Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 1984: Helen Slater (Supergirl / Kara / Linda Lee), Faye Dunaway (Selena), Hart Bochner (Ethan), Peter O’Toole (Zaltar), Brenda Vaccaro (Bianca), Peter Cook (Nigel), Maureen Teefy (Lucy Lane), Marc McClure (Jimmy Olsen), Mia Farrow (Alura), Simon Ward (Zor-el)
Director: Jeannot Szwarc, Guión: David Odell, basado en el personaje creado por Otto Binder y Al Plastino para la DC Comics
Trama: Kara y su familia son parte de los escasos sobrevivientes de la explosión del planeta Krypton, y ahora viven en Argo City, una ciudad alojada en la dimensión interior. Pero al extraviarse el Omegahedro – la fuente de energía de la ciudad -, Kara se lanza tras él para recuperarlo y termina en la Tierra, donde cobra superpoderes. El problema es que el Omegahedro ha caído en manos de Selena, una hechicera que ha descubierto que el aparato le brinda enormes poderes y planea utilizarlos para conquistar el mundo. Ahora Supergirl deberá luchar contra Selena para recuperar el dispositivo antes de que Argo City perezca por la falta de energía.
Supergirl es un spin off de Superman, creado en 1959 como medio para atraer a un público adolescente femenino a las tiras de la DC Comics. Como suele suceder, termina siendo otro engendro de marketing que carece de personalidad propia, y cuya suerte sería substancialmente alterada a lo largo del tiempo – de acuerdo al nivel de sus ventas -. Habría diferentes versiones de Supergirl, el personaje sería asesinado en 1985 en la serie Crisis en los Mundos Infinitos, y revivido más tarde, lo cual habla de la coherencia editorial tras todo esto.
Para los años ochenta, los titulares de la franquicia de Superman – Alexander e Ilya Salkind – habían adquirido los derechos sobre el personaje, intentando seguir currando con los hijos de Krypton en sus más variadas versiones. Si bien Superman I y II fueron excelentes películas, lo cierto es que se trataron de triunfos personales del director Richard Donner por encima de los lineamientos mediocres de los Salkind – que querían una versión camp al estilo de la serie televisiva Batman de los años sesenta -. Pero en 1983 los productores lograron imponer su criterio, echaron a Donner, y aniquilaron la franquicia con Superman III. Supergirl es el último clavo del ataúd, y es un claro ejemplo de gente idiota a cargo de un proyecto del cual no tiene la más mínima idea de cómo abordarlo de manera decente.
La sombra del fracaso de Superman III afectó la suerte de Supergirl; la Warner archivó el filme hasta que la Tri-Star logró meses más tarde la cesión de los derechos de distribución. El problema es que resultó peor el remedio que la enfermedad, y la Tri-Star se despachó con una poda enorme de escenas (recortando cerca de 20 minutos de largometraje), lo que transformó a Supergirl en el actual aborto de la naturaleza que todo el mundo terminó por repudiar.
Supergirl es un filme malo a más no poder. De arranque, los decorados y los efectos especiales son baratos, y la historia comienza en la ciudad kriptoniana de Argo City, sin dar la más mínima explicación de dónde están, como sobrevivieron al apocalipsis de Krypton, o cómo esta gente está enterada de que Kal-El llegó a la Tierra y se transformó en Superman – de hecho todo el filme vive reseñando al original de 1978 (posters de Christopher Reeve, la supuesta hermana de Lois Lane como compañera de cuarto de Kara, la presencia de Jimmy Olsen), recordándonos la abismal diferencia de calidad entre aquella película y este engendro -. Lo que sigue son toneladas de diálogos horrendos, malas actuaciones, situaciones inverosímiles y deux ex machina, fruto de una desidia generalizada de actores, directores y guionistas. La fuente de energía de la ciudad es un juguetito que se escapa por una de las ventanas y llega la Tierra; y de la nada Kara se embarca en una navecita ridícula, llega a nuestro planeta y sale volando con su traje de Supergirl. Para colmo, si Argo City se está extinguiendo por falta de energía, la boluda de Kara (perdón el francés) pierde todo el tiempo del mundo con romances tontos, disfrazándose de colegiala, y estudiando materias escolares en vez de rastrear el dichoso Omegahedro.
Aún cuando los veinte minutos podados de la versión final fueran restaurados, eso no mejoraría demasiado el nivel final del filme, que es patético. El lado de los villanos es igual de pésimo, con actuaciones bochornosas y papeles escritos de la manera más ridícula posible. Supergirl no funciona ni para los fans de los comics de la DC ni como producto para chicas adolescentes. Al momento de la acción está mal dirigida – como la secuencia de la excavadora descontrolada en el pueblo -; la heroína es una sopa boba insufriblemente ingenua; los villanos dan lástima, y no hay un solo aspecto positivo en toda la película. La única que tiene algo de gracia es Brenda Vaccaro, pero el resto debería estar avergonzado de haber cobrado por semejantes roles. Supergirl es un filme incompetente, incapaz de establecer un clima de mínima credibilidad necesario para digerir la historia; y aún cuando lo hiciera, la trama es estúpida. Es una película que va, cabeza a cabeza, con Capitán America como las peores adaptaciones cinematográficas de comics de superhéroes hasta la fecha.