad en que han caído las producciones italianas (algo de esto hablamos en la reseña de La Isla de los Hombres Peces). En los sesenta Italia producía obras aceptables, quizás no siempre inspiradas, pero al menos con sabor propio. Pero en los 70 y 80 clonarían a medio mundo, en especial a todo tipo de moda y éxito comercial del momento, y con presupuestos risibles. Y Cosmos: War of the Planets es uno de los intentos más patéticos de hacer ciencia ficción con dos pesos. Los efectos especiales son realmente malos, donde las maquetas han sido fotografiadas y superpuestas a otras proyecciones totalmente oscuras. Las explosiones son dibujos animados propios de un niño de 10 años; los hombres flotando en el espacio son tipos colgados de cables visibles (o sostenidos por los pies, como en la escena de la reparación del satélite); y los decorados parecen estar armados con piezas de Lego y faros de autos. Lo único pasable son los uniformes, pero todo el resto parece cotillón colorinche. Encima hay un exceso de primeros planos al fotografiar las nebulosas (unos hilos con luces colgados delante de cámaras) lo que hace que se vea totalmente borroso.

Todo esto sería perdonable si al menos existiera un argumento decente, cosa que lamentablemente no sucede. El libreto se toma la primera mitad de la proyección en generar escenas aisladas, aburridas y descolgadas de la trama central, como una explosión galáctica o la reparación fallida de un satelite, además de mostrar otras secuencias como una pareja haciendo el amor a traves de la interfaz de una computadora tal como pasaba en Barbarella. Queda tan descolgado todo esto que es soporífero. Las actuaciones no ayudan – en especial la del petreo John Richardson, una vez candidato a ser James Bond en Al Servicio Secreto de su Majestad -, y los diálogos son deprimentes. El desarrollo dramático es absolutamente bizarro, como en la escena de la reparación del satélite, en donde nadie mueve un dedo para ayudar al cosmonauta en apuros, e incluso Richardson se sonríe inapropiadamente cuando hace media hora que debería haber salido en ayuda de su compañero y al cual le faltan 30 segundos para que muera. Y cuando por fin llegamos al nucleo del tema – liberar a los humanoides sometidos por la malvada computadora reinante -, la acción es de un patetismo extremo.

Es un film deprimente por lo aburrido y malo. Ni siquiera es tan patético de que resulte divertido como comedia involuntaria. Carece de valor camp, y se desploma bajo el peso de su propia incompetencia. Con muestras así es obvio que la industria cinematográfica italiana estaba condenada a desaparecer, tal como sucedió hasta ahora.