Crítica: WALL-E (2008)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 2008: Ben Burtt (Wall-E), Elissa Knight (Eve), Jeff Garlin (Capitán McCrea), Fred Willard (Shelby Forthright), John Ratzenberger (John), Kathy Najimy (Mary)

Director: Andrew Stanton, Guión: Jim Reardon & Andrew Stanton

Trama: En el futuro la Tierra se ha vuelto inhabitable gracias a la contaminación, y los humanos han emigrado al espacio. Ya han pasado 700 años desde la partida y el único habitante del planeta es un pequeño robot de la serie WALL-E, dedicado incansablemente a compactar basura. Pero un día llega una nave espacial a la Tierra, y descarga un pequeño androide destinado a la exploración de las ruinas. WALL-E se enamora del robot – llamado Eve -, e intenta contactarse por todos los medios con ella. Pero cuando Eve encuentra señales de vida – una pequeña planta -, se apaga y comienza a enviar señales para que sea recogida. WALL-E sigue a Eve hasta la gigantesca nave donde ahora viven los humanos – que por la falta de actividad física y de gravedad, se han convertido en seres amorfos y débiles -, para descubrir que la planta que transporta el robot es la señal que buscaban para comenzar el regreso al planeta. Pero la programación de la computadora central tiene órdenes de cancelar todo intento de retorno a la Tierra, ya que se considera que es una causa perdida. Y muy pronto ambos robots serán perseguidos por un ejército de autómatas que desean destruir a la planta, la que puede activar los procedimientos automáticos de regreso al planeta.

Wall-E WALL-E es el último título de Pixar, los magos de la animación digital que fundaron el género a partir de la revolucionaria Toy Story (1995). Desde entonces, cada film de Pixar ha avanzado a pasos agigantados en lo que se refiere a la tecnología involucrada, obteniendo resultados realistas con una magnitud de detalle realmente asombrosa. Pero el trabajo de Pixar no sólo es legendario por su apartado técnico, sino que cuenta con un staff de creativos que ha generado argumentos fabulosos. Prácticamente cada título del estudio es un clásico, y no quedan dudas que en su terreno no tienen competencia.

Por si pareciera imposible, con WALL-E la gente de Pixar se ha superado a sí misma, no sólo con la animación y los efectos, sino también con la historia. Es sencillamente una obra maestra. No sólo posee un argumento cautivante, unos formidables efectos especiales, sino que tiene corazón y carisma, y me atrevería a decir que es el mejor filme que ha producido el estudio hasta ahora. La razón es simple: WALL-E está plagada de pequeños detalles que resultan deliciosos. Todo el film es un placer, de punta a punta, y no hay un momento muerto en la película.

La historia es simple: hay un pequeño robot que cumple indefectiblemente con su rutina diaria de procesar basura en una Tierra abandonada durante centurias. Las primeras escenas son abrumadoras – WALL-E es, en el fondo, una especie de versión robótica de Robert Neville de Soy Leyenda, sin vampiros ni amenazas próximas (salvo las inclemencias del clima) -, con enormes ciudades desiertas y gigantescas montañas de basura procesada que se elevan hasta el cielo. El film transpira la soledad del robot por donde se lo mire, y es asolador. Y, cuando el androide – sonda Eve llega a la Tierra, resulta una bendición para el pequeño robot basurero. Ahora no está solo; el único problema es comunicarse con la recién llegada.

Lo fantástico de todo esto es que las acciones se suceden sin pausa y de manera completamente interesante con cero de diálogos. Como dice Richard Scheib, WALL-E es la versión robótica del vagabundo de Charles Chaplin, y resulta una definición impecable para ilustrar lo que ocurre en la película. Este robot sucio y torpe, de gran corazón y personalidad ingenua, intenta todos los medios posibles para conquistar a Eve (lo que culmina en una sucesión de gags hilarantes); y la desesperación por terminar con su soledad lo lleva incluso a seguirla hasta la nave madre en donde los humanos ahora residen. Lo que sigue es una sucesión de aventuras que deberán vivir para demostrar de que la vida en la Tierra es posible.

Lo que tiene de notable WALL-E es que todos los personajes son humanos. Incluso la primera impresión del comandante – cuando descubre la planta que Eve ha traído de la Tierra – es que va a encubrir todo para mantener el status quo, su cargo y la situación de haraganería asistida en que se encuentra toda la humanidad. En vez de eso, el capitán procede como corresponde, ya que se da cuenta de lo que tiene no es vida. Mientras tanto, la computadora central es puesta en el rol de villano, pero en uno de manera creíble: simplemente su misión es cumplir las ordenes de ultimo momento de sus creadores, que han considerado a la Tierra como territorio estéril irrecobrable.

Es imposible no adorar a estos robots. Con gestos mínimos poseen ternura y una gran personalidad. Su suerte realmente nos interesa, y poseen una química mutua brillante. Entre el humor, los sentimientos, la aventura, y el mensaje ecologista de turno, WALL-E es un film impecable para toda la familia, funcionando de manera perfecta en todos los niveles de lectura, y con verdaderos talentos creativos detrás de su factura.