Crítica: En el Polvo de las Estrellas (Im Staub der Sterne) (1976)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Alemania Oriental, 1976: Jana Brejchová (Akala), Leon Niemczyk (Thob), Alfred Struwe (Suko), Milan Beli (Ronk), Silvia Popovici (Illik), Violeta Andrei (Rall)

Director: Gottfried Kolditz, Guión: Gottfried Kolditz

Trama: La nave espacial Cyrno arriba al planeta TEM 4 para atender una llamada de auxilio. Pero durante el aterrizaje sufre graves complicaciones y la tripulación (y la nave) logran salvarse por milagro de un seguro desastre. Una vez en tierra, se contactan con los temianos, los cuales niegan que hayan lanzado algún tipo de aviso e inmediatamente los invitan a participar en numerosas fiestas en su honor. El oficial Suko ha quedado como guardia en la nave y pronto nota un extraño cambio de actitud en el resto de los tripulantes, con lo cual empieza a sospechar que los temianos los han drogado y esconden aviesas intenciones. Sus sospechas se confirman cuando encuentra una instalación con la tecnología suficiente como para provocar a distancia los fallos que sufrieron al momento de aterrizar. Decidido a llegar hasta el final, Suko continúa explorando hasta dar con una gigantesca excavación subterránea en donde miles de esclavos – los verdaderos nativos del planeta – están siendo explotados por los temianos para extraer enormes cantidades de un mineral imprescindible para alimentar su gigantesca maquinaria de guerra. Ahora Suko y el resto de los tripulantes del Cyrno deberán decidir si intervienen a favor de los esclavos, o si escapan y van a pedir refuerzos. Y mientras tanto el ejército temiano ha sitiado al Cyrno, amenazando con destruirlo si realiza cualquier intento de despegar del planeta.

Im Staub der Sterne Hay gente que no entiende lo que significa la palabra clásico. Un clásico es un filme que contiene temas y secuencias tan innovadoras para su época (y en terminos relativos al resto de la historia de la cinematografía) que luego son copiados hasta la saciedad por la camada siguiente de cineastas. Básicamente es un molde a seguir. El 90% de los clásicos son películas de cierta edad, lo que no significa que todos los filmes viejos sean clásicos. Por eso, cuando la publicidad de este filme reza “el gran clásico de la ciencia ficción de Alemania Oriental”, lo único que hace es captar giles para que venderles este viejo bodrio como si fuera una película inolvidable.

Como todas las películas procedentes de la Cortina de Hierro, Im Staub der Sterne es más que competente en el apartado de los efectos especiales. No alcanza la perfección de las películas soviéticas, pero se nota el esmero y el presupuesto. Otro tema diferente es el guión. Acá hay otro filme de propaganda camuflado de historia de de ciencia ficción. Mientras que el aviso “subliminal” es tan torpe que queda en evidencia en menos de 10 minutos, la trama nunca termina de ser satisfactoria. Arranca bien, planta una serie de buenas interrogantes y, de pronto, derrapa mal y se tira por el precipicio. Decir que el final de Im Staub der Sterne es insatisfactorio es quedarse corto. Simplemente dan ganas de prenderle fuego a la pantalla y gritar “¿así es como termina todo?”.

Aquí hay una expedición que llega a un planeta en auxilio de una llamada de SOS que han recibido. Mientras que los trajes espaciales de los tripulantes se ven bien, el set del interior de la nave parece construido en el pallier de un edificio lujoso, aprovechando un par de puertas de ascensor prolijamente platinadas. En fin… La tripulación se compone de un par de gerontes y cuatro chicas que no están mal pero tampoco son una belleza. La nave tiene problemas en el aterrizaje, pero logran zafar y, cuando están en tierra aparecen los lugareños, montados en un camioncito de aspecto ridículo. Allí los llevan hasta la presencia de su líder Ronk, el que sobreactúa salvajemente y da muestras que le importa tres pitos si estuvieron a punto de matarse en el aterrizaje, o si tardaron seis años en llegar al planeta; simplemente les dice que no hubo ningún aviso y que se peguen la vuelta ya. Eso sí: antes de irse, hay festichola, la que incluye comidas intoxicantes, bebidas afrodisíacas, danzarinas desnudas (oh, mein gott!; esta es una película comunista!!), obscenas serpientes enroscadas en partes indecentes del cuerpo, etc, etc. Mientras que los cosmonautas se mandan la joda loca, el más sesudo de todos ellos se queda en la nave. Cuando ve como regresan sus compañeros – con una resaca de aquellas y con un extraño cambio de actitud respecto a los temianos -, comienza a sospechar que hay algo podrido en Dinamarca. Se manda a explorar el planeta y se topa con que los temianos son una raza de invasores, los cuales han sometido a los verdaderos lugareños y los han confinado a trabajar en gigantescas minas subterráneas extrayendo un mineral que les resulta indispensable. En el medio hay algunas idas y vueltas pero la verdad se termina descubriendo y, es entonces cuando la capitana debe tomar una decisión: ¿deben intervenir a favor de los locales – alterando el curso de la historia -, o deben irse y dejar todo como está?. Imagino lo que habrán puteado los esclavos al ver que sus libertadores (a los cuales les mandaron la señal de auxilio) están enroscados en cuestionamientos morales absurdos, como si estuvieran en un pésimo capítulo de la versión comunista de Star Trek.

No hay guerra, no hay venganza, ni siquiera hay castigo a los amorales capitalistas invasores … digo, temianos. Los cosmonautas deciden que los temianos ya han iniciado su camino de autodestrucción y decadencia – bailan desnudos, consumen drogas, escuchan música moderna, viven entregados a los placeres – y, por lo tanto, se pegan la vuelta. Y ahi prenden el motor y se rajan de regreso a sus pagos. (buuuh,buuuh)

El climax es bastante indignante, teniendo en cuenta que no se condice siquiera con la filosofía política propia del aparato estatal de aquel entonces. En cualquier otra épica pro comunista, los recién llegados serían los salvadores e incitarían a una revolución para liberarse de sus verdugos. Si uno quiere, diría que la tibieza del mensaje va con doble sentido – ¿el director y guionista Kolditz habrá querido apuntar sus dardos también a la dirigencia alemana pro soviética, sumida en la corrupción y el exceso, los cuales iniciaron su propio proceso autodestructivo de decadencia? -, pero de todos modos no se condice con el resto del relato. Cuando una historia genera una serie de fuerzas que van en un sentido (y que deberían explotar en un determinado final), resulta enormemente frustrante poner un muro delante de ellas e intentar alterar su naturaleza.

Im Straub der Sterne es mediocre e insatisfactoria. Viene de la mano de un artesano con mucha experiencia en el cine germano oriental, responsable de engendros tales como Apachen (sí, está bien escrito y sí, leyeron bien: un western con indios y cowboys interpretado por comunistas!!!!); pero acá se mandó con un panfleto a medio cocinar, el cual no termina por dejar contento ni a propios ni a ajenos.

CINE FANTASTICO SOVIETICO (incluyendo países satélite de la cortina de hierro) (1917 – 1991)

Viaje Cosmico: Una Novela Fantástica (1936) – First Spaceship to Venus (1959) – El Llamado de los Cielos (1959) – El Planeta de las Tormentas (1962) – Ikarie XB 1, Viaje al Fin del Universo (1963) – La Nebulosa de Andromeda (1967) – Solaris (1972) – Eolomea (1972) – En el Polvo de las Estrellas (1976) – El Bucle de Orion (1980) – Hacia las Estrellas, de la Manera Mas Dificil (1981) –